martes, 29 de junio de 2010

viernes, 25 de junio de 2010

Pepe Gordon y Juan Villoro, acerca de Monsiváis

JUAN VILLORO Y PEPE GORDON ESCRIBEN ACERCA DEL GURÚ, DEL MEMORIOSO, DEL MAESTRO, DE CARLOS MONSIVÁIS






EL CUADERNO VERDE. Reforma.com
Monsi: memorioso

José Gordon
25 Jun. 10

Dice un proverbio chino que cuando muere un sabio es como si se incendiara una biblioteca. Este es el caso de la memoria de Carlos Monsiváis. Por supuesto, quedan sus libros, sus ensayos, sus prólogos, sus entrevistas en la radio y la televisión, sus artículos, pero todo este extenso material no da cuenta de lo que fue su mundo.

Si pudiéramos hacer una crónica de la información que registraba su mente, tendríamos que hacerle caso a una de sus descripciones sobre este género: las buenas crónicas capturan lo que pasa cuando aparentemente nada pasa. De esta manera, si estamos haciendo una crónica de lo que sucede en la Cámara de Diputados, lo importante no necesariamente ocurre en el discurso ante el podio sino en los tiempos muertos, esos minutos entre las distintas intervenciones en donde los supuestos enemigos políticos se dan palmadas y acuerdan en lo oscurito. Eso es precisamente saber leer entrelíneas, un ejercicio que caracterizó los diversos registros de Carlos Monsiváis. En su maravillosa sección "Por mi madre, bohemios", hacía una especie de psicoanálisis de los actores sociales, de lo que revelaban sus declaraciones y lapsus. Los políticos como Vicente Fox minimizaban esos errores. Decían que se trataba de "pecatas diminutas". Monsi, atento, subrayaba incrédulo con su sonrisa irónica.

Si pudiéramos hacer una crónica del memorioso en los momentos que se dan, por ejemplo, antes de una entrevista, estaríamos aún más asombrados ante los datos que circulaban en su imaginación. En varias ocasiones, junto con mi amiga Guadalupe Alonso , nos dimos cuenta de que nos habíamos perdido de apuntes fascinantes porque las cámaras todavía no estaban grabando. Monsiváis mostraba su preocupación e inigualable conocimiento sobre la realidad mexicana, sobre los inventarios del desastre, la indiferencia y el abuso del poder. Al mismo tiempo lo sabía todo sobre cine y arte popular. Recitaba de memoria a Shakespeare y a Borges, a Ramón López Velarde y a Octavio Paz. Con las cámaras encendidas o apagadas su retentiva total era una constante. El tiempo muerto revelaba su memoria viva.

Hay quienes confundieron esta capacidad con un simple recurso mecánico que le daba un conocimiento enciclopédico. Se olvida así que la memoria es un ejercicio de atención, un acto amoroso. En Monsiváis, esa memoria, junto con las herramientas de la inteligencia y de la ética, conectaba los puntos, dibujaba mapas que nos permitían leer de una manera más completa lo que sucedía en nuestra conciencia colectiva, cuáles eran nuestras opciones en términos de democracia, de igualdad de géneros, de derechos de las minorías, de libertades individuales y luchas sociales. En este ejercicio, exigía el máximo discernimiento para no caer en las trampas de la intolerancia y la violencia. La amplitud de su mirada rompía los lugares comunes de la solemnidad. La inteligencia no se riñe con el humor. La defensa del Estado laico no se riñe con la espiritualidad. En una ocasión, cuando lo entrevisté sobre su libro Nuevo catecismo para indios remisos, le señalé que aunque en forma irónica, rondaba un interés religioso. Me bateó. De nuevo le hice la pregunta de otra manera. Me volvió a batear. Habló de otra cosa. Hice un tercer intento con otras palabras. Se me quedó mirando con la sonrisa en los ojos. Me dijo: "¿Me quieres sacar del clóset?". Le contesté que sí, que por supuesto. Su sonrisa llegó hasta los labios. Me contó que él encontraba la espiritualidad más profunda en la intimidad de la poesía. La memoria y la inteligencia eran instrumentos para escapar de los límites y los prejuicios.

