Ese fantástico escenario está inspirado en los bosques de Yakushima, una isla paradisiaca en el sur de Japón.
Es un paisaje ecológico con vistas asombrosas, aguas cristalinas y una vida silvestre diversa. La isla, de 505 kilómetros cuadrados, se eleva rápidamente desde el mar hacia un interior montañoso que alberga elevados picos que pueden llegar a cubrirse de nieve en invierno, a pesar del clima subtropical.
El lecho de granito está cubierto de bosques de cedros, algunos son primordiales y otros son resultado de la reforestación efectuada tras la tala del periodo Edo (una política instaurada para reducir los cortes de follaje e impulsar la recuperación del espacio).
En verano, sus playas son sitios de anidación para la tortuga caguama. Las aguas circundantes están llenas de peces voladores, que predominan en los menús de la región.
Unos pequeños ciervos de cola blanca vagan por la isla (además de otra criatura curiosa: Björk, quien dijo que disfruta de practicar senderismo en Yakushima). Los macacos Yaku son endémicos y se extienden por los caminos y vuelan entre las copas de los árboles. Los ciervos y los monos superan en número a los 13,000 habitantes humanos permanentes de la isla.
Esta ecología única le valió a Yakushima la distinción como Sitio Patrimonio Natural de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1993. Desde entonces, el turismo ha florecido. En 2012 recibió unos 215,000 visitantes, de acuerdo con Steve Bell, quien, junto con Helen McNamara, dirige Y.E.S. Yakushima, el sitio web oficial para turistas (en inglés).
Sin embargo, la gran mayoría de los visitantes vienen a ver una cosa: un cedro viejo llamado Jomon-sugi, que según los cálculos tiene 7,200 años de antigüedad. Durante las vacaciones de verano y la Semana Dorada (una serie de días festivos oficiales a principios de mayo en Japón), unas mil personas hacen el viaje de nueve horas de ida y vuelta y se amotinan en la plataforma de observación erigida para proteger al árbol y a su entorno. ¿La ventaja? La mayoría de las atracciones y los senderos están gozosamente vacíos.
Está Onaida en el sur; Kurio y sus pozas rocosas en el suroeste; Nagata y la playa arenosa de Inakahama (bella, pero peligrosa para los nadadores), e Isso, que también tiene playa.
Es un lugar en el que la gente se acuesta y se levanta temprano. Todas las mañanas, a las 7, un sistema de sonido instalado en toda la isla despierta a todos con música clásica. Es hora de comer natto (alimento derivado de la soya), de recoger un almuerzo para llevar y de recorrer los senderos.
Si conduces durante 40 minutos tierra adentro desde Anbo, llegarás a Yakusugiland, nombre de mal gusto para una serie de senderos esparcidos por 270 hectáreas que lleva a los caminantes por bosques tupidos y cedros antiguos como el Kigen-sugi (de 3,000 años de antigüedad), el Odasugi (2,500 años de antigüedad) y el Buddha-sugi(1,800 años de antigüedad, que según dicen se parece al Iluminado).
Shiratani Unsuikyo es un parque similar, aunque el terreno es más variado e incluye una franja de bosque increíblemente verde que inspiró a Miyazaki. El sendero más largo del lugar llega a la roca Taikoiwa, el escalarla tiene como recompensa unas vistas asombrosas del valle.
Shiratani es el segundo lugar más visitado luego de Jomon-sugi, aunque hay mucho menos gente.
"El sendero de Shiratani Unsuikyu es grandioso ya entrada la tarde, cuando ya partieron los autobuses con turistas y los monos descienden de la montaña", dice Clive Witham, autor del libro Yakushima: A Yakumonkey Guide (Yakushima: una guía sobre los monos Yaku), y del blog Yakumonkey.
"Prácticamente tendrás el sendero —y a los monos— para ti solo. Pasa algo parecido en Yakusugiland, entre más tarde vayas, la experiencia se vuelve más personal".
