viernes, 17 de febrero de 2012

LA PIEL CHINITA de José Gordon en Reforma: LE CUADERNO VERDE


EL CUADERNO VERDE

La piel chinita

Una amiga me dijo que tenía la prueba infalible de que estaba viendo una obra de arte conmovedora: "Se me pone la piel chinita". En efecto, todos hemos sentido que hay escenas de películas, fragmentos musicales, imágenes plásticas que alteran nuestra fisiología. Algunos experimentan un nudo en la garganta, otros que la respiración se entrecorta. En lo personal tengo una sensación eléctrica, placentera, que envuelve delicadamente a mi cerebro.

Lo que no queda claro es la universalidad del disparador de esas emociones. Para algunos puede ser Mozart, para otros una canción de los Beatles o unas imágenes de una película de Stanley Kubrick. Para desentrañar estas reacciones hay que tratar de aislar piezas que ponen la piel chinita o hacen que una persona se quede al borde del llanto.

En noviembre del año pasado, en el espléndido programa de humor Saturday Night Live, se presentó un sketch sobre una canción de rompe y rasga. La canción se llama Someone like you (Alguien como tú) y es interpretada por la artista británica Adele, reciente ganadora de seis Grammys. El sketch se burla de -y a la vez reconoce- el efecto que genera esta melodía. En una oficina, una mujer es consolada por sus compañeros ya que no consiguió un ascenso. En cuanto se queda sola, pone en su laptop la canción. Llora y la balbucea. Cuando entra una compañera (Emma Stone), cierra la laptop, pero Emma le dice que debe oírla ya que tiene sentimientos conflictivos que deben salir en torno al final de la temporada de una serie televisiva. Reanudan la canción y las dos lloran inconsolables con la melodía. Otra mujer entra intempestivamente y se une al llanto al recordar a dos pajaritos que están encerrados en una jaula. Después llega el elenco masculino. Sufren por una banalidad y la canción también les sirve para liberar su tristeza. Con cualquier pretexto la música se ajusta a una emoción de llanto.

Lo interesante es que los escritores del sketch tocaron un fenómeno colectivo al reconocer con ironía el impacto emocional -que borda en lo cursi- causado por una canción que habla de una ruptura amorosa. En el Wall Street Journal, Michaeleen Doucleff trató de analizar lo que ocurre con esa canción: ¿Por qué esa música mueve a la tristeza? ¿Por qué es tan popular? En este marco, Doucleff subraya unos estudios realizados por el doctor Robert Zatorre en la Universidad McGill en Montreal. Estas investigaciones plantean que la música emocionalmente intensa libera dopamina en los centros de placer y recompensa del cerebro. Cuando la sensación es fuerte se tiende a repetir la conducta.

En una entrevista que le hicieron a Zatorre en el Portal educativo del Estado Argentino, el científico aborda el problema de los disparadores de esas emociones que pueden ser múltiples: "Nadie sabe bien por qué hay tantas posibilidades. En uno de los experimentos que llevamos a cabo en mi laboratorio, Anne Blood y yo descubrimos que cuando una persona siente escalofríos o 'piel de gallina' al escuchar un trozo musical, las zonas del cerebro que se excitan son parecidas a las que están asociadas a lo que los psicólogos llaman el sistema de recompensa. O sea, ciertos núcleos que también están involucrados en otras sensaciones apacibles, como la comida y el sexo. Esto fue muy sorprendente, pero aún no sabemos por qué se producen estos fenómenos, precisamente".

El doctor mexicano José Luis Díaz, que ha investigado el efecto de la música en la fisiología, plantea que dentro de la matriz de emociones que genera hay una que le intriga particularmente. Puede ser activada por la música popular, pero tal vez, de manera más profunda, por piezas como el segundo movimiento de la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky. Me dice: "Es una emoción expansiva, al mismo tiempo calmada y solemne. En particular me produce -como a muchos otros- escalofríos en la espina. Las palabras se quedan cortas. Víctor Hugo planteaba que la música puede expresar lo que no podemos expresar y lo que sin embargo, al mismo tiempo, no podemos callar". En ese momento habla la piel chinita.

pepegordon@gmail.com

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Fecha de publicación: 17

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