domingo, 20 de noviembre de 2011

UN POEMA CADA DÍA, con REGINA KALACH ATRI e INVITADOS. HOY REGRESA JOSÉ EMILIO PACHECO.



JOSÉ EMILIO PACHECO

Dos poemas de este gran poeta mexicano. Disfruten. En las cosas más simples y en las más inusitadas se puede econtrar poesía...también en las cosas simples que se convierten en inusitadas.

Fruto de Piedra

Mudez de la ostra

en el silencio subacuático.

Arena y sal

por la boca que filtra todo.

Cerrazón a la luz, empecinamiento.

La ostra quiere ser ostra y quedarse pegada

a su congregación casi de piedra.

Pétrea se ve la grisura,

la consistencia calcárea

que la envuelve y le da sentido

-pero también la aprisiona.

La ostra vive entre sueños de agua

y cosas invisibles al ojo humano.

Medita a ciegas en el absurdo en que se encuentra

en nacer, vivir, secretar

durante muchos años su casa tumba.

Y luego ser arrancada

para durar un instante

entre las fauces del infierno,

es decir , las nuestras.

En el fondo

En los cuartos del fondo

hay algo que recuerda un viejo barco.

Puede ser el olor del combustible

o los tubos de Julio Verne.

El Nautilus

hundido en el mar muerto de la ciudad.

En sus entrañas

un sótano al que anega otro pasado

y es submarino y subterráneo.

Así, no fue tan grande la sorpresa

de ver a la sirena contemplando

su desnudez perfecta ante el espejo.

Agua era el aire o cosa parecida.

Le hablé y me contestó en su lengua de olas.

En su cara leí qué me decía.

Al abrazarla me hice mar con ella.

Ahora qeu me dejó, me hundo en el fondo.

Entre tanto naufragio me vuelvo arena.

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