Por lo mismo, son muchas las buenas películas pertenecientes a estas dos industrias, pero existen también otras que se escapan a lo que estamos acostumbrados.
Dejando fuera la técnica de stop motion (pues da para otra lista) y la animación computacional, he aquí 20 películas animadas que no son ni Disney ni Animé y que podrían transformarse en tus favoritas.
2 episodios de “Fantasía 2000″ (2000)
“Vampiros en La Habana” (1985) de Juan Padrón
Film cubano que cuenta la disparatada historia de un vampiro trompetista que logra, gracias a un antídoto, soportar la luz solar. Por lo mismo, vampiros mafiosos, tanto norteamericanos como europeos, tratan de apoderarse de la valiosa fórmula. Entretenida y con una animación simple, pero eficiente.
“Fritz el gato” (1972) de Ralph Bakshi
Bakshi, el mismo creador de la versión animada de “El señor de los anillos”, “Heavy metal” y “American pop”, entre otras, nos muestra a un gato artista que se droga y participa de fiestas y orgías. La película está basada en la historieta de Robert Crumb.
“Idiots and Angels” (2008) de Bill Plympton
Un tipo miserable al que le salen alas. A ratos delirante, a ratos compasiva. Una crítica bizarra del destacado animador Bill Plympton.
“Chico y Rita” (2010) de Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando
Lo mejor de esta película es, sin duda, la música: un verdadero homenaje a los artistas cubanos y a a la época dorada del jazz, además de regalarnos muchas citas cinematográficas, principalmente de género musical. Una mirada a Cuba con sus pro y sus contra. No es la mejor película de esta lista, pero se deja querer.
“Allegro non troppo” (1976) de Bruno Bozzetto
Una especie de parodia italiana a “Fantasia”. También está construida con pasajes de música docta animados, pero es menos infantil, además de que representa a los músicos como verdaderos esclavos. Bozzetto se da un festín de insolencia y el resultado es digno de revisar. El capítulo de la Evolución con el Bolero de Ravel es ya todo un clásico.
“Las aventuras del príncipe Achmed” (1926) de Lotte Reiniger
La directora alemana y su equipo tardaron 3 años en armar y grabar estas aventuras extraídas de “Las mil y una noches”, con una animación muy particular, pues se trabajó en base a siluetas. Esta entretenida película posee gran encanto y genera muchos momentos de tensión. Una verdadera reliquia de la animación.
“Me casé con un extraño” (1997) de Bill Plympton
Plympton hace uso de toda su imaginación, otorgándole a su sensible protagonista curiosos poderes para alterar la realidad, transformándose en un bicho raro para una sociedad que sólo ve su potencial lucrativo. Es dispareja, pero tiene momentos geniales.
“El ilusionista” (2010) de Sylvain Chomet
Basado en un guión del director y comediante francés, Jacques Tati, este trabajo -que debe mucho al cine mudo (como las otras obras de Tati)- adquiere cierta nostalgia y elegancia inusual, pues trata finalmente de cómo los tipos de entretención han ido cambiando con la tecnología. Aparenta ser cómica, pero como casi siempre suele ocurrir, no es más que el disfraz de otra tristeza.
“Watership Down” (1978) de Martin Rosen
Aunque este tipo de animación se acerca más al estilo tradicional occidental, posee ciertos detalles más realistas que le entregan la crudeza necesaria a una historia que es más de bestias que de animales. Aquí no hay conejitos, sino conejos. Hay sangre y hay muertes. La naturaleza (y humanidad) salvaje en todo su esplendor. Basado en el cuento infantil de Richard Adams.
Dejando fuera la técnica de stop motion (pues da para otra lista) y la animación computacional, he aquí 20 películas animadas que no son ni Disney ni Animé y que podrían transformarse en tus favoritas.
2 episodios de “Fantasía 2000″ (2000)
En esta especie de homenaje a la primera fantasía, se invitó a directores y animadores diversos. Es por eso que en dos segmentos hay un estilo muy distinto a lo que acostumbramos ver de Disney. Estos son: la animación de la “Sinfonía 5″ de Beethoven, geométrica y abstracta, hecha por Pixote Hunt, y la de”Rhapsody in blue” de Gershwin, con la inspiración gráfica de Al Hirschfeld y una metrópolis alborotada.
“Vampiros en La Habana” (1985) de Juan Padrón
Film cubano que cuenta la disparatada historia de un vampiro trompetista que logra, gracias a un antídoto, soportar la luz solar. Por lo mismo, vampiros mafiosos, tanto norteamericanos como europeos, tratan de apoderarse de la valiosa fórmula. Entretenida y con una animación simple, pero eficiente.
“Fritz el gato” (1972) de Ralph Bakshi
Bakshi, el mismo creador de la versión animada de “El señor de los anillos”, “Heavy metal” y “American pop”, entre otras, nos muestra a un gato artista que se droga y participa de fiestas y orgías. La película está basada en la historieta de Robert Crumb.
“Idiots and Angels” (2008) de Bill Plympton
Un tipo miserable al que le salen alas. A ratos delirante, a ratos compasiva. Una crítica bizarra del destacado animador Bill Plympton.
“Chico y Rita” (2010) de Fernando Trueba, Javier Mariscal y Tono Errando
Lo mejor de esta película es, sin duda, la música: un verdadero homenaje a los artistas cubanos y a a la época dorada del jazz, además de regalarnos muchas citas cinematográficas, principalmente de género musical. Una mirada a Cuba con sus pro y sus contra. No es la mejor película de esta lista, pero se deja querer.
“Allegro non troppo” (1976) de Bruno Bozzetto
Una especie de parodia italiana a “Fantasia”. También está construida con pasajes de música docta animados, pero es menos infantil, además de que representa a los músicos como verdaderos esclavos. Bozzetto se da un festín de insolencia y el resultado es digno de revisar. El capítulo de la Evolución con el Bolero de Ravel es ya todo un clásico.
“Las aventuras del príncipe Achmed” (1926) de Lotte Reiniger
La directora alemana y su equipo tardaron 3 años en armar y grabar estas aventuras extraídas de “Las mil y una noches”, con una animación muy particular, pues se trabajó en base a siluetas. Esta entretenida película posee gran encanto y genera muchos momentos de tensión. Una verdadera reliquia de la animación.
“Me casé con un extraño” (1997) de Bill Plympton
Plympton hace uso de toda su imaginación, otorgándole a su sensible protagonista curiosos poderes para alterar la realidad, transformándose en un bicho raro para una sociedad que sólo ve su potencial lucrativo. Es dispareja, pero tiene momentos geniales.
“El ilusionista” (2010) de Sylvain Chomet
Basado en un guión del director y comediante francés, Jacques Tati, este trabajo -que debe mucho al cine mudo (como las otras obras de Tati)- adquiere cierta nostalgia y elegancia inusual, pues trata finalmente de cómo los tipos de entretención han ido cambiando con la tecnología. Aparenta ser cómica, pero como casi siempre suele ocurrir, no es más que el disfraz de otra tristeza.
“Watership Down” (1978) de Martin Rosen
Aunque este tipo de animación se acerca más al estilo tradicional occidental, posee ciertos detalles más realistas que le entregan la crudeza necesaria a una historia que es más de bestias que de animales. Aquí no hay conejitos, sino conejos. Hay sangre y hay muertes. La naturaleza (y humanidad) salvaje en todo su esplendor. Basado en el cuento infantil de Richard Adams.
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