¡COMPLETO!
EXHIBICIÓN, SUSPENSIÓN, RAP...
SUSPENSIÓN DE LA EXHIBICIÓN DEL DOCUMENTAL.
algunos considerandos...
"...Según la Ley de Derechos de Autor, Victor Manuel tiene derecho de demandar a los realizadores. Vamos a ver cómo está la cosa:
1. artículo 87. "El retrato de una persona sólo puede ser usado o publicado, con su consentimiento expreso, o bien con el de sus representantes.(...)Cuando a cambio de una remuneración, una persona se dejare retratar, se presume que ha otorgado el consentimiento a que se refiere el párrafo anterior y no tendrá derecho a revocarlo, siempre que se utilice en los términos y para los fines pactados.Sin embargo, en el mismo artículo:NO será necesario en consentimiento a que se refiere este artículo cuando se trate del retrato de una persona que forme parte menor de un conjunto o la fotografía sea tomada en un lugar público y con fines informativos peridísticos.
ESCRITURaLEATORIA por Miriam Jerade
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“no se debe contar a los familiares que la comida es insuficiente y vomitiva, que el sexo es moneda de cambio por algún privilegio o castigo violento contra los vulnerables, que la única ley es la de los madrazos, que hay ricos y pobres, que la droga circula libremente, que los baños son casi inexistentes, que los funcionarios se enriquecen a costa de familiares, que todo se puede conseguir allá dentro: celulares, mujeres, buena comida, privilegios si te juntas con los que debes y pagas lo que cuesta” Carlos Puig
El lugar que habitan los presuntos culpables
RICARDO RAPHAEL
“Difícilmente existe una coordenada más arbitraria y más injusta en todo el Estado mexicano que el proceso penal; un curso jurídico donde la verdad no importa sino la obtención —por cualquier medio— de culpables a quienes velozmente meter a la cárcel”
Presunto culpable
Arnoldo Kraus
En México se es culpable si las autoridades lo desean o lo requieren; se es culpable si se carece de dinero y se tiene la desgracia de ser primero víctima de la policía y después del sistema judicial; se es culpable si es la pobreza la que determina el estatus social y ésta la condición jurídica; se es culpable cuando nuestro sistema jurídico requiere ensalzar sus logros, y se es culpable porque la maraña, ineptitud y sordera de nuestras leyes impide, aunque sea el caso, demostrar inocencia.protagonista de Presunto culpable fueculpable durante casi tres años por un crimen que no cometió. Dejó de serlo por un quiebre del destino: su novia, después de haber sido alertada de un breve documental (El túnel), donde se exponen las irregularidades del sistema penal de este país, se acercó a sus creadores, Layda Negrete y Roberto Hernández, jóvenes abogados estudiantes de doctorado en Berkeley, California.
El filme contiene dos tramas que se entremezclan. La primera gira en torno a un joven tianguista en Iztapalapa. Toño es acusado de homicidio con arma de fuego por el primo de la víctima, quien, además, es testigo del crimen. Tal y como lo ratifican, al menos tres personas, en el momento del asesinato, Toño se encontraba trabajando. La segunda historia desvela algunos fragmentos de nuestro sistema judicial. Toño es acusado por un crimen que no cometió, es capturado, golpeado por la policía y condenado a 20 años de prisión. Entrevero en los párrafos siguientes ambas historias.
La infamia cometida contra Toño finalizó por la conjunción de tres circunstancias: su novia encontró con quién hablar, Negrete y Hernández dedicaron muchas, muchísimas horas para estudiar el caso y el acusado tuvo la suerte de contar con un abogado defensor, que además de no cobrar, contribuyó con la dupla Negrete-Hernández a exponer las groseras irregularidades del juicio. Toño fue absuelto por la suma de las circunstancias previas. Tuvo suerte –si es que suerte es el término adecuado–, ya que fue liberado después de purgar una condena injusta entre fines de 2005 y mediados de 2007. El destino –¿suerte?– de Toño debe sopesarse: a pesar de ser inocente pasó 804 días en prisión, mismos 804 días de inconsciencia para quienes lo encarcelaron sin razón y sin competencia alguna. Son demasiados los Toñosencarcelados y escasísimos los Toños de Presunto culpable.
Dirigido por Roberto Hernández y por Geoffrey Smith, el documental demuestra, con rigor, sin excesos, sin amarillismo cuán endeble es nuestro sistema judicial y expone sus entrañas. La verdad no importa, lo que importa es fabricar culpables. Importa lo que dice la fiscal: Acuso porque ésa es mi chamba. Importa la voz del policía anónimo: A los probables delincuentes les inventamos delitos. Importa el recuerdo inicial de Toño: Fuiste tú. No te explico nada, cabrón. No te hagas pendejo. Ya te agarré, ya te chingaste. Cuando la presunción de inocencia ha sido suplida por la presunción de culpabilidad, como sucede en México, todo es posible. Fabricar culpables y encarcelar inocentes es el sello de la justicia en México. Sumadas algunas circunstancias –código postal, clase social, color de la piel–, se corre el riesgo de ser detenido sin pruebas y ser juzgado sin testigos. Y se corre el riesgo, como sucedió con Toño, de ser culpable a pesar de que las pruebas que evaluaron si había o no disparado fueron negativas. Después de 24 horas del homicidio Toño deja de ser inocente a pesar de que no existían averiguaciones científicas.
El documental, por medio de una serie de estadísticas, que aparecen como focos rojos a través del filme, demuestra con cifras la crudeza del sistema y la (casi) imposibiliad de la justicia. Inter alia: 95 por ciento de las sentencias en el DF fueron condenatorias. 93 por ciento de los reos nunca vieron la orden de aprehensión. 41 por ciento de los presos son torturados. Si a esas cifras se agrega la indefensión y la injusticia crónica que padece más de la mitad de la población mexicana por ser pobre, se comprende las sinrazones por las cuáles las cárceles están saturadas de toños. La ética cero de los Ministerios Públicos, la insanidad de la policía, la incompetencia y falta de profesionalismo de los jueces y las irregularidades de los procedimientos de origen son norma y alimento de la corrupción.
¿Es posible escapar de ese mare magnum putrefacto? No lo creo: Sin esos oprobios no existiría el sistema judicial mexicano. Leer para confirmar: el juez que condenó nunca asistió a las audiencias; el abogado defensor carecía de cédula profesional; dos judiciales que amenazan a los abogados de lo que pudiera pasarlesy un juez, que con dificultad entiende los planteamientos del abogado defensor, son, entre otras, algunas de las razones para explicar la inmovilidad y la inmortalidad de un sistema de justicia corrupto y brutal.
El documental de Hernández, Negrete y Smith retrata a la injusticia mexicana. Las imágenes casi siempre tienen más peso que las palabras. Así sucedió tras la matanza de Aguas Blancas, así pasa cuando observamos a una persona colgada de un puente, así sucede cuando se muestra un cuerpo decapitado. Negrete y Hernández colgaron al lado de sus títulos profesionales una cámara. Con ella retrataron a nuestro sistema judicial. Con ella mostraron la indefensión de muchas personas. Urge implementar los juicios orales en lugar de los escritos. A través de ellos los presuntos culpables tendrían más oportunidades y los presuntos fiscales y jueces menos oportunidades.
¿Censura a Presunto culpable?
Ojo por ojo
Álvaro Cueva
2011-03-06
•Acentos
¡Qué asco! Entre más fluye la información sobre el caso Presunto culpable, más se confirma su tesis: tenemos que hacer algo con nuestro sistema judicial. Luche por ver este documental, discútalo e impida que se cometan más injusticias.
Quiero felicitar a todas las personas que han estado luchando, en los últimos días, por frenar la distribución, exhibición y promoción del documentalPresunto culpable.
Tienen razón. Es una película que viola los más elementales derechos de ese pobre muchacho que acusó de asesinato al protagonista de esa historia.
Pero no sólo eso, deja muy mal parado a nuestro sistema judicial. ¡No se vale! Esos policías merecen respeto. Ese juez es un profesional de su oficio. ¿Por qué lo quieren perjudicar? ¡Por qué!
¿Sabe usted el horror de existencia que deben estar viviendo esos personajes? ¿Ya se puso a pensar en el trato tan desagradable que deben estar recibiendo nada más por haber salido en ese filme?
Ojalá que muy pronto lo saquen de las pantallas. Y no sólo eso, ojalá que lo bajen de internet y que metan a la cárcel, de inmediato, a todos esos piratas que lo andan distribuyendo.
¡Bravo! ¡Qué bueno que por fin la autoridad tomó cartas en este asunto! Es delicadísimo que se juegue así con la privacidad de las personas.
Por lo mismo, yo quiero invitar a la jueza que generó todo este escándalo a que continúe haciendo bien su trabajo y a que ordene que se cancelen, cuanto antes, todos los noticieros de la televisión mexicana.
¿Por qué? Porque todos han mostrado, en algún momento, a algún delincuente y eso, necesariamente, les ha arruinado la vida. ¡Pobrecitos!
No sé usted pero yo, por ejemplo, quiero que esa jueza ponga tras las rejas a Laura Bozo por acabar con la imagen de los “desgraciados” que han salido en su programa.
Quiero que multe a Rocío Sánchez Azuara por exhibir a toda la gente que ha salido en su talk show, que congele a Carlos Loret de Mola por haber puesto a temblar a Kalimba y que ordene una investigación para encerrar, lo antes posible, a todos los locutores que sacaron clips del juayderito.
¿No se dio cuenta usted de cómo violaron los derechos de Joaquín López Dóriga? Lo hicieron pomada. Eso es injusto. Eso es violencia. Eso no se puede permitir. Para eso no son las leyes. Para eso no son los medios.
Igual, ahora que sí existe la justicia en este país, urge que esa jueza y que toda la Suprema Corte hablen con Felipe Calderón y le digan que ya no puede presentar en televisión a las cabezas del crimen organizado cuando las capturan.
Eso no sólo viola su privacidad, acaba con la vida de sus familias e impide que sus amigos sean felices, y así no podemos seguir.
