"Cuando tienes una mirada más esencial de la vida, el éxito o el fracaso resultan igual de ridículos"
El escritor peruano, finalista del Premio Herralde 2008 y popular bloguero literario, publica 'Un sueño fugaz', novela de cuentos y reflexiones sobre la literatura, la vida y el fracaso
JUAN CARLOS GALINDO - Madrid - 31/03/2011
A Iván Thays (Lima, 1968) no le preocupan el éxito y el fracaso. Ya no. Alejado de la idea que tenía en sus inicios de la literatura como una carrera "en la que había que ir ascendiendo por postas", el escritor peruano publica ahora una novela sobre el paso el paso del tiempo y, paradojas, el éxito y el fracaso en el arte y en la vida.
La noticia en otros webs
Mi única vanidad es creer que siempre puedo hacer las cosas mejor
Desde niño siempre me dio miedo perderme en una feria o en el mercado. Ahora, le tengo pánico a perder la memoria, a no saber regresar a casa
Desde el año pasado las cosas para mí se han complicado y esa complicación hace que muchas cosas en que me fijaba más antes, sobre todo porque me aburría, ahora me interesen menos
Perú no esta de ninguna manera mejor que hace unos años
Un sueño fugaz (Anagrama) es una novela de cuentos, historias con personajes que han conocido la fama y la miseria. Mientras se recupera de la reciente muerte de su padre y de una grave lesión de rodilla, Thays nos habla de sus temores, de los trolls que pueblan Internet y que tantos paseos se han dado por su blog Moleskine Literario y del deseo de que el libro digital sustituya al de papel y calme el ansia que le produce ahora la espera para que las obras que quiere leer lleguen a Lima.
Pregunta ¿Qué le ha llevado a crear un universo literario, a modo de pequeño taller, en el que de una u otra manera están representados el éxito y el fracaso, la calidad y lo mediocre, la fama y el olvido en la literatura?
Respuesta: En la novela La disciplina de la vanidad, una suerte de retrato del artista adolescente, la obsesión por el triunfo era insistente. Por eso, decidí introducir un contrapunto con el fracaso. Y concluir que, cuando uno tiene una mirada más espiritual, más esencial o más mística, de la vida, el éxito y el fracaso resultan igual de ridículos o de vanos. De ahí el título Un sueño fugaz, que parte de un poema de Basho.
P: ¿Se ha encontrado en su vida literaria con muchos personajes como Tomás (uno de los protagonistas de la novela, el que ha llegado a la fama y la riqueza gracias a la literatura), henchidos de éxito, premiados por una literatura más bien dudosa?
R:Muchísimos. Y a veces resultan tan obvios que uno se pregunta si ellos, en lo profundo de sí mismo, no son capaces de verse a sí mismos como lo que son. Y deduzco que no, no lo ven. Duermen felices su sueño fugaz.
P: ¿Antes y después de ser finalista en el Herralde los elogios sobre su obra (Vargaso Llosa, Herralde, Cueto) se han sucedido ¿Cómo se vive, cómo se asume? ¿Teme ser devorado por la vorágine y olvidado si no publica de manera más o menos regular?
R: En realidad, el éxito literario me interesaba mucho más en la época en que empecé a publicar. Entonces nadie hablaba de mí y yo creía que la literatura era una carrera en la que había que ir ascendiendo por postas. Agradezco mucho la generosidad de lectores como los que menciona, y otros, algunos anónimos, pero ya no creo que la literatura sea esa carrera. Me interesa mucho más que mis obras representen de manera fiel, honesta, lo que hay dentro de mí, lo que tengo/quiero/debo decir.
P: ¿Qué tal se lleva con el éxito y el fracaso, "esos dos impostores", que diría Kipling?
R: La frase, que le gustaba repetir a Borges, es acertadísima. Todos los días estoy lleno de fracasos y éxitos en todos los ámbitos de mi vida. Uno se acostumbra a uno y al otro, y al final casi es difícil trazar la línea divisoria entre uno y otro.
P:¿Un sueño fugaz es una especie de road movie en el tiempo, con un final tristísimo, con el protagonista preguntándose "¿Tan viejo soy?" pero sin una línea cronológica claramente fijada ¿Por qué?
R: No quería hacer una línea cronológica obvia. Quería lograr que los lectores saltasen de cuento en cuento y sintieran que, más allá de la autonomía de cada relato, se les estaba contando una novela que avanzaba en el tiempo y que el protagonista de esa novela envejecía un poco más, de manera natural, con cada relato. Verlo envejecer casi sin darse cuenta, de manera que luego de leer el libro, al retroceder hasta el principio, tengan la sensación de que han visto a un hombre disminuirse, perder sus facultades, pero casi sin darse cuenta. Así sucede con las personas que envejecen a nuestro lado, ¿no?
