miércoles, 30 de abril de 2014

URÓBOS: INFINITO Y ETERNIDAD

30 de Abril 2014

The Daily Grail recoge estas imágenes de una serpiente mordiéndose la cola e intentando alimentarse de sí misma, imitando el antiguo símbolo alquímico del uróboros. 


En este caso se trata de Reggie, la mascota de Bob Reynolds, quien fue salvada por su veterinario en Sussex, antes de que completara la opus magnum. El caso es poco común, sin embargo, la literatura reporta este hábito de autofagia en la serpiente rata americana. El herpetólogo Joseph C. Mitchel documenta al menos dos casos, incluyendo el de una serpiente que murió después de haber tragado dos terceras partes de su cuerpo. 

Esta muerte es un loop paradójico: la serpiente, al haberse tragado ya parte de su cuerpo, no sólo se come a sí misma, se come a sí misma comiéndose a sí misma. Por algo el uróboros es un símbolo del infinito y la eternidad.

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El uróboros es un antiguo símbolo observado en Egipto y en Grecia y en los tratados alquímicos (en los que simboliza la consecución de la obra magna, un ciclo completo que sin embargo empieza infinitamente). También simboliza la unidad primordial o la persistencia de esta unidad en el tiempo, sin desgastarse ante el cambio: recreándose a sí misma.


Platón describe un ser autosuficiente, de forma circular, que simboliza al universo como una mitológica entidad inmortal, presumiblemente el uróboros: “El ser viviente no tenía necesidad de ojos ya que no había nada fuera de él que ver… y como el movimiento circular no requería pies, el universo fue creado sin piernas o pies”.



En la psicología jungiana representa un estado primordial, antes del ego, una infancia indiferenciada, idílica tanto para el individuo como para la humanidad. Jung, en su descripción del Uróboros, muestra cómo este símbolo resume el proceso de la alquimia de la psique: la individuación:

Los alquimistas, quienes en su propia forma sabían más de la naturaleza del proceso de individuación que el hombre moderno, expresaron esta paradoja a través del símbolo del Uróboros, la serpiente que se muerde la cola. Se ha dicho que el Uróboros tiene un significado de infinito o totalidad. En la vieja imagen del Uróboros yace la idea de devorarse a sí mismo y convertirse uno mismo en un proceso circulatorio, ya que era claro para los más astutos alquimistas que la prima materia del arte era el propio hombre. El Uróboros es un símbolo dramático para la integración y asimilación del opuesto: la sombra. Este proceso de retroalimentación es al mismo tiempo un símbolo de la inmortalidad, ya que el Uróboros se mata a sí mismo y se lleva de regreso a la vida a sí mismo, se fertiliza a sí mismo y nace por sí mismo. Simboliza el Uno, que procede de la lucha entre los opuestos, y por lo tanto constituye el secreto de la prima materia [...] la cual surge incuestionablemente del inconsciente del hombre.


EL ARTE DEL EQUILIBRIO

30 de Abril 2014

Michael Grab ha dominado el arte de equilibrar piedras. Nos explica cómo lo hace . “El elemento más fundamental del equilibrio en un sentido físico es encontrar algún tipo de “trípode” par que la roca se pueda apoyar. Cada roca está cubierta de una variedad de pequeñas y grandes hendiduras que pueden actuar como trípode para que la roca se mantenga de pie, o bien puede tomar cualquier cara y apoyarla con otras rocas.

Al prestar atención a la sensación de las rocas, comenzarás a sentir los más mínimos clics, como las muescas de las rocas cuando están en contacto y se mueven una sobre la otra. Junto al elemento físico de encontrar trípodes, el elemento no físico más fundamental es más difícil de explicar con palabras. Me refiero a la meditación, o la búsqueda de un punto o el silencio absoluto dentro de ti mismo.



Michael dice que “es una forma divertida de relajarse, liberar el estrés, jugar, crear … aprender … todo mientras desafías tus habilidades y coqueteas con un sinfín de posibilidades … ”














El pegamento es la gravedad!

DÍA INTERNACIONAL DEL JAZZ


30 de Abril 2014
Este día tiene como objetivo sensibilizar al público sobre las virtudes del jazz como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el refuerzo de la cooperación entre pueblos.


Para celebrar el Día Internacional del Jazz, Animal Político te presenta una selección de los artistas que debes ubicar y los estilos que debes reconocer para poder apreciar y seguir descubriendo los terrenos de este género que, aún hoy, continúa.

