06 de Mayo 2014
Y ya es hora de oír música. Sí, hoy es mucho más fácil escuchar música y conocer nuevos artistas. Sea de forma legal, gratuita o ilegal, no faltan oportunidades para descargarse la discografía completa o el nuevo álbum de ese artista tan comentado en el mundo del pop.
Sin embargo hace poco más de una década las cosas eran muy distintas. En un escenario en el que el MP3 y otras formas alternativas de oír música empezaban a dar sus primeros pasos, el CD y todo el universo en torno a él eran la única garantía de conocer nuevos artistas y tener en casa esa música que sonaba en las radios.
Para acabar con la nostalgia de los CDs—que sigue con las ventas a la baja—, hemos preparado una selección de doce cosas que nos perdemos al parar de comprar y, principalmente, de escuchar esos pequeños discos de plástico.
1. Pasar horas en la tienda de discos
¿Recuerdas cómo pasabas horas buscando en las hileras de CDs desorganizados en busca de la compra perfecta o de aquel disco clásico que solo costaba 3 euros? La música digital es más fácil de encontrar, pero las tardes de domingo estamos más aburridos.
2. Crear mixtapes o una selección especial para tu nuevo amor
Música de Bruce Springsteen, Elliott Smith, R.E.M. y Joaquín Sabina. ¿Quién no ha grabado alguna vez un disco especial para su nuevo amor? Horas y horas para escoger la canción perfecta o incluir aquel hit romántico en la posición exacta del CD. A cada amor, un nuevo mixtape.
3. Oír un disco íntegro
En un escenario dominado por los singles y las canciones sueltas, escuchar un disco íntegro se ha convertido en una auténtica experiencia. ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de un disco de principio a fin?
4. Regalar CDs
Un vale regalo de iTunes o en cualquier tienda de música virtual nunca parecerá tan sincero como un CD escogido con sumo cuidado y envuelto con un papel bonito. Horas en una tienda, en busca del CD perfecto, intentando descubrir cómo es el 'alma musical' de la otra persona.
5. Las cubiertas de los discos
¿Qué significa esa imagen? ¿Qué quiere decir esa postura tan rara? ¿Y ese curioso plano? Más que para oír los discos, las cubiertas, coloridas, en blanco y negro y hasta con texturas, servían de billete para acceder a un nuevo universo.
6. Deleitarse con las cajas de los CDs
Después de pasar horas en la tienda escogiendo el disco, llegar a casa y poner el disco en el reproductor, llegaba la hora de ojear las páginas del 'cuaderno' guardado en la caja e ir leyendo las letras de las canciones según iban sonado. Colores, fotos, sorpresas y hasta pequeñas curiosidades sobre la banda estaban ahí.
7. Juzgar a tus amigos por sus colecciones
Cuando ibas a casa de tus amigos, una de las primeras cosas que hacías era mirar la colección de libros, discos y películas.
"¿De verdad que te gusta éste?" "¿Cómo es que no tienes ningún disco de Radiohead?"
¿Hoy, con los smartphones y notebooks, cómo vamos a saber quiénes son nuestros verdaderos amigos?
8. Tener algo donde recoger un autógrafo
"Por favor, señor artista, ¿puedes firmarme la pantalla del iPhone?". "Hola querida diva del pop, ¿me firmas el ordenador?" No sé...
9. Recomendar un disco
¿Una banda underground sueca? ¿Aquel artista indie de Nueva York? ¿Un grupo de pop orquestal de Islandia? En la tienda te podían hacer sus recomendaciones...
10. Las recopilaciones
¿Quieres saber cuáles son los últimos éxitos? ¿Buscas una selección específica para bailar, reflexionar o apasionarte? Nada como una buena colección para conseguirlo.
11. Oír un disco antes que tus amigos
¿Visitaste la tienda de discos el día que llegó la última remesa de CDs y compraste un álbum antes que tus amigos? ¡Victoria!
12. Pasar el tiempo escuchando música
Claro que con el smartphone o el MP3 puedes solucionar tu aburrimiento, pero invertir el tiempo en escuchar un álbum íntegro, con atención, es una experiencia única.
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