El Premio Nobel de la Paz
La Voz de
Michoacán | Oct 14, 2012 |
Por
Rafael G. Vargas Pasaye
Cada año en
el mes de octubre se entregan los reconocidos a nivel internacional Premios
Nobel en diversas disciplinas, la leyenda dice que no existe uno de matemáticas
porque Alfred Nobel, el creador de ellos, sospechaba que un matemático era
amante de su esposa.
Entre los
anuncios más esperados sobresalen el de Literatura y el de la Paz, este año el
primero recayó en el escritor chino Mo Yan (desatando en su país un debate y
fuera de él un interés pues la mayor parte de su identificación se da por el
libro que sirvió de guion para la película del mismo nombre “Sorgo rojo”),
mientras que el Premio Nobel de la Paz, que es el último en anunciarse, fue
para la Unión Europea (UE), según el Comité Nobel Noruego debido a que
“reconoce las más de seis décadas de contribución de la UE al progreso de la
paz y la reconciliación, la democracia y los derechos humanos”.
Sin lugar a
dudas la entrega del premio en cuestión se presta para la polémica (al igual
que otros y baste como ejemplo el que entrega la Feria Internacional del Libro
de Guadalajara en México, que esta edición 2012 se lo adjudicó al escritor
peruano Alfredo Bryce Echenique, pese a las acusaciones de plagio que pesan
sobre él), y ello porque las dimensiones globales que representan puede
catapultar a los cuernos de la luna a quienes son señalados como ganadores.
Imaginemos
el prestigio que ganan quienes son galardonados con el Premio Nobel de Química,
de Física o de Economía, sus investigaciones, son textos, conferencias y clases
cobran otra dimensión, otro nivel.
Cabe
recordar que el año pasado la entrega del Premio Nobel de Medicina fue
entregado post mortem, y esto nunca había sucedido, es un premio que se entrega
en vida, sin embargo esa vez se debió a que cuando se hizo el anuncio el
galardonado Ralph Steinman, biólogo de la Universidad de Rockfeller acababa de
fallecer y el jurado no tenía noticias de ello. Por eso la excepción.
La Unión
Europea, Premio Nobel de la Paz 2012, se encuentra en una crisis que va desde
su conformación, nacida de un club exclusivo (Alemania, Bélgica, Francia,
Italia, Luxemburgo y Países Bajos), ahora cuenta en sus filas a diversos
integrantes de la Europa antigua y la reciente, la del este sobre todo.
Llegando el día de hoy a integrar a 27 naciones.
Su visión de
conformar una agrupación que hiciera frente no tanto ya la competencia de
oriente y de Estados Unidos, sino como vecindad solidaria, de allí la creación
y puesta en operación de la moneda conocida como euro. Sin embargo la
desaceleración económica ha marcado el ritmo de sus integrantes desde hace ya
varios años.
Inglaterra
sigue manteniéndose al margen, la lira esterlina sigue siendo la moneda en las
calles de Londres, como muestra de independencia. Sin embargo, las potencias
como Alemania hacen lo posible por mantener a flote el barco, pues en esa
medida también mantienen su hegemonía.
Las crisis
económicas que tienen su punto más alarmante en Grecia, España y Portugal, si
bien se deben en parte a malas decisiones internas, también son consecuencia de
la dinámica de la misma Unión Europea, pues al inicio, cuando era un club más
exclusivo España era la nación más pobre y necesitada, la dinámica del grupo
ayudó a que elevara su calidad económica y de adquisición en sus pobladores,
pero ahora resulta que España, antes de la crisis, era de las más estables
mientras que otras de reciente debut en el grupo tenía serias dificultades.
Sobre este
entramado viene entonces la designación de la Unión Europea como el galardonado
con el Premio Nobel de la Paz, una medalla que se cuelga en un momento que
necesita bocanadas de oxígeno como lo es el reconocimiento internacional, un
trofeo que puede presumir pero que no resuelve los problemas internos y que
incluso ha generado protestas.
