03 de Junio 2014
Los trazos de Chloé Cruchaudet te llevan al trauma de la guerra, al travestismo, la homosexualidad, los cambios de género, la virilidad, la violencia en el matrimonio y la complejidad del amor. En ocasiones, con sus ilustraciones te embarga la ternura, pero otras la crudeza de la historia te envuelve y sorprende.
Degenerado (Dibbuks), una novela gráfica de 160 páginas, en el que la autora ha invertido tiempo y litros de tinta china para crear a los distintos personajes que acompañan a los protagonistas de esta dramática aventura: Paul Grappe y Louise Landy. "Al partir de hechos reales he tenido que documentarme y poder distanciarme de ellos para dibujar y narrar desde el ritmo que me marcaban", señala la artista en el Salón del Cómic de Barcelona al que asiste con su último trabajo.
Cuando Chlóé Cruchaudet (Lyon, 1976) descubrió la historia de esta pareja sabía que tenía que contarla con sus dibujos y de forma muy diferente a sus trabajos anteriores. "Voy cambiando de estilo dependiendo de la historia que quiero abordar. Hay autores que lo tienen muy claro, encuentran pronto una vía de trabajo. A mí me ocurre lo contrario, a medida que voy madurando soy más consciente de lo me gusta dibujar y leer. Cada vez mis trazos me producen mayor placer y es algo que también percibe el lector", puntualiza la ilustradora. Con esta novela gráfica ha logrado varios galardones, entre ellos el Premio del Público del Festival de Angulema 2014, y en seis meses ha vendido 50.000 ejemplares en Francia.
Hija de anticuarios, cree que haber vivido entre piezas antiguas es lo que ha llevado a abordar temas de otras etapas históricas e investigar sobre ellas. "Me decanto por el periodo de entreguerras del XX o finales del XIX, el de la revolución industrial". Aunque le gusta huir del mundo contemporáneo para no chocar con lo cotidiano para su próximo proyecto se ha tenido que meter de lleno en el siglo XXI. Aborda una violenta historia de amor entre dos adinerados psicópatas en París. Lo firmará por vez primera con un guionista. "Ni conozco el mundo de los ricos ni el de la psiquiatria. De nuevo me lanzo a la aventura", lo anuncia con cierto temor.
En este Degenerado la sobriedad acentúa el drama, los negros prevalecen sobre cualquier otro color con luces y sombras profundas. Los primeros indicios sobre la existencia de ambos personajes, Cruchaudet los encontró en el ensayo literario La garçonne et l´assassin de los historiadores Fabrice Virgili y Danièle Voldman. A partir de los archivos encontrados ( fotos, cartas, diarios íntimos y documentos judiciales), los investigadores relatan la curiosa y trágica historia de Paul y Louise, dos jóvenes obreros enamorados que tras unas citas esporádicas deciden casarse. El amor que se profesan queda en suspenso con las primeras batallas del inicio de laPrimera Guerra Mundial. El soldado Grappe, después de resultar herido en la contienda, decide desertar. Se refugia en una habitación alquilada junto a su esposa. Para poder vivir, y no ser detenido, durante diez años vive travestido como una mujer y a los ojos de todos comparte con Louise la vivienda bajo la identidad de Suzanne Landgard. La vida entre ellos está repleta de juegos sexuales. En 1925, con la amnistía, Suzanne puede recobrar su verdadera identidad y volver de nuevo a ser Paul Grappe. La peculiar relación que ha mantenido el matrimonio a lo largo de una década no propicia una vuelta a la normalidad. Tras varios episodios violentos entre ellos, Louise Landy se queda embarazada y las imágenes avanzan un trágico final.
Para poder recrear la vida de Grappe y Landy en los primeros años del siglo XX, Choé Cruchaudet buceó en los papeles del abogado Maurice Garçon, representante legal de Landy; en los documentos de la policía sobre la prostitución en el Bois de Boulogne en los años 20 y en las imágenes sobre la Primera Guerra Mundial. "Tenía que reflejar el miedo a morir en las trincheras que sentía Paul, obligado a buscar una identidad diferente. La complicidad de Louise Landy es fundamental para que el engaño se mantenga a ojos de la sociedad". El temor que siente Paul Grappe a morir en una trinchera, el terror que muestra ante los cuerpos despedazados de sus compañeros le lleva a autolesionarse e intentar por todos los medios posibles no volver al campo de batalla. Sus argumentos son rechazados por los mandos del Ejército y contempla como única solución desertar y esconderse."Yo lo he he pasado muy mal mirando archivos, documentos, imágenes y vídeos de asilos psiquiátricos. En los que había personas afectados por la caída de obuses. Personas que pasaron muchos años curvadas y temblando", cuenta Cruchaudet.
