* Eferente: adj. Que lleva hacia afuera.
anat. [Formación] anatómica que trasmite sangre, secreciones o impulsos desde una parte del organismo a otras que se consideran periféricas con respecto de ella:
conductos eferentes.
anat. [Estímulo y sustancia] así transmitidos.
Los míos
En el centenario de Czeslaw Milosz (Lituania, 30 de junio de 1911), presentamos el testimonio del fundador de Le Nouvel Observateur, quien lo incluye en la selecta galería de su reciente libro, del que también tomamos sus recuerdos de André Malraux y Jacques Derrida, otros de los amigos que lo han acompañado en su larga y extraordinaria vida.
De portadaEscolios
Lectores eferentes
Ciertamente, acaso sin caer en los casos extremos de ingenuidad o fanatismo, todos somos lectores eferentes...
AntesalaEnsayo
El México de Ginsberg
Escritor trashumante, lector del Viejo Testamento y consumidor insaciable de mariguana, Allen Ginsberg reflejó en su literatura sus visitas a nuestro país, lugar al que no dudó en calificar como un acercamiento a la eternidad.
LiteraturaEntrevista:
Los últimos días de Ana Frank
Con 83 años, Nanette Blitz Conig visita Argentina para recordar a su compañera de escuela y en el campo de concentración de Bergen Belsen, donde la autora del célebre diario le confió sus deseos de sobrevivir y convertirse en escritora.
LiteraturaArchivo hache
Crítica a la cruzada de Sicilia
No dudo de la legitimidad moral de su movimiento, que podría quedar como gesto poético o crecer como factor electoral. Pero, ¿qué significa en términos ideológicos?
VariaCasta diva
¿Para qué sirve el dinero, ingeniero Slim?
La arquitectura es un edificio pretencioso que promete algo que por dentro no cumple.
Artes plásticas
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JOSÉ LUIS PARDO La relación entre técnica y cultura, necesaria para la evolución del ser humano, reclama más que nunca otro orden social: más natural. La obra clásica de Lewis Mumford, editada ahora en España, alerta de los peligros de la "megatécnica" e invita a la reflexión. |
ANÁLISIS |
Técnica y esencia de la humanidad |
J. M. S. R. El papel de la ciencia, la tecnología, el lenguaje o la inteligencia en el progreso del mundo es analizado por expertos como Ridley, Spier, Mumford y Headrick. |
Pequeña magnitud |
FERNANDO ARAMBURU |
JOSÉ LUIS ESTÉVEZ Manuel Vilariño escribe y construye imágenes en su casa de Bergondo (A Coruña) | ampliar |
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ANTONIO MUÑOZ MOLINA Hablamos de ciencias y de humanidades en la Universidad de Cádiz. Hablamos apasionadamente de las formas de conocimiento paralelas que permiten la ciencia experimental o las narraciones literarias o las obras de arte. |
Un romántico maldito DIEGO A. MANRIQUE Art Pepper fue protagonista de una de las grandes historias de redención del jazz. Su extraordinaria autobiografía profundiza en sus miserias y revela que su rehabilitación no fue completa | ampliar |
LIBROS | NARRATIVA Y POESÍA |
Marcos Giralt Torrente - El final del amor Luces sobre la herida |
J. ERNESTO AYALA-DIP Narrativa. Las cuatro piezas que componen el nuevo libro de Marcos Giralt Torrente abarcan cuatro miradas sobre una de las situaciones más dolorosas por las que la mayoría de los seres humanos tienen que atravesar algún día en su vida: los finales sentimentales. |
Álvaro Enrigue - Decencia Decencia |
RODRIGO PINTO |
Irene Gracia - El beso del ángel El beso del ángel |
ANA RODRÍGUEZ FISCHER |
Andrés Barba - Muerte de un caballo Muerte de un caballo |
MARÍA JOSÉ OBIOL |
ampliar | Joaquín Pérez Azaústre - Las Ollerías Una figuración del paraíso ÁNGEL L. PRIETO DE PAULA Poesía. No responde Joaquín Pérez Azaústre (Córdoba, 1976) a la imagen del poeta que escribe al dictado de una musa o de un dios, hierofante pagado de sus palabras y más aún de sus silencios. |
Tristan Garcia - La mejor parte de los hombres La mejor parte de los hombres |
JESÚS FERRERO |
Filip Florian - Dedos meñiques Dedos meñiques |
FRANCISCO SOLANO |
Rawi Hage - Rawi Hage El ladrón de intimidades |
NURIA BARRIOS |
