domingo, 31 de octubre de 2010

EL DONADOR DE ALMAS de Amado Nervo: ¡muy muy bueno!

HERIBERTO YÉPEZ EN LABERINTO 385 ¿NO LO HAS LEÍDO?

De Laberinto 385
Archivo hache
Heriberto Yépez

¿Cómo son los escritores mexicanos en Facebook?



En Facebook algunos escritores mexicanos muestran su álbum con otros mejores escritores. Otros tienen FB sólo para asomarse a cuentas ajenas.

FB es frívolo, cómico o al grano. Ahí no se escribe para la posteridad sino sabiendo que haces basura virtual o, al menos, reciclas links. FB es otra ecología de la escritura.

Mario Bellatin ironiza hacia lo irreal. “Lo más normal que me ocurrió el día de hoy, 20-10-2010, fue que el propio Leopoldo María Panero me dijera en una mesa que Dalí y yo éramos los mejores amigos de su padre”.

Luis Humberto Crosthwaite combina humor y melancolía: “Ya sé que hay cosas lindas allá afuera, pero estoy decidido a no volver a salir de Tijuana. Mejor aquí los espero”.

Hay quienes lo usan cuando tienen un buen dardo. Antonio Ortuño —nuestro hombre en Granta— escribió en su FB después del anuncio del Nobel para Vargas Llosa: “A las cinco de la mañana se escuchó un crujido portentoso: era el corazón de Carlos Fuentes, rompiéndose”.

Juan José Rodríguez apunta su vida, lecturas o ideas: “Nunca olvidaremos que este fue el año en que CHILE encontró 33 mineros bajo la tierra y MEXICO no encontró una niñita que estaba abajo de su cama”.

Otros —por ejemplo, Fernando García Ramírez— además de sus posts polemizan sin cesar con los comentarios de otros.

En FB se rompe la distancia tradicional entre escritores y lectores. Ahí todos somos meros facebookeros.

Lo interesante de FB es el diálogo a partir de cualquier pre-texto.

Algunas de las mejores discusiones públicas entre escritores mexicanos están ocurriendo en una interacción entre textos aparecidos en medios tradicionales y comentarios en FB. Internet ya es, definitivamente, la base del debate literario mexicano.

En FB se leen ideas sueltas, minucias, opiniones que de otro modo no serían publicadas por aparentemente efímeras, satíricas o por ser brevedades del día, que los escritores no sacarían en textos largos.

Evodio Escalante: “Cuarta y última conferencia de Pacheco en la Capilla Alfonsina, supuestamente sobre las Cuestiones estéticas de Reyes. Gran decepción. Habla de todo lo habido y por haber, de Bernardo Reyes, de Porfirio Díaz, de los Apaches y los Yaquis, del Indio Jerónimo... pero nada... nada de las ¡CUESTIONES ESTÉTICAS!”

En casi todos los casos, el FB de la literatura mexicana es más franco que la literatura mexicana actual. Su alter ego semiprivado. Su anti-libro y su micro-biografía.

La clave de FB es que algunos escritores —como no están premeditando hacer literatura— resultan interesantes y como lo que escriben tiene que ver con ellos, sale lo mejor de sí: su maldad, rencillas, lecturas e inmediatez vital.

Facebook facilita cierta rápida escritura sin pretensión artística alguna. Cierto ocio escrito por la muerte respectiva de cada día.

Heriberto Yépez • hyepez.blogspot.com

EPITAFIOS EN LA TUMBA DE SHAKESPEARE, MOLIÈRE, BEETHOVEN Y OTROS



http://www.lapaginadebetobuzali.blogspot.com



Por estar celebrando desinteresadamente
la cultura de los demás
harto encolerizó al Ángel de la muerte:
Una noche de twitter y algo más
sintió que le clavaban el diente:
una docena de arcángeles y demonios, democráticamente
lo arrastraron al Olam Ha-Bá*, así, ¡sin más!
¡A ver si ése, se vuelve a reir de la muerte!

*El Más Allá, el After-life en el judaismo





EN LA TUMBA DE ALBERTO CHIMAL COSA RARA UN EPITAFIO ADELANTE Y OTRO POR DETRÁS
PORQUE FUE DOBLEMENTE FAMOSO EN VIDA ES DOBLEMENTE FAMOSO EN MUERTE

Cara distante,
ojos en la sombra,
me fui hacia el mundo.
Pronto nos veremos

  1. Alberto Chimal albertochimal

  2. Ya con ésta me despido,
pero pronto doy la vuelta.

+








Molière escribió su epiafio antes de morir:

Aquí yace Molière el rey de los actores
En estos momentos hace de muerto
y de verdad que lo hace muy bien


En la tumba de Groucho Marx se lee:

Disculpe que no me levante, señora



En la de William Shakespeare:

GOOD FREND FOR JESUS SAKE FORBEARE TO
DIGG THE DUST ENCLOASED HEARE.
BLEST BE YE MAN YT SPARES THES STONES AND
CURST BE HE YT MOVES MY BONES


Epitafio de Ludwig Van Beethoven:

Que los amigos aplaudan.
La comedia se ha acabado


O, de visita en la de Enrique Jardiel Poncela:

Si queréis los mayores elogios, moríos


Epitafio de Miguel de Unamuno:

Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo


Epitafio del poeta inglés John Keats:

Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito con agua


Octavio Paz para la tumba de un amigo:

Quiso contar, cantar para olvidar su vida verdadera de mentiras
y recordar su mentirosa vida de verdades


En la tumba de Orson Welles:

No es que yo fuera superior. Es que los demás eran inferiores


Desde aquí no se me ocurre ninguna fuga.

Johann Sebastian Bach


Es tan grande la ovación, que da el mundo a mi memoria, que si cantando victoria, me alzase en la tumba fría, en
la tumba me hundiría, bajo el peso de mi gloria”

Guadalupe amor

viernes, 29 de octubre de 2010

Haz clic en LBERINTO y ponte a leer... o te preparas porque vine por ti, ¡y se acabó! Ni una palabra más


Haz clic en LABERINTO
y... ¡ya!

no respondo por ti, de otra manera
no digas que no te lo advertí

Anda: haz clic aquí
y ponte a leer aunque te parezca cuento

confieso que vine por ti
pero entrenerme por mil y una noches más:
será tarea tuya...¡y tan-tan!, de nadie más



ADINA CHELMINSKY: EMPIEZA A VERSE COMO NAVIDAD: Su columna en EXCELSIOR: DOKTOR DINERO

Empieza a verse como Navidad
El primer diciembre que somos financieramente independientes nos damos cuenta del enorme hoyo que esta época tiene sobre nuestras finanzas, algo de lo que nos quejamos hasta enero.
Adina Chelminsky

Podrá parecer tiernamente simpático que las primeras palabras que muchos de nosotros escribimos son cuando lo hacemos a Santa Claus. Nuestros pininos alfabéticos los hicimos jurando que hemos sido buenos y con una lista de nuestros más añorados deseos materiales. Indudablemente tierno. El problema es que desde chiquitos empezamos a crear una relación mental inamovible entre la Navidad, el consumo y el amor. Inclusive, cuando dejamos de creer en Santa Claus, la ecuación de Navidad+gasto=felicidad, sigue vigente en nuestra mente.

Es hasta años después que esta fantasía nos empieza a causar problemas reales. El primer diciembre que somos independientes financieramente hablando, nos damos cuenta del enorme hoyo que esta época tiene sobre nuestras finanzas. Algo de lo que, generalmente, nos quejamos enero tras enero.

Este año en espera de hacer las cosas un poco diferente debemos empezar a planear los gastos navideños desde noviembre.

Para evitar caer en el mismo error de siempre (la semana pasada publicamos la primera parte de esta columna que puedes encontrar en la sección de opinión de www.exonline.com.mx).

5. Empieza a engordar el pavo. Siempre es buena idea crear una alcancía navideña en donde desde noviembre o antes, si es posible, empieces a depositar el dinero para esta temporada. No hagas promesas de lo que vas a depositar en término de cantidad sino en término de esfuerzo. Por ejemplo, no prometas depositar 100 pesos a la semana, mejor promete, de aquí a Navidad, dejar de comer en la calle y depositar el dinero que te ahorres en esa alcancía.

6. No te esperes hasta el día 24. Las compras de última hora sólo llevan a la desesperación y sobregasto. Nada como una tienda atiborrada de gente histérica, niños llorando, vendedores malhumorados para decir "no importa si cuesta el doble de lo que quería gastar. solamente quiero acabar con el martirio". Inicia tus compras lo antes posible. O por el contrario regala un vale de regalo personal y aprovecha las rebajas posnavideñas para hacer la compra.

7. Manda tus tarjetas de vacaciones. Si tienes que hacer muchas compras, procura sacar del banco una cantidad, la que tienes presupuestada, y pagar sólo con efectivo; así podrás evitar la tentación de gastar de más o utiliza sólo las tarjetas de débito. Pero mucho cuidado, vigila que la tarjeta de débito NO esté ligada a la cuenta en donde recibes tus bonos o aguinaldo, pues corres el riesgo de gastártelo todo. Deja en esa cuenta sólo el dinero que has decidido gastar.

8. Todos para uno. En lugares donde todo mundo tiene muchos compromisos (como la oficina, por ejemplo) organiza un esquema de "amigo secreto" para que cada quien sea responsable de regalarle sólo a una persona en particular, o de "regalos comunes", en el que todos regalen juntos un detalle al cumpleañero.

9. Regálate a ti mismo. En el momento que recibas tu aguinaldo o bono de fin de año, separa automáticamente una cantidad (entre 15 y 20 por ciento) y deposítala en tu cuenta de ahorros o, si quieres verte aún más generoso contigo mismo, separa tu aguinaldo en tres partes iguales: la primera para ahorrar, la segunda para pagar deudas y la tercera para gastar.

10. Por último, y aunque suene cursi, deja que te inunde el verdadero espíritu de las fiestas. Sea Navidad, el día de las madres o un cumpleaños, no dejes que la locura o la presión por encontrar el regalo perfecto te desvíe de disfrutar y aprovechar el significado real de estos días: celebrar y acompañar a tus seres queridos.