Encerrado entre cuatro paredes, Paul Grappe se ahoga y la desesperación puede con él. Una noche, angustiado por la falta de alcohol, opta por vestirse con la ropa de su esposa y bajo ese disfraz se siente libre. Louise Landy decide apoyarle y le transforma en una verdadera mujer, es capaz hasta quitarle el vello de la barba y someterle a un curso de maquillaje para que esté perfecto. El carácter de Grappe y su apariencia andrógina hace que se engrandezca bajo su nuevo vestido. Y a partir ahí comienza una nueva aventura en el Bois de Boulogne. París es una locura, después de la Gran Guerra. "El Bois de Boulogne se asocia directamente a la prostitución pero allí también se reunían en 1920 y años posteriores gente de la alta sociedad que quería probar otro tipo de juegos sexuales por eso he querido ofrecer una imagen lúdica de ese lugar. Probablemente era mucho más oscura". Ha utilizado tres colores en sus viñetas: blanco, negro y rojo. "El rojo es el símbolo de la feminidad y la sangre de los muertos. La esposa inicialmente luce un rojo brillante que va perdiendo intensidad a medida que Suzanne Landgard se hace más fuerte hasta apoderarse del color".
Cruchaudet defiende el cambio de identidad de Paul Grappe. "Las circunstancias son difíciles, él es un desertor que puede ser fusilado. Me interesaba trabajar esa parte de un personaje heterosexual que jamás en su vida se había planteado el tema de la homosexualidad. ¿Qué significa para su mente ese cambio, esa transformación en los gestos para convertirse en una mujer? ¡Vivir!", señala apasionadamente la autora.
La ilustradora confiesa ser una mujer que viaja desde su casa con la imaginación y frente a lo ordenada que suele ser con las planchas, en esta ocasión el caos ha reinado en su trabajo. "Los dibujos iban creándose sin orden ni concierto, uno tras otro salían de mi mano y aparecían en el papel. Deseaba que gozasen de la mayor expresividad posible y fueran bonitos. Ha sido el ordenador quien me ha ayudado a colocar las miles de ilustraciones realizadas". Chloé Chruchaudet, que durante 10 años trabajó realizando dibujos animados, ha recibido varias ofertas para hacer una adaptación al cine de Degenerado. Ha tenido que rechazarlas todas porque los autores del ensayo La garçonne et l´assassin vendieron poco antes de la publicación de su obra los derechos audiovisuales a un realizador.
Cuando Chlóé Cruchaudet (Lyon, 1976) descubrió la historia de esta pareja sabía que tenía que contarla con sus dibujos y de forma muy diferente a sus trabajos anteriores. "Voy cambiando de estilo dependiendo de la historia que quiero abordar. Hay autores que lo tienen muy claro, encuentran pronto una vía de trabajo. A mí me ocurre lo contrario, a medida que voy madurando soy más consciente de lo me gusta dibujar y leer. Cada vez mis trazos me producen mayor placer y es algo que también percibe el lector", puntualiza la ilustradora. Con esta novela gráfica ha logrado varios galardones, entre ellos el Premio del Público del Festival de Angulema 2014, y en seis meses ha vendido 50.000 ejemplares en Francia.
Portada de la novela gráfica 'Degenerado' (Dibbuks) de Chloé Cruchaudet.
Hija de anticuarios, cree que haber vivido entre piezas antiguas es lo que ha llevado a abordar temas de otras etapas históricas e investigar sobre ellas. "Me decanto por el periodo de entreguerras del XX o finales del XIX, el de la revolución industrial". Aunque le gusta huir del mundo contemporáneo para no chocar con lo cotidiano para su próximo proyecto se ha tenido que meter de lleno en el siglo XXI. Aborda una violenta historia de amor entre dos adinerados psicópatas en París. Lo firmará por vez primera con un guionista. "Ni conozco el mundo de los ricos ni el de la psiquiatria. De nuevo me lanzo a la aventura", lo anuncia con cierto temor.