No más juicios públicos, no más noticias, no más reportajes, no más documentales, no más talk shows y no más reality shows.
Que ni por error se vaya a permitir que se vuelva a hacer algo como Big brother o La academia porque entonces sí tendremos que salir a tomar las calles.
Es más, le suplico de la manera más atenta a todos esos abogados que manden quitar las cámaras de seguridad de los bancos y de las tiendas, que retiren de inmediato las cámaras que están en las calles de algunas de nuestras ciudades y que se tipifique a los paparazzi como criminales de alto riesgo.
No sé usted, pero yo ya no voy a permitir que mi carro salga en los videos de los embotellamientos de tránsito que sacan en la tele, y si lo quieren sacar, que me paguen porque es mi carro, es mi privacidad y es mi derecho.
Y ya que andamos en esto, me parecería muy inteligente por parte de la autoridad que se demande a todos los canales de televisión que reprodujeron, hace unas cuantas semanas, el famoso video de Top gear en donde esos honorables ciudadanos ingleses expresaron su opinión de México y sus ciudadanos.
La razón es muy simple, a ellos se les trató muy mal y nunca nadie les pidió su autorización por escrito para reproducir ni su imagen ni sus palabras.
¿Censura a Presunto culpable? No, claro que no. Esto no es censura, es todo lo contrario, es aplicar la ley. ¡Qué bueno! ¡Qué bonito! ¡Ya era hora!
¡Ah, qué bien me siento! Por fin nuestros impuestos están trabajando y se va a impedir que cualquier hijo de vecino nos grabe y nos perjudique.
No, ya, en serio. ¡Qué asco! Entre más fluye la información sobre el caso Presunto culpable, más se confirma su tesis: tenemos que hacer algo con nuestro sistema judicial.
Por favor, luche por ver este documental, discútalo e impida que se cometan más injusticias de todo tipo. ¡De todo tipo!
¡Atrévase a opinar!
Por twitter intercambiamos un breve preludio a la expectativa generada por Presunto Culpable. Hoy, después de leer la crítica en el Blog de Cine de Letras Libres, recordé que te debía un comentario, que por supuesto, merece de más de 140 caracteres. En principio, la película me parece aterradora. Y esperanzadora. No llega a radiografía, apenas es un retrato superficial de lo que sucede a un pobre ciudadano si cae en manos de la justicia en México. Ya se ha dicho: aquí, llegan a la cárcel los pobres, no los criminales. Por supuesto, resultado de nuestra mala y mexicanísima costumbre de lucrar indignamente, hasta con la justicia. Una industria inhumana, despiadada e infame. Eso no se ve en el documental, lo que sí es evidente es el resultado: quienes pueden comprar su libertad, acaban comprando también algún presunto culpable. El dinero es el que ha moldeado desde hace décadas o siglos, a nuestra justicia. Por cierto, desde hace mucho tiempo no me había decepcionado tanto un texto en Letras Libres. Una crítica muy pobre. No la leas si no lo has hecho. Por lo menos a mí no me gusta perder mi tiempo. Saludos cordiales.
ResponderEliminarMi punto de vista es el siguiente: (independientemente de hacer mío el comentario que escribió hoy, 2 de marzo, en La Jornada, Arnoldo Kraus; leelo: http://bit.ly/gvdpb9 )
ResponderEliminarLa película como tal tiene problemas de edición y no existe en el contenido aquello que nos pueda o deba sorprender "enormemente" porque se trata de vivencias a las que estamos acostumbrados. El cinismo de "nuestros" empleados que trabajan en el Poder Judicial es francamente infrahumano así como las consideraciones de los judiciales y policías. Pero en fin, yendo a un nivel más profundo, rpito, hago mía la columna de Arnoldo.
Quedo a tus órdenes.
Repito el link: http://bit.ly/gvdpb9
En la interpretación de la ley, las líneas son siempre delgadas. Desde mi perspectiva, tiene validez legal mostrar el rostro y decir el nombre del testigo. Por tratarse de un documental, al retratar una audiencia pública y con fines periodísticos, PUEDE hacerlo. Pero el poder y el deber siempre se conflictúan en derecho. El testigo alega que la película le causa daño moral y que no se le solicitó su autorización para exhibición comercial. Aquí, el demandante tiene -por lo menos- un punto: al exhibirse comercialmente, el documental genera utilidades, por lo tanto se hace cuestionable su carácter "periodístico". Para mí, lo interesante del caso va más allá y no me refiero a teorías de la conspiración. Esta suspensión está sirviendo para despertar más interés sobre la película, algo que no supe explicar en Twitter. Si alguien no quiere que la película se vea (llámese Víctor, Juez balconeado, sistema judicial o Pito Pérez), con esta acción se obtiene justamente lo contrario: más gente la va a ver. Cosa que a ti, a mí y a muchos mexicanos medianamente conscientes, nos interesa. Ojalá que no la vean en copia pirata, sería lamentable. Pero aún así, mejor que la vean a que no la vean. Y refrendo lo dicho, el mensaje de la película no se diluye si le "pixelean" la cara al sujeto en cuestión y se omite su nombre. La película es suficientemente elocuente: la justicia en México apesta.
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