El informe, publicado en el semanario Organizational Behavior and Human Decision Processes, tiene dos partes. Para la primera, 82 cargos intermedios contestaron a varios cuestionarios durante dos semanas. Los cuestionarios preguntaban sobre el uso laboral que hacían del smartphone, la calidad y cantidad de su sueño, dedicación al trabajo y sensación de agotamiento. Las preguntas eran repartidas a las seis de la mañana (para determinar el uso del smartphone durante la noche anterior, sueño y cansancio por la mañana), y a las cuatro de la tarde (para estimar la dedicación al trabajo esa jornada).
Los investigadores descubrieron que usar el smartphone pasadas las nueve de la noche estaba asociado a menos horas de sueño esa noche. Esa cantidad menor de sueño se relacionaba a su vez con cansancio matutino al día siguiente, y ese agotamiento con una menor dedicación al trabajo ese día.
Para la segunda parte del estudio, los investigadores preguntaron a 161 empleados que trabajan en un amplio abanico de actividades (desde dentistas hasta contables), 136 de los cuales aportaron respuestas detalladas. Los participantes en esta parte del informe recibieron los cuestionarios en los mismos horarios que los de la primera. Pero, esta vez, los autores del trabajo también estudiaron el uso de otros aparatos, como ordenadores, portátiles, tablets y la televisión, para ver cómo afectan al sueño, al agotamiento matutino y a la dedicación al trabajo.
Los investigadores descubrieron resultados similares a los de la primera parte del estudio, en el que a mayor uso nocturno del smartphone, mayor cansancio por la mañana, lo que disminuía la dedicación en la oficina. Pero los smartphones afectan más a esta cadena que usar un portátil, una tablet o ver la televisión.
"Los smartphones parecen perfectamente diseñados para alterar el sueño," sostiene Russell Johnson, ayudante de cátedra en la Michigan State University y uno de los autores del estudio. "Nos mantienen mentalmente activos hasta bien entrada la noche, hacen que sea difícil desconectar del trabajo para relajarse y conciliar el sueño".
La exposición a luz excesiva por la noche podría estar haciendo más que dañar nuestra capacidad de trabajo al día siguiente. Un principio recientemente adoptado por la American Medical Association reconoció que la luz por la noche (incluyendo la que emiten las pantallas) puede aumentar el riesgo de enfermedad, como el cáncer, además de afectar al sueño.
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