Volver a casa
Rogelio Guedea. La Jornada Semanal. 30 de mayo de 2010
No hay nada como volver a caminar las calles donde aprendiste a caminar. Las calles donde aprendieron tus pasos a decir el nombre de los árboles, los jardines, los mercados, algunas taquerías, tu propio nombre. No hay nada como estos pasos que caminan, otra vez, arrodillados de tanta distancia, la avenida 20 de Noviembre o la calle Francisco I. Madero, desconocidos pasos ante otros igualmente desconocidos, casi extranjeros, como las aguas que vienen del sur. Pero no hay nada como empezar inadvertido y luego ir, poco a poco, levantando una mano para ir reconociendo calles, árboles, jardines, mercados, algunas taquerías, tu propio nombre. Desde esta esquina de Madero y Gabino Barreda puedo ver, otra vez, los niños que juegan en la otra acera, pero también puedo ver al limpiabotas que, de un momento a otro, fija la vista en mí, me mira con la mano en visera como intentando saber si soy yo, el mismo de siempre, o tan sólo es, como de costumbre, mi pura sombra.
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