jueves, 25 de octubre de 2012

POESÍA COMPLETA DE PAUL AUSTER. "Oír el silencio que sigue a la palabra de uno mismo." en español , editada por SEIX BARRAL. Disfruta:




Paul Auster reivindica disfrutar de su poesía
MILENIO.CULTURA •
OCTUBRE 2012 –

Paul Auster se adentró en la literatura a través de la poesía con tan solo nueve años, cuando empezó a componer unos versos "atroces" pero con los que aprendió 
"a disfrutar de escribir".



Pese a que el éxito le llegó gracias a novelas como las que integran "La Trilogía de Nueva York", Paul Auster se adentró en la literatura a través de la poesía con tan solo nueve años, cuando empezó a componer unos versos "atroces" pero con los que aprendió "a disfrutar de escribir".

"Cuando tenía ocho años mi madre me dio un montón de libros de Robert Louis Stevenson, pero sus historias y novelas eran demasiado complejas para mí", recuerda el escritor estadounidense durante una entrevista con Efe en su casa del barrio neoyorquino de Brooklyn, escenario de múltiples de sus narraciones.

Sin embargo, entre esos libros descubrió "A Child's Garden of Verses", escrito desde el punto de vista de un niño y que le marcó al convertirse en el primer libro de poesía que leyó, detalla con una memoria inquebrantable mientras da otra calada a uno de sus interminables puritos.

"Quise hacer algo parecido y aunque mis poemas eran absolutamente atroces, lo más malo que cualquiera pueda llegar a hacer, con ellos descubrí el placer de escribir, el sentimiento que me produjo fue de estar conectado con el mundo de una forma en la que no lo estaba cuando no escribía", explica.

Poco a poco fue desarrollando el estilo que plasmaría a los veinte años en poemarios como "Radios" (1970), "Exhumación" (1970-1972), "Escritura Mural" (1971-1975) o "Aceptando las consecuencias" (1978-1979), en los que ya están presentes temáticas tan "austerianas" como el azar, el lenguaje o los muros tanto interiores como exteriores.

"Traté de trabajar con lo mínimo posible, me hice una demanda espiritual a mí mismo de eliminar todo lo que pudiera. En ellos no hay automóviles, no hay teléfonos, no hay aviones, no hay nada que tenga que ver con la vida contemporánea. Son todo paisajes y estados internos", relata.

Ahora su "Poesía completa" ha sido reunida por primera vez en español por la editorial Seix Barral, en una edición bilingüe con traducción y prólogo de Jordi Ponce que trata de dar a conocer una de las facetas menos conocidas de Auster, también novelista, traductor, guionista e incluso director de cine.

"Puede ser lo mejor que he escrito. Hay algo tan puro en estos poemas cuando los miro ahora... Realmente son el producto de un esfuerzo supremo de articular cosas que no pueden ser articuladas", dice el autor, quien reconoce que el paso del tiempo le ha permitido "mirarlos con una cierta distancia".

No ocurre lo mismo con sus celebradas novelas, como "La ciudad de cristal" (1985), que integra junto a "Fantasmas" (1986) y "La habitación cerrada" (1986) su reconocida trilogía de Nueva York, de las que afirma que le producen "un sentimiento de asco y decepción, incluso horror".

Pese a ello, Auster, nacido en Newark (Nueva Jersey) el 3 de febrero de 1947 en el seno de una familia judía de origen centroeuropeo, dejó de escribir poesía hacia los treinta años al sentir "como si hubiera explorado ese territorio y no pudiera encontrar nada más en él".

Habría de pasar todo un año hasta que volviera a tomar el bolígrafo inspirado por un espectáculo de danza, pero esta vez abandonando para siempre la poesía y volcándose en las novelas que no había logrado completar durante su adolescencia, cuando escribió cientos de páginas sin terminar un solo libro.

Y si bien ahora su creación es distinta a entonces, el "acercamiento es igual", puesto que a su juicio "todo está en la música".

"Hay un ritmo en una frase, en un párrafo y en un libro. Creo que cada vez que he empezado a escribir he escuchado esta música en mi cabeza, sabía cómo quería sonar, no sabía cómo alcanzarlo pero tenía esta cadencia, ritmo, melodía ...", afirma.

Para plasmar mejor esa "música", el estadounidense escribe siempre sobre papel para pasar después sus manuscritos a máquina - "escribí, recuerda, un par de guiones en el ordenador y lo odié"-, y también prefiere el papel en lugar de la pantalla de un lector electrónico para leer.

"¿Por qué querría alguien leer poesía en una pantalla?", se pregunta mientras se acerca el libro de su "Poesía completa", inspirando profundamente con los ojos cerrados. Y bromea: "Además lo puedes poner en la estantería, sirve para la decoración de interiores".

El escritor, Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2006), un galardón que este año recae sobre el también estadounidense y residente en Nueva York Philip Roth, también toma partido en la batalla política que se libra el próximo 6 de noviembre en las elecciones presidenciales de su país, unos comicios que a su juicio tienen algo de "urgente".

"Estamos atravesando un momento de gran división en Estados Unidos, incluso más que en los años 60, y eso que entonces estábamos totalmente divididos por la guerra de Vietnam", subraya Auster, para quien "la derecha se ha vuelto tan poderosa" que "pone en peligro la sociedad civilizada en la que todos los demás queremos vivir".

Así, confía en que el presidente Barack Obama consiga imponerse ante el aspirante del Partido Republicano, Mitt Romney, a quien califica como "un hombre hueco, muy ambicioso pero que no tiene nada que ofrecer a nadie".


La "Poesía completa" de Auster por primera vez en español

Dolores Pruneda Paz. Para  www.telam.com.ar

"Escribir es lo más cercano a la música que conozco, música y lenguaje son fuerzas físicas y las palabras articuladas en la literatura pueden percibirse como una infonía, tienen su propio ritmo", dice el estadounidense Paul Auster en el marco de la primera edición bilingüe de su "Poesía completa".

