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15 de Diciembre 2014
Es el caso de la web de citas OkCupid, que ha decidido brindar un casillero considerable para especificar tanto el género como la opción sexual de sus usuarios. ¿Heterosexual? ¿Transexual? ¿Gay? ¿Bisexual? ¿No-necesariamente-ninguna-de-esas-opciones? ¿Depende-de-tantas-cosas? La web ofrece también demisexual, heteroflexible, homoflexible, pansexual, queer, probando e incluso sapiosexual. Dentro de cada una de estas, hay aún más opciones. Además, permite añadir más de uno de estos tags (hasta cinco) en casos fronterizos o de duda. Hace unos meses, Facebook también añadió medio centenar de términos para seleccionar la orientación y el género. Incluso personajes tan esquivos e inclasificables en la materia como el cantante británico Morrissey podrían llegar a encontrar su mejor definición.
¿Por qué la gama de posibilidades es ya tan amplia como los cientos de formas de decir la palabra blanco que tiene un esquimal? ¿Por qué a veces leer sobre sexualidades parece más un horóscopo con una lista seria? Hay quien dice que la gente confiesa más detalles en entornos como los de la Red. Pero es importante recordar que Internet no inventa las sexualidades; les da visibilidad. Este el nuevo mundo en el que estamos viviendo y, para ir acostumbrándonos a todas las opciones, aquí una pequeña guía con muestras:.
Demisexual
Dícese de quien solo siente atracción sexual si existe una conexión emocional con la otra persona. El vínculo puede no ser necesariamente romántico. El deseo puede también brotar gracias a una amistad genuina.
Sapiosexual
Dícese de quien puede sentirse atraído por cualquier ser humano, siempre que este tenga un coeficiente intelectual superior a la máxima velocidad permitida a los coches en las autopistas. O, dicho de otro modo, quien se excita con las conversaciones inteligentes, huye del cortejo rutinario y se enciende con mentes audaces. La etiqueta da la razón al cineasta gamberro John Waters, que decía: “Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te acuestes con él” (él lo decía con otras palabras, de hecho).
Sexualidad fluida
Dícese del tipo de orientación sujeta a eventos vitales, coyunturas e impulsos según la época. Rich Savin-Williams, director del departamento de sexo y género en la Cornell University, afirma que a la gente joven le gusta la fluidez en las etiquetas. Que hace tiempo que ha rebasado la dicotomía binaria para abrazar sexualidades más complejas. Eso mismo opina Mike Maxim, uno de los responsables de OkCupid, que considera que a pesar de no responder a un mercado enorme, esas categorías no deben ser obviadas.
Lumbersexual
Dícese del sujeto que atrae sexualmente gracias a su aspecto rudo de trabajador en un aserradero de Oregón (aunque viva en un barrio de moda de una gran ciudad). La nomenclatura sexual en Internet está sujeta también a los movimientos pendulares de las tendencias. Si antes se ensalzaba al hombre metrosexual, sin sofocos para admitir un mimo obsesivo de su salud e higiene (cremas, depilaciones, etcétera), ahora parece tomar terreno el leñasexual, un tipo más bien rudo con aspecto de leñador. Algunos ven la conexión con la barba y las camisas de cuadros de los hipsters mientras que otros subrayan su relación con el aspecto más oso de los entornos gais. Normalmente, son urbanitas que sueñan con regentar una granja, aunque hay quien los acusa de que quizás no sabrían desplumar un pollo o empuñar un taladro para colgar un cuadro en casa.
Spornosexual
Dos décadas después de que el periodista inglés Mark Simpson acuñara el término metrosexual, el spornosexual es su versión narcisa, empleada a veces con un puntito de distancia irónica, en el entorno de las redes sociales. Lo es quien se esmera en marcar su tableta de chocolate con la vocación de enseñarla generosamente publicandola gratuitamente (en todas las acepciones del término)selfies en Internet. La etiqueta permite (y alienta) una lectura paródica del fenómeno.
Bicurioso
Dícese de quien muestra cierta curiosidad por explorar esporádicamente alguna relación con alguien del sexo que no tiene como prioritario. Se trata de una especie de mutación sutil, anónima y, dicen que, más predominantemente femenina de la clásica bisexualidad. Existe también el término heteroflexible, que se podría distinguir del bicurioso, por lo visto cada vez menos en boga, por unas cuantas discusiones más bien bizantinas (la clave está en si lo que mueve a la acción es la mera curiosidad o no).
Arromántico
Dícese de los que, al margen de sus pulsiones sexuales, nunca regalarán flores ni darán sorpresas a la salida del trabajo de la persona deseada. Birromántico es si harán precisamente todo eso con personas de ambos sexos. Y heterorromántico y homorromántico, si dedicarán a su opción favorita grandes escenas de comedia romántica. La lista sigue: panromántico, transromántico, polirromántico…
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