En una ocasión, Monsiváis señaló que en el Centro Histórico de la Ciudad de México se encontraba el Aleph, la suma total -en este caso del espacio urbano- condensada en un punto. Eso mismo podemos decir ahora de su memoria, fue un Aleph de la cultura mexicana.

pepegordon@gmail.com



Todos los huecos.Reforma.com

Juan Villoro
25 Jun. 10

En 1982 Monsiváis fue a Berlín Oriental, donde yo vivía. Lo esperaba con temor reverencial. Él era entonces un gurú severo, que repartía amonestaciones o elogios según códigos herméticos. Lo había visto en conferencias y en un inolvidable diálogo con Manuel Puig (cuando se le acabaron las preguntas exclamó: "¡me siento como un periodista de El Heraldo!"). Yo era amigo de escritores que habían renunciado al suplemento que él dirigía en la revista Siempre! y lamentaba que en su calidad de árbitro de la cultura pop no apreciara lo suficiente a José Agustín, el escritor que decidió mi vocación. A los 26 años, encontrarme con él era más un examen que una fiesta.

Una mañana lo llevé al Museo de Pérgamo. En el altar donde los dioses luchan contra los titanes encontramos una exhibición de fisicoculturismo: hombres de torsos aceitados comparaban sus bíceps con los de las estatuas. Un momento kitsch de la Alemania socialista. "Nunca olvidaré esto", dijo Monsiváis, que parecía haber convocado esa versión burlesca del mundo antiguo. Luego fuimos a una tienda de discos de ópera, donde mostró una insólita erudición en el género. Lo invité a un concierto de Simon & Garfunkel y me dijo que le parecían tediosos, pero sólo después de cantar 10 de sus canciones. Me preguntó qué estaba escribiendo y le mostré una novela en proceso. Pasó una noche en vela ante mi engendro y al día siguiente me explicó con autoridad por qué era horroroso. La exactitud de sus críticas fue un gesto de generosidad que me dolió como debía, pero que no dejaré de agradecer.

Pocos días después de su visita, escribí mi primera crónica. Había entrado al género que Monsiváis redefinió en la literatura mexicana. Durante los siguientes 28 años comprobaría que competir con él era imposible, no sólo porque se anticipaba a todos los temas (con excepción del futbol), sino porque había creado un subgénero para sí mismo. Las crónicas de Monsiváis no son narraciones de los hechos sino opiniones de Monsiváis que se convierten en hechos.

La oralidad anticipaba y prolongaba sus textos. Es difícil leerlos sin citar una puntada, un retruécano, un dato que sólo él pescó. "Como dice Monsiváis...", la lectura se transformaba en rumor popular. Una fotonovela tituló así los preparativos de una orgía: "Como dice Monsiváis, todo es posible cuando no hay conciencia".

¿No es extraño que un país tenga un oráculo non-stop? Monsiváis mostró que esa excentricidad es posible y adquirió rango de patrimonio nacional. Cuando la secretaria de Educación Josefina Vázquez Mota lo elogió por sus 70 años, el cronista respondió: "Entiendo que no me van a privatizar".

Sus comentarios eran aforismos en busca de un cronista. Pregunta: "¿Le ves posibilidades a esa revista?" Respuesta: "Si no tiene presente, ¿cómo quieres que tenga futuro?". Pregunta: "¿Te gustó el libro de Fulano?". Respuesta: "No por su prosa".

Una vez le señalé el exceso lírico de un colega: su protagonista tenía pechos que "cantaban bajo la blusa". Monsiváis no respondió, pero al día siguiente llamó para decir: "No pude dormir por tu culpa: ¡soñé que esos pechos ganaban la OTI!".

