21 de Mayo 2014
En redes sociales se ha difundido el rumor de que el programa de radio “Toño Esquinca y la muchedumbre” fue censurado.
****Actualización 21 de mayo 8:00 am Bueno, esto fue lo que dijo el conductor el día de hoy:
«Agradezco el apoyo de cada una de las personas que están conmigo»
«Hay una cosa que les quiero decir sobre todo y es que estoy completamente feliz de seguir al aire, de tener la lealtad que uno tiene y de ustedes sobre todo a estas alturas del partido.»
«Y sobre todo estoy feliz por [que me permita] esta empresa decir lo que siempre he querido decir»
«Como siempre hay diferentes maneras de percibir la vida»
«Siempre habrá quien interprete de alguna u otra manera (lo que yo diga)»
«No ha habido nadie en la historia de la humanidad que haya sido del agrado de toda la gente nunca jamás»
«Sigo manteniendo mi postura [la de ayer]»
«Mi punto de vista está claro, está dicho y lo voy a seguir manteniendo y defendiendo»
«Todos trabajamos para alguien y todos nos ganamos la vida de alguna forma… entonces hay intereses económicos y comerciales que se deben respetar»
«Gracias por todo su apoyo y gracias por estar aquí»
«Gracias a ustedes y que sus ángeles los acompañen»
Bueno, no explica puntualmente lo que pasó, probablemente algún patrocinador no fue muy feliz con lo que estaba pasando en su programa y le sugirieron que cambiara el tema o algo…en fin.Después de algunas canciones agregó:
«De que está arreglado está arreglado [el mundial]»
«Va a ganar Brasil»
«Me convenceré de lo contrario cuando pase lo contrario»
«[también creo] que son distractores»
«y lo que dije sobre lo que dijo alguien del Imperio Romano y los distractores»
Y bueno, estuvo insistiendo en el tema durante todo su programa (sin aumentar información ni de lo que pasó cuando se interrumpió la transmisión ni sobre sus argumentos sobre el mundial y los intereses de los países que van a participar).—————————————–
LO QUE PASO
El día de ayer, mientras corría poniéndome mi calcetín izquierdo en plena calle y me comía una dona aplastada con la mano derecha, decidí tomar un taxi para no llegar tarde a la sopicueva. Mientras me desparramaba en el asiento y veía crecer de manera exponencial el número en el taxímetro, noté que el conductor traía puesto el (a veces surrealista) programa de Toño Esquinca. Como el camino sería largo, decidí disfrutarlo y pasarlo cool con todo y su muchedumbre.
En algún momento, entre mi despiste y una viejita que nos detenía con su lenta forma de cruzar la calle, escuché al locutor hablar con una mujer al aire. Esquinca hacía divertidos comentarios sobre el gran número de turistas mexicanos que asistirán al mundial Brasil 2014, número mucho mayor que los turistas alemanes, españoles, o ingleses que asistirán al evento y jugaba con la idea de que era demasiada casualidad que nuestra selección pasara de panzazo, casualidad ciertamente conveniente para la industria turística brasileña.
Con todo, Toño sólo estaba siendo bromista y tanto el taxista como yo íbamos contentos. Cuando Toño preguntó a la mujer si ella pensaba ver el mundial y ésta le contestó que no, porque odiaba el fucho, deporte que, según ella, sólo sirve para tener a la gente frita de la maceta mientras se desarrollan importantes procesos políticos en nuestro país, como la futura aprobación de las leyes secundarias de la reforma energética, Toño jugó con la misma idea aunque evitó de manera astuta afirmarlo rotundamente.
Luego Toño puso una rola. A mitad de la reproducción, la canción fue interrumpida. Toño dijo rápidamente que le acababan de informar algo, por lo que debía interrumpir la transmisión. Se despidió lacónicamente y pusieron más música. Me saqué bastante de onda: “tal vez se enfermó del estómago y por eso dejo de transmitir”, pensé, aunque no me pareció completamente descabellado. El taxista también se lo tomó bastante normal y cambió de estación.
Cuando llegué a la oficina, las reacciones en Twitter ya eran tendencia. Un montón de gente decía que el asunto era un ejemplo claro de censura. Decían que el gobierno federal no quería que la gente supiera cosas sobre la reforma energética ni sobre la compra del pase al mundial por parte de la selección mexicana. Muchos otros apoyaban a Toño, le mandaban cariño, respetos y ánimo.
