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Sor Juana a través del espejo
El auditorio Juan Rulfo convocó a escritoras ganadoras del Premio Sor Juana a lo largo de los años.
La figura de sor Juana Inés de la Cruz, y lo que representa para miles, ha sido estudiada desde una infinidad de ángulos. Algunas de las escritoras ganadoras del Premio se han declarado “sorjuanistas” mientras que otras afirman leerla y admirarla muchísimo, pero que no se describirían con esa palabra ni se lo adjudicarían. Para todas haber ganado el Premio en su año correspondiente fue un hito sin igual en la vida: cada una relató la importancia que ha tenido; desde la oportunidad de haber sido traducidas al inglés y que más personas conocieran su obra, o un acercamiento no sólo a la figura de sor Juana, sino de México y sus tradiciones, hasta una apertura de campo en muchos sentidos. Ganar el Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz, sin duda, ha tenido una magnitud considerable para todas ellas. Para algunas supuso la oportunidad de expresarse desde su condición particular de mujer, como Gioconda Belli; para otras, la literatura simplemente es algo que no tiene género y que no tendría por qué utilizarse una definición como “literatura femenina” para la escritura de mujeres y todo lo que eso conlleva.
Margo Glantz, quien ha pasado mucho tiempo de su vida estudiando a sor Juana, comentó algunos detalles respecto a la vida de la mujer por la que fue nombrado el Premio. Todos los enigmas que ha despertado en miles de lectores debido a su contexto, el cómo hizo las cosas, sus riesgos y consecuencias, la oportunidad maravillosa que tuvo de poder expresarse. “En aquel entonces –comentó Glantz- sor Juana afirmaba que incluso debía escribir mal, porque estaba mal visto que una mujer escribiera bien”. Asimismo, aseguró que en repetidas ocasiones ella misma se negó a ser considerada santa en algún momento, sino una persona sabia.
Para Cristina Rivera Garza uno de los grandes alcances de la literatura es poder traspasar el tiempo y el espacio, aun en el presente; saber qué están leyendo los demás, difundir la obra de otras personas, dar la oportunidad de que la gente se conozca. Un contexto, sin duda, totalmente diferente al que vivió sor Juana, que no sólo tuvo que hacerse pasar por hombre para tener acceso a los libros y a la educación, sino también el claustro en el que se vio forzada a vivir, el permanente silencio, la gran cantidad de sonetos que escribió en soledad para expresar todo aquello que no podía decir en voz alta, debido a su condición de mujer. Eso, para Gioconda Belli, es una de las ventajas de hoy en día: si una mujer quiere escribir, y además escribir meramente sobre su cuerpo, sobre lo femenino, puede hacerlo. Considera, sin embargo, que todavía no es muy bien visto, y que aún no se le da a la mujer la apertura suficiente para que exprese incluso su sexualidad en el ámbito de la escritura, pero eso es algo contra lo que tienen que pelear, agregó, inclusive para tratar temas “de hombres”.
El tema de la cuestión de género continuó siendo debatido por las asistentes a la “reunión de Juanas”, como expresó Paz Soldán en la presentación. No sólo el tema alrededor de la figura de sor Juana es importante y totalmente debatible, sino también su legado en la literatura, en la historia universal; la capacidad y opciones que tiene una persona para poder expresarse como crea mejor, desde aspectos meramente de espacio, temporales, hasta cuestiones que tengan que ver con el género, como la feminidad, los verdaderos significados del término “literatura femenina” hasta cuestiones como el feminismo. La reunión de Juanas, sin lugar a duda, fue un espacio para la charla, el diálogo, y para debatir todo aquello que las invitadas consideraron importante mencionar: cada una con una voz, con una perspectiva del mundo, con un contexto; sor Juana a través del espejo, de generación en generación, y la historia sigue modificándose.
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“Tenemos la obligación moral de acompañar a los padres de Ayotzinapa”: Estela de Carlotto
La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo reiteró su solidaridad con los familiares de los desaparecidos. Durante su presencia en la FIL se encontró con Rafael López, padre de uno de los normalistas
Cuando Estela de Carlotto se enteró del caso de los normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, de inmediato tuvo una regresión al pasado. Recordó cómo en los años setenta, durante la dictadura en Argentina, su hija Laura fue desaparecida por ser opositora al régimen. Cuando la recuperó, le entregaron un cadáver y le dijeron que había muerto en un enfrentamiento. Recordó también cuando, en 1985, cuando el recién formado equipo de forenses argentinos exhumó el cuerpo de su hija y entonces supo, por las marcas en la pelvis, que había estado embarazada; supo, por lo deteriorado de la dentadura, que estuvo presa durante un tiempo; supo, por las heridas de bala en la cabeza, que la habían asesinado de rodillas, por la espalda: tenía el tiro de gracia. Fue entonces que inició la búsqueda de su nieto, Guido, a quien encontró recién, el 5 de agosto de este año. Por toda esta historia, por toda esta lucha, Estela de Carlotto asegura tener “la obligación moral y sentimental de acompañar a los padres, a los jóvenes [de Ayotzinapa] en algo tan tremendo”
Estela de Carlotto es la actual presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, grupo argentino que busca a los nietos que les fueron arrebatados cuando se llevaron a sus hijos. De aquella época, De Carlotto recuerda que, al principio, “no podía creer que hubiera todo un plan de desaparecer a todo aquel que se opusiera al plan económico”. No obstante, así era: familias enteras fueron desaparecidas. Los padres fueron asesinados y los hijos repartidos entre familias afines al Estado. Y sin embargo, a pesar de todo, también recuerda que en aquel entonces no tenía rabia, no tenía odio: simplemente no entendía qué había pasado. Y ahora, a la distancia, ya con su nieto identificado, tampoco siente rencor. Lo que si hay, dice, es “una necesidad enorme de que no se olvide la consigna ‘Nunca más’. Las Abuelas de Plaza de Mayo no le deseamos mal a nadie, pero estamos convencidas de que debe juzgarse a todos y que los que ya están presos no deben salir. Tenemos que confiar en la justicia porque, aunque sea lenta, llega”.
La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo está de visita en Guadalajara como parte de la delegación argentina en la Feria Internacional del Libro. Explica que espacios como la FIL son muy importantes porque la lectura, y la cultura en general, es fundamental para mejorar a la sociedad. Desde su experiencia como maestra afirma que “hay adolescentes que quieren ser parte del cambio. Entonces, tienen que estudiar, porque al que estudia no lo van a engañar tan fácilmente. Tienen que aprender a respetar”. De Carlotto sabe que México vive tiempos difíciles. Sabe que lo de Ayotzinapa es apenas un episodio de una sucesión de agravios. Y también sabe que no manuales para solucionar lo que vive el país. “No hay una receta, es diferente en cada país. Lo que sí les puedo aconsejar es que hagan cosas en común, que se unan. No hay que bajar los brazos ni creer todo lo que se diga hasta que no se tengan pruebas. Hay que tener confianza en el amor de estas familias, que tienen claro lo que quieren”.
Una voz toma la palabra. Es Rafael López, padre de uno de los normalistas de Ayotzinapa. Viste una playera con el rostro de su hijo, Julio César López Patolzin. Debajo del rostro del joven y su nombre, un mensaje: “¡Hasta encontrarte!”. Don Rafael saluda a la señora Estela y le recuerda que se conocieron hace unos días, en la Ciudad de México. Después, comparte su mensaje: explica que el gobierno miente y que no está buscando a los muchachos; comparte su convicción de “los quieren dar por muertos a la fuerza para que nadie los acuse”; retoma las palabras del presidente Enrique Peña Nieto cuando hace llamados a la no violencia y cuestiona: “Como si lo que hicieron con nuestros hijos no fuera violencia”. Y luego, advierte: “Ahora nos tocó a nosotros, no queremos que les toque a otras escuelas, a otras familias. Nuestro delito fue mandar a nuestros niños a una normal rural porque no teníamos para pagar la normal privada”. Su rostro luce cansado y, al mismo tiempo, se ve fuerte. Habla con convicción. Agradece a la gente que los ayuda: la sociedad civil, los estudiantes. “Cuando me gritan ‘No están solos’ me dan fuerza, me transmiten energía”.
Estela de Carlotto retoma la palabra. Reitera su solidaridad con esos padres porque, señala, son los hijos los que deben enterrar a sus padres, no al revés. “¿Cómo va a enfrentar un padre el dolor por la pérdida de un hijo, si es el que le dio la vida?”, pregunta. Y es así, con preguntas, como debe comenzar el proceso para salir de la situación. “Acá deben preguntarse qué pasó desde que empezó todo esto en el país. Estudiar cuándo comenzaron las desapariciones, cuándo empezó el narco, de dónde vienen las armas, quién se está beneficiando con todo esto”.
Ayotzinapa es un episodio más en una cadena de tragedias en México, que incluyen a los 72 migrantes asesinados en Tamaulipas, los 300 desaparecidos en Coahuila, los feminicidios de Juárez. ¿Por qué el caso de los normalistas ha generado tantas reacciones fuera de México? Estela de Carlotto no sabe la respuesta. Aun así, esboza una explicación: “En la vida hay momentos de inflexión y el momento político que vivimos en el mundo es uno de ellos. Los chicos de Ayotzinapa son unos niños: no les pueden adjudicar nada, no los pueden hacer pasar por perversos o peligrosos. Lo que impacta tanto es que son unos niños a los que no dejaron vivir. ¿Por qué la sociedad ha reaccionado así? Eso ya lo estudiarán los sociólogos, los psicólogos”.
La presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo añade que es una obligación del Estado explicar quiénes y por qué se llevaron a los muchachos. Y hace eco del reclamo: “Vivos se los llevaron y vivos los queremos. Tenemos que seguir buscándolos con vida hasta que nos demuestren lo contrario, pero con pruebas”. La señora Estela de Carlotto recibe un homenaje. Le entregan un ramo con 36 rosas, una por cada año que pasó desde que se llevaron a su hija y hasta que encontró a su nieto. Ella las recibe, sonríe, se toma fotos con todos los que se acercan. De Carlotto sonríe, sí, porque ya encontró a Guido.
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Jugando Rayuela con Julito
Fernando Rivera Calderón y Eduardo Casar reviven a Cortázar desde el más aEl acercamiento a la literatura es tan sencillo para algunos como difícil para otros. Quien hubiera estado en el Auditorio Juan Rulfo junto a Eduardo Casar y Fernando Rivera Calderón.
El acercamiento a la literatura es tan sencillo para algunos como difícil para otros. Quien hubiera estado en el Auditorio Juan Rulfo junto a Eduardo Casar y Fernando Rivera Calderón, sin conocer a Julio Cortázar, habría captado su esencia sin problemas: bastó un Equipo de poeta, confeccionado personalmente por Casar, para comprender de forma sencilla la labor creativa del escritor: una cinta métrica para medir versos, hojas de colores para que no tener que luchar más contra la hoja en blanco, un medidor para darle balance al texto, un nudo de madera para ponérselo en la garganta a la hora de escribir, una madeja de hilo para encontrar el hilo conductor e, incluso, el hilo negro, un letrero de “Libre” y “Ocupado” y un palito de madera para echarse. Así, la labor de la escritura fue mucho más cercana tanto para los jóvenes como para todo aquel que no ha tenido la suerte de acercarse a la literatura.
“La poesía no es de quien la hace, sino de quien la usa” comentó Casar, al ritmo de la música de Rivera Calderón. Con una guitarra que apareció mágicamente y que debieron sacar de su ataúd, el escritor de “Diccionario del caos” musicalizó para los asistentes algunos versos de Cortázar. Una madeja de hilo que se propagó por todo el auditorio ayudó para comprender mejor la afirmación de Gonzalo Celorio al señalar que Cortázar es un arquitecto de puentes. A palabras de Rivera Calderón “Primero es la metáfora y luego la sacáfora”. El acercamiento con Cortázar no pudo completarse hasta que Cásar y Rivera Calderón pidieron al público que emanaran un fuerte “Ohm” para evocar al espíritu del Cronopio Mayor y traerlo al presente. El público propagó un fuerte “Ohm” y la voz de Julio comenzó a escucharse; lo habían traído de regreso. Una nube de humo borreguil inundó el auditorio y, de la mano de Rivera Calderón emergió Julito, más pequeño y un poco despeinado, dispuesto a responder las preguntas que se le hicieran. El poder del juego y del performance para desmitificar la idea errada de la literatura como algo ajeno, complicado y de difícil acceso surtió su efecto: el humor, la empatía, la música e imaginación pueden armar el kit perfecto para demostrar que la literatura también tiene su lado divertido y juguetón, y que nunca es tarde para acudir o acercarse a ella.
El que escribe tiene formas de reconocerse a sí mismos. Los jóvenes que asistieron a la charla lo advirtieron. Eduardo Casar encontró una manera afortunada y generosa para poder explicar las metáforas y su utilidad en la vida cotidiana: el humor, como arma, siempre saldrá airoso en todo tipo de contiendas. “Arriesguémonos a la escritura” señaló Casar, después de sacar un pequeño conejo blanco de su boca y narrar el cuento de Cortázar donde un departamento comienza a inundarse de conejitos que van brotando de la boca del personaje principal. Rivera Calderón, forrado de papel periódico, leyó en voz alta el cuento de Cortázar “El diario a diario”. Si no sabían lo que es un Cronopio o un Fama seguramente después de la charla esa duda quedó disipada. La literatura no sólo puede ser un juego con el lenguaje, sino también con nuestra mente, con el lector, con las páginas, con las imágenes que brotan sin cesar de nuestra cabeza conforme se comienza a leer. Después de eso, la división entre realidad y ficción poco importa.
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“El conocimiento, el misterio y el arte están en todas partes”: Inés Fernández Moreno
La escritora argentina recibió el 22 Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz por su novela El cielo no existe.
Inés Fernández Moreno creció en una familia de escritores. Su abuelo, Baldomero Fernández, es uno de los poetas argentinos más importantes. Su padre también escribía y por lo tanto, no era tan extraño que ella tratara de huir de las letras: no quería repetir la historia. A esto la alentaba su dentista, que cuando ella tenía doce años, le decía: “Ay, Inesita, ya no estudies tanto. Así no vas a conseguir novio”. Y, sin embargo, la escritora argentina hizo oídos sordos al consejo: estudió, mucho, y luego, a los 35 años, empezó a escribir. Y lo hizo de tan buena manera que este año el jurado del Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz eligió como ganador su libro El cielo no existe.
