1 de Diciembre 2014
Que levante la mano quien no haya sido adolescente. Y que la levante aún más quien no haya odiado a sus padres en algún momento de ese difícil periplo vital que se inicia en la pubertad: basta una mínima bronca para que nuestros padres se conviertan en verdaderos ogros. Pero, ¿por qué odiamos de esa manera? Ahora la neurociencia dice tener una explicación.
Una investigación llevada a cabo por varias universidades estadounidenses monitorizó los cerebros de 32 jóvenes, de una media de 14 años, que escucharon 30 segundos de una bronca pronunciada nada menos que porsu señora madre. Observaron entonces que el cerebro del adolescente activa sobre todo las áreas relacionadas con la emociones negativascuando le están regañando.
El estudio se ha centrado en tres sectores del cerebro: la parte que regula las emociones, el área de control de la empatía y el área de procesamiento de emociones negativas —como la amígdala cerebral—. El área reguladora de emociones y la que controla la capacidad para entender a los demás presentan muy poca actividad durante estas situaciones. O como resumía el neurocientífico colaborador de Wired Christian Jarret, el cerebro adolescente "desconecta cuando oye las críticas de mamá". Sin embargo, el área centrada en provocar emociones negativas presenta una mayor actividad cerebral.
Según sugiere Jarrett, muchos de los adolescentes que han participado en el estudio no odian a sus progenitores; al contrario, opinan que por lo común les comoprenden. Por tanto, la evasión de las broncas se debería en estos casos a una voluntad subconsciente de protegerse contra cualquier conflicto. De esto se deduce que no hay un odio real, sino más bien unaislamiento.
Ah, bendita adolescencia... De haberlo sabido a tiempo, muchos de nosotros habríamos imprimido este estudio para dárselo a nuestros padres antes que largarnos de casa de un portazo. Ahora bien, ¿A una mamá enca...britada, le importa lo que diga la neurociencia? Improbable.
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