viernes, 28 de noviembre de 2014

HAY UN ATLETA DESNUDO CORRIENDO EN LAS FACHADAS DE LONDRES

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28 de Noviembre 2014
Tim Shieff, campeón mundial de freerun, desafía a la gravedad y a la policía de la capital británica




Hay cosas que sólo las puede hacer un campeón mundial de freerun como Tim Shieff, como por ejemplo correr por las fachadas de edificios históricos de Londres totalmente desnudo. Más que nada porque ningún policía podría atraparlo.

El mismo Shieff, de 26 años, es aficionado a la fotografía y es quien ha arriesgado su vida y su trayectoria de ciudadano impecable, ya que no obtuvo el permiso del ayuntamiento para realizar esta sesión: "Algunos momentos fueron a vida o muerte, pasé mucho frío y tuve que poner a prueba mi fuerza", explicaba al Daily Mail.

Este proyecto fotográfico, titulado "Man & Mortar" (hombre y mortero), busca contraponer la linelidad y rigidez de la arquitectura británica con las formas sinuosas del cuerpo humano. También está inspirado en la escultura griega clásica.

Pero el motivo que hay detrás de la aventura de Shieff es colaborar con la fundación de alimentos del famoso chef Jamie Oliver. Un porcentaje del dinero recaudado con la venta de las imágenes se destinará a esta organización. En concreto, a un porgrama de apoyo a adolescentes con problemas.



"Algunos momentos fueron a vida o muerte, pasé mucho frío y tuve que poner a prueba mi fuerza".

10 TECNOLOGÍAS DE LOS SUPERSÓNICOS QUE SON UNA REALIDAD

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28 de Noviembre 2014


La caricatura animada The Jetsons (Los Supersónicos) apareció en la década de los sesenta y fue el primer programa de la cadena televisiva ABC que se transmitió a color. Con una trama futurista con la que más de una generación crecería, la serie creada en 1962 por William Hanna y Joseph Barbera (Hanna & Barbera), presentaba la vida de una familia que vivía en el año de 2062.

Las innovaciones tecnológicas que se presentaban, eran sorprendentes para la época; casas suspendidas en el aire, autos voladores, televisores gigantes, casas inteligentes, entre muchos otros eran algunos de los avances que presentaba la serie para una familia que vivía 100 años más tarde de la creación de la serie.

Hoy, a 48 años del momento en el que Los Supersónicos “vivieron”, son muchas ya las profecías que la serie proponía que ya son una realidad en nuestras vidas.

A continuación algunos de los avances tecnológicos, presentados en El Universal, que ya podemos tener y que no tenemos que esperar hasta el 2062 para adquirirlos:

1. Televisiones planas 3D



En la serie, la familia se reunía frente a un televisor a color enorme con imágenes sorprendentes. Hoy estas televisiones son una realidad y la tecnología ha avanzado a pasos agigantados; los personajes pueden “salir” de la pantalla y con la resolución 4K, la nitidez de las imágenes son sorprendentes. Además las pantallas son planas, tal como se presentaban en la serie animada. La conectividad hacen que estas pantallas inteligentes puedan ser comparadas con la de los Supersónicos.

2. Relojes inteligentes


Pensar en un dispositivo que se colocara en la muñeca y que con él fuera posible comunicarse parecía algo impensable. En la caricatura aparecía un dispositivo similar a un reloj con el que los personajes se comunicaban para realizar videollamadas. Hoy, es posible adquirir algún reloj de diversas marcas, mismo que se sincroniza con el celular para hacer y recibir llamadas.

3. Medios digitales


Es cierto que los periódicos no son exactamente como los presentados en la serie de los sesenta, sin embargo pueden ser comparados con los portales digitales. Los medios digitales han encontrado un gran espacio gracias a internet y pueden adaptarse a una gran variedad de formatos.

4. Casas inteligentes


Las casas inteligentes ya son una realidad. En la actualidad es posible regular la temperatura automáticamente del hogar, encender el televisor con el celular, iluminar una habitación con el sonido de las manos, entre muchas otras cosas. Así que los Supersónicos no estaban muy alejados de la realidad cuando proponían un hogar sumamente cómodo, en el que sin moverse de su asiento podían programar y controlar diversos aspectos de la casa.

5. Videollamadas


Si quizá ya para muchos de nosotros comunicarnos con alguien que se encuentra al otro lado del mundo, es algo sencillo de realizar, si nos detenemos a reflexionar un poco, es un avance que resultaba casi imposible de imaginar hace más de 50 años. Hoy con servicios como Skype o incluso Facebook, no sólo es posible hablar con alguien que está a miles de kilómetros de distancia, sino que además podemos mirar en tiempo real a la persona con la cual nos comunicamos.

6. Asistentes virtuales


Ya son muchos los dispositivos que cuentan con este servicio; basta oprimir un botón del celular para pedir indicaciones sobre cómo llegar a algún lugar o para buscar algo en la red. En los Supersónicos, había una computadora llamada RUDI, quien prácticamente le solucionaba la vida a Super Sónico, cuando éste le hacía preguntas.

7. Bandas caminadoras


Las bandas ahora visibles sobre todo en aeropuertos y algunos centros comerciales, no existían en la época en la que los Supersónicos hicieron su debut para la pantalla chica. Era impensable en los sesenta imaginar que una banda en la que el ser humano se parara sin hacer ningún esfuerzo lo trasladara de un punto a otro. Así vemos el nivel de sedentarismo al que ha llegado el ser humano como consecuencia de muchos avances tecnológicos.

8. Telemedicina


La familia Supersónico no acudía al médico, éste revisaba a los pacientes a través del televisor, y únicamente en casos muy graves les solicitaba que acudieran al consultorio. Hoy, no sólo es posible tener una consulta virtual gracias a las aplicaciones tecnológicas, sino que además ya se han realizado operaciones a distancia. Si bien, son pocos los casos, sin duda es algo que veremos con mayor frecuencia en el futuro.

9. Trabajo con sólo oprimir un botón


El trabajo monótono de Súper Sónico consistía en presionar un botón. Si bien no es que el trabajo que muchos realicen hoy en día sea ese, sí se puede observar ese procedimiento en algunas fábricas, e incluso podría ser comparado con el teclear constantemente para escribir en la computadora. Además es posible comunicarse a través de medios virtuales con algún jefe, que bien podría estar muy al pendiente del trabajo que se realiza gracias a las nuevas tecnologías.

10. Robotina


Si bien aún los robots ayudantes con una apariencia similar a la de Robotina, apenas comienzan a aparecer, ya hay muchos dispositivos electrónicos que ayudan en los quehaceres del hogar. El microondas, lavaplatos automáticos, o aspiradoras inteligentes que recorren en automático todo el rincón del hogar, son sólo algunos ejemplos de los avances, que en un futuro podrán integrarse y quizás presentarse en una forma más humana.

jueves, 27 de noviembre de 2014

LAS AMENAZAS A LAS QUE SE ENFRENTA LA POBLACIÓN CALLEJERA


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27 de Noviembre 2014
El Chupón lleva 14 años en la calle desde que lo abandonaron a los cuatro años en un basurero por la colonia Guerrero.

"Se siente chido, si quieren dense un pase". Después de ofrecernos un poco del activo que trae guardado en una botella de plástico debajo de sus pantalones, el Chupón se presenta: "Me llamo Eduardo Ramírez Muñoz, si quieres checa mi CURP en el internet. Ya llevo casi 15 años en la calle. Mis tíos me fueron a aventar a un basurero que está por la Guerrero pero yo no soy de aquí. Yo vengo de Guadalajara".

En los movimientos de Eduardo siempre hay un nerviosismo presente. Cuando habla, sus brazos van por ningún lado y con cada oración que termina se rasca la cabeza. Su piel manchada de mugre y con quemaduras por el activo (solvente de PVC que usa para drogarse) está adherida a sus huesos. La sonrisa en su rostro es permanente.

Él, junto con otras cuarenta personas, vive en la Plaza de la Ciudadela, en Centro Histórico la Ciudad de México. Ese pedazo de tierra impregnado de olor a solvente y mariguana al que llaman su casa, cuenta con un colchón, un altar a la Santa Muerte y una montaña de cobijas, cajas, ropa y tiliches que les han regalado o que han encontrado en la calle. Antes de hacer de la esquina de esta plaza su nueva residencia, Chupón y el resto de sus compañeros de piso se resguardaban en los primeros dos bloques de la calle Art. 123, cerca del metro Juárez.