Da click aquí para dirigirte al sitio 

10 ADAPTACIONES DE LITERATURA INFANTIL

30 de Abril 2013


Que sea día del niño me brinda una buena excusa para publicar una lista de las diez mejores adaptaciones de literatura “infantil” al cine. Pero es importante colocar la palabra “infantil” entre comillas, porque no hay nada que detenga a un adulto de disfrutar los libros de Roald Dahl o las películas de Disney. De hecho, no es necesaria ninguna excusa para escribir sobre estas obras, todas (por lo menos en mi opinión) son imperdibles.

A continuación diez películas basadas en libros para niños que vale la pena ver, a cualquier edad y sin importar la fecha.

Alice in Wonderland / Alicia en el país de las maravillas (1951), de Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske: Con el perdón de Tim Burton, creo no se ha superado esta versión del libro de Lewis Carroll. Captura el “sin sentido” del libro de manera sutil, sin necesidad de tanta explicación, y mantiene al espectador siempre entre la risa y el terror.




Where the Wild Things Are / Donde viven los monstruos (2009), de Spike Jonze: El libro de Maurice Sendak tiene unas ilustraciones increíbles y la versión cinematográfica no se queda atrás, es una belleza. Pero no sólo es eso, Jonze (con ayuda de la música de Karen O) logró convertir este cuento corto en un largometraje lleno de aventura e inocencia, pero con un tinte de nostalgia.




Willy Wonka & the Chocolate Factory / Willy Wonka y la fábrica de chocolate (1971), de Mel Stuart:Aunque la versión de Tim Burton tiene lo suyo, mi adaptación favorita de la novela de Roald Dahl es aquella en la que los oompa loompas tienen el pelo verde y Willy Wonka es interpretado por Gene Wilder. La película, como el libro, puede resultar desconcertante a veces, pero esa es parte de su gracia.




The Wizard of OZ / El Mago de Oz (1939), de Norman Taurog, King Vidor, Victor Fleming, Mervyn LeRoy y George Cukor: Esta adaptación de la novela de L. Frank Baum me gusta tanto que hace poco reuní varios datos curiosos sobre su realización. Basta con decir que El Mago de Ozes un clásico recomendado para cualquier cinéfilo, especialmente para aquellos que disfrutan los musicales.




The Jungle Book / El libro de la selva (1967), de Wolfgang Reitherman: Rudyard Kipling imaginó algo atractivo para cualquiera, ser criado por lobos y olvidarse para siempre de los buenos modales. La película explota este aspecto de la novela, con música y actores de doblaje geniales. Recomiendo dos números musicales en particular: “I Wanna Be Like You (The Monkey Song)”, cantada por Louis Prima en inglés, y “Busca lo más vital”, cantada por Tin Tan en español.




Fantastic Mr. Fox / El Fantástico Sr. Zorro (2009), de Wes Anderson: Una película basada en un libro de Roald Dahl, dirigida por Anderson y con un elenco que incluye a George Clooney, Meryl Streep, Bill Murray y Jason Schwartzman, no podía fallar. La animación stop-motion y todos los detalles de dirección de arte son adorables y el ácido humor británico de la historia original se mantiene intacto.




The Neverending Story / La historia interminable (1984), de Wolfgang Petersen: Los admiradores de Michael Ende podrían argumentar que el libro es mucho más profundo y complejo que la película, y tendrían razón. Sin embargo, este clásico ochentero marcó la infancia de muchos; ¿cómo olvidar cuándo Artax se hunde en el pantano de la tristeza o cuando Atreyo tiene que cruzar el camino de las esfinges?




Mary Poppins (1964), de Robert Stevenson: Parece ser que a la autora P.L. Travers no le encantaba la idea de adaptar su novela a la pantalla grande, pero Walt Disney hizo un gran trabajo supervisando la realización deMary Poppins. Julie Andrews es la nana soñada por todos y Dick Van Dyke el tío favorito. Hay tantas escenas memorables que es difícil mencionar alguna en particular pero, si tengo que escoger, me inclino por supercalifragilisticoespialidoso.




A Little Princess / La princesita (1995), de Alfonso Cuarón: El director mexicano, en colaboración con el fotógrafo Emmanuel Lubezki, realizó una adaptación espectacular de la novela de Frances Hodgson Burnett. Puede ser trillado describir la película como hermosa, pero no se me ocurre palabra más atinada. 