Cuando Marta Lamas le hizo una reunión por sus 60 años, se despidió de nosotros diciendo: "Me ha dado mucho gusto conocer a los amigos de Marta Lamas". Cáustico de tiempo completo, convertía la ironía en afecto. Había sido alumno de mi padre, en un curso sobre filosofía de la India. En un ejemplar de Amor perdido, le escribió: "Para Luis Villoro, esta prueba epistemológica de que también en San Juan hace aire".

Mantuvo una decisiva relación con Octavio Paz. Polemizaron, se separaron, volvieron a dialogar. Se ha repetido mucho la opinión del poeta sobre el cronista: "Es un hombre de ocurrencias, no de ideas". La vastísima y hasta ahora desconocida Obra Completa de Monsiváis es más rica en ideas de lo que hace prever su gusto por la paradoja rápida; sin embargo, aun aceptando que su interés primordial fueran las ocurrencias, el comentario de Paz, dicho en un momento de encono, no es necesariamente derogatorio. Sólo en una utopía de la solemnidad sería posible prescindir de las ocurrencias. El siglo XVIII francés sería menos profundo sin Rousseau, pero mucho menos vital sin Voltaire. Oscar Wilde no escribió un enjundioso tratado sobre la decadencia de occidente ni una crítica de la razón pura. Sus fogonazos son los de un hombre que se divirtió para tener razón. Borges juzga que no se equivocó nunca.

Recuerdo a Monsiváis en aquel momento kitsch del Museo de Pérgamo: "El socialismo realmente existente sí funciona". Muchas cosas cambiaron desde entonces. Mi novela acabó en la basura, los fornidos hombres del socialismo se contrataron como stripers cuando cayó el Muro de Berlín y Monsiváis siguió hablando de todos los temas bajo el sol hasta que pasó lo inconcebible. "¿Cuántos huecos se necesitan para llenar el Albert Hall", preguntaron los Beatles.

Ignoramos cuántos huecos se necesitarán para llenar el vacío de Carlos Monsiváis.

miércoles, 23 de junio de 2010

Falleció Edith Shain el 20 de junio

Edith Shain, en la fotografía de 1945. (Foto: Alfred Eisenstaedt)


Agosto 14-1945
Entérate:
ingresa a: http://en.wikipedia.org/wiki/V%E2%80%93J_day_in_Times_Square

martes, 22 de junio de 2010

La foto del día: National Geographic

Alpinista alemán escala El Timo Scheu, cerca de Sedona, EUA



Es la foto del día según el National Geographic, 22 junio 2010

EL INCONMENSURABLE CARLOS MONSIVÁIS



CARLOS MONSIVÁIS
(Ciudad de México, 4 de mayo de 1938 - 19 de junio de 2010)


"Nadie puede responder a la pregunta de quién es Carlos Monsiváis", afirmó en 2006 su amigo más antiguo, José Emilio Pacheco, aunque algunos ya lo habían intentado. Octavio Paz: "Es un nuevo género literario". Adolfo Castañón: "Es una agencia de noticias". Sergio Pitol: "Es un hombre llamado legión". Raquel Tibol: "Es imprescindible, igual que Dios".

"Soy un clon de mí mismo",
dijo Monsi en 1997, con su ironía cotidiana.


Extraordinaria entrevista con Juan Cruz en el diario El País (25 junio 2006):






viernes, 18 de junio de 2010

México celebró 2-0

Fotografías cortesía de Toni
Haz clic en la foto:


La foto del día según National Geographic

Mambukal Mudpack Festival, Islas Filipinas



Subasta después de la quiebra de Polaroid

¿Te interesa? Está tasada entre 60 y 80 mil dólares.

