miércoles, 13 de agosto de 2014

JUEGOS INFANTILES ANTES DE LA ERA DIGITAL

13 de Agosto 2014

La vida cuando eres niño es la más divertida. Recuerdo cómo cada día era una nueva aventura; el jardín, mi paraíso, y en la calle era toda una exploradora. Mi mochila rellena de galletas y una libreta –por si llegaba a escribir algún suceso increíble-, y un bastón –rama de árbol-, por si llegaba a encontrarme a un “salvaje” en las calles recónditas y me tuviera que proteger a ramazos. La vida era más sana cuando no tenías objetos distrayéndote de las puestas de sol, de la lluvia, de la tierra para ensuciar tu ropa. Hoy los niños llegan a pasar días y tardes enteras sumergidos en una pantalla, no importa si es la de la computadora, la del celular o la televisión.

Con los años, nos olvidamos de la sencillez del juego, de convertir algo en una actividad divertida, y esa es la magia de la niñez: todo es posible; el mundo es un terreno abierto en el que cada invento de un niño es una opción que puede cambiar el futuro.

En el pasado, cuando no existía el entretenimiento digital, los chamacos debían encontrar la forma para distraerse y hacer de cualquier momento un juego, en los que normalmente había una actividad física importante mezclada con la imaginación para representar


Un libro de juegos describe perfectamente los distintos métodos y técnicas utilizados para el entretenimiento de los niños en 1907. Uno de estos es el “pollo atado” (Trussed Fowl). Consistía en atar tus tobillos y muñecas, sentarte en cuclillas y colocar los brazos por encima de tus rodillas. Una varita de madera debía sostenerse en el espacio entre las rodillas por encima de los brazos. Luego, dos amigos se paraban frente a ti y trataban de voltearte usando sólo los dedos de los pies. El “pollo atado” no hace más que tambalearse mientras recibe empujones.


Un juego muy popular en 1920 a la hora del recreo y en los deportes era “atrapa y jala”. Dos equipos, cada uno separado por una línea marcada sobre el piso, se enfrentaban en una lucha por capturar miembros del conjunto contrario. Cada integrante intentaba tomar a alguno del otro equipo de cualquier parte del cuerpo. Una vez logrado, el captor arrastraba con toda su fuerza a esa persona, por el pasto o cemento, a la línea de su equipo. Finalmente, si una sola persona quedaba en el equipo contrario, el otro ganaba el juego.


“La estaca farfullona” (Mumbly Peg) fue un juego popular entre los niños del siglo XIX y principios del siglo XX. Básicamente consistía en aventar cuchillos con distintas técnicas; con cada lanzamiento el cuchillo debía clavarse en la tierra, o lo más cerca posible al pie de otro integrante. Si alguno no lograba hacerlo, le tocaba la estaca farfullona: un pedazo de madera que clavaba el ganador utilizando el cuchillo como mazo; el perdedor tenía que sacar con los dientes la estaca clavada, de ahí el nombre del juego.


También conocido como el juego de los introvertidos, el “bote pateado” era un poco distinto a la versión actual. Se jugaba con una lata, pero se sumaban las “escondidillas”. Se elegía a una persona quien se quedaba con la lata y buscaba a los escondidos; al encontrarlos los metía a la “prisión”. Sin embargo, si un jugador encontraba la lata y la pateaba podía sacar de la cárcel a los demás al grito de: “all yee, all yee, out and free!”. El pobre solitario tenía que encontrar la lata, volverla a poner en su lugar y empezar de nuevo el juego.


“Progreso” era una fila de jugadores con el mismo objetivo: llegar a un punto específico en un jardín. Para lograr esto cada integrante debía moverse de una forma distinta al resto y así avanzar. Lo divertido era ver los movimientos graciosos que los jugadores hacían para progresar.


“Pelea de Perros” era el nombre del juego en el que dos jugadores en posición de canino -con manos y pies en el piso- tiraba cada uno con fuerza una cuerda que los unía por la cabeza.


“Hot Cockles” era un juego popular en la época victoriana, aunque un poco agresivo con el jugador. La gente se sentaba en círculo y una persona colocaba su cabeza en las piernas de los demás mientras todos lo golpeaban por detrás. El objetivo del juego era adivinar quién te pegaba; el premio: ya no ser golpeado.


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