The Phantom Tollbooth / La caseta fantasma (1970), de Chuck Jones, Abe Levitow y Dave Monahan:Todas las películas mencionadas hasta ahora están basadas en libros que recomiendo ampliamente, pero en el caso de The Phantom Tollbooth sospecho que mi apreciación de la película está muy influenciada por la novela de Norton Juster. Los juegos de palabras de Juster son difíciles de traducir al cine, pero Jones, Levitow y Monahan hicieron un buen esfuerzo y los momentos de animación psicodélica convierten esta película en imperdible.



ULTIMAS NOVEDADES DE SEXTO PISO


30 de Abril 2014

Consejos para niñas pequeñas

Mark Twain, Vladimir Radunsky
Año de publicación: 2014
Autor: Mark Twain, Vladimir Radunsky 




«Si tu madre te pide que hagas algo, no está bien decirle que no. Es preferible y más conveniente darle a entender que harás lo que te ordena, y después proceder con discreción según los dictados de tu sabio criterio». 

Éste es uno de los consejos que Mark Twain da en esta pequeña gran obra, escrita en 1865 y publicada en 1867, y en la que verdaderamente hace honor a la calificación del The New York Times como «el humorista estadounidense más grande de su época». 

En una serie de recomendaciones políticamente incorrectas, Twain invita a las niñas pequeñas a ignorar las restricciones impuestas por la sociedad y a pensar por sí mismas, dejando a un lado las expectativas de sus mayores de un modo inteligente y pícaro. 

Una obra que con aparente simplicidad bucea en las profundidades de la condición humana, sorprendente por su combinación de irreverencia y ternura, y bellamente ilustrada en esta edición por el artista Vladimir Radunsky, que ha sabido encontrar el tono justo de humor, ingenio y delicadeza por las que el gran escritor norteamericano ha pasado a los anales de la historia de la literatura.


«No hay palabras para describir cuánto hace cantar a mi corazón Consejos para niñas pequeñas —organicemos un coro».
Maria Popova, Brain Pickings


«La tinta de Radunsky florece y grumosas figuras adorables toman el escenario». 
Publishers Weekly

«El divertidísimo manual de Twain Consejos para niñas pequeñas tiene el envoltorio de la buena educación y el relleno de la sabiduría, siempre útil». 
Vogue 

El buscador de almas

Georg Groddeck
Año de publicación: 2014
Autor: Georg Groddeck



El buscador de almas fue la única novela escrita por Georg Groddeck, uno de los padres fundadores del movimiento psicoanalítico. Rechazada inicialmente por numerosas casas editoriales que se escandalizaron por su contenido, fue el propio Sigmund Freud quien en 1919 la publicó en la editorial oficial del movimiento psicoanalítico, Psychoanalytischer Verlag, dándole la bienvenida al autor con las siguientes líneas: «Deberíamos todos darle las gracias por la sonrisa deliciosa con la cual, en su Buscador de almas, ha representado nuestras indagaciones sobre el alma, por otra parte siempre tan serias». 

Inscrita en la tradición de la novela picaresca, El buscador de almas cuenta la historia de August Müller, un burgués de mediana edad que lleva una vida convencional hasta que se ve aquejado de escarlatina y desarrolla una obsesión con las chinches de su habitación, a las que se propone exterminar por todos los medios. 

A partir de ahí se embarca en un delirio que lo transformará en Thomas Weltlein, encarnación viva de los pensamientos reprimidos, los deseos y los impulsos que conforman lo que en psicoanálisis se conoce como el Ello, o también como el Inconsciente. Al conducirse en la vida mediante una «asociación libre de disparates», Weltlein desata el caos en cervecerías, asambleas sindicales y salones literarios, ante la mirada perpleja de la rígida sociedad germánica, que oscila entre la incomprensión y el escándalo frente a la puesta en práctica de Weltlein de una máxima nietzscheana: ver el mundo de cabeza a través de las propias piernas. 