Hace cinco meses, el 22 de abril del 2014, policías armados los levantaron de la acera por la fuerza argumentando cargos de robo y posesión de cocaína. Encarcelaron a 16 personas, de las cuales seis siguen presas. A todos les quitaron sus pocas pertenencias, entre las que se encontraban sus cobijas y sus papeles de identificación. Mientras Chupón moja su estopa con un poco más de activo nos dice:

"Fueron los chinos que tienen ahí su restaurante. No nos querían. Les pagaron a una pareja para que dijeran que les habíamos robado sus cosas. Pero nel, nosotros no somos rateros. Sí, nos gusta drogarnos, pero para eso trabajamos".


El grupo de personas con las que vive Chupón funciona como una gran familia. Los jóvenes y los adultos salen y regresan durante el día para vender dulces o pedir dinero. Las señoras permanecen acostadas en el colchón o en cojines y cobijas extendidas en el piso. Para proteger el territorio. Ellas cuidan a los niños de hasta dos o tres años que viven ahí mientras juegan. También hay adolescentes. La mayoría de ellos pasan el tiempo acostados en el piso, drogándose o platicando. Los ojos nos lloran por el penetrante olor a inhalante, la humedad que se desprende de los cojines y la basura que hay a unos cuantos pasos del espacio en donde viven. El olor a droga es el que más resalta. Todos, hasta los niños pequeños, tienen una estopa o una servilleta en la mano. Las madres de estos niños, al vernos extrañados porque sus hijos se drogan desde chiquitos, nos explican, con cierto tono de justificación, que tienen hambre y es lo único que les pueden dar para quitársela.

Algunos de ellos, los que llegaron ya grandes, saben leer y escribir. El resto, quienes desde pequeños se han enfrentado a las calles —como Chupón—, son analfabetas.

No todas las personas en el grupo fueron abandonadas desde pequeñas. Aquí en la Ciudadela conviven madres solteras abandonadas, migrantes que buscaban mejores oportunidades, adolescentes que abandonaron su hogar por problemas familiares, ancianos a quienes sus hijos les robaron, niños nacidos en la calle y muchas historias más. A pesar de tener pasados diferentes, todos han encontrado en este grupo una familia, y en las calles de la ciudad, un hogar.

A pesar de que en México no es ilegal vivir en las calles, no es la primera vez que se hacen detenciones arbitrarias a personas que habitan en ellas. Para desplazar a estas personas de su estancia temporal, las autoridades encuentran recursos en los artículos 24 y 25 de la Ley de Cultura Cívica que, entre otras cosas prohíbe ofrecer un servicio sin que sea requerido (como el de los limpia-parabrisas), el consumo de alcohol y drogas (recientemente también se incluyeron los inhalantes) en la vía pública y la obstrucción del espacio público.

Según los registros de El Caracol, una asociación civil que se fundó hace veinte años con el fin de ayudar a las personas sin hogar, desde 1994 se han levantado a más de 1,300 personas. Muchas de ellas, al igual que los que fueron encarcelados el 22 de abril, siguen en prisión debido a que no cuentan con papeles de identificación o defensa legal.

Personas en las mismas condiciones que Chupón han vivido siempre en esta ciudad. Y a pesar de lo grave de este conflicto social, no existen registros de esta problemática sino a partir de 1950. Desde entonces, los términos con los que se asocia a las personas sin casa han ido evolucionando: primero fueron nombrados vagabundos, después inhaladores, luego se convirtieron en niños de la calle y ahora se les conoce como población callejera. Aunque el término "personas en condición de calle" es el que usan funcionarios en discursos oficiales, éste focaliza el problema en un individuo y no lo toma en cuenta como parte de un grupo, de una población, quitándoles así a estas personas los derechos a los que toda comunidad debe aspirar. A diferencia del término, lo que no ha cambiado desde hace más de medio siglo son las políticas de asistencialismo y criminalización que hacen casi imposible una reinserción social para quienes que se encuentran en esta situación.

Aunque Chupón nos aseguró que trabaja para comprar sus drogas, un empleo formal está fuera de su alcance y del de aquéllos en su misma condición debido a que no tienen papeles de identificación. Además, la discriminación que hay contra ellos es otro obstáculo insuperable al momento de buscar trabajo. Ser rechazados de empleos formales los orilla a vender dulces o limpiar parabrisas a cambio de monedas. Pero, aunado al acoso de las autoridades que los persiguen por la venta informal en los semáforos, las opciones de vida para las poblaciones callejeras son limitadas: trabajar en la calle con el riesgo de ser encarcelados en cualquier momento o ser trasladados a un albergue gubernamental o uno creado por alguna asociación civil o privada. Muchos de ellos prefieren seguir sobreviviendo en la calle debido a las violaciones a los derechos humanos que ocurren en estos lugares.

Cuando encontramos de nuevo al Chupón, nos contó que pasó cuatro días en los separos por vender dulces donde no tenía permiso.

El gobierno del Distrito Federal, a través del Instituto de Asistencia e Integración Social (IASIS), que es parte de la Secretaría de Desarrollo Social, cuenta con diez albergues para dar asilo y apoyo a las poblaciones callejeras, denominados CAIS (Centro de Asistencia e Integración Social). El problema es que cada uno de ellos, asegura Rubén Fuentes, director general de este instituto, está lleno a su máxima capacidad. Sólo cuentan con el espacio necesario para albergar a tres mil personas.

Seis de estos centros son de puerta cerrada, es decir, a las personas que entran ya no se les permite salir. Para ser recibidas en estos albergues, las personas deben renunciar a su libertad de tránsito. De los otros cuatro CAIS, sólo hay uno en el que se imparten talleres técnicos para que, supuestamente, esta población pueda aprender un oficio y trabajar formalmente en el futuro. Pero ninguna de las personas que han tomado el taller hasta el momento lo han logrado. En palabras de Luis Enrique Hernández, director del Caracol AC, debido a la falta de un verdadero plan de reintegración y al actual enfoque asistencial, estos albergues se han convertido en "auténticos depósitos humanos".

En cuanto a los albergues privados, la situación no es mucho mejor. Las personas que viven en la Ciudadela nos aseguraron que prefieren dormir en la calle porque los encargados de coordinar este servicio los maltratan. Estos espacios son conocidos y evitados por Chupón y sus compañeros debido a los malos tratos que reciben en ellos. "A mí me amarraban a una silla pa' que no me pudiera salir", nos dice Chupón mientras se abrocha los botones de la camisa. "Yo he estado en 22 anexos pero no me gustan", concluye al momento en que se acerca la estopa a la boca.

Uno de los casos más sonados con respecto a los abusos que ocurren en estos albergues privados fue el de los Elegidos de Dios. En 2009, se descubrió una casa rodeada de barrotes en la que se mantenían en contra de su voluntad a 44 personas. Todas habían sido recogidas de la calle sin su consentimiento en una camioneta que los llevaba a encerrar al albergue.

Cada que Chupón o la gente con la que vive nos veía con una cámara, la tensión se hacía presente y las miradas desorbitadas se centraban en nosotros. La primera vez que intentamos tomar fotos de esta población callejera fue un fracaso. Después de insistir varias veces, Chupón nos alejó del espacio en donde estábamos. Segundos después una mujer llegó a exigirnos dinero, luego le gritó a Chupón y nos invadió con preguntas con respecto a nuestras intenciones. Le explicamos que estábamos haciendo un reportaje. No quedó muy convencida. "Así vienen los de la camioneta blanca. Así, con cámaras y con teléfonos y nos toman fotos. Están esperando a que nos descuidemos para llevarnos", nos dijo a la defensiva mientras se alejaba. Las fotos tendrían que esperar.

Debido a que estos albergues, públicos o privados, no representan una opción digna que garantice sus derechos como personas, la mayoría de ellos opta por sobrevivir en la calle. A pesar de que no existe una cifra oficial sobre el número de personas que viven en las calles del Distrito Federal, se estima que son cerca de cuatro mil, sin contar a los que están en los albergues.

