20 de Agosto 2014
A través de un puñado de breves textos, Alberto Chimal esboza la historia de una civilización. Si es real o ficticio, es lo de menos. Estamos ante un volumen que tiene como su centro temático, la memoria. En entrevista, el narrador mexicano habla sobre la reedición de un título deudor del mejor Borges.
Creador también, del sitio www.lashistorias.com.mx, Chimal se ha convertido en uno de los mayores promotores del uso creativo de internet y las redes sociales.
¿Por qué reeditar Gente del mundo?
La primera versión del libro apareció en 1998, después se quedó un buen rato en el limbo. En su momento le fue bien y siempre había querido reeditarlo pero por distintas razones no se había podido. Ahora aparece en una versión corregida y aumentada, espero que sea su versión definitiva y que encuentre más lectores porque es de lo mejor que he hecho. Me parece que todavía tiene algo que decir sobre el presente aunque no apele a los titulares de hoy.
¿De qué manera la fantasía dialoga con el presente?
Cualquier obra de imaginación fantástica dialoga con el presente. Primero, porque está escrita por alguien que vive en un contexto real. Por muy estrafalario que sea el libro fue realizado por alguien común. Segundo, algunas de las obras de quienes se imaginan las cosas de otra manera, sí pueden observar la realidad de lado o por reflejo, más que por lo inmediato. Hay literatura de género que alcanza a decir cosas que el realismo no dice. Elrealismo tiene ciertas capacidades, lo mismo sucede con la imaginación fantástica que puede ver aspectos ocultos. Creo que ambas vertientes son complementarias.
Hablar de ciudades desaparecidas como plantea en el libro implica una revisión de la memoria.
Gente del mundo aspira a hablar de varias cosas pero sobre todo de la memoria histórica y su pérdida, del olvido; de la supresión deliberada de ciertos momentos. Este catálogo de pueblos que nadie sabe si existieron o no tiene que ver con la invención de personajes y culturas ajenas pero también con la manera en que se conserva su memoria y éste me parece un tema pertinente. Vivimos en una época donde es un cliché decir que no tenemos memoria, que nuestra atención no va más allá de las noticias del día o del chisme del momento en las redes sociales. Y creo que es importante mencionar que existe un pasado que va más allá de lo momentáneo; hay cosas que hacer con nuestro pasado y que nos pasan de noche.
Usted es muy activo en las redes sociales, ¿cómo hacer literatura por ese medio?
La literatura es una cosa muy rara porque la tenemos desde el principio de la especie.
Aunque la palabra se refiere a letra, “litera”, en realidad tenemos literatura desde aquellas historias antiquísimas y orales que están con nosotros desde el comienzo y por tanto la podemos tener más allá de la letra impresa. La literatura no es más que el lenguaje usado para manifestar quienes somos y cómo existimos en el mundo, para tratar de encontrarle un sentido a la vida. No cambia el propósito, cambian las herramientas. Internet y las redes sociales son usadas en su mayoría para contactos triviales y está bien pero también se pueden usar como algo creativo. Es lo que me interesa y por eso junto con un grupo de gente exploramos sus posibilidades creativas. Así como la imprenta le dio y quitó cosas a la literatura oral, lo mismo sucede con internet. No sabemos si nos tocará ver un nuevo género literario acorde a los tiempos.
Desde hace diez años realiza un concurso de cuentos a través de internet.
Es una experiencia interesante porque formamos una comunidad de lectores virtualy una vez al mes hacemos una reunión, también virtual, sobre nuestra escritura. No es un taller porque no evaluamos, se trata de revisar nuestra experiencia creativa cotidiana. Ahora no necesariamente se crea pensando en publicación sino para el momento y la experiencia compartida, es algo que desconcierta a mucha gente.
Hay críticos que aseguran que ahí no existe literatura porque no hay un proceso editorial.
Si quieres no lo llamemos literatura y dejémoslo como escritura, pero como mínimo hay una expresión de pensamiento que se apropia de un territorio para manifestar su posición en el mundo. No se trata de excluir al libro, son actividades distintas, complementarias y que incluso pueden desembocar en literatura convencional. Cada vez son más los autores que llevan sus materiales en la red a un libro impreso.
Pero, ¿no falta conocimiento? Por la inmediatez de publicar en un blog, no falta mayor preparación o formación intelectual en un texto.
Es un riesgo sacrificar todo a la inmediatez o al ingenio momentáneo, que es lo predominante en las redes. Pero esto no es culpa de internet sino del uso que le damos. Igual se puede publicar una porquería en un
libro impreso. Sin duda apostarle a la superficialidad, como sucede en las redes, es una realidad pero se puede evitar proponiendo alternativas que no sean el consumo inmediato.
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