Don Carlos Monsiváis q.e.p.d.
SILENCIOSO TESTIGO DE HONOR DE LA EXPOSICIÓN
El primer impulso de la creación, muchas veces misterioso, místico y fugaz, motiva el diálogo que el fotógrafo entabla con una centena de artistas que responden a la pregunta: ¿qué es el espacio vacío, el espacio en blanco?
TABULA RASA
Fuente de todo vacío y todos los miedos, un espacio en blanco es un lugar insoportable donde deslumbramiento y silencio conspiran atrozmente; pontífice torpe, tiendo sobre él un desmañado puente que me lleva sin remedio incapaz de ver, cegado por el vértigo hasta una nueva batalla, prodigio que se repite una vez y otra, de tal suerte que perdido, extraviado, sin más arma que el amor intento llegar hasta el siguiente, el siguiente, el siguiente y así por toda la vida.
Gilberto Aceves Navarro, 2005
El espacio en blanco es el primer viaje en el vientre de mi existencia. Es el viaje astral del cual me alimento de imágenes; de la Nada.
Ismael Guardado, 2004
En pintura no hay nada más espantoso que empezar y terminar un cuadro. El único gozo está en lo que existe entre el principio y el fin.
Gabriel Ramírez
La hoja (tela) en blanco es el vacío que enfrenta el clavadista de La Quebrada. Hay que medir la ola, tomar aire, concentrarse en el punto exacto, cerrar bien los ojos, dar el primer brochazo.
Voris Biskin, 2009
El papel y la tela en blanco para mí siempre han sido una provocación, un deseo de volcarme en ellos espiritualmente y decir algo de mis sueños.
Luis Nishizawa, 2008
Siempre amanecer. Prorrumpir, exclamar amanezco. Mientras en el fuero interno, todo amanecer un blanco. De la pupila que se posa y pasa por las manos de un ciego a la exhalación que impulsa el inabarcable deseo de poner nombre al color, al horizonte, al punzón que clave alguna —cierta— trayectoria, tuya, mía, a este paisaje. Éste. El que se cierra en blanco y se abandona a su velocidad propia, la del sonido; al alimento de la noche, el morir sin sueños. El que se abre desesperado al blanco inaudito de la espera: el golpe preciso de las manecillas que despojan de todo, todo esto, susurrando “te lo dije”, arrojando el cuerpo entero, cuerpo presente, a la única blanquísima zona del recuerdo, la primera y última in quietud, primero y último a sabiendas. Instante colgado de su cal y canto. De los brazos del árbol de la vida. Instante sujeto al fin y al cabo. A una frase. Una palabra. Un luto en blanco.
Pura López Colomé, 2008
A veces la hoja blanca, simple, sencilla, esa mancha, es más valiosa que después de haber sido repasada por la pluma del poeta. Para mí, que he corrido el riesgo de tropezarme con ese inconsciente, siempre ha sido la hoja en blanco la alberca en que, con gusto y entusiasmo, me voy a nadar.
Alí Chumacero, 2008
Cien imágenes, cien reflexiones sobre el acto de crear y de confrontar la página o el lienzo en blanco, ese espacio donde se vierten las imaginaciones, es la propuesta que el fotógrafo mexicano Rogelio Cuéllar presenta en Tabula Rasa, su más reciente exposición, inaugurada el miércoles pasado en la Librería Rosario Castellanos.
Uno de los últimos retratos de Carlos Monsiváis abre paso a esta muestra, imagen que se acompaña con un texto donde el escritor dio cuenta de su experiencia como espectador de las imágenes de Cuéllar.
Carlos Fuentes, Raúl Anguiano, Juan Gelman, Luis de Tavira, Daniel Lezama, Arturo Rivera, Ana Clavel, Arturo Buitrón, Francisco Castro Leñero, Irma Palacios, Magali Lara y Manuel Marín, son otros de los personajes retratados. Ellos, a su vez, han escrito una reflexión sobre ese espacio vacío dispuesto para el arte, la creación; textos que acompañan las imágenes exhibidas y de las que en esta página damos una muestra.
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