*Especialista en Finanzas Personales.
Doktor Dinero
www.doktordinero.com
adina@doktordinero.com



ENTRADAS ANTERIORES:

Empieza a verse como Navidad

-Esta época, seas de la religión que seas, es un reto particularmente difícil de superar.

-No en balde enero es conocido como el mes de la cuesta.

Adina Chelminsky

Primera de II partes
05 noviembre 2010

Es el mejor de los tiempos, es el peor de los tiempos. Es la época de las grandes celebraciones, es el momento del los grandes gastos. Es el periodo de mayor amor y unión familiar, es la temporada de mayor angustia financiera.

Sí, efectivamente, se acerca la época del año que nuestros corazones claman y que nuestras carteras odian: las fiestas decembrinas.

El momento en que más proclives somos a sobregastar, endeudarnos y dar al traste aun con la planeación financiera más conservadora.

La época navideña, seas de la religión que seas, es un reto particularmente difícil de superar; entre el mayor dinero que circula gracias a aguinaldos y bonos, la "ilusión de abundancia" que se respira en las calles, la presión de la sociedad y de los medios de publicidad por comprar, comprar y comprar, y la existencia de cierto espíritu navideño que nos hace sentir más expansivos y generosos, hasta la persona más disciplinada en sus finanzas acaba gastando más de lo que pensaba, en el mejor de los casos o, en el peor, haciendo un hoyo a sus ahorros o tarjeta de crédito.

No en balde enero es conocido como "el mes de la cuesta", la cruda financiera de los excesos de gastos de diciembre dura, por lo menos, todo el mes. sino es que el resto del año.

Aun cuando todos estamos conscientes de la presión que es esta época para nuestros gastos, generalmente más que proactivos somos reactivos.

Nuestros planes de contingencia se centran en hacer cuentas y solucionar el problema llegado enero, en vez de hacer un plan de antemano que evite, de antemano, caer en el agujero.

Así es que para empezar noviembre, y adelantar el tema en pos de manejar las finanzas diferente este año, he aquí una lista de recomendaciones para controlar al Santaclós que todos llevamos dentro.

1. Querer no es poder. La causa principal del sobre gasto navideño es que gastamos primero, hacemos cuentas después.

La mayor parte de la gente jamás establece una cantidad límite de lo que va a gastar; no con base en lo que quiere gastar, sino con base en lo que su situación financiera le permite.

Por ahí es por donde hay que empezar: determinando una cantidad máxima de dinero que quieras ¡y PUEDAS gastar! para celebrar cómodamente el evento.

No optes por un presupuesto demasiado acotado que termine siendo un deseo de buenas intenciones que no puedas cumplir; mejor determina una suma realista que te permita celebrar felizmente sin descalabrar tus finanzas.

2. Haz una lista.- Después, haz una lista de toda la gente a la que le quieras hacer un regalo este año y el precio máximo que vas a gastar en cada uno.

No olvides incluir, en caso de que aplique, un apartado para gastos de comidas de celebración, de decoración y cualquier otro gasto adicional que la temporada implique.

3. Revísala dos veces.- La clave para no gastar de más es sencillamente dar menos regalos. Esto puede ser un anatema en un país en donde somos, por tradición, querendones y espléndidos.

Pero los tiempos actuales implican cambiar un poco la manera en que demostramos nuestro cariño.

Elimina de tu lista a aquellas personas que regalas sólo por compromiso (muy probablemente les hagas un favor al no tener ellos que corresponder el regalo).

4. No seas Santaclós, sé uno de los gnomos.- Sustituye, siempre que sea posible, un regalo comprado por una tarjeta con un mensaje personalizado (incluir un poema o un texto bonito es un detalle que vale mucho, llama la atención y no cuesta nada), o regala algo hecho en casa, como galletas o mermeladas.

La próxima semana continuaremos con más consejos financieramente sabios para sobrevivir la Navidad.




Columnas anteriores:

El alto costo de las terapias infantiles
29 octubre 2010

No hay nada más angustiante para un padre que enfrentarse a un problema con un hijo, y el camino para solucionarlo puede tener un fuerte impacto en el corazón, pero también en la cartera.

Adina Chelminsky

Doktor Dinero: Mi hijo de siete años fue diagnosticado con Déficit de Atención y su tratamiento me está causando un hoyo en la cabeza, en el corazón y en la cartera; llevamos miles de pesos gastados sin ver una mejoría. SOS.

No hay nada más angustiante para un padre que enfrentarse a un problema con un hijo, y el camino para solucionarlo puede tener un fuerte impacto tanto en el corazón como en la cartera. Las finanzas personales son, muchas veces, el colchón en el que se reflejan (y por medio del cual se pueden o no resolver) muchos problemas de la vida diaria.

Uno de los problemas más comunes de esa vida diaria tiene que ver con la salud mental nuestra y de los nuestros y no sólo en el sentido de "locura", sino en la manera en que nuestro estado ayuda a que desarrollemos nuestras capacidades al máximo. Los problemas de índole sicológico o emocional son particularmente angustiantes cuando los vemos en nuestros hijos, en parte por el estigma social que conllevan (y la etiqueta que le ponen al niño), en parte por la falta de información que hay al respecto (y el exceso de charlatanes oportunistas que ofrecen falsas soluciones) y, en parte, porque la solución toma tiempo y dinero.

Aun cuando el Déficit de Atención está "de moda" (alrededor de 5% de los niños lo tiene), no es el único tipo de trastorno que existe. Se calcula que uno de cada cinco niños en edad primaria es diagnosticado con algún tipo de problema (sicológico, visual, auditivo, motriz o emocional) que debe ser atendido de manera extracurricular y cuya responsabilidad y costo recae, de manera muy pesada, en la familia (a propósito de esta estadística, a mi papá, hombre muy sabio, le gusta decir: "En mi época todos éramos cojos, chimuelos, traviesos y todos crecimos para ser adultos de bien").

El diagnóstico de algún problema ocasiona serios cambios en la dinámica y finanzas familiares; el costo anual promedio puede superar los 30 mil pesos anuales y muchas veces se requiere por cuatro o cinco años para ver resultados. Aunque todos decimos que con la salud de los hijos no se escatima, parte del éxito del tratamiento depende de la buena administración que tengamos con los recursos para permitirnos solventar los largos años que puede durar.

Empieza bien desde el principio

Para cualquier trastorno infantil, desde ADD hasta problemas emocionales, toma en cuenta lo siguiente:

1.- Actúa. Por más difícil que sea aceptar que un hijo no es "perfecto", entiende que los problemas no se corrigen solos (el argumento de "en mi época no hacíamos tanto rollo" es falso) y dejarlos a la deriva puede ocasionarle a tu hijo problemas académicos, sociales y de autoimagen. Entre antes empieces, mejor, más rápida y barata va a ser la solución.

2.- Invierte en el diagnóstico. Quizá la parte más importante es tener el diagnóstico correcto que te permita darle a tu hijo el tratamiento adecuado. Busca al profesional más calificado en diagnóstico (aun cuando tengas que insistir para que te dé una cita) y busca realizar los estudios en los lugares más competentes, para evitar tenerlos que repetir. Guarda los resultados de todos los análisis para poder hacer un comparativo cada cierto tiempo y evitar tenerlos que repetir en caso de que requieras una segunda o tercera opinión.

3.- ¿Cómo encontrar al terapista? Como buen consumidor, compara entre diferentes opciones para el tratamiento. Antes de elegir a un médico o terapista (y de desembolsar un solo centavo) platica con dos o tres profesionistas y averigua su técnica, enfoque y la dinámica que tiene tanto con tu hijo como con los padres. Una buena manera de encontrar el tratamiento es por medio de gente que haya tenido experiencias similares exitosas; pero aun ante las mejores recomendaciones, nunca olvides oír tu propio instinto.

4.- Cada niño es un mundo. No hay recetas de cocina para solucionar el problema. "Se requiere un enfoque multidisciplinario, advierte el terapeuta Jorge Anzures, director de la Clínica de Neuroterapia Computarizada, no es cuestión de dar solamente un medicamento o solamente ayuda sicológica, se requiere un enfoque multidisciplinario y personalizado para conseguir resultados."

Todo diagnóstico y tratamiento debe estar hecho a la medida de tu hijo, no con base a un machote preetiquetado.

5.- Lo que no cuesta (pero vale mucho). Los cambios en la dinámica de la casa son un apoyo indispensable que permite acelerar el avance. De nada sirve gastarse miles de pesos en médicos si existen fallas saboteadoras en el ambiente familiar. Evalúa lo que puedes cambiar en la casa y aplícalo, desde cambios en los patrones de alimentación hasta la relación que existe entre los padres (particularmente si son divorciados). La férrea disciplina en el hogar es un arma fundamental para apoyar a los hijos con problemas.

6.- Ojo con los charlatanes. Si alguien te ofrece una solución de cinco minutos, lo más probable es que te quiera ver la cara y sacar dinero. Cualquier problema sicológico, neurológico o emocional requiere de una solución larga y llena de esfuerzo de todas las partes involucradas.

7.- Lo alternativo. Las terapias alternativas, como homeopatía o neurofeedback, son una opción más cara, pero que puede tener buenos resultados siempre y cuando sean aplicadas en paralelo a un tratamiento tradicional. No gastes todo tu dinero en ellas ni las tomes como tu primera opción, úsalas como un complemento.

8.- Prioriza. Pagar un tratamiento puede implicar recortes en otros gastos (vacaciones, diversión, incluso parte de tu porcentaje de ahorro), pero este es uno de los gastos más importantes que debes hacer.

8.- Investiga. Aun cuando el tratamiento no esté cubierto por tu seguro médico, puede ser que los análisis, como electroencefalogramas o los aparatos auxiliares, como implantes auditivos, si lo estén; averigua qué es lo que sí puedes deducir de tu seguro.

9.- Planes de pago. Si encuentras un tratamiento que consideras ideal, pero el costo no se ajusta a tus posibilidades, alza la voz. Propón al médico o terapista alguna opción de pago a plazos, de descuento o de pago en especie; cualquier profesionista realmente profesional va a tratar de encontrar una solución para no dejar al niño sin tratamiento.

10.- Paciencia. Aun cuando te "gane la prisa" por solucionar el problema, no exageres, de nada sirve sobresaturar a un niño con 25 terapias diferentes, al contrario, puede ser contraproducente (y muy caro).

No esperes resultados de un día a otro, cada seis meses o un año revalora la situación, mediante análisis o exámenes, para ver los resultados y evaluar si el camino que llevas es el correcto.

Recuerda que, aunque en este momento no lo parezca, todos los problemas tienen solución y que el arma más importante que tienes es el amor que como padre puedes tener hacia tus pequeños.



*Especialista en finanzas personales. Doktor dinero
www.doktordinero.com
adina@doktordinero.com







Cambio financiero ¿posible?
Si fuera cuestión de voluntad hoy todos viviríamos libres de deudas, perfectamente invertidos y en el camino a la riqueza.
Adina Chelminsky *

¿La gente puede cambiar? En cuestión de finanzas personales ésta no es una pregunta romántica ni menor. Por el contrario, quizá es una de las más importantes que nos podemos hacer. La capacidad de cambiar está directamente relacionada con la probabilidad de alcanzar nuestras metas y objetivos financieros. No poder cambiar, sean hábitos, costumbres o ideas en el manejo de dinero, hace que aún los mejores y más aterrizados planes y promesas (los de esta vez si voy a ahorrar/pagar mis deudas/invertir inteligentemente/organizarme) se vean saboteados… o más bien dicho autosaboteados.

La respuesta la tenemos bastante confusa. Por un lado la sabiduría popular dicta que la gente no cambia, que eres quien eres de la cuna a la sepultura. Quien tiende a ser un gastador incorregible va a ser siempre un despilfarrador; al que le gusta el riesgo en las inversiones va a elegir siempre instrumentos que le hagan sentir la adrenalina del mercado. Por otro lado, cientos y miles de libros, artículos, motivadores y estrategias están enfocados a enseñarnos cómo cambiar, lo que infiere que el cambio es posible: Convertir al gastador en Scrooge y al inversionista-bungee en un amante de la renta fija.

¿El cambio en nuestro manejo del dinero es factible? ¿Probable? ¿Posible?

“Querer es poder” es la frase que viene a la mente, pero aun cuando la voluntad es un ingrediente indispensable en cualquier proceso de cambio, no es un parámetro suficiente en lo que al manejo de dinero se refiere. Si fuera cuestión de voluntad hoy todos viviríamos libres de deudas, perfectamente invertidos y en el camino a la riqueza.

Quizá lo más importante para definir el cambio de actitud financiera no tiene que ver tanto con el querer cambiar sino con las razones para desear ese cambio. Muchas veces asumimos que son las circunstancias externas las que nos hacen darnos cuenta de la necesidad del cambio (el darte cuenta un día, por ejemplo, que debes algo similar al PIB de una pequeña nación), pero es sólo cuando estas circunstancias se mezclan con un click en nuestro motor interior que podemos empezar a cambiar nuestra actitud hacia el dinero.

¿Cómo ayudar a que ese cambio sea más fácil y con mayores posibilidades de éxito?

1) Establece metas a corto, mediano y largo plazo. Por escrito (guardadas en un lugar en donde las veas frecuentemente), medibles y con límite de tiempo. No, estas metas no están escritas con sangre, puedes cambiarlas y adecuarlas a tus necesidades conforme pase el tiempo, pero tienes que tenerlas claramente en mente para poder incentivar los cambios que quieras hacer.

2) Haz una lista de tus razones, monetarias y emocionales, de por qué necesitas cambiar. Desde el tamaño de tu deuda o el monto que necesitas para mandar a tu hijo a la universidad hasta el efecto emocional que tu irresponsabilidad financiera tiene en tus seres queridos.

3) La información es poder. En primer lugar la buena y objetiva información financiera que te ayude a aprender desde cómo hacer un presupuesto hasta los pormenores de un fondo de inversión, pero también la información respecto a tu vida y actitud ante el dinero. En mi experiencia profesional muchas veces el mal manejo de dinero se resuelve no con la ayuda de un asesor financiero sino de un terapista que te ayude a entender, y a corregir, el porqué de los malos hábitos.

*especialista en finanzas personales. doktor dinero

www.doktordinero.com
adina@doktordinero.com

BABELIA en línea: ¡aquí!


De los Hermanos Coen, febrero 2011: TRUE GRIT: UNA DIRECCIÓN Y ACTUACIONES EXCEPCIONALES. ¡COMPARA LAS DOS VERSIONES! Ambas fiel reflejo de su momento

Estos son los Hermanos COEN:
JOEL Y ETHAN O ETHAN Y JOEL


ESTOS LOS ACTORES
Jeff Bridges y la joven Hailee Steinfeld


ÉSTE EL TRAILER



Y ESTOS SON LOS APLAUSOS: CLAP...CLAP...CLAP...CLAP...CLAP...CLAP...CLAP!!!

¡Ah! Nos faltaba el antecedente:

TRUE GRIT (1969)

En la versión de 1969 con JOHN WAYNE





DE HÉCTOR DE MAULEÓN en homenaje a Alí Chumacero, su Corriente secreta de la edición de mañana 30 de oct en LABERINTO 385

Mientras te alistas a la lectura de este texto de Mauleón que más que un reconocimiento es un relato anecdótico e ilustrativo acerca de Alí Chumacero: ¿qué hay detrás del rostro?;
te dejo memorizando la portada de El derrumbe de los ídolos, hoy lo adquirí en FCE Bella época.





Corriente secreta
Alí

Héctor de Mauleón

Cada miércoles, al terminar las sesiones de trabajo en el Centro Mexicano de Escritores, Alí Chumacero y Carlos Montemayor arrastraban a sus becarios hacia un viejo restaurante de la colonia Condesa, El Tío Luis. Los aspirantes a escritores de ese tiempo solíamos decir que el verdadero taller literario comenzaba en ese sitio. Entre platos de chistorra y ráfagas de vino, de tequila, de whisky, Alí Chumacero hacía desfilar la vida ante nuestros ojos. En la mesa iban apareciendo libros, autores, anécdotas, personajes. Uno no podía sino pensar en lo impresionante que era la emoción que este poeta sentía por el mundo. Sus palabras, sus recuerdos, sus chistes, sus carcajadas, estallaban como un espectáculo de fuegos artificiales. No había otra forma de salir de El Tío Luis más que sintiéndose reconciliado con el mundo.
Una vez tuve miedo de que todo eso se perdiera para siempre, y comencé a grabarlo. Lo grabé todos los miércoles, durante tres o cuatro meses. Cuando la cosa se ponía picante, ordenaba: “Si quieres que te cuente, apaga esa chingadera”. La mayor parte de las veces, sin embargo, hablaba con libertad.

Decía cosas como ésta:
“Una noche fui a una reunión en la casa de Asúnsolo, el escultor. Por ahí andaba el viejito Enrique González Martínez y me dijo: ‘Acostumbro leer los poemas de los jóvenes, y me gustan más mientras menos se parecen a los míos’. Puedo decir que a lo largo de mi obra me empeñé en darle gusto”.

O como ésta:
“Los estridentistas carecían de talento. Rompieron con la línea, imitando a Marinetti, pero tenían gran pobreza. Germán Liszt vociferaba todo el día, pero era un mal poeta. Maples Arce tenía alguna calidad… pero no mucha. Años más tarde el Fondo de Cultura Económica publicó una antología suya. Maples la hizo, la corrigió, la entregó. Pero no pudo verla en letras de molde porque se murió. Yo creo que la leyó y se murió”.

O como ésta:
“De los poetas mexicanos sólo me interesó Paz. Díaz Mirón, en un momento. Othón, en un poema. Urbina, Nervo, González Martínez y Alfonso Reyes, nada”.
Los miércoles de El Tío Luis constituyeron un curso intensivo por el que pasaba entero el siglo XX. Alí nos entregaba su versión sobre la vida literaria, sobre el mundo cultural, sobre un largo instante de la vida de México. A cada charla nos entregaba un retrato inédito: Alfonso Reyes, Salvador Novo, Gilberto Owen, Carlos Pellicer, Jorge González Durán, José Luis Martínez, Jaime García Terrés, Joaquín Díez-Canedo, Octavio Paz, Juan Rulfo, Juan José Arreola…

En una de las últimas reuniones, nos dijo: “Todos me hacen la vida imposible con el cuento de que he dejado de escribir. Lo natural, después de la palabra, es el silencio. Y además, yo sólo he dejado de publicar, no de escribir. Sigo escribiendo, escribo todas las mañanas, seguiré escribiendo hasta que me muera, aunque sospecho que la muerte no va a robarme ni uno sólo de los segundos que tengo de vida”.

Hoy ya no existe El Tío Luis. El Centro Mexicano de Escritores dejó de sesionar. Montemayor y Alí se fueron el mismo año. Los poemas de este último se parecen a aquellas tardes: de pronto, en una línea, hacen estallar la emoción.

FERNANDO ZAMORA en Laberinto de MILENIO 385: SUBMARINO de Vinterberg

SIN BAUTISMO Y SIN DIOS
Sin sufrimiento no hay cambio y sin cambio no hay compasión








Hombre de celuloide
Sin bautismo y sin Dios

Fernando Zamora
@fernandovzamora



Cuando Dogma 95 comenzó a ponerse de moda, Thomas Vinterberg y Lars von Trier, supieron que era tiempo de lanzarse por nuevas búsquedas. Hoy, renovados por fin, los autores nórdicos presentan en México, país de tribulaciones sin sentido, dos películas que hablan de sufrir, sí: pero siempre con un sentido. Submarino ha sido nominada recientemente a mejor película en el Festival de Cine de Berlín.

Vinterberg declaró a la prensa que, lejos de las limitaciones auto-impuestas por Dogma se sentía renovado. “Virgen”, dijo, como un adolescente que toma por vez primera la cámara para contar una historia. Difícil olvidar, sin embargo, que ya la “virginidad” la había perdido con una de las mejores películas que yo haya visto: Festen. Si aquellos eran tiempos de gestación, en el decir de Vinterberg, con Submarino, ha nacido.

