La cuadratura al humor
Por Vera Milarka
El efecto polivalente que debe imponerse una obra que se presente como "para toda la familia" y no exclusivamente para niños, no es muy frecuente en el teatro mexicano.
Cuando los actores y sus acciones divierten a los más pequeños, por lo general aburren a los adolescentes (por algo les llaman "aborrescentes") porque aborrecen y les genera abulia todo lo creado y por crear antes y después de ellos, que en esa etapa se sienten el centro del mundo.
O bien, los adultos, con ese estigma que nos identifica hoy en día, reconocidos como la generación del "grito" (porque nos gritaron nuestros padres y nos gritan nuestros hijos), nos la pasamos temerosos buscando la aceptación de los chavillos al tiempo que fingimos ante la obra elegida la profunda pereza que nos da y las ganas que tenemos de echarnos "un coyotito".
Azis Gual, en su espectáculo de clown: Humor en cubos, consigue lo esperado casi siempre inusitado: interesar a todos. La clave está en que crea a partir de un solo elemento tridimensional (el cubo) un conjunto de acciones teatrales sencillas y dinámicas para los más chicos, y de media y alta elaboración para jóvenes y adultos, a través de la combinación de imágenes plásticas de complejidad visual donde instalar la atención. Guste o no el estilo de dicha estética el cometido didáctico y artístico se logra completamente.
Precisar y conceptualizar un encadenamiento de secuencias de actos cotidianos, acompañadas con música en vivo, partiendo de ese mundo construido por el experimentado artista del clown; una suerte de "Cubilandia" donde los personajes están concebidos y formalizados por figuras cúbicas; así como todo lo que habitan, da como resultado un gesto de divertida dificultad que estriba gracias a que este universo no gira circularmente de acuerdo con nuestras preferencias arquetípicas y ancestrales.
Toda evolución de movimiento y significado aterrizan en dichos cubos en algún plano, sea visual, real, mental o metafórico. La magia es hallarle "la cuadratura al círculo" de la vida.
La vivencia escénica multiplica a gran escala a ciertos personajes y elementos escenotécnicos y escenográficos y llena la inmensa bocaescena del Teatro Julio Castillo, donde culminará la corta temporada de esta obra, este fin de semana a las 12:30 horas, gracias a esta compañía de siete actores, cuatro músicos y un experto en sincrobufonía.
La frescura, la audacia y la riqueza de la simplicidad que transgrede la ortodoxia desde la paradoja que burla la rigidez de lo cuadrado, nos recuerda a los mejores de la técnica: Francia, Canadá y Rusia, entre otros países con exponentes de excelente calidad y cuyos referentes encontramos en este montaje.
Sirva esta magna y magnífica oportunidad para liberar como adultos nuestro niño interior, así como para aflorar la imaginación vibrante de los niños e incluso canalizar la energía de-sorganizada de pubertos y adolescentes; amén de estimular temprana y alegremente la cognición de los niños y bebés, al tiempo de reactivar la jocosidad de los adultos mayores.
La invitación es estar dispuestos a exorcizar nuestro miedo y ansiedad ante la violencia vivida diariamente en nuestro país. Es la mejor terapia para sanar el cuerpo y el alma a través del arte más antiguo y más vigente para aliviar la moderna angustia existencial.
Salga a divertirse, explore el regocijo colectivo de risas y carcajadas, acuda este sábado o domingo como una tregua psicológica para tratar de borrar por un momento la pesadilla del niño ahogado en una alcantarilla del DF, o las imágenes dantescas del tiradero de cadáveres en Veracruz, aquella ciudad que hasta hace poco, todos recordábamos por las conchas con nata chopeadas en un chocolate caliente o en un lechero chico, al tiempo que canturreábamos La Bamba para celebrar las fiestas patrias.
milarquinarte@yahoo.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario