domingo, 27 de febrero de 2011
STRANGERS NO MORE SE LLEVA TODOS LOS OSCAR
sábado, 26 de febrero de 2011
EL HOMBRE QUE INTENTÓ PARAR EL HOLOCAUSTO: JAN KARSKI. El Pais
Este hombre quiso parar el Holocausto.
JULIA LUZÁN 27/02/2011
Jan Karski fue testigo del exterminio judío en Polonia. Se desesperó denunciando durante meses los crímenes nazis ante Roosevelt y el Gobierno inglés. Nadie le escuchó.
Yo informé de lo que vi". Lo decía, con rostro grave, el hombre que intentó detener el Holocausto, el polaco Jan Karski, en una de las escenas de la devastadora películaShoah, de Claude Lanzmann. "Dios me ha permitido ver y decir lo que he visto, me ha permitido dar testimonio", decía. Él fue testigo del horror, de la caza al judío, pero no fue escuchado.
Jan Karski, el hombre que se deshizo en lágrimas ante Lanzmann, vivió unos años frenéticos como emisario del horror durante la Segunda Guerra Mundial. Jan Kozielevski, su nombre real (Lodz, Polonia, 1914-Washington, 2000), procedía de una familia católica de clase media. En 1931, su país y su juventud fueron arrasados por Hitler, aunque sus excepcionales cualidades para el análisis y la memorización lo convirtieron en un mirlo blanco para el Gobierno polaco -en la clandestinidad tras ser invadidos por Hitler-, que no dudó en reclutarlo para la Resistencia. "Soy un disco de gramófono que se graba, se transmite, se escucha", decía de sí mismo un lúcido Karski.
Tenaz y tozudo, Karski se empeñó en revelar al mundo la verdad sobre el exterminio nazi. En 1944 escribió un libro, Historia de un Estado clandestino (ahora se edita por primera vez en España por la editorial Acantilado), donde contaba su lucha por la libertad de Polonia y el estremecedor testimonio de los judíos del gueto de Varsovia y los campos de exterminio. Fue un éxito. Vendió más de medio millón de ejemplares en pocos meses en Estados Unidos. Cuando se convirtió en un personaje incómodo para Stalin y los aliados, enmudeció. En 1981, Jan Karski rompió su silencio de cuarenta años dando público testimonio de lo que había visto: "Al terminar la guerra supe que ni los Gobiernos ni los líderes, ni los eruditos, ni los escritores declaraban haber estado al corriente de lo acaecido a los judíos. Se mostraban sorprendidos. La muerte de seis millones de seres inocentes era un aterrador secreto. Aquel día me convertí en judío. Soy polaco, norteamericano, judío cristiano, católico practicante. Y aunque no soy un hereje, declaro que la humanidad ha cometido un segundo pecado original: por obediencia o por negligencia, por ignorancia autoimpuesta o por insensibilidad, por egoísmo o por hiprocresía, o incluso por frío cálculo. Ese pecado atormentará a la humanidad hasta el fin del mundo".
Movilizado en 1939, escapó de los alemanes sin siquiera combatir y se enroló en la Resistencia. "No sentía más que odio por los alemanes, odio por los bolcheviques... Por aquel entonces, yo era una conciencia enferma". Witold Kuckarski, el teniente Witold, su primer nombre de guerra, fue destinado en 1940 al servicio de enlaces con otros países. Los nazis lo apresaron en Eslovaquia, lo entregaron a la Gestapo y lo torturaron salvajemente. Intentó quitarse la vida cortándose las venas y consiguió escapar. En el verano de 1942, el delegado del Gobierno de Varsovia decidió enviarlo a Londres en calidad de "emisario político de la resistencia civil". Había nacido Jan Karski. Antes de partir, el Gobierno le pidió que se reuniera con otros ciudadanos polacos, los judíos. Fue testigo de la "gran acción" contra el gueto de Varsovia y la verdad inconfesable sobre los campos de exterminio.
Siempre recordó cómo, vestido con un traje andrajoso, se adentró un día en la ciudad de la muerte, el gueto de Varsovia, donde los nazis habían confinado a miles de judíos. "No era un cementerio porque los cuerpos se movían, aunque aparte de la piel, los ojos, la voz, no existía nada de humano en esas palpitantes figuras. Por todas partes había hambre, miseria, la atroz pestilencia de cuerpos en descomposición, los lastimeros gemidos de los niños agonizantes, los gritos desesperados de un pueblo que mantenía una espantosa y desigual lucha por la vida". Un infierno creado por el hombre. Los líderes judíos lo dejaron claro: "Los alemanes no intentan esclavizarnos como hacen con otros pueblos, estamos sistemáticamente exterminados. Esa es la diferencia... Creen que exageramos, que somos unos histéricos, pero millones de judíos están condenados al exterminio. Toda la responsabilidad gravita sobre las potencias aliadas". Aquel era el mensaje que debía transmitir al mundo: "La victoria de los aliados en un año, en dos, en tres, no nos servirá de nada porque ya no existiremos". Un grito desesperado.
