CONOCER A UN HUMANISTA QUE LUEGO RESULTA SER TU AMIGO Y CÓMPLICE EN TRAVESURAS LITERARIAS ES UNA DE LAS GRANDES COSAS QUE NOS PUEDE SUCEDER JAMÁS.
MIGUEL Z. CHÁZARO PARTIÓ PARA NARRAR SUS HISTORIAS A UNA MEJOR AUDIENCIA
Nacido en Jalapa, tlacotalpeño de corazón,
Miguel Cházaro tiene las cualidades jarochas,
la de la liviandad y la del ingenio, de la lucidez y de la gracia.
Caballeroso hombre de letras, deleita a sus oyentes y a sus lectores.
Hay que leerlo al son de las arpas
y bajo las arcadas de los cafés al aire libre para disfrutarlo mejor.
En otros cuentos que también habrá que leer
se descubre como trovador fascinante que nos trae el encanto del mar
y la precisión arquitectónica de sus caracolas.
Elena Poniatowsca
UN CUENTO DE MIGUEL :
YA DE ESTO HACE CASI TRES MESES
Miguel Z. Cházaro
“Transportes Generales del Norte; diga usted”. “Necesito un flete fuera de la ciudad”. “¿Dónde hay que recogerlo?” “Granados 47, Lomas” “¿A dónde se va a llevar?” “A Guadalajara, Barlovento 2624”. “¿Qué es lo que se va a llevar?”. “Un hoyo más o menos grande; como de tres por tres y medio, por dos cincuenta metros de profundidad”. “¿Cuánto pesa más o menos?”. “Muy poco, casi nada; es nomás un hoyo”. “De todos modos le mandaré un camión grande... es por el volumen”. “ ¿Cuánto me va a costar?”. “Le cobraremos siete mil pesos”. “De acuerdo ¿Pueden recogerlo mañana a las ocho de la mañana?”. “Sí, allá estaremos”.
El camión llegó puntual. El chofer y los macheteros cargaron el hoyo con cuidado y sin mayor dificultad.
- “¿No lo amarran?”- pregunté.
- “No, no es necesario, cabe exacto en la caja”.
- “¿Pero no se resbalará en la subida?”
- “No, va detenido por la redila de atrás”.
El viaje empezó bien. Yo le temía a la calle de la esquina y fui hasta ella. Sucedió lo que sospechaba: al ir subiendo por el empedrado el camión se zangoloteó mucho y en una de ésas, el hoyo rompió la redila y se salió por la parte de atrás.
No fue eso todo lo malo, sino que para volver a cargarlo, el camión se echó en reversa y como el piso estaba mojado, patinó y se cayó en el hoyo.
Y ahí en verdad empezó el problema, porque debiendo ser yo el que reclamara, la compañía me culpó: que porque la carga era peligrosa. Fuimos a la delegación, donde se armó un lío.
Total que el juez nos puso a cada cual una multa: a ellos por causar tanto trastorno en la vía pública, y a mí, porque el hoyo quedó ahí a media calle. Y ahora como “no hay presupuesto”, pues se quedó el camión dentro del hoyo.
Ya de esto hace casi tres meses.
Miguel Cházaro es ingeniero, nació en Jalapa durante la etapa cruenta de la Revolución. Ha cumplido con la tarea de ser hombre después de haber plantado más de mil árboles, procreado 8 hijos y escrito tres libros. Tiene el “único vicio que no deja remordimiento”, la lectura. Vive en armonía con la naturaleza.
Buenísimo!!
ResponderEliminarTodos deberiamos telefonear para que nos recogieran muchos agujeros. Los transportistas serían así el gremio más adinerado.