En este Degenerado la sobriedad acentúa el drama, los negros prevalecen sobre cualquier otro color con luces y sombras profundas. Los primeros indicios sobre la existencia de ambos personajes, Cruchaudet los encontró en el ensayo literario La garçonne et l´assassin de los historiadores Fabrice Virgili y Danièle Voldman. A partir de los archivos encontrados ( fotos, cartas, diarios íntimos y documentos judiciales), los investigadores relatan la curiosa y trágica historia de Paul y Louise, dos jóvenes obreros enamorados que tras unas citas esporádicas deciden casarse. El amor que se profesan queda en suspenso con las primeras batallas del inicio de laPrimera Guerra Mundial. El soldado Grappe, después de resultar herido en la contienda, decide desertar. Se refugia en una habitación alquilada junto a su esposa. Para poder vivir, y no ser detenido, durante diez años vive travestido como una mujer y a los ojos de todos comparte con Louise la vivienda bajo la identidad de Suzanne Landgard. La vida entre ellos está repleta de juegos sexuales. En 1925, con la amnistía, Suzanne puede recobrar su verdadera identidad y volver de nuevo a ser Paul Grappe. La peculiar relación que ha mantenido el matrimonio a lo largo de una década no propicia una vuelta a la normalidad. Tras varios episodios violentos entre ellos, Louise Landy se queda embarazada y las imágenes avanzan un trágico final.
La ilustradora Chloé Ducrauchet, en el Salón del Cómic de Barcelona.
Para poder recrear la vida de Grappe y Landy en los primeros años del siglo XX, Choé Cruchaudet buceó en los papeles del abogado Maurice Garçon, representante legal de Landy; en los documentos de la policía sobre la prostitución en el Bois de Boulogne en los años 20 y en las imágenes sobre la Primera Guerra Mundial. "Tenía que reflejar el miedo a morir en las trincheras que sentía Paul, obligado a buscar una identidad diferente. La complicidad de Louise Landy es fundamental para que el engaño se mantenga a ojos de la sociedad". El temor que siente Paul Grappe a morir en una trinchera, el terror que muestra ante los cuerpos despedazados de sus compañeros le lleva a autolesionarse e intentar por todos los medios posibles no volver al campo de batalla. Sus argumentos son rechazados por los mandos del Ejército y contempla como única solución desertar y esconderse."Yo lo he he pasado muy mal mirando archivos, documentos, imágenes y vídeos de asilos psiquiátricos. En los que había personas afectados por la caída de obuses. Personas que pasaron muchos años curvadas y temblando", cuenta Cruchaudet.
Encerrado entre cuatro paredes, Paul Grappe se ahoga y la desesperación puede con él. Una noche, angustiado por la falta de alcohol, opta por vestirse con la ropa de su esposa y bajo ese disfraz se siente libre. Louise Landy decide apoyarle y le transforma en una verdadera mujer, es capaz hasta quitarle el vello de la barba y someterle a un curso de maquillaje para que esté perfecto. El carácter de Grappe y su apariencia andrógina hace que se engrandezca bajo su nuevo vestido. Y a partir ahí comienza una nueva aventura en el Bois de Boulogne. París es una locura, después de la Gran Guerra. "El Bois de Boulogne se asocia directamente a la prostitución pero allí también se reunían en 1920 y años posteriores gente de la alta sociedad que quería probar otro tipo de juegos sexuales por eso he querido ofrecer una imagen lúdica de ese lugar. Probablemente era mucho más oscura". Ha utilizado tres colores en sus viñetas: blanco, negro y rojo. "El rojo es el símbolo de la feminidad y la sangre de los muertos. La esposa inicialmente luce un rojo brillante que va perdiendo intensidad a medida que Suzanne Landgard se hace más fuerte hasta apoderarse del color".
Cruchaudet defiende el cambio de identidad de Paul Grappe. "Las circunstancias son difíciles, él es un desertor que puede ser fusilado. Me interesaba trabajar esa parte de un personaje heterosexual que jamás en su vida se había planteado el tema de la homosexualidad. ¿Qué significa para su mente ese cambio, esa transformación en los gestos para convertirse en una mujer? ¡Vivir!", señala apasionadamente la autora.
La ilustradora confiesa ser una mujer que viaja desde su casa con la imaginación y frente a lo ordenada que suele ser con las planchas, en esta ocasión el caos ha reinado en su trabajo. "Los dibujos iban creándose sin orden ni concierto, uno tras otro salían de mi mano y aparecían en el papel. Deseaba que gozasen de la mayor expresividad posible y fueran bonitos. Ha sido el ordenador quien me ha ayudado a colocar las miles de ilustraciones realizadas". Chloé Chruchaudet, que durante 10 años trabajó realizando dibujos animados, ha recibido varias ofertas para hacer una adaptación al cine de Degenerado. Ha tenido que rechazarlas todas porque los autores del ensayo La garçonne et l´assassin vendieron poco antes de la publicación de su obra los derechos audiovisuales a un realizador.
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