«El gran maestro de la caricatura psicosomática».
Psychiatry Online

«No hay nada comparable en la literatura alemana».
Sigmund Freud

«El protagonista, como un Quijote de la cosmovisión de Sigmund Freud, se mete en los asuntos más descabellados y en las aventuras más insólitas, embebido de la sagrada certeza de que los hombres llevan su psique entre las piernas y sus genitales en cada parte del cuerpo y de la mente». 
Alfred Polgar

La bestia de París y otros relatos

Marie-Luise Scherer
Año de publicación: 2014
Autor: Marie-Luise Scherer 


«La bestia de París»: así fue apodado en 1989 Thierry Paulin, que a lo largo de cinco años asesinó a más de veinte ancianas en París –nueve de ellas con la ayuda de su cómplice y pareja sentimental, Jean-Thierry Mathurin– cuando éstas regresaban a sus hogares tras haber realizado algún quehacer cotidiano. 

¿Su finalidad? Mantener una vida de derroche, entregada al glamour y los placeres materiales, como forma de apaciguar los sentimientos de rechazo y soledad que anidaban en su espíritu. Con gran maestría, la reconocida periodista alemana Marie-Luise Scherer logra introducirse en la mente del asesino ofreciéndonos un perfil nítido de un personaje que no deja de ser una expresión de los turbulentos tiempos que vivimos desde hace varias décadas. Completan el volumen tres relatos adicionales. En el segundo, sobre uno de los primeros surrealistas, Philippe Soupault, queda plasmada la atmósfera literaria de la Francia de principios del siglo xx, poblada de personajes como el propio André Breton, Guillaume Apollinaire, Paul Éluard o Jean Cocteau. 

La tercera historia gira en torno a Marcel Proust, y la autora nos traslada al ambiente familiar y social vivido por el buscador del tiempo perdido con la excusa del rodaje del proyecto cinematográfico de Volker Schlöndorff, que pretende llevar a la gran pantalla la obra del escritor francés. La crónica que cierra este volumen nos abre las puertas al mundo de la moda parisina y los fastuosos desfiles que atraen la atención de miles de personas, no sólo en la capital francesa, sino en todo el mundo. 

El hilo conductor de todas las historias contenidas en este volumen es, por supuesto, París, la Ciudad de la Luz, que sigue siendo la musa fascinante e inspiradora de una gran cantidad de historias maravillosas e intrigantes, como las que aquí nos cuenta Marie-Luise Scherer.


«Una pequeña joya del periodismo literario».
Klaus Bitterman


«Si todavía no conoce a la diosa del reportaje y sus textos de culto sobre París, ¡Siéntese ahora mismo y póngase a leer!». 
Die Zeit 

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MUJERES CON ALAS Y OTROS ÁNGELES POR EL ESTILO. AGUSTÍN MONSREAL

30 de abril 2014
¿A quién de las innumerables tú que eres dirijo mis palabras?


Por Aurora Beatriz Graf

Así comienza “Mujeres con alas y otros ángeles por el estilo”, un libro que invita a llevarlo a la cama antes de dormir, entre los brazos y el pecho, en silencio, con mucho tiento y prudencia, porque, conociendo a Agustín Monsreal, conociendo la manera despiadada y lúdica con que trata a sus personajes, conociendo su perversa seducción, se corre el riesgo de no salir ilesa de las provocaciones causadas por la lectura. Con perspicaz convicción nos enmaraña en mundos internos donde la mentira, lo pusilánime, las partes oscuras de la condición humana, remedan la realidad; la calcan de tal forma, tan adjetivamente cuidada, tan meticulosamente puntual, tan irremediablemente hábil, que quien lo lee puede pensar “este hombre puso el dedo en mi llaga”.

¿Qué terrenos nos instiga pisar? ¿Es verdad o farsa lo que viven o cuentan o padecen sus personajes? Tenemos motivos para pensar que el escritor sabe lo que dice, que lo sabe muy bien, mas se vale de la habilidad y apuesta su conocimiento en voz de algún personaje, como la mujer con alas que enumera 40 tipos de amor:

El amor impuro, el amor ciego, el amor que también es odio, el del cerebro y el de la carne, el que exalta y el que denigra, el que solo es palabra y el que solo es placer, el que nace muerto, el que apenas nace y ya es olvido, el sordo y el sonoro, el de fuego y el de agua y el de luz, el que salva la vida y el que destruye, el que existe de lejos, el que se basta a sí mismo, el de sangre, el de crepúsculos, el iluminado y el sombrío, el que es solo una esperanza y el que se mastica, el que duele entre los dientes, el que se confunde con saliva, el que se predica y el que se ejerce, el que es mar y ahoga, el que es piedad y es castigo y es orgullo, el amor sublime y el miserable, y el indigno, y el trágico, el contradictorio, y el secreto…