El director de IASIS nos dijo que es imposible hacer un censo preciso debido a la movilidad de las personas, su falta de documentos de identificación, la migración y las muertes. Sin embargo, declaró que se han identificado 176 puntos de reunión, que muchas veces, debido al movimiento de personas en las calles, tienden a "fusionarse". Entre los puntos de reunión más antiguos, grandes y famosos de la ciudad se encuentran la Plaza Francisco Zarco, la calle Art. 123 (ya no existe pero son las personas que ahora viven en la Plaza de la Ciudadela), la Curva de Puerto Rico (bajo los puentes en Taxqueña), en el camellón de Montevideo e Insurgentes Norte, los alrededores de Tepito, Epopeya de los Sismos y el Panteón San Fernando.

Las personas desalojadas de la calle Art. 123 ahora viven en la Plaza de la Ciudadela.

Dos semanas después de nuestro primer encuentro con Chupón, volvimos a verlo en la Plaza Francisco Zarco. Caminamos con él hacia una dulcería ubicada a unas cuadras. Íbamos a comprar paletas. Chupón, cuando puede, vende dulces en los semáforos o ayuda a los comerciantes de la zona a recoger y levantar sus puestos. Durante el trayecto nos habló de su hija. Tiene tres años y vive con la mamá de su pareja. Ni ella ni Chupón se sienten capaces de hacerse cargo.

"La mamá de mi hija es una drogadicta, nada más le gusta andarse dando. Vean, está ahí tirada". Chupón señala a una mujer con suéter rosa que está acostada en posición fetal en una de las esquina de la plaza. "Ella vive aquí en el Zarco, pero yo casi no vengo, la gente de aquí no es buena".

A pesar de que el director del IASIS menciona que existen puntos de población callejera que han llegado a fusionarse, lo más común es que haya enfrentamientos entre los diferentes grupos debido a las luchas por espacio y al robo de pertenencias entre ellos. Chupón y la madre de su hijo sólo conviven cuando hay eventos de caridad organizados por asociaciones civiles que involucran a los diferentes grupos.

Cuando volvimos a insistirle a Chupón que nos dejara tomarle unas fotografías, sin que se lo pidamos se quita la camiseta. En su pecho, cuello y brazos tiene grandes y profundas cicatrices, seis en total. Mientras nos las enseña, cuenta con un tono de voz orgulloso que todas se las hicieron en peleas con miembros de otros grupos callejeros. Cada una de las heridas fue hecha con botellas rotas. Las marcas en su piel delatan el mal trabajo que se hizo durante la sutura, a pesar de que todas las personas, sin importar si viven en la calle o no, tienen derecho a servicios de salud.

Para poder asistir a los centros médicos gratuitos es obligatorio estar afiliado y, para realizar ese trámite, es necesario contar con papeles de identificación. Cuando personas como Chupón acuden a un hospital por alguna emergencia médica, o cuando requieren de una ambulancia, se les suele negar el servicio. Según el testimonio de algunas asociaciones civiles, el argumento de los paramédicos para no atenderlos es que la suciedad en su piel puede llegar a "contaminar" el equipo.

A pesar de que los albergues del IASIS cuentan con atención médica, sólo atienden emergencias o malestares menores, ya que no cuentan con el equipo quirúrgico necesario ni el personal para dar servicios más completos. Obtener atención médica especializada y tratamientos para enfermedades crónicas o partos es casi imposible para estas personas debido a la falta de documentos. Muchos de ellos mueren por no recibir los cuidados de salud necesarios. Las personas que mueren en la calle, ya sea debido a peleas, asaltos o enfermedades, son recogidas por una camioneta del Ministerio Público. Los cadáveres son guardados durante treinta días en el Servicio Médico Forense. Después, si los cuerpos no son reclamados, van a parar a la fosa común en donde se pierden entre otros difuntos que tuvieron la misma suerte. La cifra de personas que han muerto en la calle es desconocida por el gobierno. La mayoría de ellos terminan ahí debido al abandono o pérdida de contacto con de sus familiares.


Además de mantenerse alejados de los albergues, la policía y los grupos enemigos, Chupón y los demás deben estar alerta de las personas que se infiltran en su territorio haciéndose pasar por población callejera, para vender sustancias ilícitas y robar a quien se deje dentro de la zona."Los delincuentes se filtran en las poblaciones callejeras, y se hacen pasar por gente en condición de calle. Utilizan a estas personas para sus cosas ilegales. Les dicen: 'Entrégame este paquete y te voy a dar una grapa'. Abusan de ellos porque saben que hacen lo que sea por conseguir la droga", nos comenta el director del IASIS, Rubén Fuentes.

"En Epopeya de los Sismos nosotros ya no podemos entrar porque somos agredidos. Quintero, el líder, es el que se encarga de distribuir droga en la Colonia Guerrero. Utiliza a la gente que vive con él en esa zona para mandar sus paquetes. Yo a veces paso en la mañana y veo que en ese punto entra y sale gente que no está en condición de calle y me pregunto, ¿Qué entran a comprar? Ese espacio es supuestamente de las personas que no tienen un hogar".

La plazoleta ubicada sobre Paseo de Reforma, en la Colonia Guerrero, es famosa no sólo por la cantidad de población callejera que vive ahí, sino por todos los actos ilegales que se generan en ese sitio. Tanto asociaciones civiles como instituciones de gobierno han intentado fallidamente intervenir el lugar. Su líder, conocido como Quintero, se encarga de que la gente que vive con él no acepte la ayuda de externos. La mafia en Las Casitas, nombre que se le ha dado al tendedero de lonas que sirven de techo para personas en ese espacio, consiste en la venta de drogas y solventes.

Uno de los mayores obstáculos contra los que se enfrentan las personas que viven en situación de calle son las drogas. Conseguir solvente, crack o mariguana es mucho más sencillo que obtener comida. La botella de activo, sustancia que proviene casi siempre de Tepito, cuesta alrededor de veinte pesos y les dura treinta días. Es decir, con el dinero con el que podrían comer un día, pueden evitar el hambre un mes. Mientras Chupón empapa la servilleta de su amigo, nos explica: "A mí me late más el crack, ése lo consigo aquí a tres cuadras. Me sale en treinta pesos la dosis. Pero pues el activo es más barato y me dura más. Por eso prefiero comprarme la botella".

Resulta más sencillo mojar una servilleta en activo y acercarla a las fosas nasales para no sentir hambre, frío o dolor que trabajar durante todo el día para poder comer solamente dos tacos que a nadie alejan de la realidad, y que además no quitan el hambre.


Sin embargo, el inhalante más usado es el solvente de PVC, que es altamente dañino. Se usa para unir tuberías de PVC y contiene metiletilcetona, un compuesto químico de la familia de las cetonas, además de resina de PVC. Aunque al momento de inhalar provoque una sensación de entumecimiento, cosquillas y una alejamiento de la realidad, los efectos de su uso son mortales. Además de ser corrosivo y poder provocar quemaduras tanto al contacto con la piel como en las fosas nasales y la garganta al momento de inhalar, provoca un deterioro del cerebro y del sistema nervioso, afecta el ritmo cardiaco provocando enfermedades cardiovasculares, causa problemas motrices y de memoria e incluso puede llegar a provocar una muerte súbita.

A pesar de que las autoridades parecen ansiosas por aplicar las leyes represivas de la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal, pocas son las políticas públicas que se enfocan en ayudar a este grupo vulnerable a vivir de una manera digna. En el Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, creado en 2009, se estableció que era necesario hacer una legislación y políticas públicas integrales para atender el problema. En dicho programa también se pide la derogación de los artículos 24 y 25 de la Ley de Cultura Cívica para hacerlos menos represivos para la población callejera. Sin embargo, los abusos continúan, y de acuerdo con Enrique Hernández: "En el Caracol llevamos dándole seguimiento al caso ya casi cinco años y no se ha cumplido ni una sola línea de las políticas públicas planteadas".

Un mes después regresamos a la Plaza de la Ciudadela. Chupón nos recibió rapado, con sus brazos siempre llenos de costras de mugre y la noticia de que había estado cuatro días encerrado en los separos por andar vendiendo dulces donde no tenía permiso. Parece aliviado de haber regresado a la calle. A pesar del frío, del hambre y de las pandillas, éste parece ser el mejor lugar para él. Aunque la Ciudadela podría ser una de las cientos de trampas que envuelven a las personas en situación de calle, alcohólicos y drogadictos, también estos espacios, para ellos, son lo más cercano a casa.

