Hay algunos productos alimenticios que nos gustan más si no sabemos de qué están compuestos.
Cada día, comemos cosas que creemos inocuas. Pero, ¿sabes de dónde viene el aroma a vainilla de tus galletas preferidas o cómo se consigue que los cereales del desayuno se mantengan tan crujientes?
Secreciones anales de castor
En las listas de ingredientes, aparece como "castoreum”. Cómo lo consumimos: productos con sabor a vainilla. Aunque el castoreum, un líquido que se acumula en una glándula entre el ano y el pene de los castores, no suene muy APETITOSO, se usa con mucha frecuencia como sustituto del aroma natural a vainilla.
Pelo humano
En las listas de ingredientes, aparece como “L-cisteína”. Cómo lo consumimos: bagels, pasteles… Lo creas o no, este componente hecho con pelo humano y/o plumas de pato se utiliza en realidad como potenciador del sabor. La L-cisteína es bastante común, así que no te asustes si te decimos que probablemente la hayas tomado hoy.
Alquitran
En las listas de ingredientes, aparece como “colorante alimenticio”. Cómo lo consumimos: en cualquier producto alimenticio con un color artificial. Cuando los fabricantes empezaron a crear colorantes alimenticios sintéticos hace casi 120 años, confiaban en el alquitrán como producto seguro. Aunque la industria de la alimentación se ha desarrollado mucho desde entonces, la alternativa que propone no es mucho mejor: el petróleo.
Anticongelante
En las listas de ingredientes, aparece como “glicol de propileno” o “propylene glicol”. Cómo lo consumimos: vinagreta u otros aliños de ensalada. El glicol de propileno se usa frecuentemente como anticongelante (si bien es menos tóxico que el glicol de etileno, un producto similar) y podemos encontrarlo como espesante alimentario en salsas para aliñar ensaladas.
Productos ignífugos
En las listas de ingredientes, aparece como “aceite vegetal bromado” (BVO). Cómo lo consumimos: refrescos con sabor a limón . A priori, el aceite vegetal no tiene nada de malo. En cambio, la presencia de bromina debería preocuparnos más. La bromina, que se utiliza para proteger los muebles del fuego, puede ser tóxica. Un alto consumo de esta sustancia puede provocar problemas neurológicos y una pubertad precoz.
Productos ignífugos
En las listas de ingredientes, aparece como “butilhidroquinona terciaria” (TBHQ) . Cómo lo consumimos: nuggets de pollo, chicles... Este componente no solo es asqueroso; también puede ser muy peligroso. Este conservante creado sintéticamente se usa para cualquier producto, desde chicles hasta pintauñas, pasando por galletitas con sabor a queso. Por desgracia, es tan tóxico que con tomar un solo gramo podrías enfermar.
Arena
En las listas de ingredientes, aparece como “dióxido de silicio”. Cómo lo consumimos: sal y sopas, entre otros. El dióxido de silicio se puede añadir a los alimentos como componente antiaglutinante. A menudo, se emplea para controlar el nivel de humedad. Así que, si tu sopa tiene una textura arenosa, ahora ya sabes por qué.
Combustible para aviones
En las listas de ingredientes, aparece como “butilhidroxitolueno” (BHT). Cómo lo consumimos: cereales. Siempre nos han dicho que los antioxidantes son buenos para la salud, pero también es verdad que algunos son mejores que otros. El BHT entra dentro del grupo de los “otros”. Esta propiedad antioxidante contribuye a mantener los alimentos frescos por más tiempo. De este modo, tus cereales seguirán crujientes ¡semana tras semana!
Bórax o tetraborato de sodio
En las listas de ingredientes, aparece como “E-285”. Cómo lo consumimos: caviar. El bórax se utiliza en la industria nuclear y química; sirve para fabricar jabón, lejía e incluso abonos. Además, puede estar presente en el caviar como conservante.
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