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Fragmento del texto firmado por LUIS PRADOS para EL PAÍS SEMANAL :
Zósima, una mujer negra de 80 años, está sentada a la
sombra de la tarde junto a la puerta de su vivienda, una casa pintada de un
rosa mexicano desvaído que contrasta con el verde de las cañas, los limoneros,
los mangos y las plantas de piña que la rodean. Lleva viviendo toda la vida en
Mata Clara, un pequeño pueblo a una hora en automóvil al este de Veracruz, y da
la impresión de que desde hace mucho tiempo a solas consigo misma. No hay
demasiado empleo y los jóvenes se marchan, muchos a Estados Unidos. Recuerda
que su abuelo vino de la isla de La Martinica, cuando en el siglo XIX se
importó mano de obra negra de las Antillas, y reconoce que sigue existiendo
racismo. “Somos mexicanos de toda la vida, pero por el color de uno nos tratan
peor. A mis nietos, cuando iban a la escuela, les ponían apodos”. Su yerno, un
hombre fuerte y joven, susurra: “Hay racismo, poco, pero todavía hay. Se nota
en las miradas de la gente”.
Hola!
ResponderEliminarCreo que es &X6C;a unica ocasio&X6e; quе he leido est&X65; blog y tengo que deciг que no esta &X6D;al y seguramente &X6d;e tеndras mas frecuentеmente por los
comentarios.
Salud&X6f;s!
Fuen&X74;e Carmen