martes, 11 de febrero de 2014

LA COLUMNA DE YOLANDA LACARIERI

15 de Agosto 2014


Los Vagabundos del Dharma 

Leer a Kerouac es leer al poeta Gary Snyder. El filósofo budista. Una oración asciende bailando a la montaña. Ahí, los factores vitales como el agua el viento el sueño la noche el alimento el silencio la cofradía de las piedras y el ritmo, meditan. La oración de oraciones: ‘Igualmente vacío, igualmente mi derecho a ser amado, igualmente en mi camino a Buda’.

Luego, los no deleznables excesos: las mujeres de ropa frágil, los trenes nocturnos. Una orgía de sustancias que llevan a Dios. Sabiduría en el camino, en los golpes beat del corazón: El reloj del cuerpo. Kerouac en su austera desnudez. El eterno poeta adolescente llega a donde la luz intimida y el frío acusa la transición a la luz.


06 de Mayo 2014


Traición a domicilio, de Guillermo Arreola.

El pintor Guillermo Arreola, debe trabajar con un pincel en una mano y una pluma en otra. En esta serie de cuentos, ha de haber tenido una ventana abierta, la puerta atrancada y las ánimas dentro de la habitación por más que las retire a punta de mentadas. Estoy segura, porque le gusta experimentar lenguajes. No sólo los cultos, sino jergas de las calles. Cada vez que sus personajes abren la boca, sorprenden como debe hablar la gente especial, rara. 


No es tarea fácil ejemplificar en diálogos cortos, significados profundos. Personajes únicos. El oficio de neólogo, razón del poeta disfrazado de escritor, overol de pintor, sombrero de pensador, no deja de ser poeta, ni cuando se pone la pijama y se quita sus disfraces para dormir. Sueña que el lector lo encuera, lo encadena al arte, lo encarcela por su bien, le atranca la ventana antes abierta, deja pasar ánimas por la puerta cerrada. 

Planea un crimen sólo para sentir un brinco, un pinchazo al leerlo, una taquicardia por terror a la belleza, un colapso a coletazos. 

Aquí nos trae su Traición a Domicilio. 

Un enigma en derredor del miedo de una perseguida, una prófuga, para algunos conocida, que se esconde en una casa y muere de hambre entre gatos que muy bien existieron. Es hermético en éste y otros casos, sólo para sabuesos. Traición a Domicilio, nos trae del tingo al tango, a veces en el norte, a veces en el otro lado, ora en la capital, ora en el campo. Siempre hurgando territorios. Me gustaría mucho, poner a sus personajes en una caja encerrados, sobre mi mesa de trabajo, aquí en miniatura. Dejarlos platicar y de una vez por todas, ver cómo dos mujeres le sacan los ojos a un villano, dejar transcurrir la justicia de mano propia, sin que alguien pueda interceder. Estoy hablando del cuento que me hubiera gustado escribir. El cuento que equilibra las cosas entre mujeres y hombres. La historia que no detalla ni termina, yo lectora estaba en la caja, yo le saqué los ojos a uno. Pongamos que en la mesa hay vendedores de arte, críticos, la mamá de los pollitos que no deja a nadie afuera de su cama. Aquí tenemos recortes de machines, fragmentos de dolidas. Madres sin tijeras. Sombras de las cosas, imágenes de las sombras. Entre ellos se encajan alfileres, sea para alivio, sea de muerte. Además como bonus track, Traición a Domicilio incluye la novela La venganza de los pájaros. La novela de imágenes que recordará mi mente lectora, las tres ánimas que acompañan a una madre de familia. Dos de esas almas buenas y una mala. Un inicio de novela que promete y va cumpliendo sus promesas. El México de mí, me acerca a los murmullos y al llanto, me hace galopar sobre la risa y morir desmembrada en un circo. Sólo así, incrédula y fiel a los santos, la leí por segunda vez y esta vez fue para mí, no para contarla en el programa de radio. Mis palpitaciones siguen indicando que La venganza de los pájaros se quedará en mi cabecera para cuidarme de mí, lectora que expulsa demonios que no escriben al pie del cañón, ni se la juegan enterita.


Querido Guillermo, con todo mi cariño, te obsequio estas palabras para que las guardes en el baúl, ése que traes por dentro. 

 Tu entrañable a amiga, Yolanda Lacarieri.










EL POETA que vino por ti.

Conocí a José Emilio Pacheco en las Jornadas Pellicerianas en Villahermosa Tabasco. Su presencia era de una avasalladora sencillez. Una noche, varios jóvenes entusiastas le entregaron sus escritos esperando sus comentarios. A la mañana siguiente ya había anotado en cada texto sus puntos de vista. Con cada uno habló y a cada quién entusiasmó para que siguiera escribiendo. Apenas, el poeta acaba de traspasar una penumbra o una luz sin retorno. Casi pudiera pensar que Juan Gelman, quien se le adelantó por unos días, regresó por él. No puede haber ausencia cuando se lega la palabra. Un verdadero poeta deja su voz, su eco, una voz y un eco que cimbra, deleita y conmociona. Un escritor lo sabe. Ahora Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes y Juan Gelman están en tertulia con Juan Rulfo, con Jorge Ibargüengoitia, Octavio Paz, Leobino Zavala (Margarito Ledezma) y todos los demás. Pellicer y su valiosa generación están atentos, cazando adeptos en el paraíso o en el purgatorio. A diferencia de Virgilio, Pellicer ríe y aplaude un minuto estruendoso, lo imita a la ovación Alfonso Reyes, Rosario Castellanos, José Vasconcelos y la buena lista de escritores y poetas mexicanos.

Las sillas del cielo cual nubes, se acomodan para oírles murmurar. Quedan los tesoros intactos. Los grandes, dejan llenos los espacios donde el alma de las cosas habla contigo lector.

Yolanda Lacarieri. Productora y conductora de Sancho Panza de Cabeza, Radddiooo en Vivooo. 8 años contgiando la locura de leer.www.sqsanmiguel.compulsa radio en línea los miércoles de 7:00 a 8 pm. LEER ES UN DERECHO HUMANO

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