En una presentación en el Congreso Anual de la Asociación de Anestesistas de Gran Bretaña e Irlanda (AAGBI), en Dublín, el profesor Jaideep Pandit, consultor anestesista, habló de las dificultades inherentes al monitoreo del estado consciente.
Pandit presentó el argumento de que puede existir un tercer estado de conciencia que no es ni plenamente consciente ni inconsciente, denominado “dysanaesthesia”, y que esto representa un reto para el monitoreo.
“En pleno 2013, todavía estamos luchando para definir lo que la conciencia es en realidad. Obviamente podemos ver cuando alguien está despierto, y cuando alguien está dormido o inconsciente, pero nuestra comprensión de lo que es diferente en nosotros de un estado a otro todavía está evolucionando.”
Los datos de estudios internacionales demuestran que si a los pacientes se les pregunta inmediatamente después de una cirugía si recuerdan algo, aproximadamente 1 de cada 500 va a decir que lo hizo. Pero sólo 1 de cada 15,000 pacientes informó haber tenido conciencia durante la cirugía, y de ellos, sólo un tercio (o sea que 1 de 45,000 pacientes) reportó no haber sentido dolor o malestar en el marco de esa experiencia de consciencia durante la cirugía.
Al parecer incluso en esas raras ocasiones en que los pacientes experimentan consciencia durante la inconsciencia, experimentan una sensación neutral, y no necesariamente de incomodidad o desagrado. Según el profesor Pandit:
“Posiblemente lo que vemos es un tercer estado de consciencia, en el que el paciente ciertamente se da cuenta de los eventos, pero no toman en cuenta ese conocimiento, especialmente si no sienten dolor.”
El profesor Pandit también presentó evidencia de experimentos en los cuales los pacientes son anestesiados, con todo su cuerpo paralizado por fármacos bloqueantes neuromusculares, menos su antebrazo, lo que les permite mover sus dedos en respuesta a comandos que permiten saber que están despiertos o sienten dolor durante la cirugía.
“Hasta la fecha, ninguno de los pacientes de estos experimentos ha movido sus dedos voluntariamente para indicar la vigilia, sin embargo, un tercio de ellos puede mover sus dedos si se le pide. Esto sugiere una vez más que para la mayoría de los pacientes que experimentan conciencia este hecho puede que no sea desagradable o preocupante.”
Este estudio abre una incógnita más a los estados de la mente, que podría resultar fundamental en los años siguientes para el avance médico de la anestesia. ¿Sera que todavía tenemos mucho por descubrir?.
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