Maestro del cuento de la vida, a fuerza de estarse inquieto frente a la página, con fuerza de voluntad para seguir su aprendizaje interno, con las ganas enteras de señalar ciertas entretelas de la cotidianidad, emplea eficaces técnicas narrativas; sabe que son sus aliadas y ellas representarán el papel que su corazón les dictamine. Agustín Monsreal no describe a sus criaturas de manera común y corriente. A propósito de las miradas, hay dos mujeres con alas que nos muestran ejemplos contundentes: de ellas no dice: ojos negros, pestañas largas, pupilas grandes. Delinea:

…los ojos de mamaíta no duermen, no descansan; aunque fijos y vacíos, siempre están abiertos, como si vigilara, como si aguardaran algo que sabe que un día van a ver, algo que habrá de devolverle la luz de su mirada.

Así, a partir de los ojos de mamaíta, sabemos con certeza lo que sucede, no en su apariencia externa, sino en su interior, porque han ido a hurgarle su intimidad.

Otro personaje deja caer la vista al suelo, con una costumbre que tiene de bajar los párpados siempre que uno la ve directamente, como si quisiera esconder con los ojos las imperfecciones del alma, como si ellos fueran los espejitos donde uno pudiese encontrar reflejados sus secretos, y también como si se avergonzara de ellos, que es lo más lamentable.

Las atmósferas pintadas en el libro también corresponden al mundo interno:

La calle se mostraba desordenada y vacía, igual que si le doliera algo. De seguro, dirán ustedes, a una calle no puede dolerle algo, pero con la frase es indudable que a nosotros, lectores, nos dolerá la enfermedad del desorden, de la lasitud, del abandono.

Agustín Monsreal ve la realidad de otra manera, fija la mirada en puntos distantes y descubre lugares poco visibles para el común de los mortales, emplea diversas voces narrativas según necesite la historia que escribe. En ocasiones elige esa tercera persona omnisciente que todo lo sabe. Al avanzar la lectura nos damos cuenta de que esta voz carece de una anécdota lineal, tanto que puede provocar incertidumbres tales como:

Eran las once de la noche, las once y media, quizá. El reloj de la pared estaba detenido a las ocho y veinte de un ayer o de un hoy idénticos entre sí, vanos igualmente e imprecisos, por lo que podrían ser, también, las ocho y veinte o las once de la noche de mañana. No resultaba fácil determinarlo.

En el cuento “Cuaderno escolar”, quien narra pareciera ser alguien de la familia, cuenta con precisión los acontecimientos, los anota enumerados en su cuaderno, sin embargo, poco a poco deducimos que la acción ocurre en el pensamiento, es una voz incierta interviniendo en la vida familiar con una mezcla de horror lúcido e inocencia dolorosamente perturbadora.

El empleo de la primera persona no es menos acertado, al contrario, el autor piensa y siente al personaje, ese yo ─aún si es una mujer con alas─, confronta la morada íntima de la escritura permitiendo cobrar fuerza y apariencia y vuela o cae o surge o se desvanece en un punto final o, en la mayoría de los cuentos, en unos puntos ambiguos que el lector debe precisar. A veces no es fácil leer algunas historias aquí narradas, el escritor le deja la última palabra a su lector cómplice, lo hace trabajar, pensar, sentir. Lo deja decidir.

Otro rasgo irremediable de la escritura monsrealiana es el humor, lo traza con malicia, desenfado e irreverencia, mas no de manera gratuita, claro que no, su astucia sarcástica, su violenta ironía, su burla, el sutil humorismo, tienen bases sólidas que deslumbran con filo innegable. Vaivenes que van entre la risa, la carcajada, el puchero y un llanto quedito que no levante sospechas. Cuando lean el libro sabrán a qué me refiero.

Agustín Monsreal ha confesado que su reto es escarbar, ahondar, hundirte en los personajes hasta hallar el origen del delirio, o de la exaltación, o de la porfía, hasta que los personajes mismos te revelen su secreto.

Según mi entender, el personaje principal de la obra literaria de Agustín Monsreal es el lenguaje, o, para decirlo en el femenino plural que él prefiere: son las palabras. Con ellas, el escritor crea mundos artesanales donde inserta, fija, hinca la imaginación, la realidad profana, una historia que no es un suceso o una simple anécdota; con las palabras hace poesía, con ellas hurga las zonas oscuras del alma, remueve la verdad, la ausencia, el sueño y la ensoñación, la esencia, el miedo. A las palabras les inventa sustantivos, las adjetiva anerviosadas con cariñosidades trizadas de rencor oprobiándole hurañeza acostumbradamente certero.