"Madre inmigrante", 1936. Dorothea Lange
Es una de las tantas fotografías que se pondrán en subasta a fines de junio en New York.
Los fondos se entregarán a los acreedores del inventor de la foto instantánea.

miércoles, 16 de junio de 2010

martes, 15 de junio de 2010

Doktor Dinero, la columna de Adina Chelmisnky



Secretos para que nunca te puedas retirar


Si quieren despreocuparse por completo del futuro, les recomiendo que manden a la goma a los aburridos y ultraconservadores asesores financieros que los sermonean sobre “ahorrar para el futuro”



Adina Chelminsky


Estimado Doktor Dinero: Tengo treinta y tantos y estoy cansado de los asesores financieros y de que los medios me hablen de "ahorrar para mi retiro". Pareciera que ellos no entienden que a mi edad tengo muchas otras prioridades y que falta muchísimo tiempo para preocuparme por mi vejez.
¿Usted qué opina?
JG

Estimado JG:
¡Te felicito! Tu manera de pensar refleja una visión muy a la moda: La verdadera felicidad de la vida radica en disfrutar al máximo el hoy. ¿Para qué preocuparse por el futuro? Como bien dijo el gran economista J.M. Keyness, en el largo plazo todos estamos muertos.
Tienes toda la razón, a tu edad no tienes por qué pensar en tu retiro (faltan todavía 30 largos años), ya tendrás tiempo, algún día, de pensar en tu vejez y pequeñeces como son un retiro digno, seguros de salud o legados para tus hijos.
Me imagino que tu vida actual es tan enriquecedora que vas a quererla vivir exactamente igual cuando tengas setenta u ochenta años. ¡nada como pasar tus años dorados trabajando a marcha forzada! O vivir, después de estar acostumbrado a una vida adulta de independencia, una vejez a la merced de los deseos y condiciones de otros.
Ahora, si quieres despreocuparte por completo del futuro, te recomiendo que mandes a la goma a los aburridos y ultraconservadores asesores que te sermonean sobre "ahorrar para el futuro" y sigas los siguientes consejos*:

1. No ahorres. ¿Para qué guardar dinero que te pueda servir para vivir tranquilamente en el futuro? Es mucho mejor gastarte el dinero tan pronto como llegue a tus manos en compras trascendentales, de esas que sirven principalmente para causar envidia a los demás y cuyo gusto dura poco, en vez de gastar con sencillez y vivir un retiro de manera tranquila e independiente (para algo tienes hijos, para ser una carga a ellos en tu vejez).

2. Déjalo para después. Mañana siempre es un buen momento para empezar (aunque no tan óptimo como empezar pasado mañana) esas cuentas chinas que hacen los financieros sobre la importancia de empezar a ahorrar lo antes posible y aprovechar la acumulación de intereses son simplemente patrañas para confundirte y quedarse con tu dinero. No hay prisa, de seguro estás ocupado con cientos de pendientes mucho más importantes.

3. Tu Afore es suficiente. El dinero que se te descuenta mes a mes de tu nómina, y la administración que se le da, es lo suficiente para solventar un retiro digno. De ninguna manera pienses en un esquema complementario que complemente tu retiro ni en hacer aportaciones adicionales a tu cuenta de Afore. Todos los analistas concuerdan que el mínimo obligatorio que se deposita en tu Afore va a ser suficiente.

4. Sé demasiado conservador. Si tienes una cuenta especial para el retiro, cuida en invertir en puros instrumentos que sean lo suficientemente conservadores y cuyos rendimientos ni siquiera te den para mantenerte a la par de la inflación. El chiste de invertir es que cada vez te alcance para menos.

5. El dinero es lo único que importa. Adicionalmente no pienses en otras pequeñeces como seguros, de vida o salud, y testamentos. Lo mejor es cruzar los dedos para que tus seres queridos se encarguen de ti y tus necesidades. ¿A poco no lo harías tú por ellos? Y tú además te puedes convertir en un dolor de cabeza para ellos, mucho mejor. Así demostrarán cuánto te quieren realmente.