En representación del jurado, la escritora mexicana Martha Cerda fue la encargada de leer el acta del jurado, en la que se señala que la novela de Fernández Moreno “se mueve con humor e ironía por un mundo que recrea a Buenos Aires en su cotidianidad más opaca. Logra construir personajes y teje con firmeza reflexiones y sentimientos. Maneja con solvencia planos narrativos y presenta a una protagonista que es una persona ordinaria a la que le pasan cosas extraordinarias”.
Después de Martha Cerda, vino la intervención de Sandra Lorenzano. La vicerrectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana comenzó señalando que la jornada había sido triste, en primer lugar, por la muerte del escritor Vicente Leñero. Luego, recordó a la audiencia que, aunque el salón Juan Rulfo estaba lleno, “no estamos completos: nos siguen faltando 43: los 43 normalistas de Ayotzinapa”. Por ellos, y por los más de cien mil muertos, es que estaba encendida una veladora sobre la mesa del presidio, como un recordatorio de la exigencia de justicia. “Porque vivos se los llevaron y vivos los queremos”. Luego, orientó su mensaje para recalcar las dificultades que enfrentan las mujeres en México, señalando que la historia de sor Juana Inés de la Cruz tiene todavía mucha vigencia en la situación actual del país.
Finalmente, la homenajeada tomó el micrófono. Narró cómo la noticia del premio sirvió como pretexto para revisitar a sor Juana. Contó cómo casi al mismo tiempo comenzaron a llegar las noticias de los desaparecidos en Ayotzinapa y, en paralelo, se enteró de una niña nigeriana que había aceptado someterse a la ablación con tal de poder estudiar. Y volvió a la historia de la poeta mexicana citando un fragmento de la Respuesta a Sor Filotea, el que sor Juana reflexiona a partir de algo tan simple como un huevo frito. “No hay tema pequeño”, dijo Inés Fernández Montero, y agregó que “el conocimiento, el misterio y el arte están en todas partes”. Para concluir, contó la historia de su abuela, que eclipsada por la figura de Baldomero Fernández, había reprimido sus ganas de escribir hasta que, tras la muerte de este, pudo publicar un poemario a los 80 años. “Las mujeres arrancan más tarde, algunas no arrancan nunca, pero en todos los casos, cuando las mujeres arrancan la educación es el motor”, concluyó.
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“Todas las batallas deben pelearse”: Arturo Pérez-Reverte
El escritor español presentó a los jóvenes la edición especial de El Quijote, que preparó la Real Academia Española en el marco de su tricentenario
Casi todo el mundo conoce la historia de El Quijote, el ingenioso hidalgo manchego que, con la mente llena de novelas de caballería, un día decidió salir de casa para vivir su propia aventura. Y así como es cierto que la mayoría conoce la obra, también es verdad que cada vez son menos los que se han sumergido en las páginas creadas por Miguel de Cervantes Saavedra. El libro, con toda su complejidad, se convirtió en un territorio difícil que cada vez recorren menos. Por eso, la Real Academia Española decidió poner cartas en el asunto y encargó a Arturo Pérez-Reverte la misión de preparar una versión más amigable para que el público lector, sobre todo el más joven, se acerque a la obra de Cervantes. Y el resultado fue presentado en la 28 Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014.
Y si el propósito de la RAE era acercar El Quijote a los muchachos, qué mejor marco para hacerlo que una de las ya tradicionales sesiones de Mil Jóvenes con… hasta donde llegó Arturo Pérez-Reverte acompañado por El Quijote. En una mesa moderada por la periodista Gabriela Warkentin, el escritor español explicó al público los objetivos del volumen: “Proponer un Quijote en el que se eliminen las digresiones y los relatos complementarios, todos esos elementos que puedan distraer al lector no experto, de modo que pueda convertirse en una herramienta para acercarse de mejor manera a esta obra. Está pensado para que los maestros trabajen con más comodidad”. Y es que aunque fue publicada en 1605, la obra de Cervantes, a decir de Pérez-Reverte, todavía tiene muchas cosas que entregar al lector actual: “Valores como la dignidad, la amistad, la solidaridad y la lealtad. Está lleno de principios para hacer un mundo mejor”. Y es que, añadió, en un mundo donde los ánimos de la sociedad están cada vez más caldeados, con conflictos armados en muchas partes y gente protestando en las calles, El Quijote puede ofrecer una manera diferente de afrentar los conflictos, yendo más allá de la pura sed de venganza, explicó Pérez-Reverte. “El Quijote, cuando se lee acompañado de una buena guía, puede dotar de un esquema ideológico noble a lo que de otro modo sólo sería una venganza brutal”.
En un encuentro con jóvenes era momento de dar la palabra a los muchachos. Y desde el público vino la consulta de Nancy, una estudiante de preparatoria, quien preguntó a Arturo Pérez-Reverte si había batallas que no debieran ser libradas. El escritor respondió: “Todas las batallas deben pelearse, pero es importante saber cómo hacerlo, porque no todas deben pelearse a cañonazos. El ser humano vino a luchar. Lo peor del mundo no son los malos, sino los cobardes”. Y como mucho se habló de que esta nueva versión de El Quijote estaba llamada a llegar a las aulas, Gustavo Meza, un profesor de Aguascalientes, preguntó si no era demasiado ligera la nueva versión y cómo hacer para no verla, incluso, como una manera de censura. La respuesta de Arturo Pérez-Reverte fue contundente: “Lea otro Quijote, o mejor aún, lea el completo. Esta es sólo una herramienta más que el lector puede o no elegir. El texto está intacto, sólo se hizo una poda cuidadosa”.
La nueva versión de El Quijote forma parte de las actividades que se organizaron para las celebraciones por el Tricentenario de la fundación de la Real Academia Española, que comenzaron el año pasado y cuyos festejos tuvieron como escenario de clausura la FIL de Guadalajara.
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La ciudad como una fábrica de imágenes
La poeta María Negroni acompañó a sus lectores con una charla y lectura de algunos de sus poemas, en el Salón de la Poesía
Caminar por la urbe es toda una experiencia; la cantidad de imágenes que embiste ante tus ojos simultáneamente no para, y eso, para María Negroni, es una gran oportunidad para la creación poética, y para la vida. Influenciada por la obra del artista plástico y visual Josep Cornell, famoso por crear a partir de objetos que encontraba en la basura y por, entre sus obsesiones, crear cajitas que por sí solas son instalaciones, María Negroni recorre la ciudad y la poesía como quien vagabundea en búsqueda de imágenes, sonidos, experiencias que la nutran para encontrar la palabra que busca. Para ella, la ciudad es como un ensoñadero, donde se está protegido siempre por el anonimato; uno puede ir de un lugar para otro sin preocuparse por estar en la mira, pues cada quien es un mundo aparte, y la figura de cada persona se pierde entre la multitud. Las fantasías de Cornell y sus viajes son sólo un punto de partida que Negroni utiliza para su creación poética; al igual que él, encuentra en las calles maravillas donde tal vez otras personas sólo podrían ver cotidianidad.
“Nada como la sensualidad de la nada”, recitó Negroni, cuando leyó uno de sus poemas. Al respecto de su obra, comentó una imagen capital para ella que le incitó a crear muchos de sus escritos: en la obra de Cornell pasa sobre un caballo una niña desnuda, no mayor a los diez años, con el pelo largo, y durante unos segundos el caballo recorre la cámara hasta que él y la niña desaparecen. Con ese impacto visual Negroni compuso algunos de sus poemas, sin duda influenciada por todo lo que la imagen representó para ella, al igual que muchas otras cosas de Josep Cornell, quien solía encontrar inspiración en los basureros, las calles y tiendas de antigüedades en Nueva York: “Conocida como vagar sin límite”, se escuchó entre los versos de otro de sus poemas. Negroni rememoró algunos de sus viajes más preciados, entre los que se incluye una visita a Praga, y el desconcierto que le causó ver muchos edificios antiguos no cuidados, sino remodelados: “Para mí los edificios deberían preservarse por como son, con su apariencia vieja, sucia; son más reales”, afirmó.
La plática y la lectura de sus poemas continuaron. A María Negroni la rodeaba un halo de candidez mientras narraba, con entusiasmo, sus experiencias en la calle, el impacto que tiene para ella todo tipo de ciudades; la alimentación visual que recibe al caminar por la urbe, que es como una caja de sorpresas donde no se sabe qué se va a encontrar próximamente, cuál será la imagen que la impacte y la lleve a pensar en un nuevo verso o en una serie de poemas. Recordó con amor a la Internacional Situacionista y el impacto que también ha tenido en su vida y en su obra. La memoria de Negroni, que perfectamente podría emular a una caja por sí misma, recolecta fragmentos aleatorios pero unidos al mismo tiempo. “He aquí mi pedazo de infierno, mi derrota dulcísima” volvió a leer entre versos que paseaban de un lado para otro y contagiaban al público. Cada frase dicha o recitada por ella era una invitación a sumergirse en su universo y en el mundo. “Al corazón lo había dejado suelto en el estante de las obsesiones…” leyó, y un hilo frío recorrió nuevamente la sala, porque la voz de Negroni, casi de terciopelo, pareció cobijar a sus poemas y al frío de la noche, como quien sabe que de un momento para otro la ciudad también puede convertirse en un ambiente inhóspito, en una jungla pendenciera. Y la voz de la poetisa continuó. Las palabras fluían y armaban poco a poco un pequeño mecanismo de engranes para movilizar sus poemas. Ella, como Josep Cornell, se volvía a convertir en la figura del paseante que conversa con la ciudad.
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“La biblioteca debe ser espacio donde se libere la lectura”: Elsa Margarita Ramírez Leyva
Recibió el Homenaje al Bibliotecario 2014 como un reconocimiento al trabajo que ha realizado en favor de la bibliotecología en México.
Cuando era niña, Elsa Margarita Ramírez Leyva veía con curiosidad cómo su hermano se sumergía en el mundo de las historietas. Pero lo veía de lejos: nunca se las prestaba y, al terminar de leerlas, las escondía en el garaje de la casa. Por eso, lo primero que hizo cuando por fin comenzó a recibir sus “domingos” fue comprar sus propias historietas: La pequeña Lulú, El Pato Donald, Supermán. Así comenzó un viaje que tuvo su parada más reciente en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: Elsa Ramírez recibió el Homenaje al Bibliotecario 2014, como un reconocimiento al trabajo que ha realizado en favor de la bibliotecología en México.
En la sociedad contemporánea, indicó Marisol Schulz, directora de la FIL, tiene particular relevancia “el valor de la información, su producción uso y acceso”. Por esta razón, desde 2002 se celebra año con año un homenaje al trabajo que realizan los bibliotecarios en México. “Elsa Margarita es una investigadora sobresaliente en el campo de la práctica de la lectura y promotora de la transformación de la información en conocimiento”, aseguró.
Los encargados de hacer una semblanza sobre la trayectoria profesional de Elsa Ramírez fueron Sergio López Ruelas, coordinador de Bibliotecas de la UdeG, y Helen Ladrón de Guevara, asesora honoraria en Planeación de Bibliotecas del Centro Cultural Universitario de la UdeG. “La labor de la doctora Elsa Ramírez como responsable de proyectos en torno al desarrollo bibliotecario de México, está avalado por más de 30 años de trabajo constante, del ir y venir entre libros, usuarios, estantes e investigaciones, que se han convertido en una pasión llena de grandes satisfacciones”, refirió López Ruelas, mientras que Helen Ladrón de Guevara hizo hincapié en la que calificó como una de las facetas más humana de la homenajeada: “Su labor social por medio de la promoción de la lectura, llegando a sectores de la población más vulnerables”.
Después de la proyección de un video con testimonios sobre la homenajeada, tomó el uso de la palabra Elsa Ramírez. Agradeció a todos los involucrados en el homenaje y dijo que esta era una oportunidad para “echar una mirada retrospectiva al encuentro de tantas personas, lecturas, lugares y reflexionar al respecto”. Así, en su intervención fue contando cómo descubrió el gusto por la lectura a través de las historietas, cómo terminó estudiando bibliotecología y cómo fue forjando una trayectoria rodeada de tantos colaboradores. Señaló que en México no existen condiciones para propiciar la lectura, ya que “hay lugares donde no hay bibliotecas, o tienen un catálogo pobre o cierran las pocas que hay”.
Elsa Margarita Ramírez Leyva concluyó su intervención señalando que la biblioteca “debe ser un espacio donde se libere la lectura, un espacio en el que el lector se sienta tan libre que reconstruya su relación con los libros. Un lugar tan placentero que el lector pueda imaginar, ser solidario y feliz. Un lugar en el que se encuentre con el buen vivir”.
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“Ilustrar es como jugar en un mundo que tú vas creando”: Manuel Marsol
El ilustrador español fue elegido como ganador del V Catálogo Iberoamericano de Ilustración SM, que fue entregado en el marco de la FIL
Una imagen: un jugador de futbol cobra un tiro penal. El balón aparece suspendido en el aire. El portero, vencido hacia el otro lado, mira fijamente la pelota. No sabemos si la pelota entrará o no a la portería. Esa incertidumbre de saber qué pasó con el tiro, es la que rige el trabajo de ManuelManu Marsol, ilustrador que fue elegido como ganador del V Catálogo Iberoamericano de Ilustración SM, que fue entregado en el marco de la 28 Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014.
Convocado por la FIL, la Fundación SM y El Ilustradero, el catálogo busca abrir horizontes nuevos a los ilustradores de Iberoamérica, al tomar como punto de partida la búsqueda de la SM a favor de la educación, la cultura y la ilustración. Luis Fernando Crespo, de la Fundación SM, explicó que para ellos “la educación lo es todo”, mientras que Abril Castillo, de El Ilustradero, puntualizó que la intención del catálogo, que incluye el trabajo de Manu y de otros 28 ilustradores procedentes de países como Argentina, Brasil, Perú, España, Venezuela y México, entre otros, es “dar a conocer la ilustración como una pieza de arte”. Por esta razón, cada año se realiza una exposición itinerante con la obra seleccionada, muestra que es posible contemplar esta semana en el Área Internacional del recinto ferial.
