La letra desobediente
Braulio Peralta
2011-01-24
Tendencias. MILENIO
No tengo idea de si Kalimba es culpable o no de violación a una menor de edad, pero su presunción de inocencia debería estar sujeta al escrutinio de los jueces abocados al caso. Lo que resulta escandaloso es el enfoque con que los medios de comunicación han informado del suceso.
El verdadero tema a discutir es el protagonismo, la saña, la injusticia con que reporteros, columnistas, cadenas televisivas y radiales y algunos medios impresos han actuado como jueces que ya dictaron su condena. Se habla de hasta 50 años de cárcel. Inconcebible.
Ya nadie se acuerda del caso de Gloria Trevi, salvo que la culpable salió libre de todo delito, después de casi cinco años en prisión, cuando los medios de comunicación ya la habían condenado e inventado poderes satánicos ocultos en los discos de sus canciones.
¿Con qué vara medimos las noticias del mundo del espectáculo y del mundo de las drogas, de la corrupción de los políticos, de los ilícitos de los ex presidentes de México? Entrevistar a Kalimba en cadena nacional sin respetar su presunta inocencia, ¿es legítimo?
Ya lo escribió Álvaro Cueva, especialista en televisión: fueron más respetuosos con “las presuntas operaciones de narcotráfico” de José Jorge Balderas Garza, El JJ, “sospechoso” de la agresión contra el futbolista Salvador Cabañas, cuando a Kalimba ni siquiera le concedieron esos privilegios. Por muy graves que sean los delitos de que se les acusa, los dos tienen el mismo respeto a su presunta inocencia.
No soy fan de Kalimba. Apenas había escuchado su excelente versión a la canción “El triste”, que hiciera famoso a José José. Pero creo en una ética para informar. Los medios de comunicación están fallando seriamente en el camino a una democracia posible. El caso Kalimba trasluce ignorancia de dichos medios para tratar los temas relacionados con la justicia.
Es un asunto delicado la violación de una menor. Pero eso tiene que probarse conforme a la ley. Es inmoral acudir a la doble moral que, por un lado, les perdona preguntas impertinentes a los altos dirigentes del país y, por el otro, con rapacidad barata ajusticiamos como si fuéramos jueces a artistas como Kalimba.
Más grave sería juzgar a Kalimba porque pertenece a la religión evangelista, y no a la católica. Sería gravísimo, ¿no le parece? Estaríamos contra el respeto a cualquier creencia.
¿Será?
braulio.peralta@milenio.com
MUy buena nota, clara de entender.=)
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