La Ley de Cultura Cívica se sigue aplicando para mantener controlada a la población callejera de la Ciudad de México. Sin embargo, las políticas públicas actuales están lejos cumplir con lo necesario para darles una vida digna en la que se respeten sus derechos humanos, y están aún más lejos de ser propuestas que busquen un camino a la reinserción social. Es difícil creer que el problema terminará después de escuchar la cifras oficiales de Fuentes, quien afirma: "Nuestra meta es lograr la reinserción social y los resultados hasta ahora no son buenos. Si tenemos a tres mil personas en condición de calle, quitemos a, no sé, setecientas que difícilmente van a llegar a una reinserción social por sus condiciones mentales... estamos hablando de 2,300 que sí lo podrían lograr. Y si vemos que se han logrado de diez a doce reinserciones verdaderas, pues no es nada".

miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL MEJOR ESCRITOR DE MÉXICO, Por Miguel Ángel Hernández Acosta


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26 de Noviembre 2014


“La mayor sor­presa que me topé en los talleres que he impar­tido fue cono­cer al mejor escritor de Méx­ico”, nos dijo una tarde Daniel Sada. Sus labios del­ga­dos, páli­dos y rosa tenue se cer­raron por un momento. Sabía crear ten­sión. “Incluso creo que él sería la mayor influ­en­cia en mi forma de escribir”, remató con esa mirada per­dida que a veces se le daba, dán­donos a enten­der que había men­tido en las entre­vis­tas en las que men­cionaba a Guimarães Rosa, a Rulfo, a Faulkner…

Le pre­gun­ta­mos quién era, pero él, sabi­endo cómo man­ten­er­nos en ascuas soltó un triste: “No se conoce, está inédito”.

En aquel tiempo llevábamos ya un par de años acu­d­i­endo a su casa a un taller de nov­ela. Éramos seis o siete jóvenes a quienes seguro Daniel quería o en quienes se refle­jaba. De no haber sido así, ¿por qué man­tuvo el taller después de que lo can­ce­laron en Casa del Lago tras la lle­gada de Sealtiel Ala­triste a Difusión Cul­tural de la UNAM, por qué nunca nos cobró un peso, por qué siem­pre nos invitaba un café o a cenar y por qué nos ded­i­caba tiempo, tallere­ando nue­stros incip­i­entes textos?

Aque­lla tarde, como si nar­rara un cuento y supiera que ya había atra­pado a su lec­tor escu­pió un nom­bre ante nues­tra insis­ten­cia: Juan Crisós­tomo Álvarez.

Entonces con­tinuó la his­to­ria: Daniel daba un taller en Mon­clova (si no mal recuerdo), él ape­nas ini­ciaba su car­rera y estaba recep­tivo a todo. Entonces, una tarde, un hom­bre con aliento alco­hólico se pre­sentó al taller. Era un viejo, más bien un cin­cuen­tón, con ropas humildes, bajito, moreno. Al pare­cer no lo deja­ban entrar, hasta que Daniel inter­cedió por él.

“¿A qué vienes?”, dijo que le pre­guntó, con esa forma de hablar directa tan norteña. “Vengo al taller para escribir, soy escritor”. Tras esa declaración, aquel hom­bre, bar­ren­dero de una pri­maria lejana y alco­hólico, se quedó a esa sesión. Al final, intri­gado por su con­ducta, Daniel lo inter­rogó: ¿Por qué dices que eres escritor, por qué quieres ser escritor? “Porque tengo tres libros escritos”, le habría respondido.

Unas sem­anas después le llevó a Daniel sus libros: dos de cuento y una nov­ela. Sada quedó impre­sion­ado, tanto así que comenzó una amis­tad extraña, donde ambos con­vivían pero sin meterse el uno en la vida del otro. Aquel hom­bre, sin duda, era el mejor escritor de Méx­ico, pensó el joven Daniel Sada.

“El güero aguamielero” se llam­aba uno de los cuen­tos, mismo que Daniel se encargó de que se pub­licara en la revista Fron­tera Norte, que más tarde se con­ver­tiría en Fron­teras. Aprovechando el éxito del men­cionado cuento entre los críti­cos, Daniel con­siguió que invi­taran a Juan Crisós­tomo Álvarez a un encuen­tro de escritores en Tijuana (creo). Bernardo Ruiz y otros cuan­tos escritores vieron tam­bién la grandeza de aquel bar­ren­dero esco­lar y solic­i­taron a Conac­ulta (o como se lla­mara entonces el organ­ismo fed­eral que daba becas) que le pagaran a Crisós­tomo su res­i­den­cia en el Dis­trito Fed­eral, que le dieran una beca para escribir. Sin embargo, al pare­cer no lo solic­i­taron con el empeño sufi­ciente o sim­ple­mente las autori­dades no quisieron arriesgarse.

Daniel entonces le dijo a Juan Crisós­tomo que debían pub­li­carlo, pero él, tímido, dijo que le daba pena. ¿Cómo un bar­ren­dero, quien en su vida sólo había leído un libro de Love­craft y El Llano en lla­mas, que “tallere­aba” sus escritos con un com­padre mecánico teporo­cho, quien se escondía de su mujer por las noches para teclear en su máquina de escribir mecánica (ella odi­aba que escri­biera) iba a pub­licar sus “cosas”?

A pesar de sus neg­a­ti­vas, el diario local lo entre­vistó y salió en primera plana. De esa man­era, Juan Crisós­tomo (sin desearlo) tuvo sus diez min­u­tos de fama, hasta que el direc­tor de la escuela donde tra­ba­jaba vio el per­iódico. No era posi­ble que él, un hom­bre recto, de buena familia, jamás hubiera amer­i­tado la aten­ción de los peri­odis­tas, en cam­bio Juan Crisós­tomo Álvarez…

El direc­tor ame­nazó a Crisós­tomo, le pidió ale­jarse de la lit­er­atura, respal­dado por la esposa de Juan, y lo ame­nazó con des­pedirle si insistía en escribir. El bar­ren­dero, temeroso de perder el sus­tento de su familia, le hizo caso y dejó de acudir al taller literario.

Primero llegó la ausen­cia de Juan Crisós­tomo Álvarez, luego su esposa se negó a que lo vieran, más tarde la casa del bar­ren­dero quedó aban­don­ada y después no hubo nadie que le diera señas a Daniel sobre el paradero de Juan Crisós­tomo Álvarez, ni de sus tres libros que, por error, Sada le había regresado…

“Lo único que pude hacer”, dijo Daniel frente a nosotros, “fue dedi­carle un cuento, está en ‘Reg­istro de causantes’”…

Y por qué nunca has escrito esa his­to­ria, lo inter­rog­amos. “Crisós­tomo me contó muchas, demasi­adas his­to­rias, pero eran suyas no mías, por lo demás, creo que lo estimo mucho y por eso nunca he podido con­tar cómo se frus­tró el sueño del que pudo haber sido el mejor escritor mex­i­cano. No sé si sería capaz”.

Aque­lla tarde recordé a los detec­tives sal­va­jes en busca de Cesárea Tina­jero, y me con­vertí en uno de ellos por un tiempo: busqué en bib­liote­cas, reg­istré catál­o­gos, pre­gunté a per­sonas, más nadie me dio razón de Juan Crisós­tomo Álvarez. Unos meses después perdí el ánimo por encon­trar al autor de “El güero aguamielero”.

Hoy aún recuerdo esa plática de Daniel y extraño su forma de hablar, de con­tar las cosas, midi­endo las sílabas tal como hacía en sus libros. Pienso en qué pasaría si alguien encon­trara a Juan Crisós­tomo Álvarez y esos tres libros que dejaron fasci­nado a Sada. Hace algunos días, tras la pub­li­cación de Pedro Páramo en 1954, Herib­erto Yépez dijo que la edi­ción de esas ver­siones fac­sim­i­lares y el mecanuscrito ayud­aba a percibir a Rulfo como el único autor de su nov­ela y, por lóg­ica, a elim­i­nar la idea de un co-autor. “Fan­tase­ando ese otro, la clase lit­er­aria pudo ‘cumplir’ su fan­tasía, porque la ima­gen de ese supuesto otro (tipo Chu­macero, Ala­torre, Arreola) apli­cando una medida cor­rec­tiva a Rulfo ofrece una fór­mula que se parece un poco más al Escritor Tradicional-Moderno fan­taseado […] Rulfo no cumplía el per­fil que la clase lit­er­aria había fan­taseado para su máx­imo real­izador”, apuntó Yépez.

