“Cerezas” es una historia de amor principiada en la adolescencia misma entre dos personas del mismo sexo. Una antigua mansión recién restaurada al sur del Estado de California, en medio de un paisaje casi desértico junto a la frontera con México, es el escenario de toda la acción. La obra comienza con la remembranza del amante (Guillermo) muerto en un desgraciado accidente durante el servicio militar, en España, 27 años atrás. Pero esta vez resulta ser, para sorpresa de Fernando, no el insistente recuerdo de su fantasía, sino el regreso real del ser amado desde el más allá.
La obra, que compatibiliza una desembarazada sensualidad -un clímax erótico y tórrido de deseos emergentes y frases pérfidas-, con la infantil fe ciega en el mundo de la fantasía, no está carente de humor y de ternura.
Suspicaces sobre las leyes del universo y del devenir espiritual en el más allá que pudieran condicionar su ansiada unión eterna, ambos personajes se verán arrastrados hacia especulaciones metafísicas, a veces divertidas, a veces inquietantes.
Como el mismo autor sugiere, esta novela permite con toda ilación, una sencilla y agradecida adaptación al teatro y al cine.
Por encima de todo, Cerezas es, sin complejos un puro y crudo canto al amor.
Fernando Lozano nació en Ólvega, provincia de Soria, España, en 1958.
Cerezas es el primer relato de Fernando Lozano que ve la luz, pese a su considerable producción literaria: poesía, relatos cortos, novela…
Su obra pictórica está presente en diversas colecciones públicas y privadas de Europa y América, así como en diferentes museos e instituciones. El número de sus muestras en exposiciones individuales y colectivas desde 1977, como artista plástico, es excepcional.
En el 2001, y hasta el 2008, fijó su residencia en La Habana (Cuba). De esta época de su producción literaria, además de Cerezas, merecen ser destacados relatos como “…Y acuérdome de lo eterno…” y “Velada en Livadi”, estos últimos aún inéditos.
El amor homosexual, tratado con pulsación tan poética como inusitada, es omnipresente tanto en sus cuentos como en sus novelas.
Su obra pictórica, escultórica y también literaria, desde 1973 es inmensa. Por ello, no ha de extrañar que sus épocas pictóricas sean remarcablemente muchas y distintas. Su original producción literaria está caracterizada por un tratamiento imaginativo e íntimo de la homosexualidad. La huella viva de Fernando Lozano, nos coloca hoy ante una figura excepcional en la Historia del Arte Universal.
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