Desde hace un par de años, varios estudios y análisis han venido a desmentir el aún existente mito de que los mexicanos somos flojos. Varios muestreos a nivel mundial nos han enseñado que en realidad es todo lo contrario: somos los que más chambeamos.
Para reafirmarlo, hace un mes la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), publicó un informe donde dio a conocer que los mexicanos somos quienes más horas trabajamos al día
Cuando esta noticia se dio a conocer hace unas semanas, la mayoría estábamos tan ocupados trabajando que ni nos enteramos. De acuerdo a este estudio de la OCDE, dedicamos en promedio 10 horas al día ya sea en trabajo remunerado o no remunerado (como el trabajo doméstico).
Los japoneses, los surcoreanos y los chinos, trabajan en total menos horas que los mexicanos, pero tienen un mayor porcentaje de horas remuneradas que los nuestros.
En cuanto conocemos información así es inevitable preguntarnos ¿cómo es que los mexicanos nos hicimos esta imagen de estar todo el día dormidos debajo de un nopal? Algo muy distinto a los japoneses, a quienes se les relaciona con el trabajo. Lo cierto es que basta ver a las personas con las que convivimos: muchos tienen dos o hasta tres trabajos y laboran en fin de semana para poder vivir de un modo más o menos decente.
Al respecto, el economista Luis Rubio, presidente del CIDAC (Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C.) dijo que “esta información no es del todo sorprendente. Los mexicanos siempre están dispuestos al trabajo, son capaces y flexibles a lo que se requiere pare cumplir un trabajo”.
Por ejemplo, muchos de los coches, refrigeradores y televisores que usan los estadounidenses son fabricados o reparados por mexicanos. Sin embargo, el que realicemos este tipo de trabajos duros no es tan buena noticia sino un síntoma de subdesarrollo.
“El medio ambiente en el que laboran tiende a exigir más trabajo, más problemas y más complejidad para llegar a un resultado satisfactorio en sus actividades. En otras palabras, la productividad es menor en México, porque hay muchos obstáculos para un trabajo eficiente”, comentó Rubio.
Entre esos obstáculos podríamos mencionar la burocracia tanto gubernamental como corporativa. Basta citar que abrir una cuenta de cheques en México puede llevarnos semanas y varias visitas al banco, para recibir atención médica en una clínica de salud pública se debe esperar horas en una sala de espera, y ni que decir de cuando uno quiere atención vía telefónica.
Para Armando Chacón, director del Instituto Mexicano para la Competitividad:
“Los mexicanos tienen que trabajar más que los países con las economías más desarrolladas. Los hogares mexicanos tienen padres que tienen al menos 30 por ciento menos educación de la que tienen en los hogares de los países desarrollados (…) Cuanto menos habilidades y conocimientos se tienen, el tiempo realmente productivo es menor”.
Trabajamos como locos, sí, pero nunca lo suficiente. ¿Realmente debemos sentirnos orgullosos de ello?
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