Este hombre escribió esta novela
Intemperie es
una de las suculentas apuestas españolas para esta nueva temporada. Avalada por
el éxito de su publicación por toda Europa antes de editarse siquiera, traslada
al lector un sentido de responsabilidad grave. Que editores de trece países se
unan para sacar a la luz simultáneamente esta obra, siendo una ópera prima es
algo que atrae ¿Realmente estará a la altura de estas expectativas? Sí, pero déjennos explicarnos.
Jesús
Carrasco acaba de cumplir cuarenta años desde que naciera en Badajoz.
Actualmente es redactor publicitario e Intemperie es su debut literario.
La
historia es sencilla. Hallamos a un chico, casi un niño agazapado en un encinar,
semienterrado, mientras una partida compuesta por el alguacil, el maestro y
otros hombres de la aldea le buscan. Nos hallamos en un espacio mesetario
fácilmente identificable con la España central dentro una época que no nos
interesa en absoluto pero que seguramente es el segundo cuarto del siglo
pasado. Se ha escapado de la casa de su padre y su marcada obstinación por no
ser descubierto presagia que su huida responde a algo peor que el castigo por
ser encontrado.
Poco
después se acerca a un cabrero, un pastor viejo, artrítico y solitario, quien
sin ninguna muestra de cariño lo acoge durante unos días. Su huida se ve
aderezada de la iniciación al pastoreo, búsqueda de agua y pastos, ordeño, caza
menor para subsistencia. Todo ello como recuerda el título, a la intemperie. El
alguacil cada vez más va cerrando el cerco tras el chico en este paisaje seco y
polvoriento.
El
autor extremeño es capaz de dotar de protagonismo al paisaje rural, de ahí la
comparación con Delibes. El aplastante peso de la supervivencia en este paisaje mortecino sirve para
provocar la claustrofobia aún en espacios abiertos. El afán por omitir lugares,
nombres y tiempo permite que nos centremos en los hechos no en lo accesorio.
Todo lo que sucede está motivado por los protagonistas, no hay nada ajeno a
ellos, por tanto Carrasco se olvida voluntariamente de lo que distraiga para
centrarse en los graves hechos.
La
novela es una obra lineal. No hay una sola regresión, todas las respuestas
esperan adelante pese a que el lector intuya que el pasado es la clave. No ha
sido fácil componer esta obra en recta sin necesidad de remembranzas, solo
tenemos que acabarlo para hallar todas las respuestas.
Pese
a ser lineal es un libro redondo, empieza y termina como debe hacerlo un
clásico con todos los cabos cerrados y con un horizonte abierto.
Su
vocabulario es extremo. Los términos poco habituales para algunos lectores son
muchos, pero poco a poco el interlocutor va construyendo su corpus de términos propios
de la trashumancia y la vida al aire libre, que quizás tarden en cuajar en su
mente y darle significado. No obstante, no se regodea en frases
innecesariamente largas ni altisonante. Mantiene los sentimientos a raya, pues
en toda la obra únicamente siente el chico.
Aparte
de Delibes y de la mayoría de los escritores españoles del nuevo realismo de
posguerra hallamos los ecos de Hernán Rivera Letelier en el paisaje como
protagonista, o de José Donoso en su intento de marcar la impresión de agobio
que el pasado y el paisaje dibujan en los personajes.
Resumiendo, Intemperie es un clásico que se podrá leer
durante mucho tiempo sin que nadie le ponga reparos. Una obra comprometida sin
concesiones a la bajeza salvo la humana. En su debe marcamos una entrada en la
historia titubeante que junto con la fama que le precede provoca cierta
desconfianza. Por eso les aconsejamos que sigan adelante pues su lectura es
exponencial, va ganando y multiplicándose página a página.
El Placer de la Lectura http://www.elplacerdelalectura.com/2013/01/intemperie-de-jesus-carrasco.html
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