Según algunos medios, Toño explicó más tarde que había recibido una carta con la petición de no leerla al aire. Sin embargo, afirman, advirtió que la leería el día de mañana sin ningún tapujo. Esto parecía alimentar la idea de que había sufrido un intento de censura. El problema es que los mecanismos de censura no suelen funcionar así, de manera tan evidente y casi gratuita. Se suelen dejar “válvulas de escape” para el descontento, y un programa de variedad matutino es perfecto para el asunto. No sólo eso: Toño ha llegado a niveles de irreverencia monumentales, y este no era en lo absoluto el caso.
Ante la insistencia de sus seguidores en twitter, el conductor emitió algunas declaraciones en su cuenta:
Algunos siguen afirmando que se trata de un claro síntoma de censura y temor, mientras otros, como yo, estamos aún más confundidos.
Nadie sabe con certeza qué ocurre con Toño Esquinca, pero debemos cuidarnos de buscar la maldad del sistema en cada cosa que vemos u oímos: verlo en todo es tanto como no verlo en nada. Es muy poco probable que Esquinca haya sido censurado, ciertamente es la posibilidad más absurda de todas. Eso sí, no vivimos en el más sensato de los mundos posibles, por lo que no deberíamos descartarlo tajantemente…
El día de ayer, mientras corría poniéndome mi calcetín izquierdo en plena calle y me comía una dona aplastada con la mano derecha, decidí tomar un taxi para no llegar tarde a la sopicueva. Mientras me desparramaba en el asiento y veía crecer de manera exponencial el número en el taxímetro, noté que el conductor traía puesto el (a veces surrealista) programa de Toño Esquinca. Como el camino sería largo, decidí disfrutarlo y pasarlo cool con todo y su muchedumbre.
En algún momento, entre mi despiste y una viejita que nos detenía con su lenta forma de cruzar la calle, escuché al locutor hablar con una mujer al aire. Esquinca hacía divertidos comentarios sobre el gran número de turistas mexicanos que asistirán al mundial Brasil 2014, número mucho mayor que los turistas alemanes, españoles, o ingleses que asistirán al evento y jugaba con la idea de que era demasiada casualidad que nuestra selección pasara de panzazo, casualidad ciertamente conveniente para la industria turística brasileña.
Con todo, Toño sólo estaba siendo bromista y tanto el taxista como yo íbamos contentos. Cuando Toño preguntó a la mujer si ella pensaba ver el mundial y ésta le contestó que no, porque odiaba el fucho, deporte que, según ella, sólo sirve para tener a la gente frita de la maceta mientras se desarrollan importantes procesos políticos en nuestro país, como la futura aprobación de las leyes secundarias de la reforma energética, Toño jugó con la misma idea aunque evitó de manera astuta afirmarlo rotundamente.
Luego Toño puso una rola. A mitad de la reproducción, la canción fue interrumpida. Toño dijo rápidamente que le acababan de informar algo, por lo que debía interrumpir la transmisión. Se despidió lacónicamente y pusieron más música. Me saqué bastante de onda: “tal vez se enfermó del estómago y por eso dejo de transmitir”, pensé, aunque no me pareció completamente descabellado. El taxista también se lo tomó bastante normal y cambió de estación.
Cuando llegué a la oficina, las reacciones en Twitter ya eran tendencia. Un montón de gente decía que el asunto era un ejemplo claro de censura. Decían que el gobierno federal no quería que la gente supiera cosas sobre la reforma energética ni sobre la compra del pase al mundial por parte de la selección mexicana. Muchos otros apoyaban a Toño, le mandaban cariño, respetos y ánimo.
Según algunos medios, Toño explicó más tarde que había recibido una carta con la petición de no leerla al aire. Sin embargo, afirman, advirtió que la leería el día de mañana sin ningún tapujo. Esto parecía alimentar la idea de que había sufrido un intento de censura. El problema es que los mecanismos de censura no suelen funcionar así, de manera tan evidente y casi gratuita. Se suelen dejar “válvulas de escape” para el descontento, y un programa de variedad matutino es perfecto para el asunto. No sólo eso: Toño ha llegado a niveles de irreverencia monumentales, y este no era en lo absoluto el caso.
Ante la insistencia de sus seguidores en twitter, el conductor emitió algunas declaraciones en su cuenta:
Algunos siguen afirmando que se trata de un claro síntoma de censura y temor, mientras otros, como yo, estamos aún más confundidos.
Nadie sabe con certeza qué ocurre con Toño Esquinca, pero debemos cuidarnos de buscar la maldad del sistema en cada cosa que vemos u oímos: verlo en todo es tanto como no verlo en nada. Es muy poco probable que Esquinca haya sido censurado, ciertamente es la posibilidad más absurda de todas. Eso sí, no vivimos en el más sensato de los mundos posibles, por lo que no deberíamos descartarlo tajantemente…
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