Manuel Ruiz Amezcua - La resistencia La resistencia |
SALVADOR COMPÁN |
"La literatura japonesa contemporánea es infantil" GONZALO ROBLEDO Con más de 80 libros, es uno de los autores más admirados en Japón. Kinshu. Tapiz de otoño es su presentación en España. Desde su casa en Osaka, habla de su trayectoria, del libro electrónico y de las artes | ampliar |
Teru Miyamoto - Kinshu. Tapiz de otoño Una belleza conmovedora |
JOSÉ MARÍA GUELBENZU |
Yasutaka Tsutsui - Paprika Paprika |
PALOMA LLANEZA |
Varios autores - El pájaro y la flor. Mil quinientos años de poesía clásica japonesa El pájaro y la flor. Mil quinientos años de poesía clásica japonesa |
P. LL. |
Yoko Ogawa - La niña que iba en hipopótamo a la escuela La niña que iba en hipopótamo a la escuela |
P. LL. |
ENSAYO |
Mohamed el Baradei - Años de impostura y engaño. La diplomacia nuclear en tiempos difíciles Años de impostura y engaño. La diplomacia nuclear en tiempos difíciles |
GEORGINA HIGUERAS |
Javier Valenzuela - Usted puede ser tertuliano. España a través de su televisión Usted puede ser tertuliano. España a través de su televisión |
ROSARIO GARCÍA GÓMEZ |
Roberto Blanco Valdés - La construcción de la libertad. Apuntes para una historia del constitucionalismo europeo La construcción de la libertad. Apuntes para una historia del constitucionalismo europeo |
ANTONIO ELORZA |
Imágenes al servicio del franquismo |
JOSÉ ANDRÉS ROJO |
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CELIA AMORÓS La obra de la argelina Wassyla Tamzali y de la francesa Michèle le Doeuff esclarece la polémica sobre la indumentaria de las mujeres, "sobrecargadas de identidad" |
MANUEL RODRÍGUEZ RIVERO Pensé que se lo debía. Después de casi veinte años tumbándome dos veces por semana en el diván (la principal contribución del orientalismo al psicoanálisis), parloteando en pautadas sesiones de cincuenta minutos con los ojos fijos en una moldura del techo. | ampliar |
Vasili Grossman - Por una causa justa Vidas rotas en Stalingrado |
LUIS FERNANDO MORENO CLAROS |
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Seres estéticos y reales ÁNGELA MOLINA Señalaba Adorno que la única imagen del cuerpo que no era una mera mentira blasfema es la del cuerpo austero y esquelético, la criatura bífida de la humanidad que inspiró a Beckett. |
LLAMADA EN ESPERA Arquitecturas camufladas |
ESTRELLA DE DIEGO |
Sin realidad no hay utopía Descripción de la mentira |
JUAN BOSCO DÍAZ-URMENETA |
ÁNGELES GARCÍA La belleza y el dolor, Oriente y Occidente conviven en la exposición estrella de la Bienal de Venecia, comisariada por Rosa Martínez en el Palazzo Fortuny
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JAVIER PÉREZ SENZ Menos famosa que la histérica Salomé, o la tímida Mélisande, la protagonista deAriane et Barbe-Bleue es uno de los personajes más poderosos de la literatura operística. La única ópera de Paul Dukas llega al Liceo un siglo después de su estreno |
MÁS TRISTES SON USTEDES Canción triste de autor |
JOSELE SANTIAGO |
MARCOS ORDOÑEZ Irene Escolar ha deslumbrado en Oleanna, de David Mamet, en el Teatro Español, y la deliciosa Ventana de Chygrynskiy, de José Ramón Fernández, donde brilla Nuria Benet, ha vuelto a la sala Cuarta Pared | ampliar |
ARTE |
Delfín Colomé y Pujol - La Guerra Civil española en la Modern Dance 1936-1939 Danzas de guerra |
OMAR KHAN |
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RICARDO PIGLIA Una nueva noción de la cultura latinoamericana, los tiempos de la escritura y de la lectura, y fin de curso en Princeton |
El París de Cortázar (y el mío)
En este texto, el ganador del Premio Alfaguara 2011, que esta semana llega a México, sigue los pasos de la Maga y Oliveira en un ritual que es homenaje a Rayuela, a Cortázar y a todos los escritores que han hecho de París el escenario de sus novelas, la ciudad literaria por excelencia.
De portadaLa escritura o la vida
Cuando aquel 11 de abril del 45, el III Ejército del general Patton libera el campo de exterminio, el joven Semprún lo conoce todo —“el salvajismo del animal humano y la grandeza del hombre”—.