No lo había visto todo. Días después, Karski viajó hasta Izbica, una pequeña ciudad cercana a Varsovia. Vestido con el uniforme de los guardias ucranios que custodiaban el campo de exterminio de Belzec, recorrió los barracones y presenció la llegada de cientos de deportados. Olió la carne quemada y vio cómo hombres uniformados metían a presión a los judíos en coches abarrotados que descargaban su carga humana en cámaras de gas. "Recuerde esto, recuérdelo siempre", musitaba a su oído el guía.
Karski tenía una misión. Como testigo del horror debía tratar de movilizar ayudas. Llevaba pruebas en un microfilme escondido en una llave. A principios de febrero de 1943, Karski se entrevistó con Anthony Eden, ministro de Exteriores británico, con miembros del Partido Conservador, del Laborista. No consiguió llegar hasta Churchill. "Continué con mi ronda de visitas a otros ingleses prominentes. Se parecía mucho a lo que hacía en Polonia, correr de un punto de contacto a otro. Aunque aquí había limusinas y buena comida; allí, terror y hambre". También se presentó ante la comisión de crímenes de guerra de las Naciones Unidas. "Ante ellos relaté cuanto había visto en el gueto de Varsovia y en el campo de exterminio de Belzec. Pronto me di cuenta de que no comprendían ni el exterminio ni a la Resistencia polaca". Años después, Karski diría sobre "la solución final": "Fue muy sencillo para los nazis matar a los judíos. Fueron abandonados por todos. Ahora muchos Gobiernos y la Iglesia dicen: 'Intentamos ayudarlos'. Pero nadie hizo nada. La estrategia de guerra era la derrota de Alemania, el aplastamiento militar del Tercer Reich".
El gobierno polaco decidió abrir una nueva vía y enviar a Karski a Estados Unidos, donde denunció los crímenes ante la Administración estadounidense -el juez del Tribunal Supremo Felix Frankfurter-, la Iglesia -el cardenal Cicognani, el arzobispo Spelman-. La respuesta fue el escepticismo. El 28 de julio de 1943 se entrevistó con Roosevelt durante una hora. "El corazón me latió con rapidez cuando entré en la Casa Blanca", escribió. "Iba a reunirme con el hombre más poderoso, en la nación más poderosa del mundo... Estaba sorprendentemente bien informado sobre Polonia. Me pidió que le confirmase las historias que se contaban sobre las prácticas alemanas contra los judíos". Al finalizar el encuentro, cuando Karski le preguntó qué mensaje debía transmitir a su pueblo, el presidente respondió: "Dígales que vamos a ganar esta guerra y que en la Casa Blanca tienen a un amigo".
Polonia era ya por entonces una pequeña pieza en el engranaje de los aliados. En febrero de 1944, Karski regresó a Estados Unidos. Tenía un proyecto, realizar "una buena película". No lo logró, "Hollywood estaba mal dispuesto a cualquier tema polaco". Al mes siguiente, Karski escribió a sus superiores: "La firma Emery Reves quiere editar una obra sobre la Resistencia a partir de mi experiencia. Piensan que el libro causará sensación". El editor impuso condiciones muy estrictas: rapidez y ninguna mención antisoviética -"qué necesidad tenemos nosotros de sus disputas con Stalin"-. Karski escribió acerca de sus intentos de parar el Holocausto."Cuanto más tiempo pasa desde que me encuentro fuera de los horrores del país y cuanto más alejado estoy del frente, más experimento el horror de la tragedia de los judíos".
El 5 de julio de 1945, Estados Unidos y Gran Bretaña retiraron su reconocimiento al Gobierno polaco en el exilio para entablar relaciones oficiales con el de Varsovia, copado por los protegidos de Stalin. Karski, acusó: "Churchill fue más culpable, pero Roosevelt, más perjudicial". No volvió a Polonia. Se instaló en Estados Unidos y dio clases de ciencias políticas en la Universidad de Georgetown durante 30 años -Bill Clinton fue uno de sus alumnos-. Karski, el hombre que gritaba "vi cosas horribles", murió en Washington en 2000, a los 86 años.