¿Juan Crisós­tomo Álvarez cumpliría con esa idea de “Escritor Tradicional-Moderno fan­taseado”? ¿Daniel Sada sí? ¿Cuán­tos de nue­stros escritores cumplen con esa car­i­catura que se hace del ofi­cio de escritor: un ser que fuma com­pul­si­va­mente, que usa lentes y que se la pasa escri­bi­endo (a mano, en máquina de escribir o en computadora)?

¿Qué es ser un escritor mex­i­cano hoy? ¿Alguien lo sabe? Pienso en Daniel Sada, en su gen­erosi­dad, en su tra­bajo diario, en su forma de escuchar a los demás y en su risa tan franca que a veces nos com­partía. Lo recuerdo y más que pen­sar en un escritor visu­al­izo a un exce­lente ser humano, a ese que por algunos años fue el padre lit­er­ario de esos seis o siete mucha­chos que llegábamos a su casa y no nos can­sábamos de escuchar el poema “Imitación de Mat­suo Basho” con que Daniel nos hacía enten­der la caden­cia de las frases largas y las frases cor­tas; recuerdo cómo a algunos nos recomend­aba leer La lechuza ciega mien­tras que a otros les sug­ería Cum­bres de espanto; casi puedo oírlo decirle a Jorge Posadas que nunca se col­gara de la lám­para y a mí que debía ser paciente (esas frases de sabio que sólo el tiempo nos ha aclarado). Lo recuerdo y entonces, como pasa con esos seres que fal­sa­mente creemos inmor­tales, siento ese vacío que nos dejó su muerte. Imag­ino que de ser uno de sus per­son­ajes en este punto Daniel escribiría: “Y he aquí la efi­ca­cia: el llanto mater­nal y el sen­ti­men­tal­ismo ver­bor­re­ico. Fácil pro­clivi­dad que doblega al más fiero”…

Qué rápido y qué lento han pasado estos tres años desde que Daniel ya no está…


lunes, 24 de noviembre de 2014

COSTA RICA CONTRA LA GUERRA

24 de Noviembre 2014
Luis Guillermo Solís, presidente de Costa Rica

Sin que la historia oficial aclare aún la participación o la distancia que tomó Costa Rica en las guerras de sus vecinos centroamericanos en los años ochenta, la neutralidad del Estado ante todos los conflictos armados ha quedado elevada a rango de ley este mes en un país que lleva 65 años sin Ejército. Un signo más en la imagen pacifista costarricense.

La Asamblea Legislativa ha votado una ley que declara la paz como "un derecho humano fundamental" y que ordena aplicar la "neutralidad perpetua, activa y no armada en los conflictos entre Estados y dentro de estos", en línea con la declaración emitida hace 31 años por el presidente Luis Alberto Monge, discutible porque se le achaca haber abierto el territorio costarricense a la Contra nicaragüense, las fuerzas financiadas por el Gobierno de Ronald Reagan contra los sandinistas. Centroamérica era entonces el escenario tardío de la Guerra Fría.

Monge, del Partido Liberación Nacional (PLN), fue contradicho por su sucesor en el poder en 1986, Óscar Arias, durante cuyo mandato se descubrió un aeropuerto clandestino que se presentó como una prueba de la presencia consentida de la Contra en los ochenta. Sin embargo, el decreto de neutralidad quedó en la repisa y ahora, tres décadas después, los diputados han querido darle rango de ley en un texto que también convierte la paz en "un derecho humano fundamental".

Óscar Arias, presidente en dos periodos y líder del PLN, se muestra crítico. "Costa Rica no puede ser neutral en conflictos bélicos en el mundo porque tenemos valores que a veces se ven atacados y debemos tener una posición a favor o en contra", ha dicho a EL PAÍS.

No quiso hacer más retrospectivas, pero ya mucho ha dicho y escrito.Su sitio web aún exhibe las críticas: "había
un acuerdo que existía entre los gobiernos de don Luis Alberto y de Ronald Reagan, mediante el cual se facilitaba el uso del territorio nacional para permitirle a la Contra operar desde Costa Rica. Se actuaba desde un aeropuerto en Potrero Grande, Guanacaste, y se habían instalado radares y hospitales clandestinos para atender a los heridos de la Contra. Todo esto se hizo a espaldas del pueblo costarricense y de la comunidad internacional. Desde territorio nacional se abastecía a la Contra con alimentos, armas y medicinas, mientras se proclamaba al mundo entero la 'neutralidad'".

El espíritu de Monge, de 88 años, enfermo y prácticamente ajeno al debate político, está invocado en la ley aprobada tres semanas antes de celebrar los 66 años de la abolición unilateral del ejército, por decisión del entonces gobernante José Figueres Ferrer. Aunque la decisión tuvo sus ribetes políticos y sus conveniencias (recién acabada la Guerra Civil de 1948), se convirtió con los años en un hito del pacifismo de Costa Rica, que decidió dejar su seguridad interna en manos de la policía civil (14.000 agentes en la actualidad) y su defensa en la legislación internacional.

Sin fuerzas armadas qué aportar y sobre todo con una imagen pacifista qué defender, este país centroamericano de 4,5 millones de habitantes certifica ahora su decisión de no tomar partido en conflictos bélicos, salvo cuando así lo obliguen los tratados internacionales suscritos en el marco de Naciones Unidas.

"Esta ley es reflejo del rasgo histórico, cultural y social de un país que suprimió la pena de muerte en el siglo XIX, que abolió el ejército en mitad del siglo XX, que optó por la neutralidad perpetua en 1983 (con Monge) y que en el año 87 fue reconocida por su papel protagónico en el proceso de paz de Centroamérica, con el Nobel para Óscar Arias", dijo el diputado Rolando González, del opositor PLN, consciente de estar exaltando dos posiciones antagónicas.


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jueves, 20 de noviembre de 2014

LA HISTORIA DETRÁS DE LA MUJER QUE SE 'ROBA' EL ILLIMANI

20 de Noviembre 2014
Wilfredo Limachi Mamani de 27 años de edad, aficionado y no experto en fotografía, es el autor de esta imagen que ha traspasado las fronteras del país.


La fotografía se publicó por primera vez en el perfil de Facebook de Satori Gigie un lunes 27 de octubre al promediar las 14.50 horas. Tras la publicación, esta imagen de una señora cargando un aguayo y llevándose en una carretilla al majestuoso Illimani -el icono de la ciudad de La Paz- se volvió viral en las redes sociales y el Internet, haciendo que muchos que lo compartieron no respetaran los créditos ni mencionen al autor.

Wilfredo Limachi Mamani de 27 años de edad, aficionado y no experto en fotografía, es el autor de esta imagen que ha traspasado las fronteras del país. En Facebook es conocido como Satori Gigie, "Satori" por el término japonés que designa la iluminación en el budismo zen y Gigie porque su sobrina no podía pronunciar el nombre de Willi y terminaba diciéndole "Gigie".

El joven paceño es egresado de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y es un conocido vecino de la zona de Pasankeri -intermedia entre las ciudades de La Paz y El Alto- donde sus variadas fotografías y algunas frases publicadas en Internet son referentes de ese punto geográfico. Sus publicaciones denotan el detalle y mensajes que quiere compartirlo no sólo con la comunidad internauta, sino con todo aquel que quiera conocerlo.

Cuenta que fue una tarde de arduo y duro trabajo, terminando de lavar ropa y haciendo la limpieza en su domicilio, cuando su madre Valentina Mamani de 65 años de edad, oriunda de Guaqui, "ya cansadita" se disponía a votar los restos de hojas y arbustos caídos en todo el patio de su casa. Con frecuencia lo votan al barranco que está a pocos pasos su domicilio, de inmediato Satori colgó su cámara al hombro y fue detrás de ella. Recuerda que intentó varias tomas, buscó el ángulo exacto y fue la culpa de un conocido amigo canino de una de las esquinas que pretendía morderlo que lo obligó a retroceder unos pasos y sacar el momento exacto cuando su madre se llevaba el majestuoso nevado del Illimani.