Sirve para
la imagen, para la fotografía, para abrir puertas, pero no necesariamente para
obtener todo lo que se desea. Esta entrega recuerda la que en el 2009 se le
concedió, en la misma categoría, al recién estrenado en el cargo de Presidente
de Estados Unidos, Barack Obama quien venía de perder una batalla en
Copenhagen, Dinamarca, al no ser designada la ciudad de Chicago como sede de
los Juegos Olímpicos de 2016.
A decir de
muchos en ese momento, el mandatario no había acumulado los suficientes méritos
para obtener un galardón de esa envergadura, pero así de polémicos son estos
galardones internacionales que sirve para dar prestigio y ganar enemistades.
Aunque también, y es la parte más rescatable de todo esto, debemos tomar estos
hechos como pretextos para generar debate, intercambiar ideas y mejorar como
sociedad.
rafaelvargaspasaye@gmail.com
@rvargaspasaye
Acerca
de JUSTICIA (Ed. Alfaguara)
de
Gerardo Laveaga,
Comenta Rafael G. Vargas Pasaye ( Revista Siempre!)
Conocedor de
los pasillos que se circulan entre la impartición de la justica en México,
Gerardo Laveaga entrega una ágil historia que sorprende por su crudeza y su
reflejo de una realidad contemporánea que lastima. Son varias las aristas de la
trama que se atan entre sí, con un punto común que por supuesto es la búsqueda
de la justicia o quizás el anhelo por tenerla, el puente de perseguirla, la
esperanza de que no esté desparecida. Sin embargo al terminar queda la duda,
qué nos hace tan atractiva la lectura de este libro, acaso es la narración del
taxista con sus modismos y sus quejas sobre algo tan cotidiano como lo es el
tráfico o el abandono de una ciudad por la violencia. Acaso es el asesinato de
la joven adolescente cuyo cuerpo fue dejado en un parque público justo en el
momento en que le Jefe de Gobierno rendía su informe de labores con toda la
parafernalia que se estila para la ocasión. Tal vez la figura de Emilia, joven
abogada que desea por todos los causes convertir la figura de la justicia en algo
nuevamente puro, que reclame su espacio en todas las áreas de comportamiento
del ser humano, aunque cuando se trata de amores con Fer no puede sino ocupar
su papel de domada, de fiera dormida, aunque sabe de sus atributos, y los
maneja para convencer a propios y extraños con el poder de sus piernas, como al
Ministro Carlos Ávila. O a lo mejor es el testimonio de Rosario Sánchez quien
da a conocer la historia del asesinato de su amiga y compañera de secundaria
Lucero Reyes, y su interminable debate con ella misma hasta que se decide en
denunciar al verdadero asesino con las consecuencias terribles del caso. Quizá
la vida, si se le puede llamar así, de Eric Duarte, pieza de ajedrez que
acomodan a su libre albedrío las autoridades penitenciarias para poder salir al
paso ante la opinión pública. Quien en un acto de fe llegó a la prisión, pero
en otro acto de mala fortuna supo lo que era el infierno de la cárcel. Incluso
la correspondencia insulsa (sin duda la parte más floja de la narrativa) entre
Mar y el Senador Diego de Angoitia, donde incrédulamente se desvelan los
pormenores de una trama y se dejan en pocas líneas los secretos del amor
prohibido. Como sea, y cualquiera que se elija como pretexto, “Justicia” es el
recordatorio de lo que le falta a la sociedad para ser mejor, es la colección
de vicios que entorpecen el pleno juicio de impartición de justicia y es que,
“Si cada persona se hacía justicia por propia mano se volvería a la selva, el
caos”, lo sabe Laveaga, lo dicen los personajes a través de su historia, y lo
conoce de primera mano el lector, y eso, esa complicidad y cruda desolación es
lo que al final aterra. Gerardo Laveaga, Justicia. Alfaguara, México, 2012; 334
pp.
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