Fanuel Hanán, integrante del jurado, señaló que las obras seleccionadas rompen con el estereotipo de las temáticas en las que se suele encajonar a la ilustración iberoamericana. “Estas obras no cumplen con el estereotipo del realismo social o el indigenismo. Tiene otros atributos, entre los que destaca la quietud como atmósfera. Hay un mundo visual más contemporáneo y cosmopolita”, señaló Hanán. Y al hablar de Manu, Gusti Rosemffet dijo que “lo que me gusta de él es que es una buena persona. Y este premio no le afectará”.
“Dibujar es no saber qué pasa con el balón”, expresó Manu en su mensaje de agradecimiento del premio. La foto que describe es especial: el cobrador del tiro penal es su padre, al que perdió cuando apenas tenía once años. “Por eso, para mí, la infancia es tan importante. Yo tuve una infancia feliz y creo que ahí es a donde tenemos que volver cuando hacemos literatura e ilustración infantil”, dijo al explicar cómo había concebido la serie de ilustraciones sobre un gigante rojo que protege una casa, sin saber por qué, trabajo que le valió el premio. Y para concluir, sentenció: “La ilustración es como jugar y mover el juguete como quieras por un mundo que vas creando”.
La premiación de Manu Marsol, quien recibió un cuadro del también ilustrador Page Tsou, sirvió como marco para dar a conocer la convocatoria del VI Catálogo Iberoamericano de Ilustración, cuyas bases ya se pueden consultar en http://www.grupo-sm.com/content/catalogo-iberoamericano-ilustracion.
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Excepcional e imposible, el trabajo de Juan Pascoe
El único impresor artesanal que queda en México ha dedicado su vida a este trabajo, y por ello recibió el Homenaje al Bibliófilo 2014
En otros tiempos, Juan Nicanor Pascoe Pierce se dejó seducir por la música y las coplas veracruzanas: fundó el grupo Mono Blanco. Después se dedicó de lleno a la mayor pasión de su vida: la impresión de libros, mapas, fotografías y otros documentos. Llevó su trabajo tan lejos, primero con su imprenta Rascuache y después con su taller Martín Pescador, ahora muy famoso, que logró constituir toda una tradición que lo hizo merecedor del Homenaje al Bibliófilo 2014.
“Él ve cosas que otros no ven y hace un homenaje a los antiguos maestros de la tipografía, sus libros son una obra de arte, verdaderas joyas. En este momento de su homenaje, nos informa que llega a su impreso número 587, su trabajo es excepcional, una tarea imposible”, consideró Juan Manuel Huerta, director de la biblioteca Miguel Lerdo de Tejada de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Hace 475 años que llegó la imprenta al nuevo continente, y en la opinión de Huerta, “al hacerle este homenaje a Juan Pascoe, se lo hacemos a la historia de la imprenta”, con lo que el homenajeado estuvo de acuerdo.
El de Pascoe es un trabajo intelectual y manual. “Entendí que en el mundo moderno podía seguir trabajando a la manera antigua y hacer libros modernos, artesanales y bellos. Una de las partes estelares de tener una imprenta es la relación que he tenido con los escritores, como Tomás Segovia, Octavio paz y Efraín Huerta”, comentó el homenajeado.
Una de sus impresiones célebres es Enigmas, un poemario manuscrito de sor Juana Inés de la Cruz que nunca se había impreso, un libro inédito que Pascoe tuvo la dicha de imprimir.
La impresión artesanal se irá acabando, eso lo sabe Pascoe Pierce, pero ama su oficio: “Me interesa siempre el nuevo libro, cómo se va a ver, como se va a abrir, cómo huele. Es importante tener impresores artesanales, porque la tendencia en la industria es suprimir al humano y sustituirlo por el aparato, los libros son obras hechas por seres humanos y la relación con el impresor es estética y de inteligencia humana. Los seres humanos podemos crear esa belleza, las máquinas crean libros útiles, pero una obra artística merece tener la misma inversión humana que se tuvo en el texto”, señaló el laureado.
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Romper la barrera del idioma
Para Hugo Hamilton, Ray Loriga e Igor Marojevic traducir es leer un libro diferente.
Aunque los tres son narradores, son conscientes de que la traducción es un arte, tanto para Igor como para Ray y Hugo, quienes vienen de Serbia, España e Irlanda, respectivamente, el oficio de la escritura va aunado a muchas otras cosas: Ray también se ha dedicado al guión cinematográfico, Hugo se dedicó un tiempo a la música, e Igor llegó a tener desde su banda de turbo-folk a ser editor, escritor fantasma, entre otras cosas. El idioma tomó un papel muy importante en esta mesa, pues todos afirmaron que eso jamás ha sido un impedimento para dejar de escribir: Igor habla un español fluido; Hugo, además de inglés creció con el irlandés gracias a su padre, mientras que Ray habla el inglés debido a que un tiempo radicó en Nueva York. En suma, la mesa se convirtió en un diálogo sin interrupciones, ya que la conversación fue una mezcla de inglés y español, pero no hubo problema alguno para que se entendieran entre sí los interlocutores.
El proceso de escritura es algo muy propio; cada quien lo posee de cierta manera. Imposible definir una receta que les funcione a todos: Ray afirmó que a él le gusta escribir y hacer anotaciones en sus libros, en vez de utilizar libretas. Tanto como Igor y Hugo suelen escribir en el papel y, posteriormente, pasarlo a la computadora. En lo que sí convergieron fue en el hecho de que, para ellos, escucharse a sí mismos después o mientras escriben es de suma importancia: algo hay en lo sonoro, en la musicalidad, en la cadencia de una frase, que les permite a los escritores saber si lo que están escribiendo va por buen camino o si es necesario rehacerlo. De cualquier forma, la mesa también fue una buena oportunidad para que los tres y el moderador, Jorge F. Hernández, además de conversar se intercambiaran impresiones, bromearan, o hicieran comentarios fuera de contexto. La atmósfera relajada fue, sin duda, algo crucial para que todo fluyera de manera mucho más fácil.
¿Cuál es la razón por la que se empieza a escribir? Para Ray, quien creció rodeado de libros, así como jugaba al futbol de pronto tomaba un libro según su intuición se lo sugería; escribe, dice él, para conocerse a sí mismo. Para saber qué hay muy en el fondo, y es un descubrimiento constante. Para Igor comenzó como un tributo a los escritores que leyó en su juventud y con los que comenzó a sentirse sumamente identificado, como Louis Ferdinand Celine y Thomas Bernhard. Posteriormente, entendió, no necesitaba escribir solamente tributos, sino sus propias historias. Por parte de Hugo los aspectos autobiográficos son importantes a la hora de escribir: no se trata, dice él, de retratar su vida tal cual, sino contar una historia a partir de los elementos que él vivió, lo cual es algo diferente.
Las facetas de un escritor pueden ser muy variadas: los tres afirmaron haberse dedicado a más cosas, además de la literatura, a lo largo de su vida. Desde Jorge F. Hernández, quien tuvo el oficio de escribir el horóscopo meramente inventado para un periódico, hasta Hugo Hamilton, a quien varias personas le recomendaron dejar de dedicarse a la música, pues ciertamente no era su fuerte.
Pero un tema que emergió, casi al final de la charla, fue la experiencia que el escritor tiene al encontrarse frente a un público: cómo se comportan, cómo se sienten, qué impresión tienen de sí mismos en el momento en que hablan frente a alguien más. Igor señaló que para él es sumamente importante poder tener contacto con sus lectores y que haya una retroalimentación con ellos. Los demás compartieron ese aspecto: les gusta sentirse con la libertad de comportarse tal cual son, y no recurrir a la impostación ni a crear un personaje ficticio y lejano a la hora de hablar con el público. Afortunadamente esto dio pie a que la atmósfera de la charla fuera amena; con naturalidad, sin pretensiones y, sobre todo, con mucho humor, los cuatro escritores compartieron anécdotas y sus distintos puntos de vista no sólo sobre literatura, sino la creación, el arte, lo extraliterario, el mundo en general.
El tema de la situación actual en México y las condiciones de violencia que se vive tampoco pasó inadvertido: tanto Jorge H. Hernández como Ray Loriga se mostraron empáticos al respecto, a lo cual Jorge Hernández agregó que, por sobre todas las cosas, se usara la palabra, la imaginación y la educación para luchar contra el ambiente cruel e inhóspito que actualmente reina en México, a lo cual agregó: “Hace dos años, en esta Feria, un estúpido no pudo nombrar tres libros siquiera. Y él es el culpable de la escena que se está viviendo actualmente en el país”. Un aplauso recorrió la sala de extremo a extremo: la respuesta del público no pudo ser más clara.
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Ciencia y arte, en colisión: Ruy Pérez Tamayo, el alquimista
Con entusiasmo y muchas risas, el doctor Ruy Pérez Tamayo relató historias y contestó preguntas para los jóvenes y no tan jóvenes
“Lo que nos sala como país, como personas y como planeta también está en los libros. En la imaginación y en el saber”. Expresó Jorge Hernández, antes de concederle la palabra a Ruy Pérez Tamayo, para antes hacer mención clara de su pesar ante la situación actual de México, “de las personas desaparecidas, de las que deberían estar y no están”. Un gran contraste que, para él, se genera ante actos tan inhumanos es la existencia de personas humildes, solidarias, comprometidas con el conocimiento y su divulgación: personas como Ruy Pérez Tamayo, a quien cedió el micrófono.
El mago, el científico, el alquimista, el ciudadano, el curioso, el doctor: todo eso y más se enlista en la cantidad de oficios sus características. No de otra manera podríamos explicar cómo al comienzo de la plática en la que lo acompañó su ficticio y buen acompañante James Watson, conocido comúnmente como Jorge Hernández, afirmó que faltaban 127 lugares para que, ahora sí, el evento pudiera llamarse Mil Jóvenes con Ruy Pérez Tamayo.
Regaló a los asistentes, además de la receta infalible para cazar gatos en las azoteas en nombre de la ciencia (se necesitan: una bolsa de mercado, una soga, una vara y una estopa bañada en esencia de valeriana) seis razones para ser científico: primero, para mantener la juventud eterna, porque gracias a la investigación constante uno se mantiene joven. Para no tener jefe, porque si se quiere ser científico se debe tener independencia intelectual. Para no tener horario de trabajo, ya que el científico siempre está pensando y buscando una solución a sus problemas. Además, es bueno para hacer lo que a uno le gusta: Ruy Pérez Tamayo nos asegura que si hacemos algo bien termina por gustarnos. La constancia con la que se haga permitirá a la persona volverse un experto. Y siempre se disfrutará de ello. La quinta razón: para usar bien el cerebro; cuando este se utiliza adecuadamente es difícil que alguien nos engañe. Y la sexta: para poder hablar con otros científicos, de tal manera que pueda crearse una mejor calidad en nuestra convivencia.
“Acercarnos a la investigación científica nos permitirá dejar de ser una sociedad de consumo para convertirnos en una sociedad de conocimiento”, comentó haciendo énfasis, además, en la necesidad colosal de México por tener más jóvenes interesados en la ciencia. Una de las razones, según él, por las que no hay más jóvenes mexicanos interesados en la ciencia, se debe a la ignorancia; nadie les ha dicho lo que implica la investigación científica. Este país ha sido deficiente en su divulgación encaminada a la ciencia. Pérez Tamayo habló sobre su infancia, el cómo y por qué se convirtió en científico de manera que, en cierto momento, todo se encaminó al “para qué”, lo cual, argumentó, es una pregunta que no pertenece al gremio de la ciencia como el “qué” y el “por qué”, sino a algo totalmente distinto, que no tendría caso explicar próximamente.
Se aprovechó la ocasión para que Pérez Tamayo respondiera (y corrigiera) a quienes le hicieron preguntas. La literatura no pasó inadvertida; uno de los jóvenes le preguntó si para él la literatura era un buen complemento a la ciencia, así como también el por qué. Un “claro que sí” se escuchó rápidamente; no tardó en explicarlo de manera sencilla, pero clara: la investigación científica nos sirve para generar conocimiento. La literatura, como cualquier otro arte, nos sirve para crear emoción estética. Ambas se complementan y no están peleadas en absoluto; incluso llega un momento en que se entretejen. La concepción humana, para Ruy Pérez Tamayo, no debe limitarse en la ciencia, pero esta sí es sumamente necesaria.
Súbitamente, la puerta del auditorio Juan Rulfo se abrió para revelar una gran sorpresa: acompañados por música, una fila india circense comenzó a cantar y relatar una historia; subieron junto a Jorge Hernández y, junto a Pérez Tamayo, el acto finalizó con la lectura en voz alta, para sorpresa del autor, del libro El viejo alquimista, y le regalaron, además, un cuaderno dorado para que el doctor continuara escribiendo y como un agradecimiento a todo el conocimiento que ha compartido y que, todo parece indicar, no tiene pensado dejar de divulgar. Gracias, Ruy Pérez Tamayo, por demostrar y extender el ejemplo vivo de la ciencia en hermandad con el arte. Del corazón caliente con el cerebro frío, en palabras de Claudio Magris. A palabras del doctor: “Si quieres hacerte millonario no seas científico, mejor dedícate a la política. Pero sí les puedo asegurar que pueden vivir bien, y muy bien, dedicándose a la ciencia”. Su sonrisa y sus 90 años, además, son una gran muestra de ello.
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El Foro Internacional de Editores arrancó con la mira puesta en la educación
La decimotercera edición del foro albergará también la segunda edición del Foro de Contenidos Educativos Digitales
El avance de la tecnología, y el cada vez más fácil acceso a ella, ha comenzado a cambiar la dinámica dentro de las aulas de clase: hoy en día es más común ver a niños y jóvenes manipulando laptops y tabletas dentro de los salones. Sin embargo, esto no es necesariamente positivo: si los dispositivos no están equipados con buenos materiales corren el riesgo de convertirse en meros distractores, antes de que las herramientas optimicen el proceso de aprendizaje. Con esa reflexión, a cargo de José Ignacio Echeverría, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), arrancó el XIII Foro Internacional de Editores, actividad que, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, también servirá para albergar la segunda edición del Foro de Contenidos Educativos Digitales, convocado por la Caniem.