La foto en Internet es viral. Internautas y algunos expertos en fotografía lo bautizaron con varios nombres, desde: "Mujer aimara que trabaja en los andes" hasta "mujer de pollera se roba el Illimani en carretilla". Según el autor, en la foto sólo quiso reflejar el valor de una mujer trabajadora que permite la construcción de la ciudad y el mundo.

Compartida más de un millón de veces del muro original y cuantas veces por otros usuarios en todo espacio posible, la imagen también fue aprovechada por medios de comunicación e incluso en el portal digital de la organización "New 7 Wonders", que patrocina el concurso de las siete ciudades maravilla del mundo, en el que participa la ciudad de La Paz. En este caso sí se respeto al autor "Angie Satori", aunque para ello Wilfredo Limachi tuvo que enviar en reiteradas ocasiones mensajes a esa institución para que le hagan el favor de respetar su crédito.

Una vez enterado por la cantidad de compartidos y vistos en muchos espacios, Satori le entrega una foto impresa a su madre, "aún no tiene marco, es grande para colgarlo en la pared" y le comenta sobre los comentarios en Internet y muchos amigos que lo felicitaron: "Todos dicen que eres una mujer valerosa, trabajadora, tienes mucha fuerza y nunca te vas a caer" le dice a su madre, mientras ella sonríe y le responde escuetamente: "de qué sirve, contame en qué te ayuda". "Esta foto llegó a Francia, Estados Unidos y España y todos dicen que te cuide", le reitera a su madre con la voz entrecortada.

Para Valentina, según Satori, no ve o aún no entiende el valor del trabajo con poco esfuerzo, ella vivió y conoce el trabajo con esfuerzo y sacrificio, termina entrecortándose aún más la voz.
¿Cuál es objetivo de esta foto?, Inicialmente contestó que se mantenga el mensaje y el objetivo: "sigamos construyendo un mundo mejor". Como lo colocó en su muro de Facebook, espera que se fije y se refleje a una mujer trabajando, tomando en cuenta los días y horas de trabajo.

En segundo lugar, no presentará ningún reclamo o aclaración a ninguna institución por su autoría, saber que fue mil veces compartido es un verdadero gusto que lo llena de alegría. Varios amigos, algunos de ellos profesionales, le reclamaron que debería de colocar un sello en la foto, reconoce que quizá fue un error, pero ese no era el objetivo.

En tercer lugar, Satori tiene un sueño: hacer más fotografías y vivir de ello. No quiere lucro, sólo que mejore la situación de su madre que, al igual que muchas madres en Bolivia, se caracterizan por su sacrificio y trabajo. Entrecortando nuevamente su voz, recuerda que su madre trabajó mucho desde antes que su padre los abandone (2009). Incluso comenta que fue con el "Bono Sol" -renta de Bs 200 que se da a los mayores de 60 años en Bolivia- que sus hijos culminaron la universidad.

Una vez enterado que plagiaron la foto de su madre y no respetaron los créditos, en los primeros días de noviembre Satori difundió una nueva publicación en su perfil de Facebook con el título: "Podrán robarme la foto, pero no podrán robarme a mi mamá". A continuación se lee: "¿Y ahora, de qué sirve que haya llegado esa foto a Europa, a Estados Unidos?", pregunta Valentina Mamani, a lo que su hijo responde: "Mamá, sirve porque ahora, yo la quiero más".


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YO TENGO RAZÓN, TÚ ESTÁS EQUIVOCADO

20 de Noviembre 2014

La mayoría de nosotros creemos que podemos cambiar lo que los demás piensan; de otro modo, no pasaríamos tanto tiempo en la vida dándole vueltas a “qué opinan los demás de nosotros” y tratando de mejorar su juicio sobre nuestra persona. Eleanor Roosevelt dijo: “Nadie puede hacer que te sientas inferior si tú no lo permites”. Esta afirmación pone el foco de atención hacia nosotros mismos y no en los demás; por ello, quizá el único pensamiento que precisa ser cambiado es la creencia de que “los demás deberían pensar diferente”.

Querer tener razón es la enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que han enfrentado más a las personas, las naciones y las religiones organizadas del planeta. La posesión de las personas por sus propias ideas es siempre una causa de sufrimiento. El problema, al consistir las creencias en “posesiones mentales” no visibles, ha sido buscar la solución a nuestras diferencias tratando de cambiar a los demás antes que examinar la causa real de los conflictos (la necesidad de tener razón).

En demasiadas ocasiones comprobamos cómo querer imponer nuestras razones y opiniones a los demás nos cuesta caro. Tal vez logremos desautorizar las ideas de alguien, pero al final acabamos con una razón más y un amigo menos. ¿Vale la pena? Seguramente no. El resultado es que querer estar siempre en posesión de la verdad consume una gran cantidad de energía y tiempo que nos impide disfrutar de los demás y de la paz mental de saber que en el fondo todos tenemos nuestra propia lógica.

¿Es mejor tener razón a toda costa antes que ser feliz? Que cada uno responda esta pregunta con sinceridad.

"Una creencia es algo a lo que te aferras porque crees que es verdad”

Deepak Chopra

La perspectiva materialista o newtoniana del universo nos conduce acosificar todo con lo que entramos en contacto, ya sea algo material o inmaterial. Incluso lo no material, como un pensamiento, acaba tomando forma y se convierte en objeto de conflicto. Así, una idea o una creencia se acaban convirtiendo en una posesión, una propiedad, algo que debe ser defendido para que no perezca.

Todo pensamiento consciente, repetido durante un tiempo, se convierte en un programa mental invisible. Con el tiempo acumulamos opiniones, creencias, que pasan a conformar lo que llamamos identidad construida o ego. Si alguien agrede esas posesiones mentales, en realidad es como si lanzara un ataque personal, porque confundimos pensamiento e identidad. No parece sensato confundir lo que somos con lo que pensamos, pero esto no lo tienen tan claro quienes se aferran a sus creencias con desesperación.

Tener opiniones es normal, también tener gustos y preferencias… pero que esas ideas y predilecciones le tengan a uno cautivo o secuestrado es una trampa. El libre pensamiento es una conquista humana, pero la libertad de opinión se convierte en una desventaja cuando las posiciones mentales impiden abrirse a nuevas perspectivas o puntos de vista que no concuerdan con las propias.

La pregunta ¿somos nuestras creencias? se responde con un rotundo no. Desde luego, tenemos convicciones, pero en esencia no somos lo que pensamos; a un nivel profundo y esencial, nuestras opiniones no pueden definirnos. Pero llegar a esta claridad no es sencillo ni rápido. De hecho, los conflictos del mundo son tanto disputas por pertenencias materiales (cosas) como por posesiones inmateriales (ideales). Cuando entendemos que tenemos una mente y la usamos, pero que no somos esta, nos liberamos de su contenido y nos autoexcluimos de cualquier conflicto y, por tanto, sufrimiento.

No somos nuestras historias


“Con frecuencia utilizo la palabra historia para referirme a los pensamientos o secuencias de pensamientos que tenemos el convencimiento de que son reales. Una historia puede ser sobre el pasado, el presente o el futuro; sobre cómo deberían ser las cosas, como podrían ser o por qué son. Las historias aparecen en nuestra mente cientos de veces al día. Las historias son teorías que no han sido probadas ni investigadas y que nos explican el significado de estas cosas. Ni tan siquiera nos damos cuenta de que son teorías. ¿En qué medida tu mundo está construido por historias que no has examinado?”.

