Dan Giménez Cacho y Yazpik cátedra de actuación en “Juegos siniestros”
“El público es quien gana tras el duelo de actuaciones que sostienen Daniel Giménez Cacho y José María Yazpik en "Juegos siniestros" (Sleuth), "thriller" teatral de Anthony Shaffer donde ambos imparten cátedra de actuación sobre el escenario del Teatro de los Insurgentes. Interpretan una de las obras más exitosas en la historia dramática que desde su estreno en Londres en 1971, se convirtió en un éxito inmediato.
Por enésima vez, Giménez Cacho deja constancia de su singular calidad interpretativa al encarnar a "Andrew Wyke", un afamado escritor de novelas policiacas; mientras que Yazpik sorprendió con la capacidad de su evolución artística como "Milo Tindle" y el "Inspector Doppler".
La ovación del público que abarrota la sala es para la inobjetable primerísima actuación de ambos actores; para la atinada dirección de Enrique Singer y la magistral escenografía de Jorge Ballina.
"Andrew" (Giménez Cacho), en el estudio de su hogar, escribe algunos diálogos de su siguiente novela de suspenso frente a su máquina de escribir. El timbre suena en señal de que su invitado especial ha llegado a la cita. Se trata de "Milo Tindle" (José María Yazpik), un hombre de ascendencia judío-italiana, seductor e ingenioso que desea casarse con "Sophie", la esposa de "Andrew".
El esposo engañado, contrario a lo que "Milo" podía imaginar, le ofrece su apoyo y amistad para que logre dar a su ex-mujer la vida a la que ella está acostumbrada:
"Estás con una mujer muy cara y ni mil cortes de cabello que hagas te alcanzarán para mantenerla. Como quiero cerciorarme de que te cases con ella para siempre y no regrese a mi lado, te voy a ayudar", le dice "Andrew" a "Milo", para luego proponerle que con su consentimiento y ayuda robe sus joyas. Incluso, le dará la factura para que pueda venderlas a un traficante conocido. Después, "Andrew" cobrará el seguro por ellas y podrá gozar del romance secreto que dice también mantiene.
En este juego siniestro, el público averiguará cuál de los dos personajes salió ganando o perdiendo, pues lo que comenzó como un encuentro cordial, de buenos modales y entre dos personas sensatas y coherentes aparentemente, brindando con whisky por el triunfo del amor, terminará con resultados fatales, luego de que el escritor buscó burlar la mente del amante de su esposa.
Su intención dará un giro inesperado cuando "Milo", dueño de una estética, esté completamente inmerso en el juego y la venganza, los celos, el poder, la manipulación y el engaño. Se trata de un libreto de humor negro que en 2007 interpretaron Michael Caine, Jude Law y Eve Channing a través del filme "Sleuth".
Fue la segunda versión cinematográfica de la historia, pues en 1972 Laurence Olivier y Michael Caine también la llevaron a cabo con excelentes críticas.
"El campo de batalla", la casa de "Andrew", fue construido por el reconocido escenógrafo Jorge Ballina (Muerte en Venecia) sobre un escenario giratorio que permite al espectador observar varios espacios de la casa: la sala, el estudio, la biblioteca, el vestidor, la fachada y los detalles de la decoración en la que abundan animales disecados y un tapete de oso.
El objetivo de Ballina fue construir una casa con movimiento para que dar la sensación del cine en el teatro y crear un mayor suspenso, misterio y acción.
De acuerdo con el director Enrique Singer, los histriones, a diferencia de la versión británica teatral que fue la original del texto, debieron ser muy explícitos en sus confrontaciones:
"Los personajes son latinos y no ingleses, pues necesitamos dar un mayor impacto. En la pieza teatral inicial, la violencia es muy explícita, pero está contenida y aquí necesitamos que sean más pasionales.
"Son dos entes masculinos entre los cuales la pasión y los celos pueden conducirlos a la muerte. Es un choque muy dramático y aquí manejaremos un temperamento más extrovertido, ya que en México somos mucho más sanguíneos", indicó Singer.
Se trata de una puesta sorprendentemente verosímil, tanto que acabas creyendo que cualquier giro, por inesperado que sea, lo creerás también.
Merece tu asistencia y aplauso.
Beto Buzali
Quiero añadir que NO considero equilibrado que derivado del trabajo actoral tan intenso, realicen funciones "una detrás de la otra" que solo exprimen el talento del actor, lo agotan y... ¡se le nota!
ResponderEliminarTampoco proceden ciertas tropicalizaciones que tú, lector, descubrirás como espectador.
La obra es muy muy buena y reitero: guión, dirección -pero sobre todo- actuación y escenografía IMPECABLES.