Esta película y el nuevo filme de Lars von Trier (Anticristo) se complementan. No sólo en la belleza nórdica de sus planos, no sólo en la disquisición teológica que se atreve, como Nietzsche, a preguntar desconcertado “Si hemos matado a Dios, ¿qué será de nosotros?” Mas formalmente se parecen también: tanto en Anticristo como en Submarino resultan fundamentales los primeros minutos en la pantalla. Si el inicio del Anticristo hunde al espectador en el asiento, como Beethoven con los primeros acordes de su Tercera Sinfonía, Submarino lo hace con una delicadeza etérea que recuerda a la Octava: dos niños de diez años juegan debajo de una sábana con un bebé. Los blancos, muy saturados, resaltan la piel de estos niños, sus ojos azules. Sabemos que el bebé aún no tiene nombre y que los hermanos mayores intuyen que hay que hacer algo. Abandonados en un apartamento siniestro, los hermanos grandes deciden actuar: es necesario un rito, un bautizo. Origen —y salvación— de toda tragedia. Vale la pena recordar, sin embargo, que tragedia no significa una resolución atroz. En el clasicismo, un héroe tiene que dar orden al mundo. Este héroe es el hermano mayor de la primera secuencia. Se llama Nick y cuando crezca, se volverá alcohólico. Tendrá uno o dos amores casuales y sobre todo, la aventura de perdonarse. En este perdón, Nick es un héroe que pone orden en el caos de sí mismo. Y lo hace por amor a otro niño que le recuerda a su hermano. Lejos de la modita insana de los filmes “cultos” que hoy vive México, el cine danés apuesta no tanto por la sordidez de los golpes como por la entereza de sus personajes para encarar al destino.

Vinterberg trasciende así, el sin-sentido y demuestra que no es ni la belleza, ni la inteligencia la que nos hermana con todos los hombres. No es ni siquiera el amor: es el sufrimiento, pero un sufrimiento que implica transformación. Sin sufrimiento no hay cambio y sin cambio no hay compasión. Si no fuésemos capaces de padecer con un personaje en pantalla, el arte tampoco tendría sentido y estaríamos entonces sí, irremediablemente arrojados en un mundo: sin bautizos, ni Dios.

Submarino. Dirección: Thomas Vinterberg. Guión: Thomas Vinterberg y Tobias Lindholm basados en la novela de Jonas T. Bengtsson. Fotografía: Charlotte Bruus Christensen. Música: Kristian Eidness Andersen. Con: Jakob Cedergren, Peter Plaugborg y Gustav Fischer Klaerulff. Dinamarca, Suecia, 2010.

LA COLUMNA DE JUAN VILLORO: VER Y NO VER. Pero aquí cabe la contraindicación: ABRE BIEN LOS OJOS.

"VER LO INVISIBLE"
¡GOL de Chicharito contra el Stoke City !

Date cuenta lo que genera, gracias al talento del escritor, un gol extraordinario del Chicharito: Lee, reflexiona y aplaude...
¡a mí me pasó lo mismo!

Y, ¿qué tiene que ver esta imagen de María Félix frente al espejo...?
Lee y entérate:




Ver y no ver
. Reforma
Juan Villoro
29 Oct. 10

Los espejos retrovisores llegaron para mostrar lo importante que sería tener ojos en la nuca. El fantástico gol que el Chicharito Hernández acaba de anotar con el Manchester United se basa en dos prodigios: el delantero remató con la coronilla y lo hizo de manera intencional. No fue una chiripa, sino la comprobación de un axioma místico: el que ve sin ojos, ve mejor.

Javier Hernández ya tenía todos los requisitos para ser el gran ídolo de la afición mexicana. Ahora ha realizado una jugada única, acaso irrepetible: el gol ciego. La proeza adquiere especial valor simbólico en un tiempo de mirones: no vio cuando todos lo veían.

La omnipresencia de las cámaras nos ha acostumbrado a que algo sólo sucede si es visto. Una boda sin imágenes es un matrimonio secreto. No es casual que en esta selva de ojos abunden los tatuajes en la espalda, destinados a la mirada ajena.

La tendencia a dejar constancia visual de lo que hacemos ha llevado a la proliferación de videos porno amateurs. ¿Se trata de exhibicionismo, erotismo espectral o de una crasa búsqueda de identidad? La gente existe porque se retrata; a tal grado que a veces olvida que tiene una cámara enfrente (lo raro en tiempos de reality show es no tenerla). El voyeurismo, que presupone una conducta de espionaje, es ya un oficio arcaico.

Antes, para verte la nuca tenías que ir a la peluquería, donde los espejos contrapuestos proyectaban tu imagen sin fin. Los famosos ya disponían del privilegio de verse de espaldas en una pantalla, pero el común de los mortales necesitaba una tortícolis o un lumbago para recordar sus partes traseras.

El siglo XXI se desarrolla como un safari de imágenes. En cualquier museo podemos ver la Obra Maestra retratada por un teléfono celular. Lo singular no es que busque atrapar la realidad, sino que sólo la contemple a través de un aparato: el visitante no despega los ojos de la cámara; el museo no está "ahí", sino en su pantalla.

A continuación, ocurre un conflicto generacional. El padre dice: "Deja de fotografiar: ¡usa tus ojos!". Su hija adolescente le hace caso, pero sólo porque acaba de recibir un tweet.

El harén de Estambul era vigilado por eunucos que contemplaban lo ocurrido en un espejo. No custodiaban cuerpos sino reflejos. Privados de toda participación, veían de manera diferida sombras, siluetas, figuras en el aire. No eran muy distintos a quienes se adentran en un museo como coleccionistas digitales. ¿Llegará el momento en que ir a un sitio sea lo mismo que recorrerlo en internet?

El histórico misterio de la espalda se ha perdido. En La reproducción prohibida, Magritte retrató al magnate Edward James ante un espejo. El protagonista está de espaldas, ante un espejo que también lo refleja de espaldas. Ahí lo importante es lo que se esconde, el rostro "prohibido".

La pintura debe mucho al ocultamiento. En 1953, Robert Rauschenberg decidió hacer una obra "vacía", que significara la desaparición de otra. Si la obsesión de la mirada ha sido la reproducción y la copia, él decidió des-copiar: borrar un dibujo de Willem de Kooning. Su amigo aceptó sacrificar un boceto que le interesaba poco y Rauschenberg procedió a borrarlo línea a línea hasta llegar a una hoja en blanco. El significado del cuadro dependía del título: Erased de Kooning (De Kooning borrado).

El alarde de realzar lo que no se ve alcanzó un momento superior cuando Marcel Duchamp trabajó con reproducciones de la Gioconda. Primero ultrajó a la Mona Lisa pintándole bigotes. Luego retiró la ofensa: el cuadro quedó como siempre, pero él pudo llamarlo Mona Lisa afeitada.

La invención de las cámaras llevó a la pintura a buscar el misterio de lo que puede ser insinuado pero no reproducido. Nuestra época estimula a ser como aquellos visionarios. En todas partes somos vistos y filmados. En consecuencia, cerrar los ojos es un arte y desviar la vista, un virtuosismo.

El Zen enseña a disparar el arco sin ver el blanco, sugiriendo que toda visión genuina es interior. Lo mismo ocurría con los pintores bizantinos de la época de Justiniano. Antes de pintar un icono eran recluidos en un cuarto sin luz. Vivían ahí hasta que se acostumbraban a la penumbra y distinguían tenues contornos. Sólo cuando adquirían esta habilidad eran liberados; se adaptaban poco a poco a la luz y luego pintaban, no lo que veían, sino lo que recordaban de su residencia en las sombras, donde la luminosidad existe en secreto.

Hacer las cosas a ciegas se ha vuelto más valioso. No sólo en las selectas galerías, sino también en los estadios abiertos al ojo público. Ahí está el gol del Chicharito contra el Stoke City para demostrarlo.

Todo deporte prefigura situaciones que no ocurren pero pueden ocurrir. El "pase al hueco" es una acción de este tipo: el balón va rumbo a la nada (el cuadro borrado por Rauschenberg) donde de pronto aparece alguien (los trazos de De Kooning).

Los místicos y algunos grandes artistas cierran los ojos para ver. Lo mismo hizo el Chicharito Hernández con su gol ciego: millones de personas lo veían, pero sólo él vio lo invisible.

PEPE GORDON: EL (su) CUADERNO VERDE en Reforma: VESTIGIOS




EL CUADERNO VERDE

Vestigios

José Gordon
12 Nov. 10


Uno piensa que los vestigios se remontan a tiempos ancestrales. Cuando nos llega la luz de las estrellas observamos de manera diferida lo que pasó hace millones de años. Actualmente, los físicos nos dicen que aquí y allá se asoman las huellas del Big Bang, la gran explosión (el gran pum, le llamaba Jorge Hernández Campos), que sucedió hace 13 mil quinientos millones de años.

De hecho, el Premio Nobel de Física George Smoot me comentaba que cuando escuchamos la radio en las noches, en el hueco que hay entre una estación y otra, a veces captamos la estática producida por un refrigerador o un aparato eléctrico, pero que aquí y allá, de pronto nos llegan sonidos que provienen del Big Bang. El origen nos alcanza de manera inesperada. Estamos escuchando la energía que se convirtió en el polvo de estrellas del que finalmente están hechos nuestros cuerpos.



Los vestigios pueden estar más cerca de lo que imaginamos. La luz del sol tarda ocho minutos en llegar a la Tierra, Cuando vemos el sol, vemos el pasado. ¿Y si los vestigios estuvieran aún más cerca? Cuando veo tu rostro, ¿también por unos instantes estoy viendo lo que ya pasó? Al compartir esta sensación en Facebook, Ana Cecilia Núñez me comentó con agudeza: "Esta que soy, ya no soy". La percepción es de vértigo.

En el poema Piedra de Sol, Octavio Paz escribe: "Se despeñó el instante en otro y otro". Este es el tema central de los versos del libro Vestigios, de Sandra Lorenzano (Pre-textos, poesía, 2010). El instante se fuga en el mismo momento en que se enciende. Ya es pasado. Por eso el epígrafe del poeta José Angel Valente dice: "No estoy. No estás/ No estamos. No estuvimos nunca/ aquí donde pasar/ del otro lado de la muerte/ tan leve parecía".