Un sistema de cabañas económicas recorre la isla y atiende a los senderistas más ambiciosos a los que les interesa hacer recorridos de varios días.
Pero también hay rutas más cortas y aptas para todos los niveles de pericia. El libro de Witham puede guiar a los senderistas a lo largo de un viaje de seis horas por el sendero Yodogawa, que incluye una caminata variada por un bosque exuberante a través de arroyos y con dirección al Hana-no-ego, el pantano a mayor altitud en el sur de Japón (pon atención a las ranas). Luego de recorrer un terreno accidentado llegas a Karumi-dake, un pico de 1,831 metros de elevación que ofrece vistas panorámicas.
El sonido del agua nunca está lejos. Yakushima es el lugar más húmedo de Japón, hecho que se aprecia mejor al pie de una de sus tantas cascadas. La cascada Oko-no-taki inspirará una meditación silenciosa en los espectadores, mientras que la Senpiro-taki impresiona por su tamaño mientras se precipita a lo largo de una enorme losa de granito.
Luego de todo este esfuerzo físico, un baño en uno de los muchosonsen (aguas termales) de la isla será ideal. A Bell le gusta el spainterior de Onoaida. "Está lleno de gente local", dice.
Witham prefiere el spa al aire libre de Yudomari: "Hay una piscina más pequeña más allá, a lo largo del camino, escondida por las rocas y en donde puedes bañarte mientras escuchas las olas golpeando la costa y admiras las estrellas".
A las 9 de la noche, la música suena de nuevo. Es hora de dormir.
En dónde hospedarse
La mayoría de los alojamientos de Yakushima son minshuku, pequeñas posadas o cabañas en donde usualmente los alimentos están incluidos. También es normal que se sirvan abundantes desayunos compuestos por pescado, arroz, verduras en conserva, sopa miso y natto.
En Shiki-no-yado —cerca de Onoaida, al pie del Mochumo-dake— hay una serie de cabañas amplias con baño privado, deliciosa comida local (algunos ingredientes son cultivados en un jardín) y algunas arañas enormes pero amistosas.
Justo a las afueras de Miyanoura, las habitaciones de la cabaña Yaedake Sanso cuentan con pequeñas terrazas con vista al bosque circundante. Los baños son compartidos. Es rústico, pacífico y la comida es fantástica.
Si buscas lujo, el centro vacacional de Sankara, cerca de Onaida, es la mejor (y única) opción.
Cómo llegar
Por aire: Japan Air Commuter, filial de JAL, tiene vuelos directos desde el aeropuerto de Itami en Osaka y desde Fukuoka. Todos los demás vuelos hacen escala en Kagoshima.
Por mar: Un transbordador de alta velocidad hace ocho viajes al día desde Kagoshima. El viaje lleva entre dos y tres horas.
Se puede recorrer Yakushima en transporte público, pero el rentar un auto te facilitará la vida. Las marcas nacionales como Nissan tienen oficinas aquí, pero las empresas locales son más baratas. Y.E.S. Yakushima tiene las listas de precios y cuenta con un servicio de reservaciones sin costo.
Cuándo ir
Yakushima es agradable todo el año, pero necesitarás equipo para nieve si quieres practicar senderismo durante los meses de invierno, aunque la temperatura al nivel del mar es relativamente benigna. Los veranos son cálidos y húmedos y los tifones podrían ser un problema. Llueve todo el año, pero el otoño es un poco más seco. La isla tiene más visitantes durante la Semana Dorada (a finales de abril y principios de mayo) y durante las vacaciones de verano.
Recursos
Y.E.S. Yakushima puede ser útil para rentar autos, hospedaje y contratar guías para las caminatas.
El libro Yakushima: A Yakumonkey Guide contiene descripciones detalladas de los senderos y más información útil. Lo puedes conseguir en el sitio web yakumonkey.com.
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