En su intervención en la apertura del foro, Raúl Padilla López, presidente de la FIL, señaló que “mucho se puede especular sobre el rumbo que tomará la educación con la inclusión de contenidos digitales en los próximo años. Lo que sí es seguro es que el rol de los editores, el papel de los maestros, el autoaprendizaje, la colaboración intersectorial y la incursión de la tecnología en las aulas, están revolucionando la esfera educativa y editorial en todo el mundo”.
Prácticamente en esa misma línea se expresó José Ignacio Echeverría, al mencionar que desde la Caniem se está trabajando de manera conjunta con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para optimizar el equipamiento de las aulas de clase. “Estamos en una nueva etapa de la educación. Venimos de una etapa en la que no participamos en la elaboración de materiales para la educación pública. Es necesario un trabajo en conjunto con la SEP, porque entregar laptops o tabletas sin buenos contenidos no es el mejor de los caminos”, afirmó el presidente de la Caniem.
Las actividades del Foro Internacional de Editores y del Foro de Contenidos Educativos Digitales, cuyo propósito es abrir un espacio a especialistas nacionales e internacionales en pedagogía, tecnología, investigación y políticas educativas para dialogar en torno a temas que preocupan, tanto a editores y educadores como a las autoridades educativas, continúan este día. El programa completo de actividades se puede consultar en www.fil.com.mx.
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El PIALI anuncia la creación del Premio Martha Sastrías
Esta tarde se efectuó un emotivo homenaje a la escritora y promotora de literatura infantil, quien falleció en septiembre pasado.
De Martha Sastrías pueden recordarse muchas cosas. Por ejemplo, el día que puso a bailar a un grupo de monjas que se encontró en un encuentro de promoción de la lectura. También la frase: “Cuéntamelo todo”, cuando se encontraba con un buen amigo. O cuando en las ferias del libro ponía en jaque a los vendedores preguntándoles sobre el contenido de uno de sus libros, sin decirles que ella era la autora, sólo por ver cómo improvisaban. Pero sin duda, lo que más será recordado es su labor por la literatura infantil, tanto en su faceta como escritora como en el de promotora. De eso quedó constancia durante el homenaje que se rindió a Martha en el marco de la 28 Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014, y que sirvió como entorno para el anuncio del Premio Martha Sastrías a la Promoción de la Literatura Infantil, que será auspiciado por el Programa Internacional de Acercamiento a la Literatura Infantil (PIALI), del que Sastrías fue fundadora.
En el homenaje que se rindi ó a la escritora, nacida en la Ciudad de México en 1938, y que falleció en septiembre de este año, resultó emotivo porque se convirtió en el escenario perfecto para que la familia y amigos cercanos de Sastrías recordaran algunos aspectos de su vida. Por ejemplo, Marisol Schulz, directora de la FIL, habló de las veces que recorrieron juntas los pasillos de la Feria desde mucho tiempo antes de que Schulz asumiera las riendas del encuentro librero. Schulz también señaló que la labor que realizó Sastrías “fue un apostolado” y añadió que “es imprescindible no olvidar su labor, sino darle continuidad”.
El escritor Fanuel Hanán hizo hincapié en un hecho que, desde su perspectiva, define a la perfección el trabajo de Sastrías: “Nos conectó con la idea de que las letras, la escritura, pueden transformar a los niños”. Y el mejor ejemplo vino desde Puerto Rico, por medio de una carta de Jesuan Texidor Santiago, actual director del PIALI. En su texto, Jesuan contó cómo conoció a Sastrías en 1995, siendo él todavía niño, y cómo en ese momento supo que la literatura infantil sería su pasión y oficio de vida. Gracias a Sastrías, señaló, “nos unimos a través de la palabra escrita para democratizar, dignificar y hacer libres a los niños. Es un modelo a seguir como líder”. Y para reforzar esto, se anunció la creación del Premio Martha Sastrías, que servirá para reconocer a una persona, entidad o proyecto que promueva la literatura infantil.
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El prodigio de las bibliotecas imaginarias
En el Encuentro de Promotores de la Lectura, Alberto Manguel se refirió a las bibliotecas como centros fundamentales de la memoria: “Si queremos saber quiénes somos, debemos conocer nuestras bibliotecas”
“La biblioteca imaginaria” fue la conferencia magistral del escritor, traductor y editor argentino-canadiense Alberto Manguel con la que arrancó el XXII Encuentro de Promotores de Lectura. Alejandría, Dante, Borges, la sabiduría chamánica, líneas y líneas de poemas y “la sombra de los 43 fantasmas” que claman por la memoria, fueron algunas de las ideas que Manguel desarrolló, por cierto, sin siquiera ver sus notaDijo que la famosa biblioteca de Alejandría es un gran mito del que se sabe poco, que la idea de su existencia era reunir todo el conocimiento, pues los reyes ptolomeos ordenaban a sus emisarios llevar cualquier libro en toda la extensión del mundo conocido: “Los libros que llegaban a Alejandría eran confiscados, revisados y luego devueltos, aunque a veces se quedaban con los originales. Eran reyes, pues, y los reyes tienen un sentido de la propiedad privada muy particular”, señaló, con humor, respondiendo también a las risas del auditorio.
Esa biblioteca, continuó Manguel, iba acumulando todo lo escrito en todos los idiomas conocidos. “Lo curioso de esta biblioteca, que queda como el modelo clásico, es que no sabemos absolutamente nada de ella […] Luciano Canfora, el erudito, escribió un libro magnífico sobre la biblioteca de Alejandría, que reúne los pocos textos que existen escritos por los contemporáneos de Alejandría, estos viajeros describen la ciudad, el museo (la casa de las musas), pero cuando llegan a la biblioteca dicen, bueno, la biblioteca es tan conocida que no vale la pena escribir sobre ella. Y entonces no conocemos nada de la biblioteca”, dijo.
Pero luego, existen otras bibliotecas, también imaginarias, como la mente de José Luis Borges que, según recuerda Manguel, cuando se estaba quedando ciego podía recordar de memoria poemas que había aprendido a los doce años, o su última lectura de tal o cual revista, incluyendo la página en la que estaba.
Como un milagro de la memoria, habló de Dante y la Divina comedia: “Si tuviera que nombrar un milagro de la escritura, ese milagro es que un hombre pudiera incluir todo el conocimiento de todas las áreas de su época en un solo libro. Eso lo hizo Dante, y sin sus libros ni sus notas”.
Hoy, para Manguel, las bibliotecas son fundamentales, pues en ellas se asienta la memoria de la humanidad: “Si queremos saber quiénes somos, debemos conocer nuestras bibliotecas, y no sólo las que tienen un edificio y estantes, sino las bibliotecas de las mentes de los chamanes, de los sabios”, e hizo referencia al tema que ocupa lugar un estelar no sólo en esta Feria, sino en la vida pública de México y la mirada internacional, el caso Ayotzinapa: “Es muy importante recordarlo ahora que estamos viviendo la sombra de 43 fantasmas”, manifestó.
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La FIL Guadalajara y el Centro Cultural Universitario lanzan el primer Premio Letras de la Naturaleza José Emilio Pacheco
El nuevo galardón recordará al escritor mexicano desde una perspectiva inusual: la construcción de comunidades urbanas en armonía con la naturaleza
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara y el Museo de Ciencias Ambientales del Centro Cultural Universitario de la Universidad de Guadalajara anunciaron hoy la creación del Premio Letras de la Naturaleza José Emilio Pacheco, un nuevo espacio de encuentro entre la literatura, la naturaleza y la ciencia. El premio incentivará el uso de la literatura para apreciar estéticamente y emocionalmente la naturaleza, explorar el conocimiento científico y la dependencia urbana de los paisajes y procesos naturales en las ciudades.
Con este galardón se resaltarán el trabajo y la memoria de Pacheco, quien compartió su especial y profunda sensibilidad hacia la naturaleza, hacia las ciudades y hacia nuestros semejantes. Su trabajo trascendió al explorar la aparente dualidad entre la ciudad y la naturaleza, en el marco de las percepciones y los sentimientos humanos. La convocatoria para el Premio Letras de la Naturaleza José Emilio Pacheco se lanzará en 2015, e irá dirigida a escritores de todo el mundo que escriban en español. Este premio busca reconocer obras cuya calidad, profundidad e impacto inviten a una mejor comprensión de la naturaleza, sensibilizando al lector para actuar a favor de su conservación. Se otorgará a una obra escrita en uno de tres posibles géneros: poesía, cuento y ensayo.
Un comité presidido por Cristina Pacheco propondrá el reglamento del premio y definirá al jurado para cada entrega. Por ser un premio transdisciplinario, los integrantes del comité tienen diversas experiencias en los ámbitos de la literatura, la naturaleza, la ciencia y la ciudad. Acompañarán a Cristina Pacheco en Mónica Lavín (escritora y bióloga), Coral Bracho (poeta), Ignacio Solares (escritor y dramaturgo), José Sarukhán (biólogo) y Fernando González Gortázar (arquitecto/urbanista). El premio consistirá en un diploma expedido por la FIL Guadalajara y el Museo de Ciencias Ambientales, una medalla con la efigie de José Emilio Pacheco y un monto de 200,000 mil pesos. Serán responsables de la organización del premio Raúl Padilla López, presidente de la FIL Guadalajara; Marisol Schulz, directora de la FIL, y Eduardo Santana, coordinador general del proyecto Museo de Ciencias Ambientales.
El Museo de Ciencias Ambientales del Centro Cultural Universitario es un nuevo espacio científico-cultural creado por la Universidad de Guadalajara, cuya construcción iniciará en 2015, que tiene como propósito explorar con sus visitantes formas para “comprender la ciudad e inspirar la conservación de la naturaleza que la sustenta”. De esta forma el Museo se convertirá en un laboratorio “de lo vivo y del futuro” que generará experiencias, emociones y aprendizajes que catalizan acciones para construir una relación armoniosa entre la sociedad y la naturaleza, y mejorar la calidad de vida de las comunidades en su entorno. El Museo implementa desde hace algunos años la Muestra de Cine Socio-ambiental en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
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En la FIL el destino es Brasil
El festival Destinação Brasil celebra su tercera edición con la presencia de 12 autores
“Estoy convencido de que las biografías imaginarias son más verdaderas que las empíricas”, afirmó Luiz Bras, uno de los invitados este año a la tercera edición de Destinação Brasil. Entre los alcances que tiene la literatura es el de poder hablar de un lugar y un tiempo. Este año, el festival será un espacio no sólo para conocer autores, sino también para conocer un mismo país desde distintas perspectivas: el choque de la realidad con la ficción, la gama de contrastes que pueden existir en una misma región (dependiendo del lente con el que se vea) y, por supuesto, la capacidad de la literatura para hacer visible aquello que para muchos ha permanecido oculto.
Este año, los lectores tendrán la oportunidad de conocer la voz y obra de doce autores brasileños que se unirán a 23 más que ya han formado parte de esta selección y festejo a la literatura brasileña: Raimundo Carrero, Ana Paula Maia, Luisa Geisler, Paloma Vidal, Verônica Stigger, Ronaldo Correia de Brito, Altair Martins, Sérgio Rodrigues, José Luiz Passos, Tércia Montenegro, Luiz Bras y Marcelo Ferroni. Desde Porto Alegre, Salgueiro, Río de Janeiro, hasta el estado de Minas Gerais: doce puntos de donde partirá un común denominador, para que después cada uno de ellos despunte y resalte por sí mismo.
El Salón Literario Carlos Fuentes fue abierto por Nélida Piñón, en una conversación con el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, respecto a la relación entre la literatura brasileña con la del resto de América. Nélida es la primera mujer que llegó a ser presidenta de la Academia Brasileña de Letras, también ganadora del Premio Juan Rulfo y del Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
La tercera edición de Destinação Brasil se celebrará del 2 al 4 de diciembre, de 17:00 a 18:50 horas, en el Salón 3, ubicado en la planta baja de la Expo, contaremos con tres mesas donde se abordarán este y muchos otros temas que hacen de la literatura brasileña uno de los aspectos a tomar en cuenta al hablar no sólo de un país, sino también de un continente, de un idioma, y la particularidad de este en contraste con otros países, donde las diferencias van más allá del idioma.
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Los matices de Europa unidos por la literatura
El notorio contraste entre tres narradores europeos: Croacia, Austria y Alemania
Un continente no es nada más una acumulación de países y de nacionalidades donde se pueda encapsular a una persona y definirla. Eso fue lo que nos demostraron Olga Grjasnowa, Xaver Bayer y Roman Simic, invitados en el Tercer Encuentro del Festival de Letras Europeas: por un lado estaba Roman, quien aunque es de Croacia, habla muy bien el español; sonriente y siempre dispuesto a hacer bromas en la mesa. Después Xaver, desde Austria, inmutable, contemplativo, se limitaba a contestar las preguntas que se le hacían. Olga, de Rusia y Alemania, aprovechó su oportunidad en el micrófono para contar algunos detalles sobre su vida; cómo la caída del muro de Berlín había afectado no sólo a Alemania, sino a Rusia y a muchos otros países. Ahí radicó, entonces, el punto de convergencia entre los tres: Europa, a pesar de ser un continente, cuenta con demasiadas variantes en todos los aspectos. El propio Roman afirmó: “Cuando se habla de ser latinoamericano comentan que los une el idioma español. En Europa no es así; hay demasiados idiomas. Estaban sucediendo demasiadas cosas en distintas partes del continente, al mismo tiempo”. A partir de la literatura se pueden retomar episodios de la historia, y se reviven; ahí radica la universalidad de una obra. Para Roman Simic, por ejemplo, se puede leer La marcha Radetzky, de Joseph Roth, y sentir la narrativa absolutamente contemporánea.
