JUEGOS PARALÍMPICOS:
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Oscar Pistorius, el gran
campeón de Londres 2012
Germán Fernández-Moores
Pese al manto de dudas que los cubría en su llegada a
Londres, Michael Phelps y Usain Bolt volvieron a llenarse de gloria olímpica.
El nadador estadounidense se retiró como el más ganador de
la historia con 22 medallas (18 de oro), mientras que el atleta jamaiquino
reafirmó su dominio en la pista al ganar otra vez el oro en la prueba rey de
los juegos, los 100 metros llanos, con récord olímpico, y al volver a brillar
el jueves con su triunfo en los 200 metros, con lo cual repitió la hazaña del
doblete que consiguió en Beijing 2008.
No fue una sorpresa mayúscula verlos triunfar otra vez,
aunque llegaron sin el aura de invencibles que tenían hace cuatro años, y
respondieron ante la presión.
Sin embargo, el gran ganador de estos juegos ni siquiera
llegó al podio, aunque el viernes tendrá una nueva oportunidad en la final de
la posta de 4×400.
Él también se había ido con gloria de Beijing, cuando se
apagaron los flashes de las hazañas de Phelps y Bolt. Pero en aquella ocasión
se bañó de oro en los Juegos Paralímpicos con victorias en los 100, 200 y 400
metros.
Por ahora, el gran triunfo de Oscar
Leonard Carl Pistorius en los Juegos de Londres 2012 fue sólo haber competido.
El sudafricano de 25 años, con las prótesis especiales
Flex-Foot Cheetahs en la parte inferior de sus piernas, llegó hasta las
semifinales de los 400 metros y colmó de emoción al estadio Olímpico de
Londres.
No le alcanzó para ganar medalla o subir a un podio, pero
triunfó sobre el sistema, al que tuvo que vencer para que le dejaran
participar, y sobre el verdadero espíritu olímpico, el de saber sobreponerse a
las adversidades.
Cuando tenía 11 meses, una malformación congénita llevó a
que le amputaran sus piernas desde abajo de las rodillas. Pero eso no impidió
que desarrollara una vida plena de deporte. Jugó rugby, cricket, tenis, fútbol,
básquetbol y waterpolo.
De grande, mientras trabaja en se recuperación luego de
sufrir una lesión de rodilla jugando al rugby, su deporte favorito, descubrió
su habilidad para el atletismo y, con 17 años, participó por primera vez en
Paralímpicos, en Atenas 2004.
El atleta sudafricano Oscar Pistorius arranca la carrera de
semifinales de los 400 metros de los Juegos Olímpicos de Londres, el domingo 5
de agosto de 2012. Pistorius vuelve a competir el viernes en la final de la
posta de 4×400.
Foto: Anja Niedringhaus.
Blade Runner, su apodo, ya batía todas las marcas de
velocidad para discapacitados cuando brilló en China, pero fiel a su espíritu
batallador fue por más. Las autoridades le impedían competir con atletas sin
discapacidad alegando que él tenía ventajas por sus prótesis. Apeló y un
tribunal deportivo le dio la razón.
Esta vez, con las marcas necesarias, que no le habían
alcanzado para participar hace cuatro años en la Olimpíada de Beijing, fue
fuente de inspiración para todos en Londres.
“El verdadero perdedor no es el que cruza la meta último”,
escribió su madre Sheila en una carta a Pistorius cinco meses antes de la
amputación para que su hijo la leyera de adulto. “El gran perdedor es aquel que
se queda sentado a un costado, aquel que ni siquiera se atreve a competir”.
Sheila falleció joven, hace poco más de 10 años, por una
reacción alérgica. Hoy seguramente estaría orgullosa de su hijo, el gran
campeón.
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