Amar lo que es, Byron Katie

LIBROS

Amar lo que esByron Katie. (Ediciones Urano)

‘El combustible espiritual: cómo dejar de querer tener razón y empezar a tener paz’, Ari Paluch.(Planeta)

Todos mantenemos un diálogo interior que reafirma continuamente lo que creemos, y después nos pasamos la vida buscando personas y situaciones en las que encajen nuestras creencias para poder así reafirmarlas. El objetivo de toda creencia no es, como debería ser, contrastarse, sino validarse una y otra vez aunque sea a la fuerza. Estas creencias o historias mentales nocuestionadas acaban por suponer un problema: no tienen ninguna relación con la realidad. ¿Qué pasaría si no tuviéramos ningún criterio mental no validado que contarnos? Seríamos libres de la necesidad de dividir el mundo entre los que están de acuerdo y los que no lo están. Y sobre todo, no estaríamos condicionados por cosas que creemos, pero no son verdad.

O bien nos apegamos a los pensamientos, sin más examen, o bien los cuestionamos en busca de la verdad. No hay más opciones.

Cuando una creencia nos domina, llegamos a pensar que todo el mundo piensa, o debería pensar, lo mismo. Pero hay opiniones para todos los gustos, la diversidad construye el mundo, y aunque parezca extraño, hay personas que creen cosas muy diferentes a las que nos parecennormales. Ver las cosas desde distintas perspectivas no es fruto de un lavado de cerebro, sino de preferencias, cultura, contextos… Sin duda, aquellos que no esperan que todo el mundo esté de acuerdo con ellos gozan de una mayor tranquilidad mental, que es de lo que va la vida.

¿Pero cómo liberarse del apego a las creencias? No es el apego el problema real, sino la identificación. Pelear contra una creencia o un hábito no tiene sentido, es una lucha perdida. En cambio, dejar de identificarse con esa forma de pensar, cuestionarla, examinarla, soltarla, incluso sacrificarla, es el principio de la libertad o de cómo librarse de esta par­ticular tiranía.

No reaccionar con hostilidad a las ideas de los demás es una de las maneras más sencillas de superar el apego a las propias. Pero solo se puede no reaccionar a sus creencias si se entiende que estas no son su identidad, sino una posesión mental, que además siempre se puede cambiar por otra. Una vez más, todos tenemos opiniones y criterios, pero eso no significa que sean lo que somos. Cuando lo comprendemos, la distancia entre las personas es exactamente… cero.

Aceptar las ideas de otros es en realidad más sencillo de lo que parece. Basta con tener presente que aceptarlas no significa adoptarlas o validarlas (no significa estar de acuerdo). Es más bien aceptar que no entendemos a todo el mundo, ni que todo el mundo nos entenderá. Es más sencillo aceptarlos a ellos (aunque tal vez no sus ideas) porque no hacerlo complica la vida de todos. Resistirse, negarlos, es luchar, y vivir así es verdaderamente muy, muy difícil.

"Una de las mejores maneras de persuadir a los demás es escuchándolos”

Dean Rusk

El disgusto que sentimos ante las ideas que no nos son afines es proporcional al grado de apego que tenemos a las propias (o la poca disponibilidad para cambiarlas por otras). Cuanto más apego tenemos a una creencia, más disgusto sentiremos cuando nos enfrentemos a las contrarias. Es fácil deducir que no es la idea del otro lo que nos causa molestia, sino nuestro rechazo a aceptar puntos de vista diferentes. No es su creencia el problema, sino nuestra posición contraria a ella.

Para llevar todo lo anterior a la práctica sirve recordar que cada vez que alguien exprese una creencia alejada de las propias, y ello genere un cierto disgusto, podemos preguntarnos: “¿qué está sucediendo ahora en mi mente?”. Y “¿en qué parte de mi cuerpo siento el rechazo?”. No se trata de cambiar nada, sino simplemente de observar lo que sucede. La observación desapegada y neutral hará posible la aceptación.

Disponemos de una técnica para aceptar comportamiento y creencias ajenas, y se llama asertividad. Consiste en no reaccionar al pensamiento o comportamiento de los demás de forma vehemente, pero sí con autorrespeto y autoestima. Es decir, no adoptando una actitud defensiva o agresiva (ambas son el mismo error), sino reafirmando y expresando la posición personal sin tratar de imponerla al otro.

Y una palabra final: escuche. Escuchar con interés a las personas, aunque lo que digan esté en contra de la propia opinión, es la prueba máxima de la empatía, el respeto y la aceptación, claves todas ellas para la paz en el mundo. Escuchar a los demás les hace sentir valorados, entendidos, importantes. Tal vez eso sea todo lo que necesitan de verdad, y al conseguirlo podría ser que renunciaran a imponer sus opiniones y creencias.


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QUIERE FRANCIA A ARTURO MONTIEL

20 de Noviembre 2014

Después de casi tres años, el conflicto por la custodia de los hijos de Arturo Montiel Rojas (1943), gobernador del Estado de México de 1999 a 2005, y su exesposa, la francesa Maude Versini, amenaza con llevar a la cárcel al político priísta. Hace apenas unos días, Versini dio a conocer que en junio de este año, un Tribunal de gran instancia de París emitió una orden de arresto internacional con difusión vía Interpol en América del Norte, Central y Sur y Europa para Arturo Montiel por sustracción de menores. Tanto él como su abogado declararon a la prensa mexicana desconocer la existencia de dicho mandato, confirmado por la Fiscalía francesa, aunque ninguno de los dos ha respondido a las preguntas de este diario sobre el asunto.

La controversia comenzó en diciembre de 2011, cuando los hijos de la pareja, dos gemelos de entonces 7 años, Sofía y Adrián, y un niño de 6, Alexi, viajaron a México para pasar las vacaciones de Navidad con su padre. Arturo y Maude, quienes habían contraído matrimonio en el año 2002 en el que fue el evento político y social más importante de aquel año, se separaron en 2007. Los niños se fueron a vivir con ella a su residencia de París. El 1 de enero de 2012 Maude Versini recibió una llamada que le cambió la vida. Al otro lado del teléfono, su expareja le anunciaba que los pequeños no regresarían para el comienzo de las clases dos días más tarde. Pese a las fiestas navideñas, un juzgado del municipio de Toluca, en el Estado de México, le había concedido la custodia provisional en menos de dos semanas, tiempo récord para este tipo de procesos caracterizados por su lentitud. El exgobernador la acusaba de maltrato y como prueba presentó el testimonio de dos niñeras que pagadas por él, cuidaban a los niños en Francia.

Un día después, Maude Versini se presentó ante el Ministerio de Justicia francés y denunció el “secuestro” de sus hijos. Las autoridades armaron un expediente con el objetivo de recuperar a los niños a través de un proceso de emergencia y se llevó a cabo un juicio internacional en marzo de 2012 en un tribunal en Toluca. “Yo gané las dos primeras instancias y se ordenó a Montiel que me devolviese a los niños, pero él apeló y en cada apelación se suspende la ejecución de la sentencia. Aunque yo tuve la razón todo ese tiempo, debía esperar a que se agotaran todos los recursos”, explicaba en una entrevista a este diario en junio de 2013. Montiel ganó el último en noviembre de 2012. La lucha no acabó ahí. Versini apeló y obtuvo derecho a ver a sus hijos, pero hasta en tres ocasiones ella viajó a México para visitarlos y nunca se presentaron.

Ahora el tribunal penal de París ha otorgado el mandato de arresto internacional, aunque dicha emisión no supone su detención automática en determinados países, como México, donde la Constitución establece en qué casos se puede privar a alguien de su libertad. Este diario ha preguntado a la Secretaría de Relaciones Exteriores si las autoridades francesas les habían notificado al respecto, y a la PGR de qué forma Interpol dio difusión a la orden de arresto. Después de casi una semana, ninguna de las dos dependencias atendieron las consultas. En respuesta a las acusaciones, Arturo Montiel aseguró a una radio mexicana: "No tengo conocimiento de que si salgo del país seré detenido, como lo ha declarado Maude Versnini". Además, señaló que no se ha presentado ante las autoridades francesas, y comentó que su exesposa "nunca entregó documentos originales y alguien falsificó firmas". El abogado Eduardo Heredia también apoyó esta versión: "Nosotros desconocemos por completo la existencia de una orden de aprehensión" y arremetió contra la madre de los menores. "Maude acepto que sí disciplinaba con golpes a los niños y le dijo al juez que en Canadá está prohibido pegar a los niños, pero en Francia no". Más tarde, Versini puntualizó que las declaraciones estaban fuera de contexto: "Yo dije que dar una nalgada a tu hijo cuando se ha comportado mal o ha hecho algo grave no era maltratarlo”.

