la historia de un sufrido hijo de puta
de
Charles Bukowski
Traducción: Esteban Moore
una noche
llegó piel y huesos a mi puerta, mojado apaleado
temeroso
era un gato
blanco bizco rabón
lo dejé
entrar lo alimenté fue uno más en la casa
desarrolló
hacia mí cierta cariñosa confianza
hasta que un
buen día un conocido,
estacionando
en mi cochera
pasó con su
auto por encima del gato blanco bizco rabón
de inmediato
llevé lo que quedaba de él a un veterinario que dijo:
"no hay
mucho para hacer…dale estas pastillas… su espinazo
está
aplastado, pero fue aplastado anteriormente y de algún modo
logró sanar,
si sobrevive no volverá a caminar, mirá
estas
radiografías, le metieron un escopetazo,
mirá estos
puntos oscuros
son
perdigones enquistados…además, alguna vez tuvo una cola
y alguien se
la cortó…
me llevé el
gato a casa, era un verano caliente, uno
de los más
calientes en décadas, puse al gato en el piso del baño,
le serví
agua, sus pastillas, no deseaba comer ni beber agua,
yo sumergía
mi dedo en el agua, le humedecía la boca el hocico
y le
hablaba, ese verano no fui a ningún lado, pasé muchos días
de ese
verano en el baño hablándole, acariciándolo suavemente,
él me miraba
con esos ojos que se le entrecruzaban
mientras
tanto pasaban los días,
una tarde
realizó su primer movimiento
arrastrándose
con sus patas delanteras
(las
traseras no querían moverse)
llegó hasta
el rincón donde yo había preparado su cama
se arrastró
un poco más y se dejo caer en ella,
fue para mí
como el sonido de un clarín presagiando la victoria posible
aturdiendo
el baño, desparramándose por la ciudad, yo
le conté
entonces a ese gato -que la había pasado mal también, no tan mal,
pero bastante
mal…
una mañana
se irguió, se paró sobre sus patas, cayendo luego de espaldas,
/me
observaba mansamente.
"lo
podés hacer" le dije.
él insistió,
se levantaba y volvía a caer, una y otra vez,
finalmente
caminó unos
pocos pasos, era la viva imagen de un borracho
sus patas se
negaban a obedecerle, cayó nuevamente, descansó
y nuevamente
se levantó.
ustedes
conocen el resto de la historia: está mejor que nunca,
bizco casi
sin dientes, pero ha recuperado su gracia, y esa mirada
de sus ojos,
pícara, no lo ha abandonado…
algunas
veces me hacen entrevistas, ellos desean saber
de mi vida,
de mi literatura,
yo me
emborracho, alzo en brazos a mi gato
bizco,
herido de bala, atropellado dos veces, rabón
y digo:
"miren, miren esto!!!"
ellos no
entienden nada, insisto, nada de nada, preguntan
algo por el
estilo de: " "reconoce usted influencias de Celine?".
"no",
levanto mi gato, "por lo que sucede, con cosas
como esta,
como esta !!!".
sacudo a mi
gato, lo llevo
hacia la luz
brumosa por el humo y el alcohol, está relajado, él sabe…
este es el
momento en que la entrevista finaliza
a veces me
siento orgulloso cuando miro las fotografías
ahí estoy
yo, ahí está mi gato, hemos sido
retratados
juntos
él también
comprende que son boludeces, pero que de alguna manera te ayudan.
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