El libro de Sandra es una minuciosa exploración de las ausencias, un registro que explora el tiempo y el mundo al filo de la percepción. Entonces descubre que "la tela (del mundo) está rasgada -apenas- y al otro lado (está) el vacío". Hay una palabra en sánscrito que define con precisión esta experiencia en la que todo se borra en el mismo instante en que lo vemos. Se trata de maya, que se suele traducir como ilusión, pero que significa "aquello que no es". Escribe Sandra: "Algo pasa tras el aire denso. Una nada. Un instante que podría haber sido cualquier otro". Se desvanece con dolor todo lo que ha desfilado en la conciencia: los ríos de la memoria de la infancia, el olor de la madera enmohecida, el calor y los sueños pejagosos.

Este destierro tiene una ausencia fundamental. Crípticamente, Sandra nos habla de ella, parafrasea a T.S. Eliot en Tierra baldía, pero en vez de julio, nos dice que agosto es el mes más cruel, se trata de una pérdida que la deja sin palabras, con el rezo del kaddish del duelo por la madre.

La elegía por lo irrecuperable, por los naufragios, no se limita a los años: el instante mismo se licúa. Sandra tiene la tentación de decirnos que nuestra vida pasada es el sol de lo que sucedió hace ocho minutos o es el abismo del presente mismo que ya es ceniza. Sin embargo, justamente en esta tensión, en este vértigo del instante, la poeta rasga el velo del mundo y del tiempo y se adentra en un silencio que sostiene todo lo que existe. Palpa su ritmo, escucha los murmullos de una música invisible que flota en medio de los vestigios.

Las membranas más delicadas del oído y la vista se rasgan y aprecia un gran misterio: "Se seca la hierba y queda la palabra aún prendida al aire. Enjambre de sonidos en busca de las alas quemadas por el polvo". En medio de los vestigios surge el canto poético, recuperamos la memoria del lenguaje, de los sonidos primigenios que sostienen la precariedad del mundo. Como si nos asomáramos al Big Bang, podemos atisbar que, como escribe Sandra, hay destellos de luz que ocupan el silencio. El origen del tiempo y el espacio está en la misma orilla del cuerpo del otro, al que abrazamos como una plegaria. En medio del derrumbe, los vestigios del origen nos alcanzan.


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EDICIONES ANTERIORES:

ALLÍ ESTUVIERON imaginantes:



NO CABE DUDA
PEPE GORDON, EL REY MIDAS DEL ARTE:
TODO LO QUE TOCA, TRIUNFA.

EL (SU) CUADERNO VERDE
de esta quincena:



Las marimbas del infierno
José Gordon
29 Oct. 10

¿Cómo se combina el estruendo del sonido de la música heavy metal con el de las dulces maderas de una marimba? La historia de esta fusión aparentemente imposible es narrada en un falso documental, la película Las marimbas del infierno, ganadora del octavo Festival Internacional de Cine de Morelia, en la categoría de mejor largometraje.

El director de la cinta, Julio Hernández Cordón, plantea que una de las imágenes disparadoras de esta propuesta fue una noticia que leyó sobre Roberto González, "el Blacko", líder de un viejo y legendario grupo del underground guatemalteco: Los Guerreros del Metal. La nota decía que Blacko era evangélico y que había fundado una iglesia para jóvenes metaleros o rockeros. Vestidos con camisas negras se reunían en un local en donde el púlpito era una guitarra eléctrica de madera.

Blacko, a sus 56 años, es un hombre barbado de cabellera larga, que mantiene una actitud desafiante y ruda. Julio Hernández sabía que era un personaje de película pero no se atrevía a abordarlo. Además de ser músico, Blacko también estudió medicina, pero no pudo ejercer esa profesión ya que lo inhabilitaron por usar tatuajes. Hernández lo conocía de vista. En una ocasión lo siguió hasta su casa pero no se atrevió a tocar la puerta. Pasó un año hasta que por fin le propuso que fuera protagonista de una película.

Por otra parte, un personaje completamente distinto también atrapaba la atención de Julio Hernández. Estamos hablando de Alfonso Tunche, un músico que toca la marimba, el instrumento nacional de Guatemala que para efectos prácticos es una reliquia. Nadie contrata ya sus servicios. Patéticamente arrastra su marimba por las calles. Los jóvenes no se interesan en su música. Sin embargo, persiste en el empeño de conservar la marimba. En este sentido Blacko y don Alfonso, a pesar de vivir mundos y respiraciones tan distintas, comparten una actitud vital. Dice Hernández: "En cierta forma, ambos son rockstars, pues viven haciendo lo que aman, a pesar de que eso no los hace ricos".

El tercer personaje que entra en juego es un muchacho llamado "el Chiquilín", que pertenece a la cultura de los maras, las violentas pandillas centroamericanas identificables por sus tatuajes. Así empiezan las más extrañas fusiones que se dan precisamente en la marginalidad. Julio Hernández mezcla los problemas cotidianos que viven sus protagonistas (algunos reales, otros inventados). Cuando Blacko y don Alfonso se encuentran surge la idea de hacer una banda heavy metal en donde jueguen también los sonidos de la marimba. Los primeros ensayos son sorprendentes por decir lo menos. Se crea el grupo Las Marimbas del Infierno. Los dos músicos de capa caída, y de culturas tan distintas, saben bien cuándo alguien conoce su oficio, independientemente de sus filias y fobias. ¿Logrará esta fusión salvarlos?

El gran acierto de Julio Hernández es la conjunción de personajes memorables que encierran detrás de sus miradas una explosividad quijotesca y trágica. En ello sigue las grandes lecciones del cine neorrealista italiano. Con pocos recursos se pueden contar grandes historias. De hecho, la falta de experiencia de sus actores la convierte en una ventaja. Uno de los momentos más divertidos de esta película se da cuando "el Chiquilín" -como si fuera un representante artístico- está tratando de conseguir al grupo una presentación en un programa de radio en el que se dan cita, para tocar en vivo, varios conjuntos de marimbas. "El Chiquilín" presume que su marimba es heavy metal. Hernández no le dice al Chiquilín lo que entonces le va a preguntar otro actor: "¿Qué tipo de heavy metal tocan? ¿Thrash metal? ¿Metal progresivo? ¿Metal gótico? ¿Funk metal?".

Abrumado y desconcertado, "el Chiquilín" improvisa y alcanza a responder: "Heavy metal en general".

Un falso documental se vuelve así un retrato de las historias inverosímiles pero reales que se expresan con fiera intensidad en mundos marginales que, sin embargo, conservan esquirlas de belleza y creatividad.


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EL CUADERNO VERDE
Buceo y literatura
José Gordon
15 Oct. 10

Una de las experiencias que nos permiten atisbar lo que se encuentra más allá de la burbuja de la percepción humana es el buceo. El sonido sordo del agua nos aísla de nuestro mundo habitual y flotamos en medio de paisajes que parecen de otro planeta. Estamos frente a lo "no humano" con toda su belleza y misterio.

Este es un tema que siempre ha inquietado a Sabina Berman. En varias ocasiones me comentaba su deseo de escribir una novela que pudiera narrar el mundo de manera directa y sin fantasías, sin el filtro de nuestros pensamientos que reducen a la existencia al tamaño de nuestros prejuicios. Para ello hay que abrirse a otro tipo de pensamiento, el que aparece en la misma naturaleza. En los espacios silenciosos podemos escuchar lo que nos rodea con todo el cuerpo, con todos los sentidos, sin la interferencia de nuestros conceptos.

En la novela más reciente de Sabina, La mujer que buceó en el corazón del mundo (Ediciones Destino, Barcelona, 2010), nos internamos en esta percepción: vemos a una joven que se sumerge en el mar azul turquesa de Mazatlán. Desciende lentamente en aguas más oscuras (azul marinas) en donde se mueven medusas transparentes que se ven luminosas. Sonríe al ver a un pez ángel, de labios blancos que tiene forma de plato, cubierto de una cuadrícula verde y rosa. Disfruta al ver a un pez piedra "que parece una piedra roja, pero de pronto da un salto en cámara lenta por el agua, y cae y se queda quieto como una piedra roja en el moho rojo de una piedra grande".

En esa felicidad, es difícil sospechar que la inteligencia general de esta mujer es la de una niña de dos años. Las pruebas médicas dicen que se trata de una autista que difícilmente podrá hacer algo en la vida. Sin embargo, eso no ocurre así. Aprende a leer y escribir, cursa una carrera universitaria y se convierte en una gran empresaria que tiene ideas brillantes, fuera de lo común. La clave: una tía amorosa que al analizar el diagnóstico de los especialistas le dice: "Olvidaremos el 90 por ciento de tus incapacidades y apostaremos al 10 ciento de tus talentos geniales".

Sabina Berman subraya así, que no hay que tratar de "domesticar" a los autistas: "Si se pasan ocho horas tocando el piano, ¡es un regalo! No hay que 'normalizarlos'".

El personaje central de Berman sabe que no es como los humanos standard pero que, sin embargo, tiene tres grandes virtudes que muchos de nosotros envidiaríamos. Las formula así: "1.- No sé mentir. 2.- No me duelen cosas ni me preocupan cosas que no existen. 3.- Sé que sólo sé lo que sé, y lo que no sé, que es muchísimo más, estoy segura que no lo sé".

Berman nos plantea que lo fascinante es existir. En contraposición a Descartes que dice "Pienso, luego existo", la novelista y su personaje afirman con humor que primero existen y luego (a veces) piensan. Se entregan con deleite a pensar con los sentidos, como a veces nos sucede ante el mar, en donde nos salimos de la burbuja humana y aprendemos a "pensar con las aletas de una barracuda que asciende en diagonal dejando tras de sí una estela de burbujas".

La novela de Berman recién publicada en España, es considerada por la novelista Ana María Matute como un relato inolvidable sobre la libertad y el derecho a la diferencia. Circulará en 30 países, entre ellos, Inglaterra, Francia, Italia, Estados Unidos, Alemania, Holanda, Suecia, Israel, China y Japón. Sorprende que todavía no hay edición mexicana. Por el momento uno tiene que mandarla a pedir a España.

La mirada limpia de una mujer que ve al mundo sin adjetivos, desnuda nuestros enredos y contradicciones, nuestra indiferencia y crueldad ante lo humano y lo "no humano". La narración de Sabina es una obra maestra, llena de humor y compasión, que bucea en una inteligencia y una belleza conmovedoras. Berman nos recuerda que el verdadero autismo es que los niños se críen sin ningún afecto y que el auténtico milagro es, simplemente, lo que ya existe porque sí.