Cuando una acaba de leer el libro no queda más que acurrucarlo, arroparlo, y guardarlo bajo la almohada acaso averiguando: ¿mujeres con alas?, con alas en dónde, con alas de qué, e imaginar cómo son nuestras propias alas.

En la contraportada bien dice Laura Elena Barrientos “la condición humana se ve expresada sin concesiones mediante resonancias que nos resultan comunes”. Aplaudamos la presencia de Agustín Monsreal en este inmaculado ejemplo de maestro.


martes, 29 de abril de 2014

¡BEBE SIN EMBORRACHARTE!


29 de Abril 2014

Bueno, aunque no lo crean, existe un método secreto para beber alcohol sin emborracharse. ¿Cómo? Muy fácil, sólo tienes que comer un poco de levadura antes de empinar la botella.


Basta con una cucharada por cada cerveza que planees tomar (sí, lo sentimos, pero necesitas un plan) y entonces podrás retomar las riendas de tu cuerpo desbocado evitando el probable ridículo (aunque puedes seguir echándole la culpa al alcohol si algo sale mal).

La explicación: la levadura tiene una enzima llamada deshidrogenasa alcohólica, la cual es capaz de romper las moléculas de alcohol en sus elementos constituyentes (carbón hidrógeno y oxígeno). Esto es lo mismo que sucede cuando tu hígado metaboliza el alcohol, pero el proceso sucederá antes de que alcance el torrente sanguíneo y, por lo tanto, a tu cerebro.

Así, la levadura aminora los efectos del alcohol y protege tu hígado. Es probable que bebas porque te gusta emborracharte un poco, pero no te costará imaginar escenarios en que este consejo te pueda ser útil: algún evento familiar, una cita de trabajo, o quizá tienes algo importante que hacer el día siguiente, pero no quieres ofender a tu anfitrión rechazando su hospitalidad. Quién sabe, tal vez la bebida te sirve como placebo y logras sintonizarte con los demás retornando a tus estados primitivos, pero con la ventaja de poder despertar sin sentir que la fiesta sucedió dentro de tu cabeza.




EL PECHO DESNUDO


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29 de Abril 2014

En estas vacaciones muchas personas salen a la playa para olvidar el estrés de la rutina. 

Lamentablemente algunos hombres ven perturbada su relajación de vez en cuando por unos senos al descubierto, como le sucede al personaje de este cuento corto de Italo Calvino. Disfruten.

El pecho desnudo

El señor Palomar camina por una playa solitaria. Encuentra unos pocos bañistas. Una joven tendida en la arena toma el sol con el pecho descubierto. Palomar, hombre discreto, vuelve la mirada hacia el horizonte marino. Sabe que en circunstancias análogas, al acercarse un desconocido, las mujeres se apresuran a cubrirse, y eso no le parece bien: porque es molesto para la bañista que tomaba el sol tranquila; porque el hombre que pasa se siente inoportuno; porque el tabú de la desnudez queda implícitamente confirmado; porque las convenciones respetadas a medias propagan la inseguridad e incoherencia en el comportamiento, en vez de libertad y franqueza. Por eso, apenas ve perfilarse desde lejos la nube rosa-bronceado de un torso desnudo de mujer, se apresura a orientar la cabeza de modo que la trayectoria de la mirada quede suspendida en el vacío y garantice su cortés respeto por la frontera invisible que circunda las personas. Pero -piensa mientras sigue andando y, apenas el horizonte se despeja, recuperando el libre movimiento del globo ocular- yo, al proceder así, manifiesto una negativa a ver, es decir, termino también por reforzar la convención que considera ilícita la vista de los senos, o sea, instituyo una especie de corpiño mental suspendido entre mis ojos y ese pecho que, por el vislumbre que de él me ha llegado desde los límites de mi campo visual, me parece fresco y agradable de ver. En una palabra, mi no mirar presupone que estoy pensando en esa desnudez que me preocupa; ésta sigue siendo en el fondo una actitud indiscreta y retrógrada.