6. Sigue esta cronología de acciones financieras para no poderte retirar jamás:
Veintitantos. Compra todo lo que quieras, no importa que no te alcance, para eso sirve el crédito. Incrementa al máximo tus deudas, firma todo lo que puedas y paga el mínimo cada mes, así en vez de tener dinero disponible para ahorrar vas a gastarlo en pagar altísimos intereses.
Si te es posible, incumple uno u otro crédito para conseguir que te boletinen en el Buró de Crédito.

Treintaitantos. Esta es la década en la que empieza la estabilidad en el trabajo, pero antes de empezar a ahorrar, detente y cuenta hasta diez; piensa lo hermoso que sería tener una TV de alta definición y ser la envidia de tus vecinos, después de todo es más fácil presumir esto que una sana cuenta de banco.

Cuarentaitantos. Esta es una época de muchas demandas a tu patrimonio, tus hijos están en años universitarios, lo que implica un gran gasto, lo peor que puedes hacer es contar con la ayuda de un asesor profesional que te ayude a optimizar tus gastos e inversiones.
Tú solito puedes. ¿Qué tan difícil puede ser armar un portafolio de inversión óptimo?

Cincuentaitantos. Con los hijos fuera de casa y tu nivel de ingreso en su nivel máximo, esta podría ser la época de maximizar tu nivel de ahorro. ¡Ni lo pienses!
Tampoco te preocupes por establecer planes de contingencia para enfrentar riesgos (o sea, seguros adecuados tanto de salud como de vida) o diseñar un plan testamentario, después de todo, la salud y la vida las tienes aseguradas.

Sesentaitantos. Conforme tus amigos empiecen a hacer planes sobre cómo van a aprovechar su retiro (cosas tan espeluznantes y cursis como viajes, tiempo para la familia y tranquilidad), agradece a dios la falta de previsión que te va a permitir vivir con delicioso estrés durante muchos años más.

¡Felicidades!

Adina Chelminsky
Especialista en finanzas personales.
Doktor Dinero
www.doktordinero.com
adina@doktordinero.com

El cuaderno verde de José Gordon. 11 de junio

Arte y ciencia del futbol


EL CUADERNO VERDE
Por José Gordon
(11-Jun-2010).-



Los análisis de Jorge Valdano y César Luis Menotti nos enseñaron a ver la cancha de futbol como un laboratorio de circulación del balón. Velocidad, territorio, posesión del esférico, colocación, trozos de campo y ángulos que se achican conforme los jugadores se acercan a la portería, forman parte de la ecuación que hay que considerar para tratar de ganar un partido.

Esta visión del deporte tiene componentes de geometría y estética. En alguna ocasión escuché en la radio al Ojitos Meza plantear el problema del futbol más o menos en estos términos: la cancha está llena de obstáculos que impiden la fluidez del juego. Los defensas cubren el terreno para evitar que el balón del enemigo avance (en una vista aérea podríamos ver piezas sobre un rectángulo que se colocan y mueven con el propósito de no dejar circular un esférico). En este marco, Meza ve el futbol como una serie de triangulaciones rápidas, precisas y finas para que el balón fluya maliciosamente entre un mar de piernas obstaculizantes. Se trata de un problema de ingeniería de tiempos y movimientos y dibujos dinámicos para contrarrestar la presión del rival y llegar a la meta.

En una investigación publicada en la revista New Scientist, después del Mundial de futbol de Francia, Tom Reilly y Mark Williams estudiaron los movimientos de los jugadores en el terreno de juego y las zonas críticas para penetrar la defensa del rival. Encontraron así que la clave del gol no está en los tiros libres, en los tiros de esquina o en las jugadas a boca de jarro en la portería. La base del triunfo se encuentra en espacio denominado la zona 14. Esta franja se ubica en un cuadrado que colinda con la media luna, antes de llegar al área grande.

Los análisis de los partidos revelan que la acción en esta zona -a veces también denominada "El hoyo"- es la que hace la diferencia entre el éxito y el fracaso. Tom Reilly la define así: "Es el área crítica del terreno para explotar cualquier acción creativa; es la plataforma para lograr una auténtica penetración en la línea defensiva".

Para llegar a esta conclusión, Reilly comparó los esquemas de juego adoptados por equipos "ganadores" y "perdedores" en competencia. Utilizó una técnica de análisis que registró cada una de las maniobras de los jugadores en un encuentro. Con este método, estudió en el Mundial de Francia los 24 partidos jugados por los equipos semifinalistas (Holanda, Croacia, Brasil y Francia) y los doce partidos jugados por los equipos que fracasaron en su intento de pasar a la segunda ronda. Para efectos de la investigación, dividió la cancha en 18 zonas (6 de largo por 3 de ancho). Lo que encontró fue que los equipos ganadores tuvieron un promedio por partido de 25 buenos pases desde la zona 14. En contraste, los equipos perdedores sólo lograron 15 pases por juego desde "El hoyo".

Consecuentemente con lo estudiado, todos los semifinalistas tenían estrellas que realizaban penetrantes movimientos desde "El hoyo". Reilly dice que Zinedine Zidane de Francia fue probablemente el mejor exponente de este tipo de acción. Rivaldo fue el más destacado en esta zona para Brasil. Tal vez Cuauhtémoc Blanco o Giovani lo sean en México.

Otro de los rasgos identificados con el triunfo fue la capacidad de remontar la oposición con secuencias de dos o más pases rápidos siempre adelante, sin las florituras barrocas de ir a los lados o hacia atrás (¿dónde hemos visto eso?). Los semifinalistas tuvieron un promedio de 94 pases hacia delante en comparación con los 76 de los perdedores.

Los resultados de la investigación de Reilly y Williams reflejan la tendencia a la estadística, al registro minucioso de lo que sucede en la cancha. Aunque están valorados dentro de la ecuación de las zonas clave, los artistas de la cancha rompen todas las geometrías y esquemas. Hacen lo impensable. Parafraseando a Blanca Varela, la tierra entre sus pies, como una pelota, gira como nunca, prodigiosamente bella.

pepegordon@gmail.com

CASTILLA Y LEÓN EN LA FIL 2010. 27 nov. al 5 de dic.

Prepara las maletas...¡pero, vacías! para llenarlas de libros durante la próxima edición de la FIL en Guadalajara.
Escritores como Miguel Delibes, Jorge Guillén, Gonzalo Torrente Ballester, Francisco Umbral, José Jiménez Lozano o Antonio Gamoneda; merecerán homenajes respectivos y atención especial a su trayectoria.





domingo, 6 de junio de 2010

LITERATURA a la CANCHA por Juan Villoro. El Ángel. Reforma


Futbol y cultura

LITERATURA a la CANCHA



Derechos Reservados © C.I.C.S.A


Juan Villoro

Ciudad de México (6 junio 2010).- Hago una selección literaria posterior al siglo 17. En la portería se necesita un solitario de inquebrantable ética: Albert Camus. Los laterales de-ben correr bien y ser ligeros: Italo Calvino y Anton Chéjov. Los centrales deben tener dramática contundencia: Tolstói y Dostoyevski. El medio de contención debe mostrar resistente enjundia: William Faulkner. Los dos medios creativos deben reinventar la fantasía: Jorge Luis Borges y Vladimir Nabokov. El extremo izquierdo debe ser un conocedor de los fantasmas: Juan Rulfo. El centro delantero, un maestro en la economía de efectos: Raymond Carver. El extremo derecho, un artífice capaz de burlar a cualquiera: Georges Perèc.

Como ven, mi equipo de clásicos modernos juega en 4-3-3.

Su entrenador debe dominar las causas perdidas (Joseph Conrad), tener un asesor que le plantee escenarios pesimistas (Franz Kafka) y un motivador que le renueve la confianza en los misterios de la vida diaria (Jorge Ibargüengoitia).
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Comienza el juego de las ilusiones



Hasta ahora el nacionalismo futbolero en México ha sido básicamente un pretexto comercial, en el que se infla la imagen de la Selección Mexicana de Futbol para vender productos, expresa el escritor mexicano Juan Villoro.