De portadaViento a favor
Semprún
Podía ser una espina atravesada en la garganta de muchos compatriotas, un personaje hosco que nunca aprendió a mentir y decía sus verdades a quemarropa.
AntesalaBitácora psicotrópica
AntesalaToscanadas
El placer de la relectura
Las lecturas dicen poco de una persona; las relecturas dicen mucho.
AntesalaLeonard: justicia poética
Iconoclasta inveterado, el artista canadiense ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011, justo reconocimiento a quien desde los años sesenta ha sido una presencia constante y notable en la poesía, género que hermanó con la narrativa y la música como se evidencia en el siguiente recorrido por su obra.
Literatura
CRÍTICA: PENSAMIENTO
Carlos Monsiváis, el cronista
ELENA PONIATOWSKA 11/06/2011
Hace años que no leo novelas", me dijo con cierto desdén.
-¿Por qué?
-Porque no tengo tiempo. También a ti, Elena, te gusta ver a los demás, observarlos, caminar a su lado en la calle.
¿Sabía Monsiváis que no tenía tiempo? No. Ninguno de nosotros lo sabe y si lo sabe lo calla. Un mes antes de ingresar al hospital, Monsi le preguntó (como lo haría un niño) al doctor Gustavo Reyes Terán: "¿Me voy a morir?". "Si no te cuidas, te quedarán dos, tres, quizá cuatro años". ¿Por qué tenía fibrosis pulmonar un hombre que ni fumaba, ni bebía y además había sido un estupendo nadador desde niño? Su madre, Ester, era campeona y llevaba a Carlos Pascual Aceves Monsiváis a la YMCA y al poco rato el muchacho atravesaba cinco veces sin cansarse la alberca olímpica techada. (Pocos saben de esas y otras proezas de Monsi pero yo sí, no porque él las presumiera sino porque fui amiga de su mamá Ester).
Al salir del agua, después de la felicitación del maestro, Monsiváis leía a Virgilio y a Homero con los pies metidos en la alberca.
¿Novelas en México cuando todos los días amanecemos a una odisea? ¿O no es novela leer del asesinato del joven Luis Donaldo Colosio, el candidato del partido oficial, el 23 de marzo de 1994 y a los pocos meses de la muerte trágica de su esposa Diana Laura a la que el cáncer fue adelgazando hasta dejarla en un hilito? ¿No es novela el asesinato del cardenal Posadas en Guadalajara el 24 de mayo de 1993? ¿No es novela la vida de la Reina del Sur de la que ya Arturo Pérez-Reverte dio constancia con tanto lujo de detalles que se volvió una serie televisiva? ¿No es novela que la agencia FBI de Estados Unidos sea quien asesore a la policía mexicana en su combate contra el crimen organizado? ¿No es novela que en las montañas del sureste de México se levante en armas un segundo Che Guevara que confronta con sus fusiles y sus arengas a toda la podredumbre de los Gobiernos emanados de la Revolución Mexicana? ¿No es novela que el expresidente de México Vicente Fox no pueda ni decir el nombre del escritor Jorge Luis Borges y lo apellide Borgues y a la semana añada a guisa de disculpa que "cualquiera puede cometer un lapsus bilingüe"?
¿Escribir novelas para qué? México amanecía y amanece a telenovelas muy superiores a cualquier cosa que un novelista podría inventar, a una realidad avasalladora y risible, al drama íntimo de un país que hace agua. Monsiváis con su bárbaro sentido crítico había descubierto hace años sus intrigas partidistas, sus mentiras paseadas en todas las antesalas, sus pasadizos secretos, sus estúpidos diálogos, sus conclusiones mezquinas y había adivinado el desenlace. Ya tenía muy claro cómo lo escribiría para que nosotros pudiéramos leerlo y convertirlo más tarde en materia memorable.