Uno como escritor puede deslindarse de su entorno. Sin embargo, como narrador, es un poco difícil porque el sólo hecho de contar una historia involucra cincelar un tiempo y un espacio, que probablemente tenga que ver, de cierta forma, con la vida del autor, sin que la obra tenga que ser autobiográfica. En ese sentido, señaló Simic, “uno termina siendo político aunque no quiera. A mí no me interesa escribir sobre política. Yo quiero escribir sobre el amor, mi familia, mis hijos, la risa… muchas cosas, no sobre política. Pero la vivo y soy parte de ella; es imposible que esto no se refleje en lo que se escribe”. Xaver Bayer, desde su perspectiva, comentó algo parecido: “La mejor manera de ser político es no hablando de ello necesariamente, sólo ser objetivo. Yo describo lo que pasa a mi alrededor, lo que veo, y de cierta forma es mi manera también de criticarlo”. La vertiente de la plática comenzó a tomar forma cuando Olga, a diferencia de Roman y Xaver, afirmó que la política sí juega un papel muy importante en sus novelas. Ha tratado desde temas como la migración, el concepto de Estado y de patria; es algo con lo que vive y que se ha esforzado en estudiar con la finalidad de nutrir sus textos, aunque no sea una especialista. “Yo cuento historias, no soy una estudiosa”, afirmó.
La forma en que la mesa estaba integrada fue, tal vez, un muy buen ejemplo de aquello que se esforzaron por subrayar los invitados europeos: los tres son muy diferentes entre sí, tanto en la forma de escribir como en su manera de comportarse ante el público. “Yo podría hablar sobre la literatura que se está haciendo en Austria, con personas de mi generación, pero no podría hablar de igual forma respecto a lo que se escribe en Francia, o Irlanda, o Croacia, porque son entornos muy diferentes. Cada país tiene su propio ambiente literario”, comentó Bayer, cuando se le preguntó sobre la manera en que veía la literatura europea actual. Sin embargo, algo que sí los unió, y esto nada tiene que ver con la geografía ni el tiempo, es la manera en que cada uno de ellos fue acercándose a la literatura y comenzó a escribir. “De niño creía en los libros. Mis padres eran muy pobres, pero estábamos rodeados por cajas con libros. Ellas me alentaban a abrirlas y ver qué escondían, aunque no entendiera. La literatura era para mí, y aún es, una promesa de la vida”, comentó Simic. Poder leer nos da la oportunidad de que alguien le dé palabras a tu pensamiento, y eso nos forma. Xaver confesó que entre más lees más te das cuenta de lo que te falta por leer. Y al mismo tiempo, entre risas, admitió que no entendía el que las personas se reunieran en un evento para escuchar a alguien leer; él preferiría estar solo, con el libro, en algún lugar.
Sin embargo, la expectativa respecto a los libros siempre tiene que ver con la oportunidad de que nos cambie nuestro mundo. Las ideas que llevan dentro, las tramas, lo que está detrás de todo. Europa, con su ancestral historia pisándole los talones a cada momento, podrá ser toda una variación de matices, pero al final son elementos como la literatura lo que vuelve a unir. De no ser así, personalidades y obras tan contrastantes como los de tres escritores provenientes del mismo continente no se concebirían en la misma mesa, hablando a un mismo público, con un tema en común. El espacio y el tiempo sobran cuando se trata de ahondar en la universalidad del pensamiento, la misma mesa, hablando a un mismo público, con un tema en común. El espacio y el tiempo sobran cuando se trata de ahondar en la universalidad del pensamiento, la humanidad, y de las palabras.
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Recuerdan con afecto la obra y la personalidad locuaz de Federico Campbell
Martín Solares, Myriam Moscona, Humberto Musacchio y Carmen Gaytán, viuda del escritor, se reunieron para recordar su postura ante la vida y su creatividad
A diez meses del fallecimiento de Federico Campbell (México, DF, 15 de febrero de 2014), algunos de sus amigos y cómplices se reunieron para recordarlo, en lo que resultó un emotivo homenaje, donde se habló del estupendo periodista, de la mente locuaz y original que fue, de su obra, frecuentemente colindante con el ensayo, de sus cualidades como conversador y narrador.
Carmen Gaytán, su viuda, fue la anfitriona de la noche: recibió a Myriam Moscona, Martín Solares y Humberto Musacchio, y recordó que cuatro libros de Campbell han sido publicados este año, entre ellos 26 relatos inéditos que encontraron en su computadora tras su muerte.
Musacchio aseguró que “si Federico estuviera aquí comenzaría su intervención refiriéndose a los 43 muchachos desaparecidos de Ayotzinapa; yo también empiezo así”. Hubo aplausos en la sala. Añadió que el homenajeado era un observador atento de los fenómenos políticos.
Para Myriam Moscona, la visión aguda de la realidad de Campbell ahora “hace falta en este país que se hunde en tanta vergüenza”, mientras que Martín Solares considera que su obra, “nos invita a tender puentes entre la literatura y la vida” o, en palabras de Musacchio, “él tenía la capacidad de llevar los fenómenos políticos de la realidad a la literatura”.
Como a Myriam Moscona, quien se autodefine como su lectora y amiga, le dijeron que su participación en el homenaje no debería durar más de ocho minutos, escribió, con ese pretexto, que ocho minutos es el tiempo que tarda la luz del sol en llegar a la Tierra. Y mientras hablaba de la luz que el sol emanaba cuando ella escribía ese texto, se fue la luz en el salón, y varias personas, entre el público y el panel lo atribuyeron a la presencia desencarnada de Campbell.
Para Carmen Gaytán, Federico “fue un erudito sin pretender serlo, de ahí el encanto de su personalidad. Él siempre fue un niño dentro de un hombre y un estupendo periodista que, con su voz bajita y ronca, hacía que todos los días fueran diferentes”.
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“Reír y nunca tomarse en serio”: Claudio Magris
Jóvenes escuchan a Claudio Magris y lo remontan a una de las etapas de su vida que más valora: sus tiempos en la preparatoria
“Cada uno de nosotros, en algún momento de la vida, cambia de papel frente a los demás: a veces se aprende, a veces se enseña”, comentó Claudio Magris ante un auditorio integrado, en su mayoría, por jóvenes: desde preparatoria hasta universidad. Para él fue un reto muy interesante, porque admite que frente a personas especializadas y colegas como sea puede hacer un chiste y quedar bien, pero con los jóvenes es diferente, y eso lo pone nervioso. Pero rió. Tal vez una de las facetas que a muchos les faltaba ver de su persona era precisamente el hombre que ríe: el que recuerda sus momentos en la preparatoria, sus trampas, juegos, y la capacidad de la risa para salvar muchas cosas. Respecto a la imagen que muchos le adjudican como todo un maestro, él mismo señaló: “El conocimiento no es una posesión estable. Más que enseñar prefiero demostrar”.
Para Magris, una de las experiencias más importantes es estar en el encuentro con el otro. Alguien más, quien sea. La realidad, para él, es demasiado valiosa, y al igual que Mark Twain, cree fervientemente que esta, sin duda, supera a la ficción. Incluso respecto a su relación con los libros y con la definición de sabiduría, afirmó: “También he aprendido a unir el amor por el estudio con la ironía: poder reírme de todo esto”. Y retrató aquella ocasión cuando, con catorce años, hizo un comentario listo e irónico en el salón de clases, a lo que el profesor de Magris se limitó a contestar: “Claudio, eres un muchacho muy lindo y me caes muy bien. Pero eres un tonto”. Y esto, para él, fue un gran aprendizaje, porque entendió precisamente lo que su profesor quería demostrarle, y que desde entonces recuerda y procura no olvidar: la tontería de creerse más listo que los demás.
A diferencia del hombre que hubiéramos visto en otro tipo de eventos con un porte más serio y solemne, algo había en el aire que hizo que Magris se relajara: tal vez la presencia de tantos jóvenes frente a él, tal vez las caras de todos ellos que le recordaban a él de joven, su adolescencia, y los grandes momentos que la conforman. Algo que salió durante la charla entre él y los demás fue la importancia que le da a la realidad: “Escribir es una manera de vagabundear. Me gusta la realidad, me gusta la gente, pero la gente humilde. Humilde en el sentido filológico: la gente que no es falsa, sino que guarda una cercanía con lo más inmediato de la vida, como la tierra”. Manifestó que la realidad es tan rica de cosas tan vastas que desafían la inventiva del escritor; sin duda prefiere a las personas de la vida real que a cualquier personaje de ficción: gente que ha amado, que se ha enfermado, ha peleado, ha vivido.
Al momento en que algunos jóvenes tomaron el micrófono para hacerle algunas preguntas cambió un poco la atmósfera del lugar: ¿Qué sugeriría a los jóvenes mexicanos para enfrentar un presente tan duro como lo está viviendo el país? Magris afirmó que sin duda es algo difícil de responder, porque no lo sabe. Pero sí recalcó el derecho y la responsabilidad de todos para empezar a decir no: “No hay que creer que el mundo, tal como está, es la única posibilidad en el mundo. No hay que decir que nada es inevitable”. A lo cual agregó que, por sobre todas las cosas, se requiere tener corazón caliente y el cerebro frío: “Me produce horror lo que pasa. Pero a todos aquellos que asesinaron a los estudiantes por supuesto que no les importa si yo o los demás sienten horror. Se necesita solidaridad y piedad. No basta el entusiasmo y la actitud noble; hay que ser muy lúcidos, muy fríos, para encontrar cuáles son las cosas que generan los conflictos, no sólo en México, sino en todo el mundo”.
Sin duda, el encuentro de Claudio Magris frente a tantas personas de tan distinta edad a la suya fue diferente a cualquier otro evento donde su público fuera otro. En este pudimos percibir a su niño interior, a su amor por el mar, por viajar, su necesidad de reír todo el tiempo, su capacidad para saberse igual a cualquier otra persona, pero también cómo el tiempo ha forjado a un hombre que no para de asombrarse, un eterno curioso, alguien interesado por lo que pasa alrededor, y alguien siempre dispuesto a hacer de cualquier persona su amigo. Eso, aunado a su pasión por el estudio y su inteligencia, no pudo haber dado algo menos que su obra: tanto la vida del autor como su obra son sólo un pequeño fragmento de su espíritu y de todo lo que lleva en el interior.
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“El editor no existe sin sus autores”: Anne Marie Métailié
Durante la entrega del Reconocimiento al Mérito Editorial, la fundadora de Ediciones Métailié refrendó su vocación por publicar a jóvenes escritores
Hace 35 años, Anne Marie Métailié tomó la decisión de convertirse en editora. Y comenzó, literalmente, de cero: sin dinero y sin conocimiento alguno de lo que implicaba el oficio al que se estaba metiendo. Sin embargo, cuenta, descubrió a una serie de personas generosas que le fueron abriendo las puertas. Como agradecimiento, ella misma se convirtió en la puerta de entrada para que autores latinoamericanos fueran difundidos en Francia. Por esto, por esa trayectoria de tres décadas, es que la editora recibió el Reconocimiento al Mérito Editorial de la vigésima octava Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en una ceremonia en la que estuvo acogida por sus colegas editores, sí, pero también por sus personas favoritas: sus autores.
Raúl Padilla López, presidente de la FIL, destacó la labor de Métailié para dar a conocer a autores como Antonio Lobo Antunes o José Saramago, y cerró su intervención citando a la editora francesa que, en una entrevista, respondió así a la pregunta de cómo le gustaría morir: “De un ataque cardiaco, leyendo la prosa de un joven autor que me haya hecho latir muy fuerte el corazón”. Y es en esta premisa en la que se funda la construcción del catálogo de Ediciones Métailié: en la búsqueda y exploración de nuevos autores a quienes publicar. “Siempre imagino a Anne Marie con un casco de explorador que se aventura por territorios desconocidos. Una exploradora que siempre vuelve con nuevos autores”, dijo Daniel Divinsky, integrante del comité de selección del reconocimiento.
Al hacer una semblanza de la labor de Métailié, el editor Jesús Anaya reflexionó sobre las dificultades que experimentan los editores en el nuevo entorno digital, y señaló las que, a su juicio, son las funciones clave del editor en estos tiempos: una inversión de riesgo, una apuesta por el contenido y la autenticidad, un control de calidad y la exploración de los formatos de presentación. Y concluyó: “Anne Marie Métailié pertenece a un tipo de editor en extinción: el de un oficio melancólico que casi siempre resulta en un negocio imperfecto”.
En la celebración de una editora que se precia de que lo más valioso para ella son sus autores —“el mejor lugar del mundo es estar en una mesa rodeada de mis autores, bebiendo un buen vino y charlando de literatura”, dijo Métailié—, era lógico que los escritores estuvieran presentes. Así, la argentina Elsa Osorio y el colombiano Jorge Franco dieron lectura a los mensajes que le enviaron a la editora francesa los escritores José Manuel Fajardo, Rosa Montero, Paco Ignacio Taibo II, Karla Suárez, Eugenia Almeida y Karla Suárez, entre otros.
Después de esto, tomó la palabra Métailié, quien hizo un recuento de cómo han sido los 35 años que se ha dedicado a la edición. Contó cómo la marcó conocer las condiciones de trabajo de los editores latinoamericanos —a los que calificó como unos “héroes sobrevivientes en condiciones adversas”— y luego destacó el lugar que ocupan sus escritores. “El editor no existe sin sus autores, todo debe girar alrededor del autor, aun cuando se comporten como un niño berrinchudo”. Y también expresó que no es posible considerarse un buen editor aquel que no vende lo que hace. “Uno debe pagar a sus autores, conseguir recursos para seguir descubriendo, apostar, confiar en la casualidad y en la suerte”.
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¿Qué creen? Los dinosaurios no están extintos
El científico Ruy Pérez Tamayo celebró la existencia del libro ¡Hay un dinosaurio en mi sopa!, por ser “un experimento maravilloso, extraordinario” de la divulgación científica
Los dinosaurios no se han extinguido, más bien sus huesos se hicieron huecos y ligeros, comenzaron a saltar, se hicieron más pequeños, les salieron protuberancias y luego plumas, alas, volaron. Entonces, cuando alguien se come un caldo de pollo, unos huevos divorciados o un bistec de avestruz, está, en realidad, comiendo dinosaurios. Así explica la evolución Álvaro Chaos, en su libro¡Hay un dinosaurio en mi sopa!, ganador del Premio Internacional de Ciencia Ruy Pérez Tamayo.
El científico Ruy Pérez Tamayo celebró la existencia y premiación del libro ¡Hay un dinosaurio en mi sopa!, pues “creo que está tan bien escrito que me gustaría escuchar que Álvaro Chaos, además de ser científico y divulgador de la ciencia, quiere ser escritor”.