P:¿En acabar Un lugar llamado oreja de perro tardó ocho años ¿Ha sido más fácil escribir Un sueño fugaz?
R: Un sueño fugaz es una novela en cuentos que estaba inserta en una novela mía anterior, no conocida en España, llamada La disciplina de la vanidad. Demoré un tiempo en afinar las referencias y aumentar algunos textos para hacer redondo el libro, pero el grueso ya estaba escrito.
P: ¿Ha escrito una novela generacional?
R: Me gustaría creer que sí, pero no soy yo quien debe decidirlo.
P: ¿En la vida del protagonista vuelve a estar presente el fantasma del hijo muerto, como en su anterior novela, de la que en su momento me dijo que no era una obra autobiográfica. ¿Y ésta? ¿Hay elementos de la tan manida autoficción?
R: No, ninguna autoficción felizmente. La pérdida del hijo, así como la pérdida de la identidad, es un tema que me angustia desde siempre. Desde niño siempre me dio miedo perderme en una feria o en el mercado. Ahora, le tengo pánico a perder la memoria, a no saber regresar a casa. Y desde luego, a perder a las personas que amo, lo que me acaba de suceder con mi padre y es una sensación extraña, indefinible.
P: ¿Hace unos meses decía en la entrevista que le hizo mi compañero Quino Petit que los blogs eran cosa del pasado. Y sin embargo, el suyo sigue a pleno rendimiento...
R: Bueno, por lo general soy una persona bastante anacrónica para ciertas cosas.
P: ¿Siguen 'acosándole' los trolls que, escudados en el anonimato de Internet, encienden cualquier tipo de debate?
R: Muchísimo menos. O me entero menos de esos ataques. Desde el año pasado las cosas para mí se han complicado mucho (de hecho, desde octubre tengo una fractura en la rodilla y usaré muletas por un año o más, y voy diariamente a la dolorosa rehabilitación) y esa complicación hace que muchas cosas en que me fijaba más antes, sobre todo porque me aburría, ahora me interesen menos.
P: ¿Por cierto, a pesar de dedicarse a la literatura, ninguno de los personajes de Un sueño fugaz tiene un blog. ¿Por qué excluyó el tema?
R: No sé por qué. Pero en la novela que estoy terminando ahora hay chats, blogs, tuits y facebook.
P: ¿El Perú real y político, con todas sus implicaciones, recorría la anterior novela, pero ahora han desaparecido de su relato. ¿Está mejor su país y ya no hay que hablar de esos temas? ¿Están agotados?
R: Es una novela completamente diferente. No siempre me dan ganas de escribir novelas con tema político, al contrario,Un lugar llamado Oreja de perro era una rareza en mi obra. Pero de ninguna manera está mejor el país. Y dudo que el tema político esté agotado.
P: ¿Cómo se encuentra el panorama literario en español actual? ¿Y su generación? ¿Qué relación tiene con sus compañeros de Bogotá 39 ?
R: Me interesa mucho lo que está pasando, las relaciones que se forman entre escritores de la misma generación pero de distintos países. Leo a Marcos Giralt, por ejemplo, y me siento identificado no solo literariamente sino anecdóticamente. Vidas paralelas. Los Bogotá 39 están haciendo cada uno lo suyo. Tres premios importantes, como los dos últimos Alfaguara y el actual Herralde, han sido ganado por miembros del B39, por ejemplo. Y he leído novelas estupendas de varios de ellos. Mantengo contacto con algunos de ellos aun, no con todos desde luego. Pero la buena vibra que nació en ese evento yo creo que se mantiene intacta. Y eso es maravilloso.
P: ¿De verdad cree, como dijo hace poco, que al libro de papel le quedan 10 años de vida, o incluso menos?
R:Lo creo y quiero que sea así. Eso de estar esperando que los libros lleguen a las librerías de Lima es una odisea. Siento que me pierdo de todo. Y desde Perú no se puede comprar ni siquiera ebooks de muchos sellos en castellano. Las cosas tienen que mejorar y para eso, el libro en papel debe perder su fuerza.
P: ¿Y termino como hice hace dos años ¿Qué queda de la 'famosa vanidad de Iván Thays?
R: Un mito. Mi única vanidad es creer que siempre puedo hacer las cosas mejor. E insistir una y otra vez, hasta que el espejo me entregue una imagen al menos ligeramente parecida a lo que realmente creo que soy capaz de dar. Y luego, al releer lo publicado, siento que pudo ser mucho mejor. Mi vanidad, en ese sentido, es insaciable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario