19 de Septiembre 2014
A los cien años de su nacimiento (que se cumplieron el viernes 5), el poeta Nicanor Parra ha crecido hasta convertirse en una araucaria, uno de los árboles más altos del mundo (en Chile, donde son considerados seres sagrados cuidados por los pehuenes, habitantes de la región del Arauco, para que nadie los corte, alcanzan los 50 metros de altura). Casi todos los jóvenes poetas chilenos lo veneran.
Naturalmente tiene muchos imitadores, pero la antipoesía (como autodefinió su línea literaria) no es imitable. Parece fácil copiar el tono coloquial, hacerse el gracioso y soltar una ironía, pero los antipoemas de Parra están llenos de esquirlas dramáticas y filosóficas que no se encuentran en cualquier esquina, ni logran usarse bien sin una razonada malicia.
Parra es un hombre dueño de vastas lecturas y muy diversos conocimientos. Luego de sus estudios de física y matemáticas cursados en su país, en Inglaterra se especializó en Mecánica Racional. Una y otra vez ha declarado que la física le ayudó a concebir sus antipoemas –alguien desde México dijo que “su noción del ritmo revela la maestría del científico”–, tanto como sus lecturas de Kafka y de Pirandello.
Es una tontería creer, por más que se haya dicho muchas veces, que la principal fuente de la poesía de Parra es la cultura popular. No es sino uno de sus afluentes. Y los antipoemas están lejos de ser cosa fácil para el gusto común. En todo caso, los disfrutará más y los comprenderá mejor quien sea un buen lector de poesía.
El ejemplo está a la vista con el poema que se reproduce a continuación. El humor, como sentenció alguna vez André Breton, es la inteligencia de la inteligencia. Sin ésta es imposible percibirlo.
* * *
Qué gana un viejo con hacer gimnasia
qué ganará con hablar por teléfono
qué ganará con hacerse famoso
qué gana un viejo con mirarse al espejo
Nada
hundirse cada vez más en el fango
Ya son las tres o cuatro de la madrugada
por qué no trata de quedarse dormido
pero no –dele con hacer gimnasia
dele con los llamaditos de larga distancia
dele con Bach
con Beethoven
con Tchaikovsky
dele con las miradas al espejo
dele con la obsesión de seguir respirando
lamentable –mejor apagara la luz
Viejo ridículo le dice su madre
eres exactamente igual a tu padre
él tampoco quería morir
Dios te dé vida para andar en auto
Dios te dé vida para hablar por teléfono
Dios te dé vida para respirar
Dios te dé vida para enterrar a tu madre
¡Te quedaste dormido viejo ridículo!
pero el anciano no piensa dormir
no confundir llorar con dormir
No hay comentarios:
Publicar un comentario