Pérez Tamayo dijo que la vulgarización de la ciencia, en vez de su divulgación, es un fenómeno muy común en todo el mundo y no solamente en México, que es difícil encontrar buenos textos de divulgación científica y que ¡Hay un dinosaurio en mi sopa! es “un experimento maravilloso, extraordinario […] un libro que habla de algo tan complejo como la evolución de las especies, con una gran sencillez”.
Álvaro Chaos, doctor en ciencias por la UNAM, dijo que al escribir el libro se propuso explicar la evolución biológica “de una manera sencilla y amena”, pues considera que no hay una idea muy clara al respecto. “La evolución no necesariamente tenemos que verla millones de años hacia atrás, sino que podemos verla a minutos, segundos, lo vemos cada día, como con el ébola o la influenza, eso es evolución. Mientras haya una nueva generación, hay evolución”, apuntó.
En cuanto a las complejidades de la evolución de las especies, Chaos mencionó, por ejemplo, que el mundo no es predecible, pero está determinado, entonces, se pregunta “¿existe el libre albedrío? Es un cuestionamiento que hoy en día se está discutiendo de manera importante entre los científicos en todo el mundo, y trato de incluir eso en el libro”.
¡Hay un dinosaurio en mi sopa!, premio Internacional de Divulgación de la Ciencia Ruy Pérez Tamayo, ha sido editado por el Fondo de Cultura Económica.
La RAE cierra en la FIL la fiesta por sus 300 años
Las celebraciones por el Tricentenario de la Real Academia Española comenzaron con una conferencia magistral a cargo de Sergio Ramírez
En 1590, Miguel de Cervantes Saavedra pidió permiso al rey para ocupar unas vacantes en la Nueva España: contador en el Nuevo Reino de Granada, la gobernación del Soconusco, contador de las galeras de Cartagena o corregidor de La Paz. La Corona hizo oídos sordos y al final terminó quedándose en España. “En América nos quedamos esperando a Cervantes”, señaló el escritor Sergio Ramírez, encargado de dar la conferencia magistral “La lengua que nunca termina”, actividad con la que se inició el cierre de las celebraciones por el Tricentenario de la Real Academia Española (RAE), que comenzaron en Madrid el año pasado y tendrán su broche de oro en la vigésima octava Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014.
Previo a la intervención de Ramírez, Raúl Padilla hizo un recuento histórico del andar de la RAE, que comenzó a gestarse en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco. Desde entonces, dijo el presidente de la FIL, la RAE se ha dedicado a “fijar, pulir y dar esplendor a la lengua, a velar porque los cambios no quiebren su unidad y conserve el genio propio de la lengua”. Padilla también destacó la creación, en 1951, en México, de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), y señaló la relevancia de las obras que se han creado y son fruto de este trabajo conjunto, como el Diccionario Panhispánico de Dudas. En ese mismo tenor se expresó Gonzalo Celorio, al señalar que gracias al trabajo de la Asale “ninguna academia está por encima de la otra. El español que se habla de este lado es tan válido como el que se habla en España”.
Al tomar el uso de la palabra, Sergio Ramírez señaló que si bien Cervantes no vino a América como era su deseo, sí nos heredó “una lengua en estado de perpetua invención”. Luego hizo un repaso de las diferentes variables que puede tener el español en las distintas partes de la geografía iberoamericana, afirmando que “somos hijos de la exageración, que no podemos expresar sino con palabras. Y también somos hijos de las revoluciones, que también son otra forma de la exageración”. Finalmente, señaló que los hispanohablantes “somos barrocos porque abundamos de palabras” y concluyó afirmando que “lo que calla la historia, lo dirá la imaginación, porque somos testigos de cargo: es nuestro oficio”.
Las celebraciones por el Tricentenario de la Real Academia Española continúan el 2 de diciembre con la Sesión Pública de la Asale, que tendrá lugar a partir de las 11:00 horas en el paraninfo Enrique Díaz de León de la UdeG. A las 17:00 horas se presentará la edición 23 del Diccionario de la Lengua Española, en el salón 4 de Expo Guadalajara. El programa completo de actividades en homenaje a la RAE se puede consultar en www.fil.com.mx.
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Se abren las puertas mágicas de FIL Niños
En los talleres de FIL Niños, los pequeños viajan, mediante la imaginación y los juegos, de la ecología a las finanzas, del absurdo a las historietas y del teatro de sombras a los acertijos de Luis Pescetti
En FIL Niños huele a lonchera y a lápiz. Desde los preescolares hasta los grandes de primaria van formados en fila, detrás de sus maestras, en espera de que se abran las puertas mágicas de los talleres. Pero ellos todavía no saben que son mágicas, así que, mientras, bostezan, medio aburridos. Uniformes rojos, azules y verdes acompañados de chamarras, bufandas y gorritos parecen enormes ropajes animados por los pequeños, a los que apenas se les ve la cara.
Un murmullo de voces infantiles llena la atmósfera.Por fin se abren algunas puertas, la hay bajitas, de cartón, y contundentes, de madera, con cerrojo y todo. Los más grandes descubren que Un mundo son muchos mundos o que por ahí se esconde un mutante que, como ellos y como Mafalda, también odia la sopa: oyen hablar de Quino y unos lo dibujan como una mascota, otros, como una mujer y crean sus propias historietas, les dan vida a los personajes de su imaginación. Tienen diez o doce años y casi todos saben ya quién es Mafalda.
A otros niños y niñas les toca jugar entre jitanjáforas (donde, brincando como en la rayuela, reciben información financiera). Un curioso grupo de pequeños, sólo varones con elegante uniforme azul marino, está absorto explorando el absurdo, las imágenes poéticas y combinando sustantivos y adjetivos al azar, para adentrarse en la escritura surrealista: este parece el taller más silencioso.
“Ni súper ni fragilístico”, advierte un letrero de uno de los talleres a puerta cerrada (una de esas puertas contundentes). Cuando se abre y los chicos entran descubren las posibilidades múltiples del teatro de sombras y la imaginación.
Los más pequeños de preescolar, audaces, también se han adentrado en el mundo del absurdo, un taller de plastilina donde basta tocar con los nudillos a una puerta en forma de rebanadotas de pastel, para comenzar el entretenido viaje.
A los que de plano les escurre la nariz, tal vez les vendría bien visitar a los Vampiros comemocos, que les permitirán ser protagonistas de las historias del cantautor y cuentacuentos argentino, Luis Pescetti.
Los chiquitos que han entrado a Un huevo duro sentado en el muro, miran boquiabiertos al cuentacuentos que, retomando al Humpty Dumpty de la tradición inglesa, les presenta acertijos y la posibilidad de resolverlos.
Se necesita estar un poco más grande (nueve o diez años) para crear un Cronopio (esos grandes comelones de sándwiches que Julio Cortázar documentó durante toda su vida) con telas y estambres de colores. Esta actividad requiere muchísima atención de parte de los niños y niñas, por lo que el silencio es protagonista en este lugar.
El escenario de FIL Niños es la explosión de alegría y deschongue. Allí cantan, gritan, ayudan a contar cuentos, comen lonche o mueven la cabeza hasta despeinarse y marearse. Se ha detenido la ola de bostezos; algunos gorros, bufandas y chamarras yacen, olvidados, en el suelo.
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Hoy arrancan las jornadas para profesionales
La FIL Guadalajara es un espacio idóneo para el intercambio entre actores de la cadena del libro, con la presencia de 20 mil profesionales de 43 países
La formación de los actores que integran la cadena del libro, así como los múltiples tratos comerciales y fichajes que se cierran durante los tres días dedicados a los profesionales, convierten a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en una de las citas de negocios editoriales más importantes a escala internacional, la puerta de entrada al mercado del continente americano.
Con la presencia de más de 1,900 sellos editoriales, en los pasillos de la Feria se encuentra la mayor oferta editorial de libros en español en el mundo, al igual que de otras lenguas. Esto constituye un marco idóneo para la participación de 20 mil profesionales de 43 países: agentes, editores, libreros, bibliotecarios, distribuidores, traductores, ilustradores, promotores de lectura y correctores, quienes a partir de las negociaciones y diálogos que se llevan a cabo en la FIL concretan proyectos que llegarán a las manos de los lectores de México y otras naciones. Compra y venta de derechos, adquisiciones, contratos de distribución y fichaje de autores son algunas de las actividades que se efectúan durante tres intensas mañanas que la Feria sólo abre para ellos.
La formación de profesionales del libro es un compromiso y uno de los ejes fundamentales de nuestra Feria. Esto construye un círculo virtuoso que permite que los asistentes aprovechen al máximo esta plataforma de negocios. Conferencias, mesas redondas, asesorías y sesiones abiertas son parte de interesantes y actuales programas de formación como el Foro Internacional de Editores y Profesionales del Libro, el Foro Internacional de Edición Universitaria y Académica, el Encuentro de Promotores de Lectura, el de Ilustradores, el de Libreros, el Taller de Derechos y, por primera ocasión, el Taller de Creación de e-Books y el Foro Internacional de Diseño Editorial.
A esto se suma el Área de Libro Electrónico, un espacio diseñado para entablar un diálogo en torno a los productos y servicios de la edición digital. Aunado a esto, la FIL Guadalajara ofrece un nutrido programa literario, cultural y académico que abona a la experiencia de los profesionales en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Jornadas para Profesionales
Lunes 1 a miércoles 3 de diciembre
De 9:00 a 14:00 horas
Área Internacional de Expo Guadalajara
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Los conflictos germinan grandes historias
La narrativa de la lengua española, en la Cátedra Mario Vargas Llosa
Ser un escritor latinoamericano, para Alonso Cueto, es un gran privilegio: “No podemos imaginar una sociedad latinoamericana sin traumas, conflictos sociales y contrastes. ¿Qué haría un escritor en un país donde todo está bien? Tenemos tantos problemas que nos llenamos de historias, y el conflicto es la materia prima de las historias”. Con esas palabras comenzó el diálogo entre Alonso Cueto, Mónica Lavín, Juan Bonilla y Juan José Armas Marcelo. Mientras Cueto mencionó el ser latinoamericano como un regalo si se desea ser escritor, para Juan Bonilla realmente no importa la nacionalidad: él no comprende a qué se refiere la gente cuando se dice que un escritor es mexicano, o húngaro, o español, etcétera. En resumidas cuentas, “ser patriota sirve para escribir lo mismo que ser un tristón”, a palabras de Juan José Armas Marcelo.
¿Quién puede decir que el idioma es el punto clave para que el ser humano se pueda comunicar? Para los cuatro asistentes en la mesa se presentó la interrogante: si tú hablas español y yo hablo español y aun así no logramos comprendernos, habremos de suponer que la culpa no la tiene la lengua. De ahí que entendamos el valor de compartir un idioma cuando se escribe, o cuando se lee: “Vivimos en un continente de migraciones, de culturas ancestrales, de contrastes”, agregó Cueto, para dar un poco más de color a la razón que los tenía compartiendo una mesa redonda, a lo que Juan José Armas Marcelo agregó, posteriormente: “Si no tenemos la idea cotidiana de mestizaje, poco vamos a comprender de respeto”.
Separarnos o unirnos a partir del lenguaje o un idioma, se vuelve mucho más complicado cuando comprendemos que la literatura nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, pero también se torna en una compleja y hermosa forma de comunicación. “El idioma entra por el oído”, comentó Juan Bonilla, para ejemplificarlo: hace años hubiera sido difícil que una persona en España comprendiera la oralidad de un mexicano, o viceversa. En cambio, en literatura no necesitamos acentos; es más claro comunicarse.
El acto de la escritura se transforma; no es sólo escribir. Para el escritor, escribir siempre significa algo más. Lo mismo sucede con el concepto de patria y de idioma dentro de la literatura. A palabras de Alfonso Reyes, que para J.J. Armas Marcelo puede aplicarse a cualquier nacionalidad: “Si la literatura mexicana ha de pasar a la historia es por ser universal, y a pesar de ser mexicanos”. Así como se comparte un idioma también existe, ante todo, algo que abarca más allá de cualquier país: como latinoamericanos compartimos un gran privilegio, y al mismo tiempo la literatura se abre paso a la realidad. Para Juan Bonilla: “La vida es más importante que la literatura. No creo en adjetivos para clasificarla. En literatura, en cambio, podemos elegir nuestro árbol genealógico; qué tradición seguiremos, a quiénes declararemos nuestros padres y abuelos”.
En el momento que el escritor se enfrenta al poder de desintegrar una identidad de país para partir desde algo más universal, es cuando las pulsiones que tejen todo lo literario y a la humanidad emergen; “Los matices son una forma de percibir el mundo de manera distinta. La literatura es una mirada sobre nuestras flaquezas y grandezas”, señaló Mónica Lavín. Mientras que J.J. Armas Marcelo complementó: “Tenemos una lengua privilegiada; debemos dejar de llorar”. La mesa entonces se convirtió en un diálogo fluido entre identidad de lenguaje y algo mucho más universal: algo que une a lectores y a escritores, y a cualquier otro de nosotros: la mortalidad, el ser humano. Bajo ese precepto, señalaron los cuatro escritores invitados, puede resurgir el encanto por la lectura: conocernos mejor, comunicarnos mejor; encontrar lo homogéneo donde la mayoría no podría concebir la unidad.
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Saramago dejó caer su última bomba en la FIL
La presentación del libro inédito de José Saramago sirvió para que Pilar del Río, Lydia Cacho y Claudia Piñero expresaran su solidaridad con Ayotzinapa
Durante la guerra civil española, una bomba cayó en Extremadura. Al tocar el piso se abrió y, al revelar su contenido, causó un impacto más poderoso que cualquier explosivo: dentro, tenía un papelillo que ponía: “Esta bomba no matará a nadie”. El proyectil había sido saboteado. La anécdota sirvió como pretexto para que José Saramago comenzara a escribir el que sería su último libro, Alabardas, en el que explora el tema de la fabricación y tráfico de armas. Y aunque la muerte puso fin a la vida del premio Nobel portugués, no pudo hacer lo mismo con el libro que, aunque inconcluso, fue presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014.
