martes, 15 de junio de 2010
Doktor Dinero, la columna de Adina Chelmisnky
Secretos para que nunca te puedas retirar
Si quieren despreocuparse por completo del futuro, les recomiendo que manden a la goma a los aburridos y ultraconservadores asesores financieros que los sermonean sobre “ahorrar para el futuro”
Adina Chelminsky
Estimado Doktor Dinero: Tengo treinta y tantos y estoy cansado de los asesores financieros y de que los medios me hablen de "ahorrar para mi retiro". Pareciera que ellos no entienden que a mi edad tengo muchas otras prioridades y que falta muchísimo tiempo para preocuparme por mi vejez.
¿Usted qué opina?
JG
Estimado JG:
¡Te felicito! Tu manera de pensar refleja una visión muy a la moda: La verdadera felicidad de la vida radica en disfrutar al máximo el hoy. ¿Para qué preocuparse por el futuro? Como bien dijo el gran economista J.M. Keyness, en el largo plazo todos estamos muertos.
Tienes toda la razón, a tu edad no tienes por qué pensar en tu retiro (faltan todavía 30 largos años), ya tendrás tiempo, algún día, de pensar en tu vejez y pequeñeces como son un retiro digno, seguros de salud o legados para tus hijos.
Me imagino que tu vida actual es tan enriquecedora que vas a quererla vivir exactamente igual cuando tengas setenta u ochenta años. ¡nada como pasar tus años dorados trabajando a marcha forzada! O vivir, después de estar acostumbrado a una vida adulta de independencia, una vejez a la merced de los deseos y condiciones de otros.
Ahora, si quieres despreocuparte por completo del futuro, te recomiendo que mandes a la goma a los aburridos y ultraconservadores asesores que te sermonean sobre "ahorrar para el futuro" y sigas los siguientes consejos*:
1. No ahorres. ¿Para qué guardar dinero que te pueda servir para vivir tranquilamente en el futuro? Es mucho mejor gastarte el dinero tan pronto como llegue a tus manos en compras trascendentales, de esas que sirven principalmente para causar envidia a los demás y cuyo gusto dura poco, en vez de gastar con sencillez y vivir un retiro de manera tranquila e independiente (para algo tienes hijos, para ser una carga a ellos en tu vejez).
2. Déjalo para después. Mañana siempre es un buen momento para empezar (aunque no tan óptimo como empezar pasado mañana) esas cuentas chinas que hacen los financieros sobre la importancia de empezar a ahorrar lo antes posible y aprovechar la acumulación de intereses son simplemente patrañas para confundirte y quedarse con tu dinero. No hay prisa, de seguro estás ocupado con cientos de pendientes mucho más importantes.
3. Tu Afore es suficiente. El dinero que se te descuenta mes a mes de tu nómina, y la administración que se le da, es lo suficiente para solventar un retiro digno. De ninguna manera pienses en un esquema complementario que complemente tu retiro ni en hacer aportaciones adicionales a tu cuenta de Afore. Todos los analistas concuerdan que el mínimo obligatorio que se deposita en tu Afore va a ser suficiente.
4. Sé demasiado conservador. Si tienes una cuenta especial para el retiro, cuida en invertir en puros instrumentos que sean lo suficientemente conservadores y cuyos rendimientos ni siquiera te den para mantenerte a la par de la inflación. El chiste de invertir es que cada vez te alcance para menos.
5. El dinero es lo único que importa. Adicionalmente no pienses en otras pequeñeces como seguros, de vida o salud, y testamentos. Lo mejor es cruzar los dedos para que tus seres queridos se encarguen de ti y tus necesidades. ¿A poco no lo harías tú por ellos? Y tú además te puedes convertir en un dolor de cabeza para ellos, mucho mejor. Así demostrarán cuánto te quieren realmente.
6. Sigue esta cronología de acciones financieras para no poderte retirar jamás:
Veintitantos. Compra todo lo que quieras, no importa que no te alcance, para eso sirve el crédito. Incrementa al máximo tus deudas, firma todo lo que puedas y paga el mínimo cada mes, así en vez de tener dinero disponible para ahorrar vas a gastarlo en pagar altísimos intereses.
Si te es posible, incumple uno u otro crédito para conseguir que te boletinen en el Buró de Crédito.
Treintaitantos. Esta es la década en la que empieza la estabilidad en el trabajo, pero antes de empezar a ahorrar, detente y cuenta hasta diez; piensa lo hermoso que sería tener una TV de alta definición y ser la envidia de tus vecinos, después de todo es más fácil presumir esto que una sana cuenta de banco.
Cuarentaitantos. Esta es una época de muchas demandas a tu patrimonio, tus hijos están en años universitarios, lo que implica un gran gasto, lo peor que puedes hacer es contar con la ayuda de un asesor profesional que te ayude a optimizar tus gastos e inversiones.
Tú solito puedes. ¿Qué tan difícil puede ser armar un portafolio de inversión óptimo?
Cincuentaitantos. Con los hijos fuera de casa y tu nivel de ingreso en su nivel máximo, esta podría ser la época de maximizar tu nivel de ahorro. ¡Ni lo pienses!
Tampoco te preocupes por establecer planes de contingencia para enfrentar riesgos (o sea, seguros adecuados tanto de salud como de vida) o diseñar un plan testamentario, después de todo, la salud y la vida las tienes aseguradas.
Sesentaitantos. Conforme tus amigos empiecen a hacer planes sobre cómo van a aprovechar su retiro (cosas tan espeluznantes y cursis como viajes, tiempo para la familia y tranquilidad), agradece a dios la falta de previsión que te va a permitir vivir con delicioso estrés durante muchos años más.
¡Felicidades!
Adina Chelminsky
Especialista en finanzas personales.
Doktor Dinero
www.doktordinero.com
adina@doktordinero.com
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