Recorrer calles, ponerse de pie en las plazas públicas, subirse al metro y a los autobuses, saberlo todo de los transportes colectivos y de los rumbos populares de México, observar a los políticos y hacer picadillo a gobernadores de Estado, senadores y diputados, solidarizarse con los jóvenes que bailan y se ponen hasta atrás en los hoyos fonki y a las niñas domingueras en el California Dancing Club, tomar notas mentales pero también apuntar frases, actitudes, reflexiones en una libreta azul de tapas de cartón, era la parte más importante de la vida diaria de Monsiváis. Con mucha razón, Adolfo Castañón lo consideraba una agencia de noticias y lo llamó "el último escritor público". "Pregúntale a Monsi", nos aconsejábamos. "El que está enterado es Monsi". "Nadie sabe lo que Monsi". "Esto, Monsi ya lo analizó". Viajar a Ciudad Juárez para denunciar el asesinato de jóvenes mujeres, tomar otro avión rumbo a Hermosillo para solidarizarse con los padres de los 44 niños quemados en la guardería ABC, salir en la madrugada a recoger los testimonios de los heridos por la explosión de gas de San Juanico, permanecer treinta días en la calle después del terremoto del año 1985 resultó ser sólo la continuación de su primera huelga de hambre para apoyar a los maestros en 1958 al lado de José Emilio Pacheco y Juan de la Cabada, su primera marcha en 1954 en la que vio a Diego Rivera empujar la silla de ruedas de una Frida Kahlo a dos días de su muerte ya sin joyas y con la cabeza envuelta en una pañoleta para protestar contra el golpe de la CIA contra Jacobo Arbenz y la invasión de los paracaidistas norteamericanos en lo que llaman aún "Guatemala city". De esa marcha, Monsi hizo su primera crónica en un periódico preparatoriano y con el arranque de esa marcha salió también su capacidad de reseñar y sobre todo analizar cualquier acontecimiento político o cultural que le pusieran enfrente.
Las tareas morales de Monsi, sus diez en civismo, lo hicieron el cronista de un México que es difícil concebir sin él. Acerado, brillante, horriblemente mordaz y maldito en sus juicios, Monsiváis escribió nuestra historia y sin él ya no sabemos cuáles son nuestros Días de guardar y tampoco quién seguirá escribiendo las crónicas de una sociedad que se organiza.
Sin Monsiváis perdemos la sustentación cultural de nuestros movimientos sociales, de nuestras luchas políticas, la constancia escrita de los ideales de los jóvenes y de su heroísmo. Implacable contra los racistas, los dogmáticos, los conservadores, los cursis, los corruptos, los homófobos, los ladrones, Monsiváis, niño libresco si los hay, gran crítico de poesía, se caracterizó por su lucha contra el sida y contra el autoritarismo. También fue un crítico de la derecha clerical, un defensor del Estado laico que se lanzó en contra de la educación religiosa en las escuelas públicas, un luchador por la despenalización del aborto, un feminista. Su entusiasmo por la lucha indígena en Chiapas fue enorme y allá fuimos a ver cómo se elaboraban los Acuerdos de San Andrés. Más tarde condenó los ataques terroristas de los Vascos y consideró al candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador una referencia fundamental en la esperanza democrática de nuestro país.
"Lo que me interesa de la izquierda" -le respondió al periodista Jorge Ricardo de Reforma- "es que sea crítica, que no admire incondicionalmente la dictadura de Fidel Castro, que sitúe en perspectiva el autoritarismo con frecuencia inadmisible de Hugo Chávez, que se oponga a la derecha, que denuncie sin tregua a la corrupción, que saque conclusiones del fracaso del socialismo real, que sea antirracista a fondo, que no sea nacionalista pero que sí defienda los intereses nacionales, que se oponga a la desigualdad, el mayor problema del País".
También pudo responder a su entrevistador: "Sin mis libros me sería imposible vivir y sin mis gatos también. Los libros no aúllan ni los gatos proporcionan sabiduría, por eso no podría elegir. Preferiría entonces vivir sin mí".
Ahora sabemos que los múltiples homenajes a Monsi por sus setenta años tenían una razón de ser. Resultaron justos y necesarios un día sí y otro también durante todo el año de 2009. Antes de su muerte, era indispensable que él supiera cuánto lo queríamos y de qué tamaño era nuestra devoción. El divino pastel de la intelectualidad mexicana sólo se corta para unos cuantos y a Monsi en 2009 le tocó una gran, una festiva rebanada.
No es sólo una coincidencia que Monsiváis muriera al día siguiente del premio Nobel José Saramago, el 18 de junio de 2010. Ambos viajaron juntos a Chiapas y el propio Saramago constató que Monsiváis, además de solidario con las causas sociales, sabía todo, todo de todo, todo de política, todo de arte, todo de poesía, todo de Pessoa, todo de nuestra identidad nacional y escribía de todo como nadie más lo ha hecho, ni siquiera su ilustre antecesor Salvador Novo sobre quien Monsiváis escribió el mejor libro de los que ha escrito: Lo marginal en el centro.
Monsiváis no sólo fue el cronista de la vida de México durante más de cincuenta años, también fue nuestra conciencia nacional.
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