La sordera de los aliados
Jan Karski se lamentaba de que los pocos minutos -de las ocho horas rodadas con él- elegidos por Claude Lanzmann para su intervención en la película Shoah no se centraran en "lo que solo él podía testimoniar", la sordera de Occidente ante la llamada de angustia de los judíos del gueto de Varsovia. Cuando en 2009 apareció en Francia su vida novelada con suma ligereza por Yannick Haenel, el director francés quiso rescatar el testimonio inédito de Karski en un documental que acaba de estrenar la cadena de televisión Arte.
jueves, 24 de febrero de 2011
MIGUEL BARBERENA RESEÑA en LABERINTO: LA CARTE ET LE TERRITOIRE de HOUELLEBECQ, "DISECCIÓN FRÍA Y DESCARNADA" DE LA SOCIEDAD MODERNA:
Territorios de Houellebecq *
Miguel Barberena
Para el lector mexicano el principal interés de la nueva novela del francés Michel Houellebecq, La carte et le territoire (El mapa y el territorio) es la fugaz presencia en sus páginas de Carlos Slim. En su faceta de coleccionista de arte, el empresario asiste, en una galería trendy de París, a la exposición de un prometedor fotógrafo y pintor de nombre Jed Martin, personaje central del libro. También andan por ahí otros coleccionistas millonarios como Román Abramovitch, el ruso dueño del equipo Chelsea, y François Pinault, conocido aquí como el esposo de Salma Hayek. Arriesgo la traducción de lo que Marylin, la attachée de presse, dice a Jed en un momento del concurrido vernissage:
“¿ Ves aquel tipo, frente al cuadro del Bugatti?” (Marilyn) señalaba a un hombre viejo, de rostro cansado y ligeramente abotargado, con bigotito gris, vestido con un traje negro de mal corte. “Es Carlos Slim Helú. Mexicano, de origen libanés. Parece un donnadie, ya lo sé; pero gana muchísimo dinero en las telecomunicaciones: según las evaluaciones, es la tercera o cuarta fortuna mundial. Y es coleccionista…”
Slim Helú permaneció ante el cuadro por lo menos cinco minutos, casi inmóvil, acercándose y alejándose algunos centímetros. Había escogido, notó Jed, la distancia de visión ideal para ese formato de cuadro; evidentemente, era un verdadero coleccionista (…)
Después el millonario mexicano dio vuelta para dirigirse hacia la salida; no había saludado ni hablado con nadie. Cuando pasaba a su lado, François Pinault le lanzó una mirada acerada; ante tal competidor, en efecto, el hombre de negocios bretón era de poca valía. Slim Helú subió a la parte trasera de una limosina Mercedes negra que se había estacionado frente a la galería.”
Slim, Abramovitch y Pinault no son los únicos ricos y famosos de la vida real que aparecen en esta novela, ganadora del Premio Goncourt 2010. A Michel Houellebecq siempre le ha dado por el name dropping de actualidad, pero aquí se supera. Parte de la historia ocurre en las altas esferas del arte contemporáneo, así que tenemos, desde la primera página, a Jeff Koons y a Demian Hirst. Aparecen también Bill Gates y Steve Jobs, posando juntos en otro cuadro de Jed Martin, titulado La conversación en Palo Alto; y una legión de celebridades francesas de la política, la cultura y el infotainement. Cuando es cuestión del ambiente literario de París, no falta Frédéric Beigbeder —“en el apogeo de su gloria mediática”— ni el propio Michel Houellebecq, convertido en personaje de su novela, a la vez el retrato al óleo que de él hace Jed Martin, y el autorretrato de un hombre “solitario, de fuertes tendencias misantrópicas.”
En La carte et le territoire, su quinta novela, Houellebecq prosigue lo que llama su “disección fría y descarnada” de la sociedad moderna. Lo hace a través de la historia de Jed Martin, un artista treintón de París que lo tiene todo de héroe houellebequeano, con la madre que se suicida cuando él tiene siete años, un padre desinteresado y ausente, y una novia de rasgos orientales que alterna como prostituta (“cobraba 250 euros por hora, más un suplemento de cien euros si era por la vía anal”.)
El título —El mapa y el territorio— hace referencia a una exposición temprana de Jed Martin con el tema: “El mapa es más interesante que el territorio”. Son fotografías de gran formato, amplificadas a 8000 x 6000 pixeles, de los mapas de las guías Michelin del territorio de Francia. Estas “intervenciones fotográficas” alcanzan el rango de “arte” y se cotizan en miles de euros. Pronto, Jed y la empresa Michelin han formado un lucrativo partnership. Más importante: también a través de Michelin ha conocido Jed a su amante, la Relaciones Públicas de la empresa, Olga Sheremoyova, una belleza rusa, afrancesada y francofila a más no poder. Porque en la teoría de Houellebecq, los extranjeros son los únicos que todavía admiran a Francia, en la realidad un país embrutecido y vulgar.
