miércoles, 21 de mayo de 2014

TARZÁN NO ERA NIÑO



Las fotos son tan genuinas como la vida de su protagonista, Tippi Degré, una niña francesa que creció entre animales salvajes. 


Su insólita historia fue en realidad de lo más natural: simplemente vivía con sus padres en el lugar donde estaban destinados por su profesión. Ambos eran fotógrafos de la vida silvestre que estuvieron en Namibia en los años noventa, cuando ella era pequeña.

Allí pasó hasta los 10 años de edad, entre avestruces, leones, cocodrilos, jirafas, cebras, suricatos, leopardos, sapos gigantes y elefantes. Sus padres, Alain Degré y Sylvie Robert, tuvieron la genial idea de documentar los momentos más mágicos de su infancia, y ahora esas instantáneas son un auténtico tesoro que expresa fielmente la esencia de aquella increíble etapa de su vida.




Tippi era parte del lugar, a él pertenecía, y sólo hay que ver su expresión, las imágenes, para entender que lo sentía en su corazón con intensidad. Convivió con animales, se sintió libre en aquellas tierras donde la Naturaleza es vibrante e indescriptible y trabó amistad con niños de las tribus locales.
La llamada de la selva

Su mejor amigo era Abu, un viejo elefante africano, de 28 años, con el que se hizo fotos tan memorables como la que ilustra el post. Pero de aquello hace ya muchos años. Después de haber vivido en África volvió a Francia con sus padres, donde estudió cine en la Universidad de la Sorbona. Incluso llegó a publicar un libro, “Tippi of Africa”, que tuvo gran éxito y ayudado a hacer documentales para crear conciencia sobre los derechos de los animales.





“Fue una niña con mucha suerte, nació y creció en la Naturaleza”, dice su madre. Sin embargo, este privilegio se tornó un problema a la hora de adaptarse a la vida en la ciudad. La jungla del asfalto no era para ella. Nada podía parecerse a la maravilla de allí, a su paraíso particular africano. No está confirmado, pero quizá haya vuelto a ver a sus amigos salvajes…

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