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jueves, 28 de octubre de 2010

VERA MILARKA en su columna LA DIABLA en Reforma. MUESTRARIO (Primera parte)

Vera, puntual y precisa con su reseña de lo que ocurre en Guadalajara:

LA DIABLA



Su columna en REFORMA.COM



Muestrario (I)


Vera Milarka
11 Nov. 10

(Primera Parte)

Han pasado seis días desde que inició la 31 Muestra Nacional de Teatro en la ciudad de Guadalajara y, aunque el flujo de la organización operativa y la logística tardó en arrancar, se vive un momento clave de esta fiesta en la que siempre hay hallazgos artísticos, reafirmaciones de talento y mucho más potencial de grupos y obras en progreso que están en la vía de consolidar sus conceptos en la confrontación con públicos diversos.

Las actividades académicas se han llevado a cabo en el Instituto Cultural Cabañas y van de la filosofía del teatro a la dirección, de la práctica actoral a la escenografía, de técnicas de producción a la crítica, y al menos en esta última ha visto ya resultados con la participación de colaboradores en El Diario de la Muestra, un periódico que se edita al día con las reseñas, los comentarios y las fichas de las obras y que de no ser por cierto acartonamiento en su concepción editorial es toda una aportación al ejercicio histórico testimonial que un evento como éste requiere para agregar experiencia en cada emisión.

Hablar del vasto programa de actividades y del conjunto de obras que a esta fecha se han presentado no es posible, pero hay algunos puntos que quiero subrayar y que dan cuenta de la eficacia de la movilización del gremio en relación a temas para reflexionar. Los ciclos de conferencias y mesas redondas, así como el encuentro de los artistas dialogando sobre sus trabajos y sus estéticas, han posibilitado atisbar las principales preocupaciones de los creadores, los investigadores y teóricos en el quehacer de los últimos tiempos: el teatro contemporáneo, las transversalidades, las micropoéticas, los lindes con otras disciplinas y con la propia relación entre lo que sucede en el espacio escénico y el intercambio de rol con los espectadores.

La edición 31 de la Muestra a la que se ha subtitulado "Paradigmas y desplazamientos" -en un afán de darle unidad a los trabajos seleccionados a partir de una convocatoria previa y en la que 12 estados de la República son los participantes, más como un recurso para inspirar el debate que como una curaduría, porque esta "antología teatral" no se elige a partir de un concepto a priori-, ha dado como resultado en la discusión la urgencia de encontrar, en principio, una base teórica y metodológica para abordar los temas, ya que se evidencia una ausencia de unidad en este aspecto; mientras en una mesa todavía se pone en duda si el teatro prehispánico era o no "teatro", o forma parte de los hitos del teatro histórico mexicano, en otra mesa se encajona con la semiótica el fenómeno escénico cuando sólo explica fragmentariamente algunos de sus componentes, lo que orilla a recurrir obligadamente a un concepto filosófico más amplio.

Esta dificultad para enunciar las bases de sentamiento de una teoría del arte, específicamente del teatro, hace que se tienda a desterrar del mapa teatral no sólo nociones como "representación" como un concepto que limita las nuevas expresiones performativas, sino también supone reflexionar nuevos vocablos multidimensionales con los que se hable de "acontecimiento" como aquello que sucede en el espacio-tiempo, de un discurso donde fundamentalmente se crea una metáfora sustentada en una poiesis, entendiendo ésta como la propia fabricación del objeto artístico.

En la jornada de ayer, un foro polémico de análisis de las políticas públicas relativas al sector teatro dejó abierto un campo puntualmente documentado por la tesis doctoral de Tomás Egea, cuyos datos duros y reveladores evidenciaron la opacidad de una estructura (FONCA) de estímulos a la creación, que si bien es el mejor modelo de los últimos 20 años en el País, empuja a la comunidad a cuestionar críticamente sus grandes escollos, ya que prevalece un sistema vertical donde los principales beneficiarios son un grupo de "notables" que relativizan la tarea democrática que exige no sólo la administración cultural efectiva, sino la supervivencia de las estéticas disponibles en el real quehacer escénico mexicano.


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Las crudas de Jesusa
Vera Milarka
28 Oct. 10

Ante los despropósitos y la tomadura de pelo que resultaron ser los espectáculos de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, es mejor pasar por alto dichos numeritos, algunos realizados por lo "más granado" de nuestros directores y directoras de teatro.

Como quien dice, "herir susceptibilidades" por desmenuzar cada montaje, cuyo conjunto resultó un "bodrio bizarro, barrococó y totalmente kikirikicht" no tiene caso. Lo único que quedaba por hacer, era asomarse a un espectáculo que al menos prometía el escarnio de este anómalo suceso de festejos seudonacionalistas.

Así llegué a ver Las crudas del Bicentenario de Jesusa Rodríguez, en un atípico lugar de presentación, tanto por la vocación del montaje como del propio foro: el Museo Universum de la UNAM. Allí estuve junto a espectadores como Elenita Poniatowska, Marcela Lagarde y otras divas y divos de la escena y la cultura mexicana actual.

A propósito de Universum y a "ciencia cierta" no sé si Jesusa ya dejó el "vicio" (el espacio teatral y etílico), pero lo que sí vi es que este show trasladado a un teatro "convencional" es lo más solemne y lejano al divertido teatro de cabaret.

La anécdota no tiene mayor importancia, la idea es una especie de acto de prestidigitación; un mago que es Francisco I. Madero hace diferentes "suertes" al tiempo que su acompañante es una mujer embarazada y maltrecha, que se mete unos alcoholes, unos churros de marihuana y unas líneas de coca para bajarse la borrachera, y no es otra más que la mismísima Patria (Matria) representada como aquella vieja portada de los libros de texto de la SEP. "Lengua Nacional", -se decía en vez de Español-, y era una recia mestiza vestida con una túnica blanca y sosteniendo el lábaro patrio.

Es inútil contar las ironías, los chistes y las parodias de una actriz que goza un género que bien domina, al lado de su compañera de vida y andanzas teatrales: Liliana Felipe, al piano... Tanto Madero, como Carlos Salinas, Jesusa se ve "igualita" a ellos, así que la jocosidad, la rabia contra el sistema, la chispa del chiste rápido y coyuntural ejercen su natural estímulo... Y sin embargo, en conjunto, resulta todo muy visto, muy agotador y agotado el discurso.

¿Qué si hacen falta los tragos, para tomarse bien la obra? Yo creo que sí. Al desnaturalizar el concepto del teatro de cabaret, que bien visto podría ser de carpa, el show no resiste la sobriedad (la de los actores sí) pero no la del espectador. Y menos el fondo de esos "eskeches" que terminan evidenciando el patetismo en el que vivimos, y donde el público (a quien se le han dado una boletas antes de entrar al teatro, para pedirle que escriba por quién votaría y porqué en estos momentos), obvia el nivel de ignorancia y falta de sentido del humor.

Resulta desmoralizante especialmente para la propia Jesusa quien tiene que lidiar con respuestas que no producen más risa, sino un poco más de vergüenza en algunos casos, propia y ajena. El punto es que, tanto los efectos teatrales, como algunos chistes y la representación de estos es predecible, repetitiva, falta de imaginación; el muy sobado recurso de incorporar la televisión y desfasar la imagen con lo que se dice de ésta ya no dota al espectáculo de frescura sino de tedio.

La obra es una expresión efectiva de la cruda realidad, de la crudeza de los momentos que vivimos, de la flatulenta política, de la nauseabunda iglesia, de un six de héroes, de un vomitivo presidente Salinas al estilo reeleccionista porfiriano, etc., pero lo que causa un dolor de cabeza migrañoso y real es ver la resaca de una talentosa mujer como Jesusa que está amodorrada haciendo lo que ya les heredó bien y bonito a las Reinas Chulas; y a la que quisiéramos despertar de su sueño perredista, para que levantara el vuelo de sus enaguas. Hace falta un teatro más profundo, creativo y punzante, sabemos que se puede ser abstinente a todo, menos al arte.


milarquinarte@yahoo.com.mx





Para Muestra...
Vera Milarka
14 Oct. 10

En menos de un mes se llevará a cabo en la ciudad de Guadalajara la fiesta más importante del teatro nacional: la XXXI Muestra Nacional de Teatro organizada por la Coordinación Nacional de Teatro del INBA y las instituciones culturales de la sede, del 5 al 13 de noviembre.

A pesar de contar con más de 30 años de mostrar la diversidad creativa del País en el campo de las artes escénicas, a diferencia del Festival de Cine de Morelia, la sociedad está ajena a esta celebración que moviliza a centenares de personas; incluso ahora en uno de los momentos de mayor calidad teatral en México, quizá equiparable a la que hubo en la década de los años 70.

Sabemos que las comparaciones nunca fueron buenas, pero establecer parámetros sirve. Algunas actividades han corrido con mejor suerte que otras por diversos factores: popularidad, inserción en el mercado, mejor organización gremial, coyuntura política, cobertura mediática y, finalmente, "conciencia ciudadana"-tan de moda- pero inexistente en ambientes como el teatro.

Y es que los mismos teatristas han confabulado contra su propio oficio, con una actitud de poca o nula solidaridad entre sí; discusiones que no buscan puntos de encuentro sino la supremacía de estatus en los que se lucha por determinar, si son los dramaturgos los "reyes" del teatro o los directores; o se discute sobre las becas como si fuese un botín "democráticamente" a repartir.

Y en esas diatribas, el público -al que se ofrenda todo arte- no es tomado en cuenta, no en vano a éste tampoco le interesa lo que pase dentro o fuera de los teatros. Y los espacios, salvo honrosas excepciones, están vacíos y los grupos siempre en la tablita de la bancarrota.

No obstante todas estas carencias, estamos en un momento decisivo para impulsar la actividad teatral, y es allí donde la lección de los cineastas nacionales abre brecha en los pasillos del Legislativo. Precisamente con la iniciativa de ley presentada por la senadora María Rojo, que busca conseguir los respectivos estímulos fiscales para los productores teatrales con el artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, tal como se hizo para fomentar la producción cinematográfica nacional.