La guía Michelin sirve a Houellebecq para introducir un tema del libro: el de Francia como mera atracción turística o amusement park, un país que hoy sólo sirve para vender perfumes, fabricar foie gras o hacer visitar los chateaux del siglo XVIII. Ya en anteriores novelas, el autor había tratado el tema del turismo en la época de las masas, con particular interés en la rama del turismo sexual: colonias nudistas alemanas en Las partículas elementales (1998); Tailandia y Cuba en Plataforma (2002); la costa de Alicante en La posibilidad de una isla (2007). Aquí Houellebecq se olvida del extranjero y del sexo —una lástima tratándose de un autor de buena pluma erótica y de los pocos franceses que han saltado la cortina de foie gras que esconde a la literatura contemporánea de su país.
El turismo en La carte et le territoire es a “la Francia profunda”, lejos del sendero frecuentado, en regiones como “la Creuse” o “la Haute Vienne”, incontaminadas aún por la civilización turística y los jubilados ingleses. “La campagne est devenue tendance”, dice un personaje. La provincia es la tendencia, y pronto será cuestión del “hotel de charme” y de “una experiencia gastronómica vintage, dígase incluso hard core”. Es la explotación del bon vivre francés para los ingenuos que aún lo compran. El nombre de la nueva revista, French Touch, lo dice todo…
La novela toca otro tema recurrente en la obra del autor, el de la relación padre-hijo, aquí entre Jed Martin y su progenitor, un arquitecto exitoso, pero que no pudo superar el “shock” del suicidio de la esposa. Obvio, a pesar del éxito, de la mujer que tiene, Jed será siempre un hombre infeliz y atormentado, en parte porque es francés, en parte porque es un personaje de novela de Houellebecq. Cuando Olga decide regresar a Moscú, Jed queda devastado…
La carte et le territoire fue la primera exposición exitosa de Jed, la que lo puso en el mapa, literalmente. En un momento, llegará a ser el artista francés mejor cotizado. En el ranking de fortunas artísticas (con Hirst en primer lugar y Koons en segundo), Jed llegará a ocupar el lugar 523 mundial, pero 17 en Francia. Sus fotos de mapas llegan a costar miles de euros. Sus posteriores retratos expresionistas de Koons y Gates —los que interesaron a Slim— rozan el millón. Para otra exposición, Jed pide al escritor Michel Houellebecq (“mundialmente conocido”) escribir el texto del catalogo. Sorpresivamente, el misantrópico autor, que vive en Irlanda y no se baña, como el Houellebecq de la vida real (“apestaba un poco, pero menos que un cadáver”), acepta el encargo, y entra así al mundo novelesco de su homónimo autor. En una parte de la novela, Jed viaja a Irlanda para conocer a Houellebecq y hacerle un retrato.
El escritor ficticio no saldrá bien librado de estas páginas: el tercer capítulo del libro, escrito al estilo de novela negra à la Simenon, narra la investigación policiaca, a cargo del detective Jasselin, del salvaje asesinato de un famoso escritor de nombre… Michel Houellebecq. El escritor se inmola ante sus lectores. Allá él…
A cada publicación de una novela de Houellebecq ha seguido un escándalo “mediático”. Con La carte et le territoire la cosa no pasó a mayor, y la novela obtuvo, como se cantaba, el prestigioso premio Goncourt, el más importante y burgués de la literatura francesa. Como para significar que Houellebecq, el agente provocador y enfant terrible de la literatura francesa, ha ganado al fin en respetabilidad. Ahora se le podría llamar incluso un enfant sage o bien portado.
En efecto, los lectores que busquen aquí al Houellebecq guarro y ofensivo tendrán que volver a las anteriores novelas. Mereció antes el Goncourt por Las partículas elementales, la novela donde mejor despliega su visión “corrosiva y desesperada” de la humanidad, pero se lo ha ganado ahora por esta versión descafeinada y franco-francesa de sí mismo. Enhorabuena…
Michel Houellebecq
La carte et le territoire
Flammarion, 2010
428pp.
*LABERINTO de MILENIO
miércoles, 23 de febrero de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
ROBERT CRUMB ILUSTRA A BUKOWSKI: BABELIA en EL PAIS
ROBERT CRUMB + BUKOWSKI = ¡GENIAL!
-¿Es usted el director?- le preguntó.
lunes, 21 de febrero de 2011
BRAULIO, UN ABRAZO POR MERECIDO RECONOCIMIENTO: PEN MÉXICO 2011
“Me ocupo de la gente de la que nadie se ocupa, de la injusticia...”.
La ceremonia de premiación tendrá lugar en la Ciudad de México el 8 de abril.
México.- Este hombre de letras y periodista está contento, lo confiesa. Es un premio importante, pero es sobre todo un reconocimiento al trabajo, uno además poco habitual en los medios de comunicación de hoy.
