miércoles, 1 de septiembre de 2010

Beyond a reasonable doubt, a remake:

LOS DIRECTORES:

Peter Hyams Fritz Lang

Entre la ética y la verdad

Hombre de celuloide
Fernando Zamora
Twitter: @fernandovzamora




Muchas cosas han cambiado desde que, en 1956, Fritz Lang dirigió la primera versión de Más allá de la duda, historia que gira en torno a un investigador y periodista que emprende la aventura de desenmascarar las triquiñuelas de un abogado corrupto con aspiraciones políticas. Ha cambiado, por ejemplo, nuestra noción de lo que contiene la palabra “realidad”: en 1956 un abogado listo hubiese podido esgrimir una foto como prueba contundente de que cierto hecho había tenido lugar; hoy, tiempos huérfanos, cualquier niño sabe que no hay realidad que se resista al maquillaje del PhotoShop.

Está también el uso del ADN y otras técnicas que Lang no hubiese podido soñar. El espectador apresurado podría pensar que el desarrollo tecnológico nos ha conducido, inevitablemente, a estar más cerca de “La Verdad” (representada en el cine de juicios en un crimen concreto), pero si uno lo piensa bien, verá, como Hyams (director del remake de Más allá de la duda), que todas estas técnicas también se pueden falsear de forma que, de “La Verdad”, estamos hoy tan lejos como en cualquier otro tiempo.

De aquí se desprende el gran acierto de Hyams: trascender el discurso en torno a “La Verdad” para moverse hacia la reflexión ética: ¿en desenmascarar a un hombre corrupto, vale la pena ser corrupto también? Al mal, ¿vale la pena combatirlo con mal?

Desde el punto de vista formal, Hyams se aleja de Lang como fuente de inspiración y va por el creador del gran cine hollywoodense: para superar a Lang nada mejor que uno o dos trucos del viejo Hitchcock.

El maestro Alfred Hitchock dijo alguna vez que el cine era “una buena persecución en autos”. Hyams no sólo agrega una persecución que la original no tiene: formal y metafóricamente apela a una tradición de cine que se desprende del thriller psicológico (en el que Lang era insuperable) para entregar al espectador un producto hecho de entretenimiento, buenas actuaciones y suspenso. En el camino de transformación, además, los personajes se han vuelto complejos. Muy particularmente brilla el abogado corrupto: Michael Douglas es el villano perfecto: elegante, seductor y discretamente cínico.

Sin grandes pretensiones, Peter Hyams ha conseguido, pues, un remake que en muchos sentidos supera al original. Hay que decir, en descargo de Lang, que en 1956, y ya en Estados Unidos, el maestro se encontraba cansado. Muchos años habían pasado desde que en 1927 dirigiera su obra maestra: Metrópolis. Perseguido por el nazismo, Fritz Lang había tenido que refugiarse en un país en el que se hacía un cine que no se prestaba demasiado a sus intereses. Beyond a reasonable doubt es claramente uno de esos filmes que los artistas tienen que hacer, a veces, para pagar sus deudas. Y la inteligencia de Hyams está justamente en ello: en haber escogido la obra menor de un maestro para ponérsele al tú por tú. Rescribiendo a Lang, Hyams encuentra que es la ética, y no la verdad, la que nos permite enfrentar al mundo: con la desnudez de nuestras convicciones.

Más allá de la duda (Beyond a reasonable doubt). Dirección: Peter Hyams. Guión: Peter Hyams y Douglas Morrow. Fotografía: Peter Hyams. Música: David Shire. Con: Michael Douglas, Jesse Metcalfe y Amber Tamblyn. Estados Unidos, 2009.

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