29 de Septiembre 2014
Pensado como un monumento al centenario de la Independencia, el Palacio de Bellas Artes sorteó algunas complicaciones antes de convertirse en 1934 en el majestuoso espacio del corazón de México.
El Palacio de Bellas Artes cumple 80 años desde que fue inaugurado en 1934, pero su historia comenzó en 1904 como monumento al centenario de Independencia.
El proyecto fue ideado por el arquitecto italiano Adamo Boari, quien buscaba crear un espacio con arquitectura europea por encargo del presidente Porfirio Díaz.
La estimación de Boari era que sería construido en cuatro años a un costo de cuatro millones de monedas de plata.
Tras casi 20 años de suspensión de la obra por los problemas sociales de México, el arquitecto mexicano Fedrico Mariscal retomó el proyecto.
El mármol blanco en los muros exteriores del Palacio de Bellas Artes es mexicano, de canteras del estado de Guerrero.
Artistas italianos, de Francia y España trabajaron en las esculturas que adornan el centro del Palacio.
Las esculturas del exterior están hechas con mármol que fue traído desde Italia para engalanar el proyecto.
En el interior del Palacio, Mariscal sustituyó el estilo 'art nouveau' por el 'art decó', además de que agregó elementos nacionalistas de la época.
Finalmente el Palacio de Bellas Artes fue concluido en marzo de 1934, meses antes de su inauguración oficial el 29 de septiembre de ese año.
En la actualidad, el Palacio de Bellas Artes es una de las obras arquitectónicas más importantes de la Ciudad de México.
La Cortina de Cristal es la original fabricada en 1910 en Nueva York, considerada una pieza única en el mundo.
Luego de la inauguración, grandes muralistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo embellecieron las paredes del palacio.
El acceso al Palacio es gratuito, y un día a la semana el público puede visitar libremente las exposiciones temporales.
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