La prótesis que tenía Harmony le quedó pequeña a medida que la chica fue creciendo, y seguro de la familia no cubriría un reemplazo. La primera prótesis había costado USD$5.000 así que no era un asunto sencillo. Entonces, la profesora de Harmony en la escuela, Betty Krzyszton, investigó alguna solución para la niña y se encontró con la Robohand.
Esta prótesis fue creada a principios de este año por el estadounidense Ivan Owen y el sudafricano Richard Van As, quienes liberaron el diseño bajo licencia Open Source, de modo que cualquiera puede descargarlos y crear su propia prótesis impresa en 3D.
"Es genial poder hacer algo que puede cambiar su vida", dijo Liu. Por mientras, Harmony espera poder pintar las uñas de su nueva mano de color rosado, con un esmalte que venía de regalo junto con la prótesis.
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