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1 de Diciembre 2014
Se llama Elizabeth Gadd, tiene solo 21 años y todo lo que sabe de fotografía lo aprendió sola. Para ello, se embarcó en un reto personal diario que le sirvió de aprendizaje constante. Superado este reto, ha conseguido viajar a Islandia y ha retratado paisajes aún más sobrecogedores. Esta es su historia.
Autodidacta convencida
Elizabeth fue educada en casa. Solía dibujar a sus mascotas y, cuando su padre le dejó una cámara por primera vez, empezó a fotografiarlas. "La fotografía pronto se convirtió en mi forma artística preferida", dice en una entrevista a Phlearn. Decidió tomárselo en serio: se prometió que se haríaun autoretrato todos los días del año y que, además, intentaría que cada foto fuera mejor que la anterior.
Así empezó su proyecto de 365 fotos, un reto personal que le sirvió para formarse. "Todo lo que sé vino simplemente de horas de experimentación", asegura Gadd. Solía lanzarse a excursiones sin rumbo buscando la localización perfecta para sus fotos. Cuando daba con el sitio adecuado, disparaba. Los lugares que retrata son sorprendentemente hermosos, pero ella le resta importancia a este aspecto: "Me siento muy afortunada de haber nacido rodeada de los paisajes increíbles deVancouver".
En sus autoretratos, Gadd utilizó un disparador a distancia para accionar su Canon 60D, colocada en un trípode. Después, aprendió a manejar herramientas de edición fotográfica. "Quiero sacarle el máximo de belleza a cada fotografía para hacer el resultado final más cautivador, pero sin excederme", dice.
Se lo tomó en serio: puedes ver los resultados en su álbum ' Project 365'.
Islandia: la recompensa a un año de esfuerzo
Tras superar su reto personal, Elizabeth consiguió sacar adelante uncrowdfunding para viajar a Islandia con un grupo de fotógrafos. Ahora ya podemos ver los resultados de esta ' Icelandic Adventure', el nombre del nuevo proyecto. Gadd pasa de retratarse a sí misma a fotografiar a sus compañeros de viaje en entornos más espectaculares, si cabe, que los de Vancouver.
Podría decirse que Elizabeth Gadd eleva la selfie a otro nivel. Cuando parece que el autoretrato moderno se ha convertido en una tendencia para alimentar el ego sin ninguna voluntad artística, ella lo utiliza para formarse yexperimentar su relación con la naturaleza.
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