Sarah Palin
08 de Abril 2014
A diferencia de los animales, que sólo matan para alimentarse o defenderse, el hombre asesina también por codicia, por celos, por envidia, por apetito de poder, por fanatismo, prejuicio, racismo, estupidez o una inclinación irracional de su ser a destruir y hacer daño a los otros. Eso es el mal.
Su origen es controvertido y sus manifestaciones en la vida privada y pública de sociedades y naciones son infinitas. El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, dijo que, sea cual sea su fuente, el mal siempre ha estado ahí, irredimible, indiferente al progreso material y científico, incansable en la civilización, y en la barbarie: sembrando dolor, frustración, odio y muerte a lo largo de la historia.
Cualquier ávido lector sabe que la semilla de la maldad puede estar en cualquier cosa. Ya Maquiavelo había asegurado en El príncipe que para ganar respeto debe infundirse, primero, el miedo sobre el pueblo, que estos sepan que nada hará que el “gran líder” se tiente el corazón para lograr sus planes.
Partiendo de la idea de maldad como un freno constante en la civilización e igualdad de las sociedades, el artista Saint Hoax “retrató” a trece líderes mundiales como villanos de Disney en la serie de ilustraciones: Polivillains.
Polivillains, como si de la presentación de los personajes de un cuesto se tratara, inicia con un texto en verso que resalta que los presidentes y mandatarios no son héroes sino antagonistas de cada uno de los países que gobiernan:
“Ellos no lanzan hechizos ni tampoco respiran fuego
Caracterizados como meticulosos mentirosos
Intenciones ocultan detrás de un velo”.
Este serie precede a War Drags you out, el proyecto que causó polémica en la web e, incluso, amenazas de muerte para el artista. Se compone de imágenes digitales en las que los grandes líderes del mundo fueron transformados a su faceta transexual.
En Polivillains se puede ver a Sarah Palin, Republicana estadounidense, como Cruella De Vil; a Nicolas Sarkozy, político francés, como Jafar de Aladino; a Kim Jong-un, político y militar norcoreano, como la Reina de corazones de Alicia en el país de las maravillas, y a Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, como el Capitán Garfio.
Enrique Peña Nieto, presidente de México, también es retratado como Gastón, el villano de la película La Bella y la Bestia: “un hombre egocéntrico, presumido, rudo, bruto y arrogante”, pero querido y admirado por la gente de la aldea… cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
FUENTE
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Cualquier ávido lector sabe que la semilla de la maldad puede estar en cualquier cosa. Ya Maquiavelo había asegurado en El príncipe que para ganar respeto debe infundirse, primero, el miedo sobre el pueblo, que estos sepan que nada hará que el “gran líder” se tiente el corazón para lograr sus planes.
Nicolas Sarkozy
Polivillains, como si de la presentación de los personajes de un cuesto se tratara, inicia con un texto en verso que resalta que los presidentes y mandatarios no son héroes sino antagonistas de cada uno de los países que gobiernan:
“Ellos no lanzan hechizos ni tampoco respiran fuego
Caracterizados como meticulosos mentirosos
Intenciones ocultan detrás de un velo”.
Dilma Rousseff
Hillary Clinton
Este serie precede a War Drags you out, el proyecto que causó polémica en la web e, incluso, amenazas de muerte para el artista. Se compone de imágenes digitales en las que los grandes líderes del mundo fueron transformados a su faceta transexual.
En Polivillains se puede ver a Sarah Palin, Republicana estadounidense, como Cruella De Vil; a Nicolas Sarkozy, político francés, como Jafar de Aladino; a Kim Jong-un, político y militar norcoreano, como la Reina de corazones de Alicia en el país de las maravillas, y a Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, como el Capitán Garfio.
Kim Jong-un
Margaret Thatcher
Barack Obama
Nicolás Maduro
Enrique Peña Nieto, presidente de México, también es retratado como Gastón, el villano de la película La Bella y la Bestia: “un hombre egocéntrico, presumido, rudo, bruto y arrogante”, pero querido y admirado por la gente de la aldea… cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
Enrique Peña Nieto
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