“Yo no veo —dice— espacios amplísimos para el tema de los asesinatos de mujeres en Juárez, por ejemplo, veo un escándalo, veo muchas noticias, pero no veo análisis y, sobre todo, no veo resultados por parte de la justicia y de los cuerpos de seguridad del país.”
Es Braulio Peralta, periodista y escritor que en los últimos años se ha ocupado de temas aledaños a las minorías, asuntos que publica puntualmente en su columna “La letra desobediente” en MILENIO.
“Por eso siento un poco más personal este reconocimiento, tiene que ver con mi trabajo enMILENIO, donde me ocupo de la gente de la que nadie se ocupa, de la injusticia, de la inseguridad, de los derechos humanos.
“Así como muchísima gente se ocupa de los migrantes, de los que no tienen casa, de los que vienen cruzando la frontera de Centroamérica y cruzan por México para ir a Estados Unidos, así como se hacen películas como Presunto culpable, en fin, yo me dedico a estos temas porque me veo en una sociedad civil en crecimiento que necesita reconocerse”, explica.
De acuerdo con el anuncio que se hizo ayer domingo acerca de los ganadores de los premios PEN Club México 2011, en Excelencia Periodística lo recibieron Braulio Peralta y El Diario de Juárez; en Excelencia Editorial, Peña y Verbo y Ediciones El Milagro; finalmente, en Excelencia Literaria, Gloria Gervits y Hugh Thomas.
La ceremonia de premiación tendrá lugar el próximo 8 de abril en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles de la Ciudad de México.
El periodista abunda: “Con este reconocimiento a mi trabajo se hace énfasis en la necesidad de dar a conocer las historias porque somos una sociedad que intenta cambiar este mundo, donde pareciera que todavía la barbarie está presente, aunque quizá no la vemos en las grandes ciudades.
“A mí sí me importan mucho esos temas sociales, y no veo espacios amplísimos ni análisis de este tipo de temas. Los periodistas están haciendo en gran parte su trabajo pero no más allá. Ahora me tocó a mí ganar, pero en realidad le pudo haber tocado a cualquiera que tenga una ética y honestidad por delante”, explicó Peralta.
Trayectoria de letras
Braulio Peralta es escritor, periodista y editor. Estudió las licenciaturas de periodismo y literatura dramática en la Universidad Nacional Autónoma de México y la carrera de historia del arte en el Museo del Prado, en Madrid, España.
Ha sido reportero de los diarios UnoMásUno y La Jornada, de la que fue fundador y donde ocupó dos veces la responsabilidad de la sección cultural. Ha sido director y fundador de la revista Equis, Cultura y Sociedad, y director editorial en Random House Mondadori.
Es editor del Grupo Editorial Planeta y escribe los lunes en el diario MILENIO. Ha recibido premios como el de Periodismo Cultural Fernando Benítez en 2003, el Premio Nacional de Testimonio Chihuahua en 2005 y El Gallo Pitagórico en el marco del Festival Internacional Cervantino en 1981.
Entre sus obras se encuentran De un mundo raro (editorial Conaculta), El poeta en su tierra. Diálogos con Octavio Paz (Editorial Grijalbo) yLos nombres del arco iris (Editorial Nueva Imagen).
Premios PEN
Fundado en 1921, es la segunda ocasión que los premios PEN se entregan en México, ahora por una de las organizaciones de derechos humanos más añejas.
Fue uno de los primeros países en afiliarse al PEN Internacional, y entre los autores que han formado parte de esta organización se encuentran Alfonso Reyes, Octavio Paz, Eduardo Lizalde, José Emilio Pacheco, Gabriel Zaid, Julieta Campos, Elena Poniatowska, Víctor Manuel Mendiola, Nedda G. de Anhalt y Manuel Ulacia.
Jennifer Clement, directora de la organización en México, señaló durante el anuncio que los premios PEN son muy importantes; siempre han sido considerados muy importantes a escala internacional, y destacó su importancia para alentar el trabajo en torno a los derechos humanos.
domingo, 20 de febrero de 2011
EN VIVO EL REGRESO DE CARMEN ARISTEGUI
EL REGRESO DE CARMEN ARISTEGUI
¿QUÉ SE DIJO?
Carmen Aristegui regresa a la radio
En su transmisión la periodista afirmó que “nuestro regreso tiene un cierto aroma de victoria compartida con usted que ve y escucha este noticiero”REGRESO. Al retomar la conducción de su noticiero la periodista dijo que se trata de una mañana especial e intensa, de días difíciles y aleccionadores (Foto: Archivo )
La periodista Carmen Aristegui, quien saliera de manera sorpresiva de su espacio informativo el pasado 7de febrero, regresó a la conducción de su noticiero de radio, luego de que concilió con la empresa MVS su regreso a la estación.