De regreso, Palomar vuelve a pasar delante de la bañista, y esta vez mantiene la mirada fija adelante, de modo de rozar con ecuánime uniformidad la espuma de las olas que se retraen, los cascos de las barcas varadas, la toalla extendida en la arena, la henchida luna de piel más clara con el halo moreno del pezón, el perfil de la costa en la calina, gris contra el cielo. Sí -reflexiona, satisfecho de sí mismo, prosiguiendo el camino-, he conseguido que los senos quedaran absorbidos completamente por el paisaje, y que mi mirada no pesara más que la mirada de una gaviota o de una merluza. ¿Pero será justo proceder así? -sigue reflexionando-. ¿No es aplastar la persona humana al nivel de las cosas, considerarla un objeto, y lo que es peor, considerar objeto aquello que en la persona es específico del sexo femenino? ¿No estoy, quizá, perpetuando la vieja costumbre de la supremacía masculina, encallecida con los años en insolencia rutinaria? Gira y vuelve sobre sus pasos. Ahora, al desliza su mirada por la playa con objetividad imparcial, hace de modo que, apenas el pecho de la mujer entra en su campo visual, se note una discontinuidad, una desviación, casi un brinco. La mirada avanza hasta rozar la piel tensa, se retrae, como apreciando con un leve sobresalto la diversa consistencia de la visión y el valor especial que adquiere, y por un momento se mantiene en mitad del aire, describiendo una curva que acompaña el relieve de los senos desde cierta distancia, elusiva, pero también protectora, para reanudar después su curso como si no hubiera pasado nada. Creo que así mi posición resulta bastante clara -piensa Palomar-, sin malentendidos posibles. ¿Pero este sobrevolar de la mirada no podría al fin de cuentas entenderse como una actitud de superioridad, una depreciación de lo que los senos son y significan, un ponerlos en cierto modo aparte, al margen o entre paréntesis? Resulta que ahora vuelvo a relegar los senos a la penumbra donde los han mantenido siglos de pudibundez sexomaníaca y de concupiscencia como pecado…

Tal interpretación va contra las mejores intenciones de Palomar que, pese a pertenecer a la generación madura para la cual la desnudez del pecho femenino iba asociada a la idea de intimidad amorosa, acoge sin embargo favorablemente este cambio en las costumbres, sea por lo que ello significa como reflejo de una mentalidad más abierta de la sociedad, sea porque esa visión en particular le resulta agradable. Este estímulo desinteresado es lo que desearía llegar a expresar con su mirada. Da media vuelta. Con paso resuelto avanza una vez más hacia la mujer tendida al sol. Ahora su mirada, rozando volublemente el paisaje, se detendrá en los senos con cuidado especial, pero se apresurará a integrarlos en un impulso de benevolencia y de gratitud por todo, por el sol y el cielo, por los pinos encorvados y la duna y la arena y los escollos y las nubes y las algas, por el cosmos que gira en torno a esas cúspides nimbadas. Esto tendría que bastar para tranquilizar definitivamente a la bañista solitaria y para despejar el terreno de inferencias desviantes. Pero apenas vuelve a acercarse, ella se incorpora de golpe, se cubre, resopla, se aleja encogiéndose de hombros con fastidio como si huyese de la insistencia molesta de un sátiro. El peso muerto de una tradición de prejuicios impide apreciar en su justo mérito la intenciones más esclarecidas, concluye amargamente Palomar.


lunes, 28 de abril de 2014

CAT CAFÉ

28 de Abril 2014

Creo que más de un amante de los gatos querrá ir a Nueva York sólo para tomar algo en este sitio tan singular.

Purina y la Asociación North Shore Animal se han unido para montar este café.


Se encuentra en la calle Bowery 168 y por desgracia sólo está abierto desde el 24 de abril hasta el 27… Por lo tanto, si quieres ir, mejor que espaviles.


El café combina un ambiente muy agradable donde puedes acariciar a los gatitos y también tomar algo.


Por supuesto, si pides un café con leche, ya sabes como vendrá decorado.


Además, también hacen formaciones sobre como cuidar a los gatos y ayudarles a tener una buena salud.


Y si te enamoras de alguno de ellos lo mejor es que los puedes adoptar!


Si quieres información para adoptar alguno, basta con que mires su ficha en la pared.


Para los amantes de los gatos es el lugar perfecto.




No dejan que el café se llene mucho y las colas que se forman en la entrada son kilométricas.


Creo que merece la pena esperar!