Apenas 24 horas antes de la entrevista telefónica con Versini en Francia, la otrora consorte mexiquense visitó en Washington la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para pedir medidas cautelares. “Ellos están en la mejor disposición de ayudar, pero son muchos comisionados, deben ponerse de acuerdo y eso lleva tiempo”. La Comisión Nacional de México también solicitó esas medidas hace meses, pero nunca fueron ejecutadas.

“Mis hijos ahora están manipulados, con el síndrome de alienación parental”, asegura. “Hablé con ellos hace tres semanas. Hay momentos del año en que los siento muy lejos, con enojo, coraje. Otras están más tranquilos, pero no hablan con libertad, está su padre con ellos y sus respuestas no son espontáneas”, dice. “También charlé entonces con mi exesposo. Le pregunté por décima vez cuándo nos íbamos a reunir para ver cuál es la mejor solución y él siempre contesta que lo va a pensar, que me llamará. Y nunca lo hace”.

Maude Versini conoció a Arturo Montiel durante un viaje a México en el año 2000, cuando él era gobernador. La entonces joven de 26 años se encontraba realizando un proyecto sobre turismo llamado ‘México, el país de los mil rostros’ para la revista Paris Match. Él le sacaba 30 años y llevaba tres décadas casado con Paola Yáñez. Después de divorciarse de ella, la nueva pareja se mostraba feliz en numerosas apariciones públicas.

“No me arrepiento de haberlo conocido. No era una persona mala. No tenía ningún antecedente sospechoso”, declara ahora. “Quizás lo conocí mal. Cambió de cara. No es el mismo Arturo Montiel con el que me casé”, añade.

“Yo no tenía ganas ni intención de meter al padre de mis hijos en la cárcel. Siempre le dije que quería que nos pusiéramos de acuerdo para que nadie se sintiera a disgusto, pero ya no me ha quedado otra opción”, asegura. “Yo adoro a mis hijos, pero quería que crecieran con equilibrio entre su padre y su madre. Eso va a ser difícil ahora”.

La lucha de Maude Versini por recuperar la custodia de sus hijos se extiende a las redes sociales. “Llevo 1.069 días sin verlos”, contabiliza cada jornada en internet. Todas sus acciones están registradas en la página web Sofia, Adrián y Alexis, “para que algún día ellos conozcan la verdad de la historia”. “A ver si es cierto como dice Peña Nieto que en México hay un Estado de derecho”, comenta para quejarse de que las autoridades protegen a Montiel. El exgobernador fue considerado el padrino político del actual presidente. A su esposa, Angélica Rivera, Versini también envió una carta para pedir su ayuda. Asegura que nunca obtuvo respuesta.

“Yo me quejo, batallo, no como la exesposa de Arturo Montiel, sino como cualquier madre mexicana que no ha visto a sus hijos durante tres años; batallo no como ex primera dama, sino como una mamá por el bienestar de mis hijos que adoro, extraño y con los que no me dejan vivir”.


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EL ANTICONCEPTIVO DEL FUTURO, AHORA.

20 de Noviembre 2014

Gracias a un reciente acuerdo, las inyecciones anticonceptivas estarán a disposición de mujeres en 69 de los países más pobres del mundo.


Es una inyección, sí. Pero no como la conocemos.

Se trata de un dispositivo especial, con una pequeña aguja y no la tradicional jeringa, que se puede adquirir por un dólar.

El acuerdo lo alcanzaron la Fundación Gates (que coordina el fundador de Microsoft, Bill Gates), la compañía farmacéutica Pfizer y la Fundación para la Inversión en la Infancia.

Este dispositivo fue utilizado antes para combatir la hepatitis B en Indonesia y Burkina Faso fue el primer país en utilizarlo como método anticonceptivo.

Soré Neimatou, de 20 años, es una de las primeras pacientes en probar el dispositivo.

"Tengo un novio, pero no quiero quedar embarazada. Primero me quiero casar", dijo.

Neimatou nunca ha utilizado anticonceptivos y quiere darle una opción a los métodos disponibles.

Ella escogió la nueva inyección, que es conocida como Sayana Press.

Más aceptada e higiénica

Una de las ventajas de Sayana Press es que ya viene lista para ser utilizada y no necesita ser preparada como la jeringa.

La droga puede ser inyectada simplemente con apretar una válvula. Con una dosis, una joven como Neimatou tendrá protección por tres meses.

Es la primera vez que Soré utiliza anticonceptivos y este sistema le parece la mejor opción.

Gracias a su diseño, llamado Uniject, no hay riesgos de dosis mal aplicadas y además, como no es posible volver a utilizarla, evita el peligro de infecciones que se dan al compartir una aguja.

La simplicidad también es un aliado para los enfermeros, porque pueden entrenarse más rápido para aplicar el anticonceptivo.

Kadidia Diallo, una de las matronas que tienen trato directo con jóvenes como Neimatou, afirma que la Sayana tiene más opciones de ser aceptada por las adolescentes en las zonas rurales.

"Normalmente con la jeringa tendríamos que inyectarlas en la parte superior de la nalga o de su pierna. Ahora sólo tienen que estirar el brazo", precisó Diallo.

Y añadió: "Eso es una ventaja, porque muchas mujeres no vienen al centro médico a aplicarse inyecciones porque prácticamente tienen que desvestirse. Esto es más discreto".

Oportunidades para las mujeres

La Sayana Press es fácil de usar y resulta más higiénica puesto que sólo se utiliza una vez.

En los primeros ensayos, las mujeres reportaron sentir menos dolor que con las inyecciones convencionales.

Rahimata Tiendrébéogo, de 18 años, también quiere utilizar el nuevo dispositivo.

Ella quiere ir a la universidad para estudiar inglés y ha visto que la mayoría de sus amigas, especialmente las más pobres, están embarazadas.

"No me parece bien que las mujeres tengamos bebés tan jóvenes, porque la mayoría somos apenas estudiantes y no tenemos los recursos para hacernos cargo de un niño", explicó Tiendrébéogo.


"Yo soy independiente y quiero ser una mujer responsable", añadió.


Normalmente con la jeringa tendríamos que inyectarlas en la parte superior de la nalga o de su pierna. Ahora sólo tienen que estirar el brazo Kadidia Diallo, matrona

La falta de métodos anticonceptivos sigue siendo un problema en África subsahariana.

Al menos a un cuarto de la población femenina en Burkina Faso le gustaría poder planear su familia, quedando embarazadas cuando ellas quieran.

Rahimata quiere ser traductora de inglés y desea evitar un embarazo que obstaculice sus estudios.

En promedio, las mujeres tienen allí seis hijos.

Aunque se ha duplicado el número de mujeres que utiliza algún método anticonceptivo en África en los últimos 20 años, es mucho más difícil conseguir este tratamiento para aquellas jóvenes que no tienen educación, son pobres y viven en áreas rurales.

Largos años de trabajo

La Organización Mundial de la Salud calcula que en el mundo existen 222 millones de mujeres en países en desarrollo a quienes les gustaría demorar o detener sus opciones de concebir un niño, pero que actualmente no utilizan ningún método de control de natalidad.

Los anticonceptivos son ampliamente usados por las mujeres de los países en desarrollo, donde el riesgo de morir por un embarazo es casi de uno de cada 15 casos.


Ahora, los próximos países que comenzarán a utilizar Sayana son Níger, Senegal y Uganda.

El lanzamiento del método barato llega después de muchos años de trabajo desarrollado por PATH, la organización que se ha encargado de sacar adelante el proyecto.

La vocera de PATH, Sara Tiff, le dijo a la BBC que "Burkina Faso es uno de los cuatro países que pensamos serían los primeros donde comenzar a aplicar la funcionalidad de este dispositivo".

Los trabajadores sanitarios de Níger reciben formación sobre cómo utilizar la Sayana Press.

La secretaria de Desarrollo Internacional de Reino Unido- que apoya el proyecto-, Justine Greening, dijo por su parte que "el acceso a métodos de planificación familiar modernos, seguros y confiables es vital".

"Sin la posibilidad de escoger por sí misma cuándo tener hijos y cuántos tener, la mujer pierde la oportunidad de participar de manera completa en la sociedad".


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