RECOMENDACIONES DE GATOPARDO

Estos fueron los libros favoritos para nuestro número de febrero de 2014, según el equipo editorial de Gatopardo.

El héroe discreto
Mario Vargas Llosa
Alfaguara, 2013

Piura y Lima son ciudades donde se sitúan dos historias paralelas. Primero, la de Felícito Yanaqué, un pequeño empresario que se niega a pagar las cuotas que le exigen los extorsionadores que amenazan su negocio de transportes. Y luego la de Ismael Carrera, un poderoso empresario que consuma su venganza contra sus parásitos hijos mellizos al casarse con su sirvienta criolla. La revelación de una santera terminará por unir a estos justicieros improvisados.

Informe del interior
Paul Auster
Anagrama, 2013

¡Sí, otro! Éste es el segundo libro autobiográfico del autor neoyorquino. Narrado en segunda persona por el mismo Auster, rememora episodios de su infancia, el romance que desemboca en su primer matrimonio, las películas que lo marcaron y, finalmente, una secuencia de imágenes y fotografías —incluyendo a El gato Félix— comentadas por Auster, que explican por qué se convirtió en algo más que un simple chico judío de Nueva Jersey.

Canciones mexicanas
Gonçalo M. Tavares
Almadía, 2013

Un portugués llega al centro de la capital mexicana y descubre cómo ahí “todo es gente”. No hay calles ni se puede ver el suelo por donde uno camina: si mira arriba, lo empujan; si mira abajo, también. En México se practica el arte del absurdo: ésa es una de las conclusiones a las que llega Tavares —uno de los escritores portugueses más importantes de la actualidad— a lo largo de los 27 relatos que componen esta colección inspirada en su estancia en el país.

En la piel equivocada
José Garza
El salario del miedo, 2013

Ésta es la primera compilación de crónicas de José Garza, escritas en años recientes en su paso por ciudades como Monterrey, Madrid y Barcelona. Siempre con la mirada de un curioso, presenta la despedida del matador Eloy Cavazos y la fiesta brava, su entrevista con el director técnico Javier Aguirre o el perfil de Miriam, una regiomontana educada como hombre —y registrada como Miguel Pedraza— que hoy, a sus sesenta años, no deja las minifaldas ni los escotes.

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