Al retomar la conducción de su noticiero "Primera Emisión", que se transmite de 6:00 a 10:00 horas de lunes a viernes en el 102.5 de FM, Aristegui dijo que se trata de una mañana especial e intensa, de días difíciles y aleccionadores.
"En apenas dos semanas perdimos y recuperamos este espacio de noticias, de información, de critica y de debate para usted y con usted... nuestro regreso tiene un cierto aroma de victoria compartida con usted que ve y escucha este noticiero , compartida con MVS que dio el paso y revirtió esta medida (su salida del noticiero)", dijo Aristegui al entrar al aire.
Hace dos semana, MVS informó que la salida de la periodista se debió a que transgredió el código de ética de la cadena.
Días después, cuando la empresa dio a conocer el regreso de Aristegui, explicó que el contrato que regula su relación profesional establece un proceso arbitral para dirimir controversias derivadas de los contenidos transmitidos en el espacio radiofónico.
El conflicto comenzó el pasado 4 de febrero cuando la periodista presentó en su noticiario lo ocurrido un día antes en la Cámara de Diputados, cuando legisladores del opositor Partido del Trabajo, encabezados por Gerardo Fernández Noroña, colocaron una manta que cuestionaba la salud del presidente Felipe Calderón.
Carmen Aristegui retomó el tema y preguntó a la Presidencia sobre el estado de salud de mandatario federal.
Posteriormente, Roberto Gil, secretario particular del presidente Felipe Calderón, dijo que gozaba de buen estado de salud, fortaleza física y entereza, e hizo un balance de las actividades del mandatario en el último año.
Al retomar la emisión, Carmen Aristegui dijo que esta historia "nos coloca a todos en una nueva perspectiva, la de una relación más estrecha, más responsable, más comprometidas con nuestras audiencias".
Destacó el valor y la importancia que tiene para la resolución de un conflicto "echar por delante la cordura, la inteligencia y la valoración de una mano tendida. El resultado de todo esto es precisamente lo que estamos viviendo que es el regreso al aire de este equipo de trabajo", dijo.
Aristegui agradeció a la familia Vargas, propietaria de MVS por haber tomado esta "difícil decisión, pero acertada", y destacó la participación social en la consecución de una solución al conflicto.
sábado, 19 de febrero de 2011
¿PARA LEER? LOS SINSABORES DEL VERDADERO POLICÍA: Roberto Bolaño. Editorial ANAGRAMA Y OTRAS RECOMENDACIONES:
I. LOS SINSABORES
DEL VERDADERO POLICÍA
III. COVERS en soledad y compañía
MIENTRAS HAYA MEMORIA, EL HOLOCAUSTO NO SE REPETIRÁ...¡JAMÁS!
MUSEO MEMORIA Y TOLERANCIA
"Estamos en una época histórica en la que los testigos directos desaparecen"
Jorge Semprún, sobreviviente del campo de concentración de Buchenwald.
DICCIONARIO DE MEXICANISMOS. ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA. SIGLO XXI
Pero haz clic en la imagen para leer mucha más información.
“Enriquezca su vocabulario, no sea wey”
¡ÓRALE, QUE HOT-DOG
ES UN MEXICANISMO!
El “Diccionario de Mexicanismos”, de la Academia de la Lengua, contiene descripciones inexactas y extranjerismosRECONOCIMIENTO. Concepción Company dice que en la publicación hay cerca de 200 mexicanismos que podrían considerarse cultos y que, sin embargo, nadie ha señalado. Entre ellos: emérito, parteaguas, mancomunado, abocarse, violentar, colegiaturas, acordeón, balanceo, cuadras (Foto: ESPECIAL )
Publicado en noviembre del año pasado el Diccionario de mexicanismos se celebraba como uno de los magnos proyectos de la Academia Mexicana de la Lengua (AML). A tan sólo tres meses de su puesta en circulación, el volumen que reune 11 mil 400 voces y 18 mil 700 acepciones, es objeto de polémicas y debates entre académicos, críticos y especialistas de la lengua que ponen en entre dicho su legitimidad.
El diccionario de 648 páginas, de carácter corporativo, coeditado por la AML y Siglo XXI Editores, sale a la luz medio siglo después de la monumental obra que sigue siendo referencia obligada para los interesados en el idioma: el Diccionario de mejicanismos (1959) de Francisco Javier Santamaría.
A pesar de los esfuerzos de la Academia Mexicana de la Lengua, para algunos lingüistas como Luis Fernando Lara este nuevo Diccionario de mexicanismos está todavía muy lejos de poder mejorar y mucho menos igualar la obra fundamental que con gran esfuerzo y dedicación realizó Santamaría.