La publicación de Seix Barral reúne por primera vez la obra poética que el renombrado novelista, autor de "Leviatán", "La música del azar" y "Mr.Vértigo" entre otros, escribió durante la década del 70, aunque el apéndice del libro va más adelante, "Notas de un cuaderno de ejercicios" fue escrito en 1967.
El libro traducido y prologado por Jordi Doce está construido con ocho poemarios ordenados cronológicamente: “Radios"; “Exhumación”;“Escritura mural”; “Desapariciones”; “Efigies”; “Fragmentos del frío"; “Aceptando las consecuencias” y “Espacios blancos”.
Acá están los poemas de `Groundwork (cimientos): Selected poems and essays 1970-1979`, señala Doce en la introducción, y es ese título de esa primera selección que "da la idea de una poesía como preparación, trabajo preliminar, cimiento" de las ficciones en prosa que Auster desarrolló hasta el presente sin volver a la poesía.
-Télam: ¿Qué hay de ese joven Auster y de este ya maduro, que variaciones sufrieron sus composiciones?
-Auster: Dirás el viejo Auster (corrige). Hay más similitudes que diferencias, creo que los dos son bastante parecidos pero éste posiblemente tenga más cosas que decir y sea un poco más profundo.
Mi manera de pensar hoy las cosas quizá sea la misma, pero tal vez más amplia y eso viene de la experiencia, aunque no creo haber cambiado de manera drástica a través de los años.
En los mis poemas trabajaba a conciencia un terreno muy restrictivo, con un vocabulario muy pequeño intentando expresar mis intereses desde muy adentro. Creo que lo que me pasó según iba haciéndome mayor fue que ese territorio se expandió y así llegué a los terrenos de la ficción, era una forma de abarcar más mundo.
-T: ¿Volvería a escribir poesía?
-A: Nunca puede preverse qué pasará en el futuro pero no he escrito poesía en los últimos 30 años y no espero hacerlo por ahora, aunque nunca se puede estar seguro.
-T: ¿Qué significan las palabras para usted, siguen exigiendo un esfuerzo captarlas, colocarlas en el lugar indicado, imponen condiciones propias a sus textos?
-A: Por supuesto que sigue siendo difícil, en eso consiste escribir, si no todo el mundo sería escritor. Uno como escritor sabe cuándo se ha equivocado e insiste en encontrar lo que realmente quiere escribir aunque no sepa aún qué es. Y cuando decís `sí, así es exactamente como tenía que ser`, sentís una satisfacción inmensa que se esfuma a la frase siguiente.
De niño quiso ser bombero, luego beisbolista, tripuló un barco, fue traductor en París... El escritor nacido en New Jersey en 1947 captó la atención de los lectores, no de los editores, a mediados de los 80 con "La ciudad de cristal". Tuvo que pasar por más de 15 sellos para finalmente publicar el volumen que dio pie a la "Trilogía de Nueva York", que se completó con "Fantasmas" y "La habitación cerrada".
Auster fue guionista y codirector de "Cigarros", "Humos del vecino" y "Lulú en el puente". En el prólogo de "Poesía completa", Doce recupera parte de una entrevista donde el escritor define a la poesía como una fotografía y a la narrativa como una película; y en el mismo movimiento que marca su obra y personajes, el novelista cambia el ángulo y el objeto se transforma.
-A: Cada obra de arte es un espacio prefabricado, ninguna puede abarcarlo todo, cuando elegís hacer algo empezás a tallar ese espacio y lo explotás lo más y mejor posible. Si tuviera que explicarlo, si todo se expusiera o aclarara, sería otra cosa. Para mí lo más maravilloso de una obra de arte son los espacios vacíos, los silencios, porque uno mismo puede completarlos, y en ese sentido ya no es como una fotografía, es una sinfonía.
Escribir es lo más cercano a hacer música que conozco, música y lenguaje son fuerzas físicas. Estoy hablando ahora y las palabras salen de mi garganta y aunque no puedas verlas las escuchás. Estoy haciendo un esfuerzo con mis pulmones, con mi lengua, mi boca... es algo físico y las palabras articuladas en la literatura pueden percibirse como una sinfonía, tienen su propio ritmo, su melodía y pueden encontrar entendimientos más allá de los diccionarios, como en la música.
Aunque creo que la literatura no sale de mi ser abrazable, de la persona que usa medias, lleva el sweater en la espalda, saca la basura y paga impuestos. El escritor es algo dentro de ese ser biológico, otra cosa.
-T: ¿Se encuentran en algún momento ese escritor que habita su cuerpo y el hombre que habita el mundo?
-A: Sí, creo que los dos se juntan en algún lado pero no sé dónde. Posiblemente en el trabajo físico de escribir, sentado frente a una mesa, escribiendo palabras sobre el papel.
-T: ¿Se puede leer su obra como una continuidad de obsesiones que mantienen una coherencia estética?
-A: Estoy ocupado con ciertas obsesiones que me habitan desde que empecé a escribir poesía. Desde hace años trato de empezar todo de nuevo con cada novela, dejar atrás el pasado y reinventar un futuro, pero siempre me encuentro en lo mismo.
-T: ¿Así llegó a la prosa?
-Tenía 10 años y escribía historias, toda mi vida leí de todo, mi primera ambición fue convertirme en novelista pero de joven lo sentía muy difícil, no podía ver el final.
Recientemente me puse a mirar papeles escritos entre los 19 y 23 años, hay casi mil páginas de ficción que nunca publiqué porque nunca terminé, pero gran parte de ese material fue el que dio forma a lo que luego serían "La ciudad de cristal" y "El palacio de la luna".
En esa época no estaba listo para hacer ficción y ahí decidí concentrarme en la poesía, pero cuando maduré descubrí que podía hacerlo y eso es lo que he estado haciendo desde entonces.


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