Sin embargo, pasada la euforia mundialista, el fenómeno se desinfla, señala en entrevista vía correo electrónico el autor de Dios es redondo.

A cinco días del silbatazo inicial de Sudáfrica 2010, Villoro valora la relación entre cultura y futbol, así como las esperanzas mexicanas para el Mundial.


En 1974, Diorama de la cultura publicó el artículo ¿Por qué los intelectuales odian el futbol?, un tema que estaría totalmente fuera de lugar hoy. ¿En qué momento y por qué se da ese cambio en nuestra cultura?

Influyen figuras decisivas: Nelson Rodrigues, en Brasil; Manuel Vázquez Montalbán, en España; Eduardo Galeano, en Uruguay; Osvaldo Soriano y Roberto Fontanarrosa, en Argentina.

También aparecen grandes cronistas eminentemente deportivos, como Santiago Segurola, en España, y futbolistas que entienden de otro modo el juego y lo interpretan con habilidad en los medios: Eric Cantona, en Inglaterra y Francia; Jorge Valdano, en España y Argentina; Félix Fernández, en México. Todo esto se da en un marco en que lo culto y lo popular ganan fuerza. De hecho, la opinión de Diorama en 1974 ya estaba atrasada. Veinte años antes, Umberto Eco y Carlos Monsiváis habían reinsertado lo popular en el debate de lo culto.


Para usted, ¿Dios sigue siendo redondo?

Por supuesto, y engorda cada día.


Existe gente que no ha visto un partido de futbol en su vida, ¿qué le diría para convencerla de ver un partido?

Nada. El futbol se acredita o se desacredita solo. Como las manitas de puerco en vinagre, es un placer especial que no tiene por qué gustarle a todo mundo.


¿Cree usted que el futbol sigue siendo el último resabio del nacionalismo en México?

La televisión y los anunciantes hacen todo lo posible por inflar la importancia de la Selección. Su verdadero objetivo es ganar dinero y vender galletas, cervezas y coches.

Cada cuatro años, nuestra selección es descrita como algo mejor de lo que es. Se espera que el entrenador sea un promotor de ilusiones y que la esperanza ayude a vender más galletas.

En este contexto patriotero, los escépticos son vistos como "masiosares". Sin embargo, se trata de un fenómeno neumático y una vez que la selección se desinfla, se olvidan las reivindicaciones esencialistas.

Hasta ahora nuestro nacionalismo futbolero ha sido básicamente un pretexto comercial para la fiesta.

Me preocupa lo que ocurrió en la fase eliminatoria después del triunfo contra Estados Unidos. La euforia desató el festejo, pero también el vandalismo y la persecución de personas que tenían la desgracia de ser rubias.

Que el triunfo lleve a la rabia es un indicador social alarmante.

En el "esperanzómetro", del 1 al 10, ¿dónde ubica a la Selección Nacional para Sudáfrica?

Donde ha estado desde hace cuatro mundiales: en un 7. Pasamos a la siguiente ronda y no llegamos al quinto partido.


¿Y cómo llegaríamos a traspasar ese mito del quinto partido?

Con la calidad que no tenemos. Es imposible trabajar a fondo en una liga donde se le pide dinero a un novato para entrar a un equipo, donde los directivos ganan más por el traspaso de jugadores que por los títulos, donde no hay torneos largos que permitan trabajar con la cantera y crear estilos de juego regulares, donde no hay una asociación que respalde los intereses gremiales de los futbolistas (viven a la deriva, con inseguridad dentro y fuera de la cancha). El secreto del futbol mexicano está a la vista: tal y como está, da muchísimo dinero (más que las ligas de Brasil o Argentina). ¿Para qué esforzarse en lo deportivo cuando la mediocridad vende tanto?


¿Cuál es su propuesta para acabar con la cultura del "ya merito" del mexicano?

Es un problema social que va más allá del futbol. En México, aceptar un error es peor que cometerlo. Asumir responsabilidades resulta impopular. Nuestros pretextos siempre son más que nuestras iniciativas. En un país donde los diputados legislan para subirse el sueldo, los jugadores cobran por fallar penaltis.


Por último, ¿hay vida después del futbol?, ¿cuál sería?

El futbol dura 90 minutos. Es uno de sus grandes logros. No agota la realidad. Siempre hay algo antes y después de un partido.

Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo

jueves, 3 de junio de 2010

Louise Bourgeois (1911-2010) por Magali Tercero

TEMPER TANTRUM

Louise Bourgeois

Falleció el 31 de mayo a los 98 años en su casa en New York...



Ammie Leibovitz capturó esta imagen de Louise Bourgeois
"...esa mujer antigua que habita en mí"
http://fragilbazar.com/blog/?page_id=29



Cuando la vi por primera vez nunca imaginé la puerta que abriría, esa imágen proyectada por Annie Leibovitz en el que se observa el rostro de Louise Bourgeois con una mano abierta y receptiva me hablaba de la mujer antigua que habita en mi...


Búscala en Laberinto de MILENIO






























Cabrona y Millonaria: Aprender a decir NO (¡Cómo cuesta!)

Del Blog de Adina Chelminsky

Cabrona y Millonaria: Aprender a decir NO (¡Cómo cuesta!)


jueves 3 de junio de 2010

Aprender a decir NO (¡Cómo cuesta!)

El no saber decir NO es uno de los principales obstáculos que tenemos, hombre y mujeres, para conseguir el éxito. El no poder ser asertiv@s, e imponer límites, muchas veces impide que hagamos lo correcto para nuestra vida .

Decimos que Si cuando NO queremos comprar algo. Decimos que SI cuando NO queremos una tarjeta de crédito. Decimos que Si cuando NO queremos acceder a algo que nos pide nuestra pareja/amigas/madre/jefe/hijos. Decimos que SI (cuando queremos decir que NO) para guardar las formas, por pena, porque es más fácil y menos complicado y porque nadie nunca nos enseña cómo ser debe de decir que NO.

Así es que comparto con ustedes un texto que me envía Renee Lan, indudablemente la mejor educadora que conozco y que mucho nos puede ayudar a ser más asertivas en el dinero y en la vida.

NO ES NO
No es no, y hay una sola manera de decirlo: No.
Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
No, se dice de una sola manera.
Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto.
No. Se dice una sola vez,
No.
Con la misma entonación,
No.
Como un disco rayado,
No.
Un No que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, no es No.
Un No que necesita de explicaciones y justificaciones, no es No.
No, tiene la brevedad de un segundo.
Es un No para el otro porque ya fue para uno mismo.
No es No, aquí y muy lejos de aquí.
No, no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser No aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba.
No, es el último acto de dignidad.
No, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.
No, no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos revueltos, ni con pena; y menos aún, con satisfacción.
No es No porque no.
Cuando el No es No, se mirará a los ojos y el No, se descolgará naturalmente de los labios.
La voz del No, no es trémula, ni vacilante, ni agresiva y no deja duda alguna. Ese No, no es una negación del pasado; es una corrección al futuro.
y sólo quien sabe decir No, puede decir SÍ.

miércoles, 2 de junio de 2010

"Edificio" de Ana García Bergua, para leerlo en una sentada.

Recomendación para leer:


Reseña:
Letras Libres - "Edificio, de Ana García Bergua" por Fabio Morábito
LETRASLIBRES.COM

Después de leerlo, pienso que escribir acerca de los vecinos en un edificio, sería como hacer realidad aquella ilusión que teníamos de pequeños: ser invisible y entrar y salir de casa y de la de los vecinos para, sin ser vistos, observar, sorprendernos y anotar.
Disfruté y recomiendo mucho esta lectura.
Beto Buzali

© LetrasLibres.com