Y es que la publicación que dirige Concepción Company Company, presidenta de la Comisión de Lexicografía de la Academia Mexicana de la Lengua, comienza a mostrar sus pifias. La inconsistente definición de “mexicanismos”, la inclusión de extranjerismos, la parcialidad de sus fuentes, algunos errores de análisis de significado, ciertas inclusiones correctas con descripciones inexactas e incluso la falta de un método lexicográfico son algunos de los señalamientos que el nuevo Diccionario de mexicanismos ha recibido.
En la introducción del nuevo Diccionario, la doctora en Lingüística Hispánica advierte que por mexicanismos debe entenderse: “las voces, simples y complejas, las expresiones lexicalizadas y las acepciones que caracterizan la lengua, popular o culta, o ambas, de este país, fundamentalmente, en la variedad o las variedades urbanas del Altiplano Central de México”.
En ese sentido, el Diccionario de mexicanismos muestra, según se indica en este texto introductorio: “las rutinas y los hábitos lingüísticos que otorgan identidad a los mexicanos” y refleja “los grandes ejes culturales alrededor de los cuales se concentra el léxico del español en México”, que van desde la obsesión por el sexo hasta la cotidianidad de la muerte, pasando por las cortesías, el sarcasmo, la ironía y el multiangular machismo”.
Afirmación que el doctor en lingüística y literatura hispánicas, Luis Fernando Lara, objeta en el artículo “Diccionario de Mexicanismos” publicado en el número 146 de la revista Letras Libres (Febrero 2011): “¡Es ese vocabulario el que concentra el léxico del español de México y nos otorga identidad! Bonita manera de renovar el pintoresquismo del siglo pasado y a la vez de realimentar el estereotipo que tanto daño nos hace en la vida política y en los medios de comunicación, del mexicano macho, obsesionado por el sexo, soez y dado a la muerte… Apena que la Academia Mexicana, en voz de Concepción Company, no sepa cuál podría ser su lugar en la educación de los mexicanos y tampoco su papel en el estudio del español mexicano”.
En respuesta a esta crítica, Concepción Company afirma en entrevista que la Academia únicamente está describiendo los hechos actuales, y “no estamos complaciéndonos en ningún estereotipo. Si hay mucho léxico sexual será porque hay un patrón de lexicalización sedimentado por siglos en el español de México”, señala la académica.
Léxico transgresor
En cambio, dice Concepción Company, se deberían alarmar por algo mucho más preocupante que el mismo Diccionario de mexicanismos refleja: el léxico para transgredir las reglas.
Company asegura que en el diccionario existen diversas entradas que refieren a la transgresión, las cuales van desde la mordida, dar el avión, hasta ponerse la del Puebla.
La académica afirma: “Es impresionante la cantidad de formas para transgredir, incluso festivamente, como algo ya cotidiano. Pero a nadie le preocupa que sean transgresiones y qué curioso que los críticos estén más preocupados por el sexo y por lo soez”.
La lingüista dice que en la publicación hay cerca de 200 mexicanismos que podrían considerarse cultos y que, sin embargo, nadie ha señalado. Entre ellos: emérito, parteaguas, mancomunado, abocarse, violentar, colegiaturas, acordeón, balanceo, cuadras.
No obstante, para Lara, coordinador del Diccionario del español de México (El Colegio de México, 2010), la reducción del español de México y del mexicanismo al vocabulario soez, del sexo, de la muerte y del machismo, tienen un papel importante las fuentes que utilizaron.
Y es que otro de los grandes señalamientos que ha recibido la publicación, considerada como una “obra de gran trascendencia en el marco de las conmemoraciones de la patria en 2010”, según dijo el ex director de la Academia Mexicana de la Lengua, José G. Moreno de Alba, es la parcialidad de sus fuentes.
Entre las fuentes base de consulta del Diccionario de mexicanismos se encuentran las bibliográficas (diccionarios, novelas y hasta las historietas de La familia Burrón), las electrónicas y las filmográficas (películas de Cantinflas, de la India María y de Pedro Infante).
Para Luis Fernando Lara ésa es la raíz de las incongruencias. “Esas fuentes inclinan la balanza hacia un vocabulario soez, humorístico y, muchas veces, individual. Es decir: de tales fuentes, tales resultados”, señala.
Nuevos “clásicos”
Sobre el tema también se ha pronunciado el escritor y periodista Humberto Musacchio, quien atribuye a la bibliografía el carácter de “escolar”.
“Con escaso pudor, publican una bibliografía de obras impresas que no llegan a la treintena”, ha asegurado Musacchio. Critica que los clásicos de los “mexidiccionaristas” sean Jis, Trino, Brozo y Eugenio Derbez. “Pero si la bibliografía tiene un carácter apenas escolar, la impostura seudocientífica se hace más evidente con las fuentes filmográficas”, señala.
