¿Nuevo o usado?
¿Hay algo más lindo que el olor a nuevo de las cosas? Se me vienen los siguientes aromas mientras escribo:
• el auto nuevo de un amigo
• un teclado externo marca Apple
• las páginas de un libro que compré hace unos días
Pero si; hay algo más lindo que el olor a nuevo: el sabor a lo gratis (o muy barato). Es que hay una oleada de proyectos que, impulsados por las nuevas tecnologías (internet básicamente..) están revolucionando la forma en como consumimos. Y no estoy hablando de emprendimientos relacionados solo con el transporte (como Carpooling y Carsharing), sino de un movimiento conocido como consumo colaborativo que abarca este tipo de proyectos y muchos más. Compartir, prestar, alquilar e intercambiar son las vedetes del nuevo escenario comercial, donde no hay más intermediarios que una página web.
Empecemos
con Airbnb, la web que permite
hacer de tu casa un hotel. La idea es compartir los cuartos ociosos de tu casa
y ganar algo de plata (muchas personas hasta alquilan su departamento entero).
Acá las novedades son 2: compartir fácilmente tu casa y ser uno mismo quien
gestiona el alquiler, sin intermediarios (inmobiliarias). Lo más genial es que
la plataforma facilita que lugares de lo más extravagantes puedan difundir su
oferta. Hoy, por ejemplo, la empresa se jacta de tener publicaciones para
alquilar cuartos en castillos, iglús y otros lugares tan originales como una
casita de árbol.
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