jueves, 20 de enero de 2011

FERNANDO ZAMORA en Laberinto 397: HOMBRE DE CELULOIDE



Mujeres fatales que sufren pruebas de amor

Fernando Zamora

@fernandovzamora

Resulta interesante pensar que en la pasada emisión de los Globos de Oro Johnny Depp compitió contra Johnny Depp interpretando siempre el papel de Johnny Depp. En ninguno de los caso ganó. Ni como Frank Tupelo en esta película de sabor antiguo que se llama The tourist ni como el Sombrerero Loco en la colorida visión de Alice in Wonderland que dirigió Tim Burton.

El trabajo actoral de Johnny Depp es tan profundo que ha conseguido hacer consigo (e independientemente de los cientos de papeles “serios” que ha interpretado) un clown clásico con el que explota sus propias fobias y faltas de carácter. Lo ha ido macerando desde aquel portentoso Edward Scissorhands hasta este timorato Frank Tupelo, profesor de matemáticas de Wisconsin frente a quien se sienta un día una femme fatale. En el tenor de Jack Sparrow en Pirates of the Caribbean, Johnny Depp recuerda a Harold Lloyd por su comicidad flemática; comicidad que emana de la impasibilidad de un hombre metido en las situaciones más bizarras. Mucho menos exagerado que Buster Keaton, Lloyd gozó alguna vez de la elegancia que Depp imprime hoy a sus papeles cómicos.

Lloyd y Keaton vienen a cuento pues El turista es como un elegante homenaje al cine clásico hollywoodense. Su rara —y divertida— belleza consiste en conjugar en una misma película a una femme fatale británica (interpretada, claro, por Angelina Jolie) con un nerd todo terreno que sabe burlarse de ciertas vulgaridades típicamente estadunidenses (creer, por ejemplo, que si uno habla español, la gente debe entenderlo en Italia).

Como en las películas de Chaplin (y también, por cierto en aquellas en las que Cantinflas compartió plató con Miroslava) más hermosa y enigmática resulta la chica mientras más extravagante y loco parece el galán.

The tourist sabe a década de los cuarenta (a mi abuelo le hubiera fascinado: lo imaginé diciendo “!qué padre!”), lo cual no significa que director y guionista no estén lo suficientemente actualizados como para poner en escena un pulp fiction post-Tarantino. Si Tarantino se regodeaba en las novelas de pulpa para construir maravillosos murales cubistas, Florian Henkel retoma y lleva al cine la misma literatura de papel barato para exaltar con ellas el glamour, la aventura y el amor que hombres como Tupelo quisieran vivir.

Hay un musical de adiós y un baile en un palacio veneciano, hay un beso de sabor a Hitchcock y una fotografía de videoclip. Venecia parece una mujer casi tan hermosa y maquillada como Angelina Jolie cuando se desploma a los pies del hombre que ama. Es tan clásica la factura de esta pulp movie que los malos son tan malos como rusos.

Con algo de aquel Fantomas de Pierre Souvestre y Marcel Allain que tanto gustaba a Picasso, con el debido homenaje a los trenes en los que sembraba misterios Agatha Christie, The tourist pareciese emerger de esa novela que lee un turista cuando se encuentra con la enamorada chica fatal que, irremediablemente, tendrá que superar una prueba de amor.

El turista (The tourist). Dirección: Florian Henckel Von Donnersmarck. Guión: Florian Henckel Von Donnersmarck y Christopher McQuarrie. Fotografía: John Seale. Música: James Newton Howard. Con: Angelina Jolie, Johnny Depp y Paul Bettany. Estados Unidos, 2010


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