En su defensa a favor, María Rojo afirma: "se ha comprobado su bondad toda vez que el número de producciones antes del estímulo era de tan solo siete películas por año y a partir de la participación de los contribuyentes esa cifra se multiplicó por diez. ¿No es ese el propósito de un estímulo, no se trata de detonar una actividad que, además de generar empleo y dar valor agregado y producir una derrama económica notable, también reactiva nuestra vida cultural...?".

Hay que sobreponerse al deterioro del medio, para observar lo que sí está funcionando y hay que impulsar. Esta iniciativa es una oportunidad para unir intereses, la Muestra Nacional de Teatro es la otra oportunidad que merece que los propios teatristas (que son los que menos ven teatro) se enteren y difundan el quehacer llevando de la mano a ese público que aún no se "estrena" en la actividad.

Si la rancia idea de que este tipo de eventos son un gasto para promover "exquisitos" y no una inversión para afianzar un derecho constitucional al que debemos aspirar, entendiendo que la cultura es una necesidad y no un adorno que da "lustre" a los individuos (claro, salvo a los presidentes, que ni por eso se cultivan); estamos condenados a consumir el único espectáculo masivo, sangriento y "gratuito", al que estamos sometidos: la famosa guerra contra el narcotráfico.

Atender los llamados del presidente Calderón para resolver la problemática de la violencia en nuestro país es una empresa fuera de nuestro alcance, para eso hay ejércitos -en el sentido real y figurado-, preparados para ello. Atendamos mejor lo que sí está en nuestras manos: interesarnos por desarrollar nuestra cultura y comprender quiénes somos desde ese lugar llamado teatro, que está más vivo que nunca.


milarquinarte@yahoo.com.mx




Hasta agotar existencias
Vera Milarka
30 Sep. 10


Al respetable público le debo una disculpa por la errata de mi artículo pasado en donde, como la mujer araña: "por una maldición de mis padres" escribí Luis en vez de Juan Villoro, un lapsus línguae que devino de, curiosamente, una conversación en la que me afané por explicar, precisamente, que era de Juan y no Luis de quien iba a escribir la nota sobre El filósofo declara.

Y si bien no es una justificante, cuando menos explica la paradoja (parajoda) de mi desbarre. Una disculpa pues, al respetable y al maestro Villoro a quien admiro y leo con mucho gusto.

Dicho lo anterior, entro en la obra de un autor que en México ha generado toda una "saga" teatral en manos de Hugo Arrevillaga y la compañía Tapioca Inn. Esta vez se trata de Pacamambo de Wajdi Mouawad, actualmente en el teatro La Capilla, una pieza que, como bien dice Sandra Narváez es "un dulce", y añado, que es capaz de quitarnos el mal sabor de la muerte.


Wajdi Mouawad

La anécdota gira entorno a una niña que desaparece casi 20 días por quedarse a enfrentar a la muerte, la que se ha llevado a su abuela. Ella y su perro han vivido una experiencia que en un ámbito de realidad resulta de un alto impacto dramático, sobre todo si consideramos que la abuela muerta no ha sido enterrada en todo ese tiempo y que su descomposición ha afectado necesariamente a la pobre criatura que ha permanecido allí, custodiándola a pesar de no tener qué comer ni beber y de apenas medio dormir.

Este hecho se ve contrastado con la forma en que la nieta en "realidad" lo ha vivido (o soñado), y esto lo sabemos por la presencia de un psicólogo quien, una vez que ella ha sido rescatada, indaga qué fue lo sucedido. Allí entra la magia de Mouawad, este empeño por rescatar la génesis de las leyendas familiares, de los pueblos, de los orígenes ancestrales, devolver a los hombres y mujeres de este tiempo nuevas razones para ritualizar su mundo, su explicación de sí mismos.

Mouawad parece insistir en que hemos perdido esos ritos que nos ayudan a comprender nuestros dolores, en este caso, es el duelo lo que está en el horizonte de una región que no existe: Pacamambo, un lugar que se parece a todos los continentes, un lugar donde ningún hombre duda que "otro hombre sea hombre", es decir, donde la humanidad se reconoce como tal, como lo hacen los animales.

Un deseo latente de igualdad, de necesidad de abolir las diferencias étnicas, raciales y de clase, entre otras; esas que hacen que ciertos seres humanos sean de "primera" y otros de "segunda", donde los hombres están por encima de las mujeres, los blancos son mejores que los negros, los jóvenes se sienten superiores respecto a los viejos, y así hasta agotar existencias.

El centro, no obstante, es la comprensión de las etapas de la muerte de nuestros seres queridos; real y simbólicamente, la muerte debe ser honrada, debemos estar allí, "al pie del cañón" como esta niña hace con su abuela, para ir comprendiendo la secuencia del dolor, desde la negación de los hechos, hasta la pena más honda de querer nosotros mismos acabar con nuestra existencia para irnos con nuestros muertos, para no sufrir lo que sin duda vivimos como un abandono que no se ha de resarcir, hasta que pase mucho tiempo, a través del recuerdo.

Esa forma de encarar la muerte, desde el momento en que tratamos de eludir la tragedia, haciendo como que todo es un sueño, hasta la definitiva partida y el adiós amoroso, es la lección de la puesta en su conjunto.

Las actuaciones son una emanación sincera del discurso unitario del autor, en el que un parlamento nos puede referir a otra de sus obras: Incendios; los actores están compenetrados con un estilo definido de conversar escénicamente con Mouawad, un lenguaje donde priva la sencillez como continente y donde fluye la narrativa cargada de elementos simbólicos (dirección-escenografía) interpretada con gran profundidad emocional y espiritual.
milarquinarte@yahoo.com.mx



Vera Milarka Ramos Koprivitza nació con la luna llena del 12 de octubre, en la calle de Corina 10, Coyoacán (DF). Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad Iberoamericana. Diplomada en Liderazgo y Debate Político por la Fundación Cambio XXI-Luis Donaldo Colosio y diplomada en Gestión y Desarrollo Cultural por el CNCA-Museo de San Carlos y el Espacio Espiral. Ha sido catedrática de la Universidad Iberoamericana en el Departamento de Arte y en el Departamento de Comunicación; de la Universidad del Claustro de Sor Juana y en la Universidad del Mar. Fundó el Taller de Apreciación de Cine en 1983 en Difusión Cultural del Instituto Politécnico Nacional.Ha sido Jefa de Actividades Artísticas en la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Jefa de Museografía del Museo Universitario “Casa de los Muñecos” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Jefa de Eventos especiales de la Secretaría de Extensión Universitaria y Difusión Cultural de esa universidad. Ha sido periodista cultural desde hace más de 15 años en distintos medios nacionales donde se han destacado sus trabajos de reseña crítica sobre artes plásticas, cine y teatro. Ha sido jefa de sección, editora y directora editorial de publicaciones periódicas de cultura, arte, derechos humanos, ciencia y tecnología. El periódico Síntesis, la Revista Impacto, las revistas Personal Computing , Carmatech, Cuartoscurso, Gente en Acción y el periódico español El País son algunos de los medios en los que ha trabajado. Actualmente es crítica de teatro con su columna ‘La Diabla’ en la seccion de Cultura del periódico Refoma.

Teatrista desde 1977 se inció en la actuación infantil en el Instituto Nacional de Bellas Artes, posteriormente estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, el Centro Universitario de Teatro y el Núcleo de Estudios Teatrales, estudió con maestros como Sergio Jiménez, Luis Mandoki y Ludwig Margules. Ha trabajado en diversas producciónes teatrales y ha sido directora del grupo de teatro de la Universidad Autónoma de Tlaxcala y otros grupos independientes. Entre su trabajo sobresaliente ha dirigido La Marquesa de Sade de Yukio Mishima en una adaptación propia y La Diabla con vestido azul (monólogo para actor, video y computadora) también de su autoría, por la que recibió la Beca de Coinversión del Fonca (CNCA) en el año 2000, en el área de interdisciplina.

Ha sido directora de varios proyectos editoriade desde la trinchera de su despacho personal y compartido de diseño editorial maQuinArte. La poesía y la narrativa de humor corrosivo han sido sus actividades compartidas.

LO MÁS RECIENTE DE GABO: Carmen Sigüenza, BABELIA Y Reforma comentan "Yo no vengo a decir un discurso" e inserto oportuno texto de ALDÁN.




Carmen Sigüenza comenta:

"Yo no vengo a decir un discurso", un libro donde se reconoce la prosa llena de música, duende y alma del escritor colombiano, premio Nobel de Literatura, y que se publica seis años después de su breve novela "Memoria de mis putas tristes".

Aquí García Márquez ha seleccionado veintidós textos que recorren su vida, desde el que escribió a los diecisiete años para despedir a sus compañeros del curso superior en Zapaquirá, en 1944, hasta el que lee en México ante las Academias de la Lengua y los reyes de España en 2007.

La poesía, la escritura, América Latina, el periodismo como el mejor de los oficios, el cine, el medio ambiente, sus amigos escritores o políticos, como el ex presidente de Colombia Belisario Betancur o el escritor Álvaro Mutis, son algunos de los temas de estas piezas literarias; porque es así como se pueden considerar a estos discursos o relatos impregnados de magia y sello personal.

En estas páginas el Nobel desvela por qué empezó a escribir y cómo empezó. "Yo comencé a ser escritor de la misma forma en que me subí a este estrado: a la fuerza", dice el autor de "Cien años de soledad".

Y esa aventura comenzó cuando el autor colombiano resolvió escribir un cuento "para taparle la boca a Eduardo Zalamea Borda", quien había escrito que las nuevas generaciones de escritores no ofrecían nada.

Un cuento que el escritor mandó a "El Espectador" y que el periódico publicó un domingo a toda página, con una nota de Borda reconociendo que se había equivocado y que en ese cuento surgía el genio de la literatura colombiana.

Luego García Márquez reconoce que "el oficio de escritor es tal vez el único que se hace más difícil a medida que más se práctica".

El libro recoge también el bello y comprometido discurso que el autor leyó al recibir el premio Nobel: "La soledad de América Latina".

Una reivindicación, como escritor y como persona, de la singularidad de América Latina y en la que, en otras cosas, dice: "Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social?".