Pilar del Río, viuda del escritor luso, señaló en la presentación que el proceso para armar la última entrega de Saramago fue muy sencillo porque era un escritor muy ordenado. Así, dejó listas cerca de las 20 cuartillas que integran el volumen, que se complementa con textos de Roberto Saviano y Fernando Gómez Aguilera e ilustraciones de Günter Grass. El resultado, describió la escritora argentina Claudia Piñeiro, es sorprendente porque es posible encontrar “a Saramago como siempre: con coherencia literaria e ideológica. Está su prosa exquisita, su ideología y en el apartado de notas puedes ver cómo fue construyendo el libro. Es toda una clase de escritura”.
La periodista Lydia Cacho mencionó que no dejaba de ser relevante el momento en el que el libro llega a México. “Queda la sensación de que este libro llega inacabado para que nosotros lo terminemos. Vivimos en un momento en el que el gobierno parece empeñado en instalar el miedo. Tendremos que escribir la segunda parte y entregársela a Pilar”. También señaló que el tema que aborda la novela es muy pertinente, porque la llamada guerra contra el narco “ha traído tras de sí todo un negocio. Nos dicen que las armas vienen de Estados Unidos, pero los que estamos investigando por todo el país sabemos que hay armas hechas en Brasil. Es necesario que discutamos lo que estamos haciendo en Latinoamérica con este tema”.
En la novela, Arthur Paz Semedo descubre una caja de la que es imposible saber qué contiene porque Saramago murió. A partir de este hecho, Claudia Piñeiro leyó un texto en el que creó un paralelismo entre el personaje y los normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero. “Así como no podemos saber qué contenía la caja porque la muerte sorprendió a Saramago, tampoco podemos saber qué tipo de maestros hubieran sido esos normalistas porque los desaparecieron. No digo la muerte porque vivos se los llevaron y vivos los queremos”. Además, la escritora anunció que la delegación de escritores argentinos había firmado un comunicado en solidaridad con las familias de Ayotzinapa “porque nos parece imposible estar acá y no opinar. Sabemos que hay una ley mexicana que prohíbe que los extranjeros opinen sobre los temas nacionales, pero no nos van a poder llevar a la cárcel porque tantos argentinos juntos en un mismo lugar nadie los soporta”, bromeó, para luego agregar más seria que “la literatura nos hermana, sobre todo en este tema que nos es tan cercano”.
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“Somos lenguaje”: Rodolfo Alonso
En el Salón de la Poesía, la periodista Vivian Lavín aseguró que para el autor de Olor a lluvia la palabra no sólo es comunicación, sino comunión
Rodolfo Alonso pidió al público que no aplaudiera después de cada poema, que se reservaran hasta el final, “si es que me lo merezco”, pues aseguró que es necesario crear un pequeño momento de empatía poética, en silencio. Con la lectura de sus textos de adolescencia y “los de la larga juventud que permanece hasta ahora” y la calidez que brindan una lámpara de luz amarilla y un tequila derecho, quedó abierto el Salón de la Poesía 2014.
“Yo creo que el lenguaje no es un instrumento, somos lenguaje y usamos lenguaje. Creemos que lo usamos, pero el lenguaje nos usa también. Somos sujetos y objetos de lenguaje”, afirmó el poeta. “El vacío es una ciencia que adormece”, leyó Rodolfo Alonso. Al traductor bonaerense de Fernando Pessoa, Paul Celan y Paul Valery, lo presentó la periodista chilena Vivian Lavín. Se refirió a él como poeta e intelectual, como “uno de esos hombres que nos va iluminando el camino […] un hombre que cultiva el goce por la vida, desde la poesía y también desde la fotografía”.
“Una mujer lava su pelo negro con el agua de mi infancia”, siguió leyendo. Y respondió, sencillo, “sólo retrato puertas viejas”. Vivian Lavín opinó que Alonso “ama la palabra y la defiende no sólo a modo de comunicación, sino de comunión”. Mencionó cómo el amigo de Juan Gelman suele recordar ese momento epifánico en que la poesía llegó a él, siendo adolescente, mientras escuchaba el sonido de la lluvia.
Rodolfo Alonso leyó textos de Olor a lluvia, uno de sus poemarios. De él, Juan Gelman decía que es un poeta verdadero, capaz de nombrar lo que no tiene nombre todavía. “El aire trae, de pronto /recuerdos del olvido/con olor a horizonte”, leyó, irrumpiendo en el silencio de la sala. El pequeño público sólo escuchaba, ya no aplaudía. Lavín aseguró que la cadencia de su lectura permitió “habitar su poesía”.
Rodolfo Alonso, hijo de inmigrantes gallegos en Argentina, dijo considerar a México el meollo de la identidad latinoamericana, por la riqueza de su pasado, sus poetas en náhuatl, su museo arqueológico y antropológico, por Juan Rulfo y sor Juana. Siempre se sintió parte de un mismo pueblo latinoamericano, como pudo asegurar en la apertura del Salón de la Poesía.
“Música sobre los pormenores/ música sobre el sobreviviente y el verdugo/ música sobre el frío/música sobre la sombra”, leyó. Y esta vez el público aplaudió, contundente.
“¿Hay un acto cultural más profundo que el pensamiento libre?”
Virgilio Caballero Pedraza se unirá a una larga lista de personajes que, desde 1992, han recibido el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
“Sesenta años después todavía me pone nervioso salir al aire. Fue emocionante vivir la niñez entera, la adolescencia, haciendo radio todos los días sin faltar un solo día durante once años; fue muy bello. Eso fijó en definitiva mi vocación como periodista y como gente de la comunicación”. Esto señala Virgilio Caballero Pedraza, quien este 2014 se unirá a una larga lista de personajes que, desde 1992, han recibido el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez, que otorga la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Convencido de que los medios públicos de comunicación deben ser instrumentos para la cultura, la democracia y la expresión de la sociedad, Virgilio Caballero Pedraza (Tampico, 1942) ha dedicado su vida profesional al periodismo cultural y a aprovechar todas las oportunidades para crear, desarrollar e impulsar proyectos, medios, sistemas, organismos que tengan por objeto la expresión cultural, la información centrada en las audiencias y la democracia.
Caballero es maestro normalista, antropólogo y profesor en comunicación. Desde los siete años ha estado frente a los micrófonos, cuando participaba en un programa de radio de niños para niños. “Me siento muy honrado y muy contento. No es un reconocimiento que sienta que me corresponda solamente a mí, sino al equipo que me ha acompañado toda la vida para hacer la red de radio y televisión de servicio público que hemos logrado”, señala el comunicador.
Virgilio Caballero ha sido director general de noticieros de Canal 11, director general de Radio y Televisión del Consejo Nacional de la Juventud; fundador de la Radio Televisión de Sonora; fundador y director del Sistema Quintanarroense de Radio y Televisión; fundador y director del Instituto Oaxaqueño de Radio y Televisión; asesor de la Unesco, en temas de radio y televisión en América Latina; director del Canal de Televisión del Congreso de la Unión, entre otros muchos proyectos. Es reconocido por muchos como un periodista independiente comprometido con la comunicación al servicio de la sociedad.
¿Qué define a un periodista?
Su amor por el país en el que nació. Este sentimiento de servicio que debe estar orientado por la búsqueda de la verdad a partir de la investigación de los hechos, no puede estar dictado más que por el amor al país.
Se formó como antropólogo y profesor normalista…
La antropología me dio los fundamentos metodológicos y de trabajo, de organización laboral e investigativa para cumplir con la tarea fundamental de cualquier periodista: la de ser un investigador de la vida social. La Escuela Nacional de Maestros, siguiendo la vocación de toda mi familia, me dio el amor por la enseñanza. A mí, el periodismo me permitió descubrir que estaba ante una forma de enseñanza a grandes colectividades, sin que este fuera el propósito manifiesto, pero sí una razón implícita en lo que hacemos los periodistas. Nos demos cuenta o no, lo hagamos para bien o para mal, ayudamos a conformar la manera de ser de las personas, y esto tiene que ver con la tarea educativa. De manera que en el periodismo encontré un formidable camino para unir vocaciones distintas que se hicieron una sola: la de la investigación, el interés por nuestro pasado, por nuestra multiculturalidad y la docencia.
Desde su visión como antropólogo, docente y periodista, ¿cómo percibe actualmente a México?
Muy mal, muy mal, muy mal. Justamente porque considero que una buena parte del infierno que vive el país tiene que ver con la pésima comunicación que tenemos. La inmensa mayoría de los medios de comunicación trabaja para el poder, muchos están de rodillas ante él. Y aunque tenemos hoy más libertades de las que teníamos en los años sesenta, setenta y ochenta, esas libertades están entregadas al servicio de los poderosos. Hay un enorme desconocimiento de la mayor parte de la población acerca de lo que ocurre en México, no se sabe de las interioridades del poder, no se comprenden en qué consisten y cómo se van a aplicar las reformas de las que presume el modelo de gobierno de Enrique Peña Nieto. Todo esto es desconocido. Sobre esta ignorancia se están construyendo reformas que están entregando el país a una situación que nadie sabe exactamente hacia dónde va a concluir, pero que va camino a la catástrofe. Somos corresponsables los periodistas y los medios sobre lo que ocurre en México.
¿Hay esperanza para que la realidad de los medios de comunicación cambie y con esto la construcción de la realidad social?
Indudablemente la hay, y justamente son los medios de comunicación de servicio público, que han vivido sin normatividad propia toda su existencia. En ese sector hay que reparar, voltear a verlo para apoyarlo y para hacerlo crecer y reproducir de manera eficaz y significativa sus preocupaciones hacer escuchar a la sociedad. Ahí hay una esperanza.
¿Cuál debe ser el espíritu de los medios de comunicación públicos?
Pertenece a una discusión de 40 años, en la que hemos peleado desde los medios públicos por la democratización de los medios de comunicación. Ahí están como instituciones y hay que hacerlas valer, es una pelea que hay que llevar hasta el fondo.
Específicamente el periodismo cultural, ¿en qué contribuye a la construcción de una realidad social más justa?
El gran periodismo, el periodismo de investigación, el que sirve al país y a la sociedad, que ayuda a la gente a pensar es un periodismo cultural por definición. ¿Hay un acto cultural más profundo que el del pensamiento libre?, lo mismo para disfrutar del arte que para explicarse y razonar la vida y las complejidades que la rodean. ¿Hay un acto más fino, más sublime llevado a cabo por el periodismo que promover el pensamiento? El gran periodismo es una contribución a la cultura, pero el periodismo específicamente dedicado a la actividad cultural es parte de la riqueza de un país, y no está alejado de la necesidad de revelar al país, de investigarlo, de darlo a conocer. El gran periodismo dedicado a las artes tiene que también ayudar a comprender de dónde venimos, quiénes somos, qué queremos, a dónde vamos.
El histórico de los homenajeados en este enlace.
Y en este enlace, retratos de Virgilio Caballero.
14 de Octubre 2014
Comienza la preventa de boletos para la FIL Guadalajara 2014
A partir del lunes 13 de Octubre y hasta el 21 de noviembre próximo, las entradas para la Feria Internacional del Libro de Guadalajara estarán a mitad de precio
Los boletos para la edición 28 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se ofrecerán a mitad de precio a partir de este lunes, 13 de octubre, y hasta el 21 de noviembre próximo. Con Argentina como País Invitado de Honor, la Feria se llevará a cabo del 29 de noviembre al 7 de diciembre con más de 550 presentaciones de libros y la presencia de 650 autores como Claudio Magris, Nélida Piñón, Fernando del Paso, Elena Poniatowska, Ernesto Cardenal, Thomas Piketty, Alberto Manguel, Gioconda Belli, David Byrne, Margo Glantz, Ken Follet y John Katzenbach, entre otros.
Las personas interesadas en la preventa podrán adquirir sus entradas a diez pesos en las oficinas de la FIL Guadalajara, ubicadas en avenida Alemania 1370, en la colonia Moderna, de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 18:30 horas. Durante la FIL, los boletos tendrán un costo de 20 pesos para adultos y 15 pesos para niños, estudiantes, maestros, personas de la tercera edad y miembros de la Fundación Universidad de Guadalajara con credencial vigente.
La preventa es para el público en general, escuelas y grupos. Las personas que radiquen fuera de Guadalajara podrán reservar sus boletos vía telefónica, efectuar el pago por medio de un depósito bancario y recogerlos en taquillas de Expo Guadalajara. Quienes cuenten con boletos de preventa tendrán también la oportunidad de ingresar a la Feria por una entrada preferencial del Área Internacional, ubicada en avenida de Las Rosas.
La FIL Guadalajara contará con un área de exhibición y venta de más de 34 mil metros cuadrados, donde más de 1,900 editoriales de 43 países ofrecerán un amplio catálogo de títulos. Entre las novedades de este año destacan la primera edición del programa de divulgación científica La FIL también es Ciencia y el Foro Internacional de Novela Gráfica, lo que se suma a un interesante y diverso programa cultural y literario con el que Argentina llega a la Feria por segunda ocasión.
Para mayores informes y compra de los boletos de preventa se debe contactar a Nancy Cruz, al número (33) 3268-0914, en horarios de oficina, o en el correo electrónico: taquillas@fil.com.mx.
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"Me interesa la imaginación que se pelea con el poder"
Alberto Chimal (México, 1970) participará en el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, el Encuentro Internacional de Cuentistas, presentará un par de libros y moderará una mesa del programa Latinoamérica Viva
BIO
He escrito y publicado muchos libros de cuentos: varios están perdidos, y así está bien. Los que todavía pueden hallarse por ahí son Gentedel mundo, El país de los hablistas, Éstos son los días, Grey ,La ciudad imaginada, 83 novelas, El Viajero del Tiempo, El último explorador,Sietey Manda fuego.
El tercero de esa lista obtuvo en 2002 el Premio Bellas Artes de Cuento San Luis Potosí, que se da en mi país, y han ganado algunos textos en los que no me encuentro, pero también otros que me son muy entrañables. A ellos se les va a unir por estos días uno más titulado El gato del Viajero del Tiempo; si el título suena juguetón y luminoso, y al lector le gusta lo oscuro y serio, me apresuro a decir que en otros de mis libros hallará historias más de su agrado. Tal vez.
También he publicado un par de novelas: Los esclavos y La torre y el jardín, que fue finalista en 2013 del Premio Rómulo Gallegos, otro de premiados diversos y muchas veces brillantes. Me interesan la imaginación que se pelea con el poder, lo que no se dice y de todas formas sacude y confronta, lo que puede entresacarse de una vida que en sí misma no es muy interesante, pero transcurre en tiempos aciagos y entre muchas personas.