Sin embargo, la doctora Concepción Company afirma que las fuentes de consulta indicadas en el libro son una “base de consulta”, lo cual significa que no fue vaciado tal cual.
“Lo que nosotros pusimos en el diccionario es una base de consulta. Comprobamos todo lo seleccionado y se eligieron las que tenían altas frecuencias de uso en el español de México, básicamente en el Altiplano Central. Además de eso salimos a la calle, tuvimos informantes, hablantes espontáneos”, indica la académica.
Lavar ropa o destapar caños
Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua de 1986 a 2002, el poeta Gabriel Zaid también se sumó a las críticas en torno del Diccionario de mexicanismos. A partir de la inclusión de lejía, el ensayista repasa, en el artículo “Lejía” también publicado en la revista Letras Libres (Enero 2011), la historia de este vocablo exhibiendo algunos errores de la publicación.
La definición de lejía en el Diccionario de mexicanismos es: “Mezcla hecha con sebo y sosa cáustica que se utilizaba para blanquear ropa”.
Sin embargo Zaid afirma, tras remontarse a las raíces antiguas del término y su evolución, que: “por extensión, se ha llamado lejía a otras sustancias oxidantes, especialmente el hipoclorito de sodio (naocl); pero su nombre más común (en el lavado de ropa o la desinfección de albercas) es cloro”.
“Dada la antigüedad de la lejía y de la palabra ‘lejía’, sorprende que la Academia Mexicana de la Lengua la incluya en su nuevo Diccionario de mexicanismos. Es una palabra originada más de un siglo antes de que el español llegara a México”, dice.
Un diccionario de mexicanismos, considera el ensayista y poeta, registra las palabras, acepciones y frases del español hablado en México que no son usuales en el español de otras partes. Por lo tanto, “lejía” no es un mexicanismo, pero sí una palabra del español que se habla en México.
¿De dónde saca, entonces, la Academia que lejía es un mexicanismo? ¿De dónde saca que hot-dog es un mexicanismo?, se cuestiona Gabriel Zaid. A lo que Concepción Company responde: Lejía en México es “sosa cáustica” (Hidróxido de Sodio); y afirma que en el español actual, en 2011, lejía sólo sirve para destapar cañerías y no “para blanquear ropa”. Y es aquí cuando la académica reconoce que la crítica de Zaid acierta en algo: “lo que es cierto es que nuestra definición tiene un error, y es que se pone “para blanquear ropa”.
Si bien, reconoce que Gabriel Zaid hizo notar la inconsistencia de la definición, Company señala que no por eso deja de ser un mexicanismo:
“Es la misma palabra con otro referente, con otro contenido semántico e incluso químico”, asegura.
Respecto a la inclusión de hot-dog, la académica señala que al Diccionario de mexicanismos no le importa si ciertas palabras son extranjerismos, sino que lo que interesa es decir que “esto es lo que usamos los mexicanos y esta es nuestra lengua en uso real”. Por lo tanto, dice, puede haber mexicanismos que vengan del japonés, del latín, del náhuatl o del inglés.
Company asegura que hot-dog es un anglicismo; se trata de un préstamo duro no adaptado fonéticamente, ni morfológicamente a la lengua española pero que tiene un uso cotidiano en el habla mexicana. “Los mexicanos no comemos ‘perritos calientes’. No se va a un restaurante, a una cafetería o a un puesto a pedir un ‘perro caliente’. Tan mexicanismo es -señala la académica- que ha generado la forma coloquial jocho. Si no fuera mexicanismo los hablantes de México no hubiéramos generado una creación propia”.
Asegura que la Academia no está señalando lo qué es incorrecto sino que, “está diciendo esto es lo que se usa y tiene frecuencias de uso tan notorias y fuertes que es así nuestra lengua”.
Así como éste, existen en el libros otros extranjerismos: jeans, break, boulevard, coffe, aerobics, baby doll, drink, boulevard y mouse.
Pese a las críticas, la lingüista Concepción Company destaca que el Diccionario de mexicanismos es un primer esfuerzo corporativo y que, en efecto, habrá que mejorarlo y enriquecerlo en subsecuentes ediciones. Tal como el proyecto que ya está en marcha: la segunda edición revisada que atenderá las críticas y sugerencias que abundan sobre el primer volumen.
Company adelantó que la edición, que se espera salga el próximo año, contendrá un apéndice extenso de aquellas formas que no se comparten con ningún otro país hispanohablante. “Vamos a tener un apartado donde digamos los mexicanos en esto somos únicos”, dice.