Y continúa: "¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes?".

También en su encendida defensa de la imaginación escribe que "América Latina es el primer productor mundial de imaginación creadora, la materia básica más rica y necesaria del mundo nuevo...".

Del periodismo dice el autor que se aprende "haciéndolo", que la buena primicia "no es la que se da primero sino la que mejor se da" o que la grabadora no es el sustituto de la memoria.

La publicación de "Yo no vengo a decir un discurso" coincide curiosamente con la próxima salida, el 3 de noviembre, de la nueva novela de Mario Vargas Llosa, "El sueño del celta", un acontecimiento cargado de espectación por la reciente concesión del Nobel al escritor peruano.

Así, estarán juntos en las librerías los dos libros de los escritores más representativos del llamado boom latinoamericano, igualados por el premio Nobel, grandes amigos de antaño pero con algún problema personal que les hace ahora irreconciliables, y con multitud de seguidores.

Lectores que se dividen por sus diferentes gustos y en muchas ocasiones se colocan como forofos de fútbol: o eres de García Márquez o de Vargas Llosa, por sus formas tan diferentes de escribir y ver el mundo.


CARMEN SIGÜENZA hoy confrontó
a VARGAS LLOSA Y GARCÍA MÁRQUEZ, mientras
EDILBERTO ALDÁN, había escrito el siguiente texto:


Historia de un deicidio

Tengo un libro en las manos y ese libro me hace recordar cosas, como que días atrás Beto Buzali envió un correo con un enlace a la nota en El País que presentaba un fragmento del prólogo de la edición conmemorativa de Cien años de soledad, escrito por Vargas Llosa, y escribió:

A pesar de todo, ya sea por nobleza, dinero, protagonismo o etcétera, etcétera; Vargas Llosa escribe finalmente el prólogo a la edición conmemorativa de Cien años de soledad ahora sí que para su "ex".

Nueve minutos después (que es lo que se tarda Buzali en leer una nota completa y combatir el entusiasmo por la divulgación súbita de noticias) mandó otro correo señalando que "ya había aparecido el peine" y el enlace a la nota donde se explica de dónde salió el prólogo de Vargas Llosa: Historia de un deicidio, el ensayo “prohibido" que el autor de La guerra del fin del mundo se había negado a reeditar desde su bronca con García Márquez, aunque Vargas Llosa diga que la razón es porque tendría que actualizarlo:

P. Y ha incluido Historia de un deicidio.
R. Desde luego. No he reeditado Historia de un deicidio por la sencilla razón de que es una obra que tendría que actualizar, y eso requeriría por mi parte un esfuerzo. Es un libro que termina prácticamente con el volumen de cuentos que publicó García Márquez luego de Cien años de soledad, o sea, más de la mitad de la obra de García Márquez ha quedado fuera. Pero en unas obras completas está incluido.
P. ¿No influye su distanciamiento con García Márquez?
R. Ese tema no lo tocamos.
P. Se lo pregunto por la cuestión anímica, porque es difícil enfrentarse con frialdad a algo conflictivo, a algo que duele.
R. Mire, hay cosas que realmente no las escribiría de la misma manera hoy en día, por supuesto, pero supongo que eso le pasa a todos los escritores y a todos los seres humanos. Cuando revisas tu vida encuentras muchas cosas que hubieras preferido no hacer, o que hubieras preferido hacer de otra manera. Pero yo creo que si tú publicas tus obras completas, no tienes derecho a hacer esas mutilaciones, no tiene sentido además. Por eso creo que es muy importante que se publique todo con un orden cronológico, donde se pueda seguir una vida con todas sus contradicciones, las caídas, las levantadas, los traspiés que también tienen una vida literaria y artística.
leer entrevista completa aquí

Si bien Historia de un deicidio ya forma parte de las obras completas de Mario Vargas Llosa publicadas por Círculo de lectores y aparece en el Vol. VI. Ensayos literarios, durante mucho tiempo no fue accesible a los lectores por la negativa del autor a la reimpresión.

Más allá del morbo que puede despertar la lectura ahora de un elogio antiguo, Historia de un deicidio tuvo en su tiempo una importancia significativa, como lo demuestra la polémica entre Ángel Rama y Mario Vargas Llosa en las páginas literarias del semanario Marcha.

Lo explica mejor Pilar Roca Escalante en su artículo El debate entre Ángel Rama y Mario Vargas Llosa en el periódico Marcha:

La tesis, y no el libro, con que Vargas Llosa encaraba la lectura de García Márquez era para Rama una peligrosa vuelta a tras para la nueva generación de críticos y creadores que despuntaba en estos años. De entre las muchas afirmaciones de Rama, ésta y la de ser acusado de usar un lenguaje teológico que contrariaba la idea de arte como trabajo humano y social, que aporta el marxismo, (…) reedifica la tesis idealista del origen irracional -sino divino, al menos demoníaco- de la obra literaria, enojó seriamente al novelista y provocó un debate que se extendió desde mayo a septiembre de mil novecientos setenta y dos. Y no era para menos. Rama invalidaba en los puntos más esenciales el punto de vista crítico sostenido por Vargas Llosa. (…) Para Rama se estaban definiendo nuevos géneros literarios porque los nuevos productos culturales así lo indicaban, mientras que Vargas Llosa consideraba la tradicional división de géneros como algo consumado, y la literatura como una manifestación cuyo abordaje crítico no podía ser comparado a otras producciones textuales (…) El enfoque globalizante de Rama ya entonces empezaba a incluir en su balance una definición de lo americano, unas manifestaciones culturales y producciones discursivas que Vargas Llosa no contemplaba y que incluso criticaba. El novelista peruano no podía admitir que la definición de escritor como productor y el tratamiento sociológico de la literatura valiera lo mismo para una película, una teoría filosófica, una revista de tiras cómicas, un manual de zoología, un catecismo, un reportaje periodístico y un folleto con instrucciones para el uso de un insecticida. Dejando de lado la evidente ironía de estas palabras, que Rama supo rodear, en el fondo sí, era lo mismo. El texto literario entendido como una manifestación social y no como una obra suelta e individualista de un genio casual e imprevisible, según la comprensión romántica, debía ser leído como cualquier otro producto, como una película u otro resultado discursivo que vendría como consecuencia de los nuevos medios de comunicación y de una cultura que se encontraba en formación, en efervescencia.

Hasta hace poco tiempo la inencontrable Historia de un deicidio, además de levantar polémicas sobre las perspectiva desde la que se vale analizar, abordar, la obra literaria, alimentaba la leyenda negra de Vargas Llosa (ver una página muy completa sobre el autor de La tía Julia y el escribidor), ahí está, por ejemplo, el video titulado La traición de Mario en YouTube en el que se ve el momento en que Vargas Llosa se niega a firmar un ejemplar de este ensayo.

Claro, se niega a firmarlo porque es un libro pirata (única forma en que se podía conseguir un ejemplar),
para quien se interese en esa banalidad aquí una explicación que se queda corta de Javier Murguía, protagonista del incidente.

Tengo un libro en las manos pues, la primera edición de Historia de un deicidio, lo veo, lo huelo, lo acaricio, todavía me cuesta trabajo creer que lo tengo conmigo a pesar del contundente peso de las más de 650 páginas de esta edición de 1971 de Monte Ávila Editores. Es una alegría extraña, de librero viejo, como la recientemente sentida cuando supe que podría conseguir una edición de Jardín secreto de Francisco Tario, de esas que sólo se pueden presumir ante algunos cuantos (poquísimos) so pena de ser calificado de imbécil, nerd, ratón de biblioteca o intoxicado de literatura.

Historia de un deicidio está dedicado a Cristina y José Emilio Pacheco y tiene el siguiente epígrafe:

...circles, circles; innumerable circles, concentric, eccentric; a coruscating whirl of circles that by their tangled multitude of repeated curves, uniformity of form, and confusion of intersecting lines suggested a rendering of cosmic chaos, the symbolism of a mad art attempting the inconceivable.
Joseph Conrad, The Secret Agent

Antes de emprender la lectura pienso en a quién se lo podría presumir, pienso en Buzali, sí, seguramente le daría envidia. Así que Buzali, desfallece de envidia.

Otro amigo me dice que por cosas como estas seré un anciano muy solitario, rodeado de gatos y viendo pasar por la ventana a los jóvenes valores literarios perseguidos por sus groupies… es posible, pero no me puedo quedar con las ganas.

Tengo un libro en las manos y la certeza de que he de disfrutar su lectura, la seguridad de que si llego a viejo será rodeado de gatos y envidiando aquellos que cruzan la calle, también estoy seguro de que después de esta nota en la que balconeo públicamente a Buzali no podré recuperar la traducción de los Cuatro cuartetos de T.S. Eliot realizada por José Emilio Pacheco… Valdrá la pena.


VOLVIENDO A "LA REALIDAD REAL"




El más reciente texto de Gabriel García Márquez, editado por Mondadori, ya fue presentado en la Ciudad de México.

Aquí puedes revisar (estracto) uno de los 22 textos que integran la obra

Gabriel García Márquez

Previo a que el nuevo libro Yo no Vengo a Decir un Discurso, del colombiano Gabriel García Márquez, llegue a las librerías, te presentamos un extracto de uno de los 22 textos que integran la obra.


Botella al mar para el dios de las palabras
Zacatecas, México, 7 de abril de 1997

A mis doce años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!». El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?». Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo y, con tanto rigor, que tenían un dios especial para las palabras.

Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual.

Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.

La lengua española tiene que prepararse para un ciclo grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de diecinueve millones de kilómetros cuadrados y cuatrocientos millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de Letras Hispánicas en los Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países.

Llama la atención que el verbo pasar tenga cincuenta y cuatro significados, mientras que en la República del Ecuador tienen ciento cinco nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero, dijo: «Parece un faro». Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es el color de los enamorados.

¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cereza que sabe a beso? Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo XXI como Pedro por su casa.

En ese sentido, me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, con los ques endémicos, el dequeísmo parasitario, y devolvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y la jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima, ni confundirá revolver con revólver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?

Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas al mar con la esperanza de que le lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis doce años.que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis doce años.

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BABELIA de El País, (haz clic) nos comenta

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¿Será el mismo Gabo?

¿Es o se parece?