CREDO CUENTÍSTICO
Creo en nuestro más remoto antepasado: en el hombre o la mujer de las cavernas que inventó el primer enunciado declarativo para referir un hecho real, o soñado, o temido, y así se lo dio a recordar a otros.
Creo en nuestro último descendiente, que no muere y siempre es más joven que quien lo contempla: que utiliza las herramientas a su alcance sin temor ni vergüenza, que cuenta lo que sabe y lo que desea.
Creo en la imaginación, que hace germinar la voz más humilde y causa horror y rabia, como debe ser, a los policías del pensamiento.
Creo en los cinco sentidos, y también en el otro, que no es común.
Creo en la sintaxis, el esqueleto animado y translúcido del lenguaje.
Creo en la lengua a la que pertenecen estas palabras, que no comprenderé en un siglo o dos y algún tiempo después se extinguirá, pero ahora, justo ahora, permite decir esto.
Creo en los cuentos que conocí desde la infancia: los que se contaban Melusina, sola en su baño, y los jinetes de la Noche y del Día que se perseguían por las estepas, y el pescador Urashima, preso en un solo instante y sin saberlo dentro del palacio del Rey del Mar.
Creo en los maestros que me tocaron en suerte: en los poetas vivos y los narradores muertos, los que llegaron demasiado pronto y los que llegan ahora, cuando espero que no sea demasiado tarde.
Creo en las transformaciones constantes, por igual las ya conocidas y las por venir; dicho de otro modo, creo en la minificción, las narraciones mutantes, las escrituras intangibles de la red y las otras, las que aún no tienen nombre.
Creo en mi propio derecho de contar lo que me plazca, como me plazca, y de pelear a mi modo con el lenguaje y con el mundo.
Creo en la imposibilidad de no estar en el mundo, se haga lo que se haga.
Creo en la revelación que no se dice.
CUENTO
Aquí se entiende todo
En el video aparecen dos hombres. Caminan por el estacionamiento, entre los autos. Se alejan un poco de la cámara fija en el techo, sobre ellos. Uno lleva un overol gris y manchado y el otro una camiseta descolorida, pantalones de mezclilla y zapatos tenis viejos y gastados. No se ven sus caras: aun si no estuvieran de espaldas la ssombras son espesas y negras. Además del alto contraste la textura de la imagen es áspera, de poca resolución, pero los colores parecen procesados: sobresaturados.
De pronto hay un movimiento en el borde de la pantalla. Un tercer hombre se ha puesto enfrente de los otros dos. Está vestido de payaso: pantalones verdes, chaqueta roja y zapatos amarillos. Trae puesta una máscara blanca, probablemente de hule, con mechones de falso pelo de color azul o violeta.
Las facciones de la máscara son las de un demonio, con grandes colmillos.
Los otros dos hombres, desconcertados, se detienen. Por unos segundos no se mueven.
En este momento se revela que delante del payaso, entre él y los dos que lo miran, hay un cuerpo tendido en el suelo. Es que el cuerpo se mueve un poco. Está parcialmente oculto en una sombra en el piso. Al moverse da la impresión de ser alguien vivo pero aturdido. El payaso levanta un martillo enorme (¿de metal?) y golpea con granfuerza la cabeza del cuerpo tendido, que truena (¿o explota?, ¿qué es ese sonido que se escucha?) y arroja un chorro de color rojo hacia el del overol y su amigo. Ambos gritan. Ambos dan media vuelta, con lo que muestran a la cámara sus pechos y sus caras embarrados del líquido rojo. Ambos huyen corriendo con el payaso tras ellos, blandiendo su martillo. Los tres salen de cuadro y no regresan.
El video termina. El reportero cierra la tableta y se la devuelve a la editora.
—Es una de esas bromas pesadas —dice—. De las que hacen con cámara escondida. De seguro el que está en el suelo es un muñeco. La cabeza es un globo lleno de alguna sustancia y tiene un resorte o algo que le mueve el brazo. En la página no aparece quién lo hizo, ¿verdad? No hay logos ni nada…
—No.
—Debe estar recortado: lo tomaron de algún otro sitio. Típico. A lo mejor por eso está procesado y se ve así. Mándame la dirección para verlo luego en casa. Y pobre tipo, el del overol, ¿no?
—¿Por qué?
—Porque estaba hecho un cerdo. A la hora de echarse a correr debe haber tenido un infarto.
Los dos ríen un poco, levísimamente.
—¿Entonces me mandas la nota mañana en la mañana? ¿Qué te dijo el especialista?— pregunta la editora. Se refiere a un académico que aceptó hablar con el reportero sobre su tema: las leyendas urbanas (y sus muchas derivaciones modernas, entre las que están por supuesto videos como el del payaso) y su gran popularidad en algunos países con altos índices de violencia.
El reportero saca su propia tableta, la enciende y abre un archivo. Dice:
—Es un poco obvio, lo que dijo. Que la realidad supera siempre a laficción, que la gente sabe que las historias de horror más impactantes son las de la vida real, las masacres… A ver, déjame encontrar una parte —con un dedo mueve el texto por la pantalla—. La gente en países como este, dice él, no puede “escaparse”, distraerse con esas historias violentas como lo hace quien no las tiene cerca. Simplemente porque son su realidad. A menos que sea muy rico, que sea político o capo, de escape no le sirven. Y entonces se tiene que buscar otras. Que parezcan reales, pero que tengan que ver con otras amenazas. Payasos asesinos, monstruos del espacio con muchos tentáculos, el Hombre Delgado…
—¿Qué es eso?
—¿Cuál, el Hombre Delgado? Un tipo muy flaco, sin cara y como de tres metros de alto que sale en fotos.
—¿A la gente le da miedo eso?
—Es súper popular. Pero el punto, según el tipo este, es que los monstruos gustan no sólo porque entretienen, sino también porque en el fondo son un consuelo. A sus víctimas siempre se les ve de lejos, siempre les va peor que a uno, y además uno puede entender lo que les pasó, cómo se pusieron en peligro, qué error cometieron. Se podría decir que lo mismo pasa en los videos de ejecuciones, de decapitaciones: “Qué está haciendo ese tarado en Siria”, “para qué se mete con narcotraficantes” —la editora hace una mueca y el reportero marca las comillas en el aire—… Así piensa la gente. Pero se ve mal admitir que uno se entretiene viendo una muerte verdadera. Mejor ver muertes igual de violentas pero que uno pueda defender diciendo que son falsas. Hay otra cosa que dice esta persona…—el reportero busca de nuevo en el archivo— Aquí está. En la vida real uno no entiende por qué le va mal, por qué no tiene dinero, por qué lo deja la pareja, por qué los que tienen el poder hacen las cosas que hacen. Pero aquí sí se entiende todo.
La editora conversa un poco más con el reportero. Luego le dice adiós y este sale de la pequeña oficina. A un lado de la puerta está el Atacante, pero el hombre pasa junto a él sin prestarle atención: no tiene el aspecto de un payaso, un demonio, un ser inhumanamente alto, un monstruo tentaculado del espacio ni un criminal peligroso. Es decir, la estrategia de desinformación del Atacante y sus amigos –que es muy ardua y compleja: que incluye videos como el del payaso y muchísimo más– sigue funcionando, y nadie repara en él.
Elreportero camina hacia los ascensores. El Atacante piensa brevemente en lo fácil que sería echar a andar tras él, abordarlo en algún sitio discreto y llevárselo. Nadie puede resistírsele. Lo más que podría hacer, ya atrapado, sería adelantarse a cualquier explicación y comprender, sin ayuda, lo que va a sucederle.
Pero, desde luego, algo así sería absurdo. ¿Para qué ir precisamente contra un reportero, que es de los que difunden las noticias fabricadas o matizadas expresamente para permitir las actividades del Atacante y de sus amistades?
—En donde se come no se caga— dice, con frecuencia, Carablanca, una de las amistades más cercanas del Atacante. Es una persona vulgar y desagradable. Le gusta dejarse ver y luego castigar a quienes cometen el error de mirarla con demasiada atención.
Así que el Atacante espera a que llegue otro ascensor. Baja al estacionamiento, paga su boleto, sube a su coche y sale a la calle. Conduce a velocidad moderada y sin cometer imprudencias. En poco tiempo ya está ante su casa, ya se estaciona, ya entra y baja al sótano enorme, perfectamente equipado.
Las personas que recogió en la última semana siguen en las jaulas o atadas a las mesas. Y siguen vivas, conscientes, lúcidas.
Ninguno lo buscó, ninguno tenía afición o interés previo en las historias de conspiraciones y fantasmas. Nadie es tan importante como para que lo echen de menos o lo busquen.
Algunos gritan, para suplicarle o maldecirlo, pero casi todos callan, amansados por los días o semanas o meses de cautiverio. No siempre los más estragados, los que ya no tienen extremidades o piel, son los más dóciles.
—¿Qué pensarían de uno?— dice el Atacante, en voz, alta, pero es una pregunta retórica. Entra en el pequeño guardarropa y sale vestido con la bata blanca y el delantal de cuero, listo para elegir las herramientas que empleará esta noche.
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10 de Octubre del 2014
Jugaremos con el absurdo, ese que casi nos lleva al ámbito surrealista resaltando la belleza del lenguaje. Ese que, más que un género, es algo que le pasa al lector: un estado de reflexión detonado por los acontecimientos sin sentido que enfrenta un personaje.
Los niños más pequeños resolverán acertijos con Humpty Dumpty, se entretendrán con la nariz de Luis de Góngora, harán rimas con El Gato en el Sombrero, se reirán con los versos de Luis Pescetti y viajarán hasta el País de Jauja, a donde sólo se puede llegar en tenedor, almohada o tina de baño.
Los no tan pequeños conocerán a los Cronopios, esos seres verdes y húmedos que tienen mucho de niños. Contarán historias con sombras y viajarán a Londres con Mary Poppins. Se darán cuenta de que si abren bien los ojos encontrarán en los rincones a criaturas kafkianas como el Odradek y que pueden inventar historias fabulosas a partir de los objetos. Aprenderán también a generar relatos a través de un espejo.
Y para los que ya saben leer y escribir perfectamente, esto les servirá para crear rimas ocurrentes de la mano de Edward Lear y Lewis Carroll. Con algunas técnicas de ilustración, darán vida a seres fantásticos. Con la tecnología escribirán minificciones que saldrán al ciberespacio. Y aprenderán que por dentro todos somos iguales, aunque con nuestras diferencias nos enfrentemos todos los días a mundos distintos.
FIL Niños será un espacio para jugar a la rayuela y brincar entre jitanjáforas, para sorprenderse con la poesía visual y hacer grabados con los amigos de Mafalda. Una oportunidad para descubrir que la infancia voltea el universo al revés con la fuerza de la imaginación.
Checa toda la información, programas y talleres en http://www.fil.com.mx/filninos/
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07 de Octubre 2014
Homenajes a Gabriel García Márquez, José Emilio Pacheco, Juan Gelman y Octavio Paz; conciertos para recordar a Gustavo Cerati y Mercedes Sosa; una charla con Quino sobre Mafalda y firmas de libros con autores internacionales como Ken Follet y John Katzebach.
Esas son algunas de las actividades anunciadas hoy y que se realizaran del 29 de noviembre al 07 de diciembre durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2014.
Si eres amante de la literatura y la música, sobre todo la argentina, no puedes perderte los siguientes eventos de la FIL.
‘Mafalda’ en la FIL
Joaquín Salvador Lavado 'Quino' ofrecerá una charla de casi dos horas sobre los 50 años de su tira cómica Mafalda, por la cual se llevó el Premio Príncipe de Asturias 2014 de Comunicación y Humanidades. Esto, el penúltimo día de la feria.
Firmas, firmas y más firmas
Durante los nueve días que durará la celebración, la poesía, el thriller, el suspenso, y la narrativa histórica estarán presentes en los módulos de firmas, pues escritores como Ken Follet, Jorge Bucay, Arturo Pérez-Reverte, Gioconda Belli, Rius, John Katzebach, y David Byrne dejarán su nombre signado en los libros de sus admiradores.
100 años de Octavio Paz
Para inaugurar la FIL, el titular de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, en compañía del escritor Fernando del Paso (Noticias del Imperio), harán el ‘Elogio a un poeta’, donde se recordará al premio Nobel de Literatura, Octavio Paz.
In memoriam literario
El 2014 fue un año de luto para las letras latinoamericanas, pues murieron autores como Gabriel García Márquez, José Emilio Pacheco y Juan Gelman.
Por ello, la FIL realizará homenajes a estos tres grandes y contará con la presencia de personalidades como Ángeles Mastretta y la editora Pilar de Río, esposa del fallecido Nobel José Saramago.
Cortázar y Bioy Casares
Dos de los escritores más representativos de Argentina, Julio Cortázar y Adolfo Bioy Casares, serán recordados en la feria, donde habrá eventos que girarán en torno a sus obras y su legado en la literatura latinoamericana.
Las caricaturas también son literatura
El cómic y las novelas gráficas son consideradas cada vez más parte de la literatura del siglo XXI. Por ello, dentro de la feria, se realizará el Encuentro Internacional de Caricatura e Historieta, que reunirá a dibujantes como Rius, El Fisgón, Bef, Trino y Bachan.
También habrá talleres, una exposición colectiva de caricatura e historieta, incluyendo una dedicada a Memín Pinguín, y conferencias sobre la transformación literaria del cómic.
Presentaciones de libros
Los libros son los protagonistas de la FIL, y por ello habrá presentaciones de las novedades editoriales, entre ellas el nuevo libro de Juan Villoro, ‘El ojo en la nuca’ y también ‘A Lupita le gustaba planchar’ de Laura Esquivel.
Música argentina para amenizar la lectura
El Foro FIL será escenario de un cockatil musical de rock y folklor argentino.
Lo más destacable será el homenaje al recién fallecido astro del rock latinoamericano, Gustavo Cerati, quien fuera líder de la banda ‘Soda Stereo’.
También habrá un homenaje a la cantante Mercedes Sosa y un concierto de la agrupación de rock Los Enanitos Verdes.
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